The Project Gutenberg EBook of Tratado metódico y práctico de Materia
Médica y de Terapéutica, tomo primero, by Alexis Espanet

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Title: Tratado metódico y práctico de Materia Médica y de Terapéutica, tomo primero

Author: Alexis Espanet

Translator: Pio Hernandez y Espeso

Release Date: September 25, 2010 [EBook #33809]

Language: Spanish

Character set encoding: ISO-8859-1

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Nota del transcriptor: La ortografía del original fue conservada.

TRATADO METODICO Y PRACTICO
DE
MATERIA MÉDICA
Y DE
TERAPÉUTICA

FUNDADO EN LA LEY DE LOS SEMEJANTES
POR A. ESPANET
Traducido al español por D. PIO HERNANDEZ Y ESPESO
MÉDICO HOMEÓPATA.

Natura morborum medicatrix

Tomo primero.

colophon

MADRID
CARLOS BAILLY-BAILLIERE

LIBRERO DE CÁMARA DE SS. MM., DE LA UNIVERSIDAD CENTRAL,
DEL CONGRESO DE LOS SEÑORES DIPUTADOS Y DE LA ACADEMIA DE
JURISPRUDENCIA Y LEGISLACION

Plaza del Príncipe Don Alfonso, núm. 8.

PARIS,
J. B. Bailliere é hijo.
LÓNDRES,
H. Bailliere.
Nueva-York,
Bailliere hermanos.
1862.

ÍNDICE DE MATERIAS

DEL TOMO PRIMERO.

Prólogo. V.

Introduccion. 1.—I. El medicamento y los medicamentos, 1.—II. La naturaleza y el médico, 7.—III. Clasificacion, 10.—IV. Efectos fisiológicos, 14.—V. Dósis infinitesimales, 17.—VI. Accion química y dinámica del medicamento, 22.

A

Aconitum: historia, 29.—Efectos fisiológicos, 31.—Efectos terapéuticos, 36.—Estado prodrómico, 36.—Fenómenos nerviosos prodrómicos, nerviosos consecutivos, frio, espasmos, congestiones.—Estado agudo, 40.—Fiebre.—Sudor y laxitud.—Afecciones inflamatorias esténicas, plétora.—Congestiones activas.—Consideraciones sobre las causas.—Reglas para su uso en las diversas afecciones febriles y flegmásicas.—Estado sobreagudo, 53.—Estado crónico, 54.—Flegmasias subagudas.—Neuralgias, dolores reumáticos.—Consideraciones sobre los síntomas del moral.—Variabilidad de las fuerzas vitales.—Dósis, 60.

Agaricus muscarius: historia, 61.—Efectos fisiológicos, 62.—Efectos terapéuticos, 71.—Afecciones nerviosas asténicas, flujos asténicos.—Afecciones mucosas asténicas.—Dósis, 72.

Aloe gummi: historia, 72.—Efectos fisiológicos, 73.—Efectos terapéuticos, 74.—Plétora venosa, éstasis venosos.—Dósis, 75.

Alúmina: historia, 76.—Efectos fisiológicos, 77.—Efectos terapéuticos, 86.—Afecciones rebeldes de las membranas mucosas.—Dósis, 88.

Ambra grisea: historia, 88.—Efectos fisiológicos, 89.—Efectos terapéuticos, 93.—Afecciones neuropáticas, tos irritativa.—Dósis, 93.

Ammoniacum gummi: historia, 94.—Efectos fisiológicos, 94.—Efectos terapéuticos, 96.—Afecciones crónicas y flegmorrágicas de las membranas mucosas y serosas.—Dósis, 96.

Ammoniacum carbonicum: historia, 96.—Efectos fisiológicos, 97.—Estado agudo, 99.—Estado crónico, 101.—Efectos terapéuticos, 105.—Fiebres mucosas, afecciones catarrales, neurálgicas y artríticas.—Dósis, 107.

Ammoniacum causticum, 108.

Ammoniacum muriaticum, 96.450

Anacardium orientale: historia, 109.—Efectos fisiológicos, 109.—Efectos terapéuticos, 115.—Estado nervioso asténico, afecciones mentales, parálisis seguida de sobreescitacion nerviosa.—Dósis, 116.

Antimonium crudum: historia, 116.—Efectos fisiológicos, 118.—Efectos terapéuticos, 126.—Fiebres intermitentes.—Fiebres gástricas, flegmasías.—Afecciones reumáticas con ó sin fiebre, neuralgias, erupciones, escrescencias, fungus.—Dósis, 129.

Antimonium tartaricum: historia, 129.—Efectos fisiológicos, 130.—Efectos terapéuticos, 132.—Fiebres intermitentes y de otra especie.—Afecciones reumáticas, gástricas con ó sin fiebre, aftas en las mucosas.—Flujos intestinales, neumonía, bronquitis, asma, crup.—Afecciones cutáneas.—Dósis, 136.

Antrokokali: historia, 136.—Efectos fisiológicos, 136.—Efectos terapéuticos, 137.—Caquexia herpética, afecciones catarrales antiguas.—Dósis, 138.

Argentum metallicum: historia, 138.—Efectos fisiológicos, 138.—Apreciacion de sus efectos en los órganos de la vida de relacion, 139.—Apreciacion de los síntomas en los aparatos de la vida orgánica, 141.—Efectos terapéuticos, 145.—Afecciones neurálgicas, lesiones orgánicas, cáries, laringitis crónicas.—Insomnio, prurito, afecciones espasmódicas.—Dósis, 147.

Argentum nitricum: 147.—Efectos fisiológicos, 147.—Efectos terapéuticos, 153.—Afecciones orgánicas de los huesos del corazon, afecciones convulsivas, epilepsia.—Caquexias medicinales, afecciones sifilíticas degeneradas.—Dósis, 154.

Arnica: historia, 155.—Efectos fisiológicos, 156.—Efectos terapéuticos, 163.—Fiebres traumáticas, 163.—Fiebres nerviosas graves, meningitis, operaciones quirúrgicas.—Flegmasías, pleuresía, peritonitis, equímosis, erisipelas, 164.—Congestiones.—Lesiones mecánicas. Hemorragias. Apoplejía, cólicos uterinos despues del parto, accidentes propios de los cuerpos estraños, 166.—Neuralgias, 168.—Distension de la piel.—Forúnculos.—Tos.—Delirium tremens.—Disentería pútrida.—Tétanos.—Parálisis, 169.—Dósis, 170.

Arsenicum album: historia, 171.—Generalidades, 172.—Síntomas característicos, 178.—Estado prodrómico, efectos fisiológicos y terapéuticos, 181.—Malignidad, ataxia.—Uso preventivo.—Estado agudo, efectos fisiológicos y terapéuticos, 183.—Fiebres tifoídeas, intermitentes.—Estado sobreagudo, efectos fisiológicos y terapéuticos, 184.—Fiebres nerviosas, cólera, 185.—Fiebres intermitentes.—Fiebres eruptivas, 192.—Flegmasías. Neuroses. Carditis, 192.—Estado subagudo, efectos fisiológicos y terapéuticos, 195.—Afecciones mucosas, catarrales, 196.—Gastropatías, 196.—Fiebres lentas.—Afecciones subirritativas, 197.—Estado crónico.—Efectos fisiológicos y terapéuticos, 198.—Estado diatésico.—Afecciones del corazon y de los vasos capilares, 199.—Afecciones del sistema nervioso. Manías. Parálisis. Espasmos. Neuralgias451, 200.—Afecciones venosas y mucosas. Vómitos. Asma. Hemoptisis. Flujos intestinales, 203.—Afecciones cancerosas, ulceradas, escrofulosas. Colicuacion, 204.—Afecciones cutáneas, 205.—Prurito, dartros, erupciones.—Derrames serosos, 206.—Dósis, 207.—Antídotos.

Asa foetida: historia, 209.—Efectos fisiológicos, 209.—Efectos terapéuticos, 210.—Dolores, palpitaciones, opresion, cólicos, hipocondría, cáries.—Dósis, 213.

Asarum europæum: historia, 213.—Efectos fisiológicos, 213.—Efectos terapéuticos, 216.—Vómitos espasmódicos, espasmos del corazon, tos convulsiva, gota visceral.—Dósis, 217.

Asparagus officinalis: historia, 217.—Efectos fisiológicos, 217.—Efectos terapéuticos, 218.—Afecciones catarrales, palpitaciones.—Dósis, 219.

Asterias rubens: historia, 219.—Efectos fisiológicos, 220.—Efectos terapéuticos, 220.—Congestiones apopléticas, escirro, lesiones cutáneas.—Dósis, 221.

Aurum follatum: historia, 221.—Efectos fisiológicos, 222.—Efectos terapéuticos, 226.—Melancolia, suicida, neuroses, neuralgias, espasmos, congestiones, descenso de la matriz.—Dósis, 231.

Aurum muriaticum, 229.—Dósis, 231.

Aurum sulfuricum, 229.—Dósis, 231.

B

Barita: historia, 232.—Efectos fisiológicos, 232.—Efectos terapéuticos, 234.—Astenia senil, escrofulosa.—Afecciones neurálgicas, discrásicas, escrófulas.—Fiebres mucosas.—Dósis, 237.

Belladonna: historia, 237.—Generalidades, 239.—Efectos fisiológicos y terapéuticos del sistema nervioso, 242.—Espasmos, síntomas nerviosos de las fiebres graves, pasion ilíaca, hernia estrangulada.—Afecciones histéricas, epilépticas, asmáticas.—Neuralgias hiperémicas, hemicráneas.—Efectos fisiológicos y terapéuticos sobre el sistema sanguíneo, 247.—Fiebres exantemáticas, gástricas, mucosas.—Meningitis, hidrocéfalo agudo, fiebres intermitentes.—Fiebre reumática, hemorragias, congestiones, delirio, baile de San Vito, afecciones mentales.—Flegmasias, metritis, otitis, angina.—Efectos fisiológicos y terapéuticos en las afecciones del sistema linfático, 254.—Escrófulas.—Adenitis, úlceras, periostitis, oftalmía.—Pénfigo, eritema, hidrofobia.—Dósis, 257.

Bismuthum nitricum: historia, 252.—Efectos fisiológicos y terapéuticos, 259.—Gastralgia, diarrea.—Dósis, 260.

Borax, natrum boracicum: historia, 260.—Efectos fisiológicos, 260.—Efectos terapéuticos, 262.—Gastro-enteritis de los niños, aftas, muguet, oftalmía crónica, fluxiones flegmorrágicas, diarrea.—Su uso en obstetricia.—Dósis, 264.452

Bromum: historia, 264.—Efectos fisiológicos, 265.—Efectos terapéuticos, 268.—Crup.—Dósis, 268.

Bromuro de potasio, 268.—Accidentes sifilíticos, escrofulosos.—Dósis, 270.

Bryonia alba: historia, 270.—Estado prodrómico, efectos fisiológicos y terapéuticos, 272.—Generalidades sobre la accion fisiológica de la brionia, 272.—Fiebres flegmásicas.—Afecciones de los tejidos mucosos, serosos y fibrosos, neuralgias y su ritmo.—Estado agudo, efectos fisiológicos y terapéuticos, 275.—Fiebres intermitentes, remitentes y biliosas, 276.—Fiebres nerviosas graves, 277.—Fiebres reumáticas, puerperales, 278.—Meningitis y mielitis, 279.—Fiebres eruptivas, 279.—Pleuresía, neumonía, 280.—Tísis tuberculosas, 281.—Bronquitis, crup, 282.—Pericarditis, 283.—Hepatitis, 283.—Flegmasías esternas, 284.—Adenitis, flemones, tumefacciones artríticas.—Estado crónico, efectos fisiológicos y terapéuticos, 285.—Hidropesías, 285.—Asma, histerismo, 285.—Dispepsia, estreñimiento, diarrea, 285.—Neuralgias, reumatismos, 286.—Flegmasías crónicas, 287.—Dósis, 287.

C

Calcarea carbonica: historia, 288.—Efectos fisiológicos, 289.—Discrasia alcalina y ácida.—Efectos terapéuticos, 294.—Afecciones nerviosas, 294.—Corea, epilepsia, hemicránea, cefalalgias, afecciones paralíticas, neuroses, gastralgia, neuralgias.—Afecciones del sistema circulatorio, 296.—Fiebre mucosa, de los niños, afecciones del corazon.—Afecciones gastro-pulmonales, 297.—Diarrea, lientería, dispepsia.—Afecciones del aparato génito-urinario, 298.—Menstruaciones escesivas, dismenorrea, edad crítica, embarazo.—Aborto, metástasis lácteas, agalactía.—Afecciones del sistema cutáneo, 300.—Manchas, pústulas, impétigo, pápulas, prúrigo, favus, costra láctea.—Afecciones del sistema linfático, 301.—Caquexia escrofulosa con ó sin fiebre, osificacion lenta, desarrollo incompleto ó irregular del organismo, tabes mesentérica, raquitismo, tumores blancos, escrófulas.—Afecciones de la plasticidad, 303.—Alteracion de la nutricion, atrofia, hipertrofia, vegetaciones, escrescencias ficiformes, verrugas, alopecia, úlceras.—Dósis, 304.

Camphora: historia, 305.—Efectos fisiológicos, 306.—Efectos terapéuticos, 308.—Fiebre espasmódica ó prodrómica, síntomas precursores graves en los accesos de asma, de histerismo, epilepsia; su uso como preservativo del cólera. Administracion en la irregularidad de las reacciones, en las congestiones, en el eritema, erisipela. Sus primeros efectos en el estreñimiento, dismenorrea, eretismo, fiebres nerviosas graves, disuria, vómitos.—Efectos escitantes secundarios en la postracion de las fiebres graves, exantemáticas.—Elemento propio de las enfermedades nerviosas.—Dósis, 312.453

Cantharis: historia, 312.—Generalidades sobre la accion fisiológica, 314.—Efectos fisiológicos y terapéuticos, 315.—Afecciones neurálgicas y espasmódicas, hidrofobia.—Fiebre, flegmasías, hepatitis, irritaciones de las membranas mucosas, y pseudo-membranosas.—Hematuria, hematémesis, estreñimiento, gonorrea, catarro vesical.—Afecciones de las membranas serosas, exhalaciones, edema, hidropesías, quemaduras, úlceras.—Dósis, 318.

Carbo vegetabilis, animalis: historia, 319.—Reseña general de la accion de este medicamento, 320.—Efectos fisiológicos y terapéuticos, 323.—Afecciones agudas, cólera, 323.—Fiebre con caquexia.—Estado diatésico resultante de afecciones agudas, 325.—Afecciones del sistema venoso, 326.—Estasis sanguíneos, sabañones, hemorróides, hemorragias, plétora venosa abdominal, metrorragia, leucorrea, várices, hemotisis.—Afecciones de los órganos de los sentidos, del pecho y vientre, 328.—Oftalmía, coriza, rubicundez y tumefaccion de la nariz, de la boca, angina gangrenosa, bronquitis crónica, coqueluche, gastralgia, gastropatías.—Afecciones del sistema cutáneo y linfático, 331.—Congestiones pasivas, erupciones, rubicundeces, úlceras, aftas pútridas.—Bubon sifilítico, induracion de las glándulas.—Dósis, 334.

Causticum: historia, 334.—Generalidades de su accion fisiológica, 345.—Efectos fisiológicos y terapéuticos en el sistema nervioso, 337.—Rigidez, contractura, neuralgias.—Reumatismo, temblor senil, parálisis.—Efectos fisiológicos y terapéuticos de los órganos de los sentidos y aparatos gastro-pulmonales, 339.—Afecciones de los ojos, de los oidos, fluxiones, laringitis, gastro-atonía, dispepsia nerviosa, molimen hemorroidal y catamenial, astenia genital, incontinencia de orina en los viejos, neuro-astenia.—Efectos fisiológicos y terapéuticos en el sistema cutáneo, 342.—Herpes primitivo y secundario, metástasis herpética, reumatismo crónico, irritaciones rebeldes de las mucosas, prurito, aftas, ulceraciones, afecciones vesiculosas, liquenóides.—Escrescencias ficiformes, verrugas, viruela, fístulas en el ano.—Dósis, 347.

Chamomilla: historia, 347.—Generalidades sobre su accion fisiológica y terapéutica, 348.—Observaciones sobre los antídotos en sus efectos dinámicos.—Efectos fisiológicos y terapéuticos, 354.—Fiebres, 354.—Afecciones locales, flegmasías, 356.—Bronquitis, catarro sofocante, hepatitis, oftalmía, dismenorrea, metrorragia.—Afecciones nerviosas, 358.—Convulsiones, nerviosidad.—Neuralgias, 359.—Hemicránea, gastralgia.—Afecciones reumáticas, 360.—Afecciones gástricas, 360.—Dispepsia, gastro-atonía, diarrea.—Dósis, 361.

China, cinchona officinalis: historia, 362.—Efectos fisiológicos, 364.—Efectos fisiológicos de las sales de quina, 367.—Efectos terapéuticos, 371.—Afecciones flegmásicas, fiebres intermitentes, diátesis palúdica, 371.—Paralelo con otras diátesis é incompatibilidad entre la diátesis tuberculosa y el miasma palúdico.—Afecciones neurálgicas, reumáticas y artríticas, 369.—Afecciones hemorrágicas, anémicas, serosas.454Flujos colicuativos ó asténicos, 381.—Afecciones gangrenosas, ulcerosas, 383.—Dósis, 384.

Cina: historia, 386.—Efectos fisiológicos, 387.—Efectos terapéuticos, 389.—Fiebres intermitentes, mucosa, verminosa, encefalítis, convulsiones.—Lombrices.—Dósis, 391.

Coffea cruda: historia, 391.—Efectos fisiológicos y terapéuticos, 392.—Nerviosidad, espasmos, asma nervioso, neuralgias sobreagudas, delirium tremens, metrorragia.—Dósis, 396.

Colchicum autumnale: historia, 396.—Efectos fisiológicos y terapéuticos, 397.—Fiebres reumáticas, neuralgias, artritis, afeccion del corazon, dolores gotosos internos, afecciones de las membranas serosas, hidropesías, hidrartrosis, flegmasías artríticas.—Dósis, 401.

Colocynthis: historia, 401.—Efectos fisiológicos y terapéuticos, 402.—Neuralgias, hemicráneas, reumatismo, cólicos espasmódicos, diarreas violentas, oftalmía.—Dósis, 406.

Conium maculatum: historia, 406.—Efectos fisiológicos, 407.—Efectos terapéuticos, 410.—Hipocondria, histerismo, hemicránea, afecciones espasmódicas y neurálgicas, bronquitis, tos convulsiva, flegmasías escrofulosas, adenitis, úlceras escrofulosas, rechinamiento nocturno de los dientes, oftalmía escrofulosa.—Dósis, 414.

Cuprum: historia, 415.—Efectos fisiológicos, 415.—Efectos terapéuticos, 419.—Tísis, catarros crónicos, afecciones crónicas del estómago, cólera asiático.—Diarrea y estreñimiento crónico, supresion del sudor de los piés, amenorrea, espasmos histéricos, calambres, dolores, parálisis.—Epilepsia.—Coqueluche, movimientos convulsivos, asma nervioso, crup, sicosis.—Dósis, 424.

D

Digitalis: historia, 425.—Efectos fisiológicos, 427.—Efectos terapéuticos, 432.—Afecciones del corazon y del sistema circulatorio, 432.—Ascitis, hidrotorax, hidropericarditis, asma, congestiones, metrorragia, cianosis.—Fiebres mucosas.—Afecciones de los órganos secretorios y del sistema absorbente.—Ictericia, hidropesías, ascitis, contraindicaciones.—Lipitudo, hemoptisis.—Dósis, 437.

Dulcamara: historia, 438.—Efectos fisiológicos, 438.—Efectos terapéuticos, 441.—Fiebres catarrales, reumáticas.—Afecciones neurálgicas, escrofulosas, adenitis.—Escleroma, exantemas, dartros, verrugas.—Dósis, 446.

E

Euphrasia officinalis: historia, 446.—Efectos fisiológicos y terapéuticos, 446.—Estado catarral.—Oftalmía, coriza, bronquitis.—Dósis, 448.

FIN DEL ÍNDICE DE MATERIAS.


TRATADO METODICO Y PRACTICO
DE
MATERIA MÉDICA
Y DE
TERAPÉUTICA

v

PRÓLOGO.


Nuestro primer pensamiento fué el escribir una materia médica que abrazase todos los agentes de que se valen los diversos métodos curativos, y al efecto hemos trabajado muchos años con este objeto; pero nos hemos visto precisados á realizarle con mas concision y bajo un punto de vista mas práctico, concretándonos á una esposicion monográfica de cada medicamento.

Estudiarémos sus efectos sobre el hombre sano por grupos sintomáticos, desde la mas pequeña alteracion hasta los fenómenos tóxicos. No refiriéndose la esposicion á una medicacion general, no puede suscitar idea alguna preconcebida sobre sus propiedades. Espresamos con exactitud su unidad de accion y esta nos hace seguir las relaciones de los síntomas con las funciones y con los órganos, y nos eleva á la comprension de su electividad sobre las tres esferas orgánicas, nerviosa, sanguínea y vegetativa.

Los datos de la clínica no solo nos auxilian, sino que comprueban más y más las de la esperimentacion fisiológica.

Admitimos en fin, como elemento de estudio, las consideraciones etiológicas, nuestras propias observaciones, así como las de nuestros antepasados y contemporáneos.vi

Hemos observado hace mucho tiempo, que se empleaban con éxito unos mismos medicamentos contra enfermedades muy diversas, como por ejemplo, el acónito en afecciones espasmódicas, neurálgicas, febriles, catarrales; la ipecacuana en las mismas afecciones con, ó sin fiebre..... etc., todo lo cual ha sido para nosotros objeto de una grave meditacion. Notamos además que cada medicamento presenta varios grupos de síntomas, y que estos efectos fisiológicos se refieren á los aparatos de la sensibilidad, de la circulacion, de la digestion y de la plasticidad, pudiéndose deducir que su aplicacion á las diversas afecciones de estos aparatos, dependia de la accion especial de cada medicamento.

De las consideraciones espuestas surge un método de estudio mas completo y una division mas natural para la esposicion de cada medicamento; y esta division será mas ó menos perfecta para cada uno de ellos, segun que esté mas ó menos estudiado y observado, ó que su esfera de accion sea mas estensa, teniendo presente la marcha siguiente:

1.º Estado prodrómico y de invasion, ó influencia primitiva del medicamento sobre la esfera nerviosa;

2.º Estado agudo, ó influencia del medicamento sobre la esfera sanguínea;

3.º Estado agudísimo, es decir, nervioso grave, en cuyo período el sistema nervioso está afectado mas principalmente de un modo secundario, por la alteracion de sus modificadores fisiológicos, ó de sus propios órganos;vii

4.º Estado crónico ó influencia del medicamento sobre la plasticidad.

La esperimentacion fisiológica es la base de nuestro trabajo, siendo á Hahnemann á quien se debe la gloria de haber introducido este elemento tan esencial como nuevo en la materia médica. Los veinte primeros medicamentos que esperimentó, se llaman hoy policrestos por ser los mas conocidos. Su patogenesia, ó en otros términos, el conjunto de síntomas producidos por la esperimentacion, se halla en la primera obra que publicó sobre esta materia[1].

Mas tarde publicó sucesivamente seis volúmenes de patogenesia que tituló Materia médica pura[2], obra marcada con el sello del genio por la elevada sancion de los hechos y por las comprobaciones que cada dia recibe en obras publicadas por médicos de diversas escuelas, sobre un cierto número de medicamentos, tales como: la belladona, el fósforo, la cicuta, el hierro, el arsénico, la nuez vómica, el yodo, el cobre y el mercurio.

Para llenar nuestro objeto hemos consultado, no solo las obras de Hahnemann y de sus discípulos, sino tambien los tratados de materia médica franceses é italianos, los diccionarios, las colecciones periódicas, y varias otras publicaciones consagradas á esta parte del arte de curar.

Se ha ridiculizado á Hahnemann la minuciosidadviii de sus detalles, y se han criticado además otros tratados de materia médica y de terapéutica por sus generalidades, resultando, en nuestro concepto, un doble motivo para que este Tratado sea acogido con indiferencia, debiendo quizá habernos abstenido de hablar, pues creemos que existe cierta inclinacion á confeccionar, bajo un método completamente nuevo, una materia médica que el progreso de nuestros conocimientos y las necesidades del arte de curar justifican.

Las preocupaciones que una crítica infundada sostiene contra el método de Hahnemann, apartan de su estudio á un gran número de médicos á pesar de reconocer la vaguedad é inconsecuencias de los otros métodos terapéuticos. Iniciarles pues en este progreso; ayudarles á vencer las primeras dificultades de un estudio árduo; estender, en fin, el horizonte terapéutico sin romper con el pasado y atendiendo cuidadosamente al porvenir, es el objeto que nos hemos propuesto con la presente obra.1

INTRODUCCION.

I.—El medicamento y los medicamentos.

Los tres reinos de la naturaleza suministran sustancias que determinan sobre el hombre efectos contra-naturales: en esto consisten los medicamentos. Se distinguen de los alimentos en que estos solo determinan efectos naturales. Pero hay ciertas sustancias que participan de lo uno y de lo otro, es decir, de medicamento y alimento, y entre varias, podemos citar el aceite de hígado de bacalao, algunos frutos, y ciertas raíces.

El medicamento puede ejercer su accion sobre el hombre sano ó enfermo, y de aquí resultan los dos órdenes de efectos, fisiológicos y terapéuticos.

Los primeros son objeto de estudio del médico, tan indispensable como el de los efectos de las causas morbosas ó síntomas de la enfermedad, porque para transformar los efectos fisiológicos en terapéuticos ó curativos, es indispensable haber establecido antes la relacion de la enfermedad con el medicamento. Mas esta relacion, en el estado actual de nuestros conocimientos,2 ni es, ni puede ser mas que una relacion de analogía y de semejanza: hé aquí, pues, por lo que basamos nuestro Tratado sobre la ley de los semejantes.

Esta ley es por otra parte el principio y orígen de las indicaciones terapéuticas. Sabemos que se ha discutido la fórmula de esta ley; pero la esencia de la relacion de los medicamentos con la enfermedad, ha quedado la misma. No queremos, no, entablar una disputa de palabras.

El medicamento sin embargo cura de tres maneras ó procederes distintos: 1.º desarrollando en el organismo síntomas incompatibles con los de la afeccion morbosa, los cuales son disminuidos, adormecidos ó estinguidos; 2.º modificando al organismo en sus elementos constitutivos por una accion física ó química, es decir, ejerciendo una accion alterante, reconstitutiva; modificacion que puede esplicarse por una accion dinámica que vuelve al organismo su receptividad, á los tejidos y á los vasos su sensibilidad normal, y restableciendo la integridad y la armonía funcionales; 3.º obrando directamente sobre la vitalidad, por sus propiedades especiales y dinámicas, para disipar los síntomas de la enfermedad con la que tiene mas afinidad, mas semejanza, ó para combatir directamente su causa.

Estos tres procedimientos corresponden á tres métodos terapéuticos. A los dos primeros puede bastarles dósis mas ó menos fuertes. Se reservan las mas débiles para el tercero, que es el mas pronto y menos sujeto á percances. La supremacía pertenece siempre á la ley de los semejantes, que descansa sobre el tercer procedimiento.

Aunque la mayor parte de los medicamentos gozan de una unidad de accion incontestable en su tendencia3 general; sin embargo su accion constituye una série de efectos sucesivos y especiales, que no armonizan siempre con su unidad fundamental durante toda su evolucion y duracion. Despues, los efectos difieren segun las dósis, por lo que se reconoce en los medicamentos otros efectos que los especiales que resultan de las débiles dósis, porque hay muchos medicamentos que corresponden á diversos métodos terapéuticos. La ipecacuana, por ejemplo, que es antiflogística, antiespasmódica, antineurálgica y antihemorrágica, es tambien evacuante; el tártaro estibiado, el ruibarbo y los calomelanos tienen una accion evacuante además de su accion especial. No se pueden negar los efectos diuréticos del azoato de potasa, aunque no sean homeopáticos. El guayaco, el acónito y el carbonato de amoníaco, por sus efectos sudoríficos, corresponden á otros métodos que al de los semejantes. Las propiedades narcóticas del opio y de la belladona, que tienen sus indicaciones en el método de los contrarios, gozan de propiedades especiales tan diferentes como útiles en el sentido de la ley de los semejantes. Muchos medicamentos de los que vamos á tratar bajo el punto de vista homeopático, son tambien agentes de los métodos derivativo y revulsivo, etc..... y otros varios, por su aplicacion esterior, gozan mas de la propiedad de provocar irritaciones, la vesicacion..... etc.

Del mismo modo hay que reconocer los efectos alterantes de la mayor parte de las sustancias conocidas, es decir, la propiedad de determinar en los líquidos y sólidos un cambio insensible por el que vuelven á su estado normal; tal puede considerarse algunas veces la accion del arsénico, del bromo, del hierro, etc...., en la resolucion de los infartos glandulares, en la reconstitucion4 de la hematosis, en la reabsorcion de diversos derrames, en la cicatrizacion de algunas úlceras, etc....

Todos estos métodos curativos son imitaciones de la naturaleza que cura por sí misma las enfermedades dejadas á sus solos esfuerzos, ya por vómitos ó diarreas, por las orinas, el sudor, por una secrecion particular, ó ya tan solo por la vuelta insensible á la salud, etc.... Preciso es convenir en que estas imitaciones son con frecuencia muy incompletas, no solo en el modo de terminar (¿qué diferencia, en efecto, no hay entre las deposiciones, los sudores, las orinas críticas, y estas mismas evacuaciones provocadas por un medicamento?), sino mas aun en las relaciones de los períodos de las enfermedades; porque si los flujos críticos sobrevienen al fin de su evolucion para juzgar y terminar la alteracion patológica, los flujos provocados no producen esta resolucion ó sedacion mas que al principio; y cuando así obran, solo la completan supliendo á la insuficiencia de las evacuaciones críticas. Por otra parte, ¡cuántas veces no han agravado la enfermedad las evacuaciones provocadas!

La hidroterapia, la gimnasia, los viajes, todos los medios higiénicos capaces de auxiliar un tratamiento médico, ó de causar por sí mismos modificaciones orgánicas; de escitar una reaccion, y aun de restablecer la armonía funcional, son otros tantos agentes de curacion, ó auxiliares importantes que todo médico práctico admite sin oposicion.

Sin rechazar, pues, los otros métodos ó los medios accesorios de curacion, consagramos esta obra al método terapéutico basado sobre la ley de los semejantes, esponiendo los efectos fisiológicos de los medicamentos y deduciendo esperimentalmente los terapéuticos, pues5 están estos tan relacionados con los primeros, que generalmente nos ha bastado señalar entre los efectos terapéuticos los principales efectos fisiológicos, á fin de evitar fastidiosas é incesantes repeticiones, sin perjudicar por esto al diagnóstico de la enfermedad, que seguramente es igual al del medicamento.

En fin, así como la patologia natural no es susceptible de clasificacion (á no ser que se haga tan solo para facilitar el estudio) porque la clínica escrita no presenta jamás al observador los cambios fugaces de las enfermedades que la ciencia describe, divide y clasifica, así tambien la patogenesia, que es la patologia artificial, no puede clasificar los síntomas fisiológicos de los medicamentos, que constituyen enfermedades artificiales.

Es verdad que un gran número de medicamentos han producido por su esperimentacion en el hombre sano los dos efectos contrarios: boca húmeda, por ejemplo, y seca; orinas escasas y abundantes, estreñimiento y diarrea; verdad es tambien, que muchas veces las dos condiciones opuestas son curadas por un mismo medicamento, es decir, que este ha curado su semejante y su contrario, por lo cual se ha querido concluir que la ley de los semejantes era falsa. Esta objecion es puramente especiosa; pues si bien la distincion de los síntomas en primitivos y secundarios, no la resuelve, y ni el mismo Hahnemann que la estableció pudo justificarla; es un hecho que el medicamento, así como la causa morbosa, provoca síntomas diferentes ú opuestos en personas de constitucion y temperamentos tambien diferentes y opuestos. Esto no obstante, y á pesar que los dos síntomas contrarios, diarrea y estreñimiento, por ejemplo, en el acónito, brionia, cantárida y nuez vómica, etc..... tienen el6 mismo orígen, esto es, que la accion medicinal es la causa, ya obre sobre el sistema vascular de la mucosa intestinal, ó sobre la fibra del intestino, es indudable que, segun que se administren á sugetos irritables ó apáticos, biliosos, ó linfáticos, en un estado esténico ó asténico, etc..... así se presentará el estreñimiento ó la diarrea. Esta es la razon por la que hemos querido indicar para cada medicamento hasta donde la ciencia lo permita, las disposiciones orgánicas favorables ó análogas á las que él tiende á provocar.

¿No confirma la esperiencia el mismo resultado respecto á los efectos de las causas morbosas? Aunque una misma causa obre simultáneamente sobre varios indivíduos, en uno se desenvuelve una afeccion gástrica con diarrea, mientras que en otro es una cefalalgia con estreñimiento. Todos los dias observamos que un enfriamiento contraido en las mismas circunstancias, determina en una persona sequedad de la piel con descomposicion de vientre, en otro una irritacion en el pecho; en este dolor de cabeza con estreñimiento, y en aquel, vómitos, neuralgias, etc.....

El genio epidémico y de las constituciones médicas es la causa que ha inducido á algunos á no creer en la universalidad de la ley de los semejantes. Sabemos que el genio epidémico se descubre ó se aclara mas especialmente por la accion benéfica de los medicamentos, que menos responden á veces á los síntomas mas aparentes de la afeccion, que á su causa, aun cuando esta sea apenas sospechada por los síntomas poco conocidos en un principio, ó considerados como poco importantes. Reinó hace unos años una constitucion médica seudo-membranosa que se manifestó por anginas diftéricas, contra las que los habituales medicamentos,7 mercurio, sulfuro de cal, el bromo y la brionia entre otros, fueron tan poderosos como eficaces. Pero estos medicamentos son tambien utilísimos en otras afecciones para las que la ley de los semejantes indica otros distintos. Que la ley es positiva, no se puede negar; pero exige en su exacta aplicacion y para una curacion rápida, toda la sagacidad del médico, como sucede en las neuralgias sifilíticas y sicósicas, en las que el mercurio y la thuya son mas eficaces que el acónito y la belladona..... medicamentos al parecer indicados en el primer exámen del cuadro sintomático, y que particularidades poco sobresalientes y esenciales inducen mas á favor de los primeros.

Que el medicamento posee las propiedades de tal de una manera absoluta, es incontestable. Pero la accion de estas propiedades es relativa al estado en que se halla el indivíduo enfermo. Así se observa, que mientras en una epidemia produce buenos resultados un medicamento dado, en otra, al parecer semejante, es otro el mas eficaz.

Para hablar con exactitud, dirémos: que lo que las propiedades de los medicamentos tienen de absoluto, disminuye á medida que se aproxima á sus especialidades: los efectos físico-químicos son siempre necesarios, sea cual quiera el estado del sugeto; los efectos perturbadores y tóxicos son ya menos necesarios, pero los dinámicos son relativos.

II.—La naturaleza y el médico.

Todo este artículo supone y prueba el axioma que Hipócrates opuso á los errores de la terapéutica, y que le valió el nombre de padre de la medicina: Natura8 morborum medicatrix. Este principio solo puede ejercer su supremacía en el método homeopático basado en la ley de los semejantes, y que establece la relacion de la enfermedad con el medicamento. Tratado ya con bastante estension este asunto, nos creemos dispensados en esponerle didácticamente en esta ocasion.

No es indiferente consignar que esta ley se halla espresada por Hipócrates y otros médicos de la antigüedad. Los mismos preceptos clínicos la manifiestan de diversas maneras. Los medicamentos obran en el sentido de la naturaleza, ayudan sus esfuerzos, tienden á donde ella tiende: quò natura vergit eò ducendum.

Si la naturaleza no secunda la accion del medicamento, verdad hay en creer que por lo menos se ha dado en vano: natura repugnante irrita sunt omnia, porque sobre la naturaleza, sobre la fuerza vital es donde obra, y esta fuerza es la que le utiliza y le emplea para sus fines, cuando su accion la es análoga y simpática: natura morborum medicatrix.

No creemos á la fuerza vital tan impotente é incapaz de dirigir las sinergias morbosas, como lo han dicho algunos teóricos y Hahnemann mismo. ¿No es la fuerza vital la que dirige el consensus armónico de la salud y las acciones morbosas? Quæ faciunt in sano actiones sanas, eædem in ægro morbosas. La naturaleza con su ciencia ciega es mas poderosa y mas instruida que nuestra débil razon.

El arte es, pues, la imitacion de la naturaleza: ars imitatio naturæ; verdad que implica el conocimiento de los efectos fisiológicos de los medicamentos; por cuya razon la importancia del médico consiste en interpretar la naturaleza: naturæ minister et interpres. Debe subordinar sus medios de accion á la naturaleza9 para ayudarla, y no emplearlos para contrariar y oprimir sus tendencias.

La increible esposicion que bosqueja Mr. Trousseau de la homeopatía, la interpretacion singular que da de la ley de los semejantes; de su aplicacion y de la accion de las dósis infinitesimales; la oscuridad y las sospechas que difunde sobre la ciencia y los trabajos de los homeópatas, no pueden producir en el hombre erudito mas que la ventajosa opinion en favor de una doctrina que merece tan elevadas animadversiones y á la que, sin embargo, se la hacen incesantes concesiones.

Mr. Trousseau ha dicho, entre otras cosas, que la homeopatía se halla fuera del movimiento científico, que los homeópatas desprecian la fisiologia y las ciencias accesorias á la medicina..... Pero distan ya mucho sus convicciones de las espresadas hace treinta años. Confiesa despues que todos los medicamentos han sido ensayados en el hombre sano por los homeópatas, que han constituido una materia médica pura, en la que hay ideas muy preciosas sobre las propiedades especiales de los medicamentos y sobre una multitud de particularidades de su accion que ignoramos; ignorancia que conduce á que solo conozcamos de los agentes terapéuticos sus propiedades generales mas groseras; y que en presencia de las enfermedades que ofrecen cambios y tan variadas indicaciones, nos faltan con mucha frecuencia modificadores apropiados á estos cambios. Mr. Trousseau, que hace estas concesiones desde la altura de su cátedra, arroja á sus discípulos y á los prácticos una terapéutica formada de los antiguos sistemas que él ha criticado, reservándose el desden para un método superior al suyo.10

III.—Clasificacion.

Mr. Trousseau establece medicaciones que su carácter de generalidad las hace infecundas, en lugar de atenerse á determinar la especialidad de accion de cada medicamento en sus relaciones con las particularidades de cada enfermedad. ¡Ah! ¿cómo es posible concebir una doctrina que no dé al diagnóstico del medicamento la misma importancia que al diagnóstico de la enfermedad? Si es preciso conocer las enfermedades por el conjunto de sus síntomas, tambien lo es el conocer al medicamento por el conjunto de sus efectos fisiológicos. ¿Qué significan esas divisiones generales de las medicaciones en tónica, escitante, narcótica, etc.... reuniendo bajo la misma denominacion y proponiendo para lograr un mismo fin, sustancias tan diversas y destinadas á llenar indicaciones tan diferentes? Lo que Mr. Trousseau nos dice en seguida tratando de la medicacion tónica: que «estas analogías genéricas no impiden á cada especie del género, á cada indicacion de la especie, el tener su especificidad y su individualidad;» á lo que nosotros preguntarémos qué ha querido decir con esas fórmulas que afectan ó aparentan tener un rigor científico. Si el hierro es el hierro, y la quina la quina; si cada uno de ellos tiene su especialidad de accion, ¿á qué conduce la medicacion tónica? ¿Qué bienes podrán producir esas grandes divisiones que confunden los medicamentos y falsean las aplicaciones? ¿Porqué hacer de la belladona un narcótico, cuando al opio, á la cicuta y al acónito se les da la misma denominacion[3]?11

Mr. Trousseau que anatematiza á Hahnemann, va mucho mas lejos que él en la vía de la especificidad. Nosotros investigamos las indicaciones y los medios de llenarlas hasta donde es posible; estudiamos cada medicamento en los caractéres propios y distintivos de su accion, sea fisiológica ó terapéutica.

El profesor Giacomini de Pádua[4] parece no interesarse mas que por las fuertes dósis, que es el pecado comun de nuestra época; se afana por producir efectos, sean los que quieran, en lugar de tomarse el tiempo necesario para estudiar los efectos fisiológicos, que, aunque lentos, son mas verdaderamente especiales; efectos característicos de las dósis pequeñas, que se adaptan mejor á la sensibilidad orgánica y á las particularidades de las enfermedades. Su Tratado peca tambien por su clasificacion, que, bajo otros nombres, adopta las mismas generalidades y conduce á la misma confusion. Sin embargo, tiene este autor un mérito particular, que es el de haber fijado en algo la accion electiva de cada sustancia sobre los principales aparatos orgánicos.

En general, los terapeutistas modernos han reconocido la necesidad de introducir como elemento de la materia médica la observacion de los efectos de los medicamentos sobre el hombre sano. Hé aquí una confesion de los errores del pasado y de los defectos de la antigua materia médica, y al mismo tiempo un homenaje tributado á Hahnemann, y una base para el porvenir. Giacomini ha ido mas lejos que ningun otro en este12 sentido y hubiera ciertamente llegado á obtener resultados mas notables, si hubiese estudiado la accion de las dósis bastante mas pequeñas para no provocar ni los efectos de una perturbacion rápida, ni los esfuerzos eliminadores de la naturaleza previsora.

Por otra parte, creemos que es imposible una clasificacion de los medicamentos fundada en sus efectos fisiológicos y en sus propiedades, porque estos efectos y estas propiedades, aunque caracterizadas durante la plenitud de accion del medicamento, ofrecen no obstante grados y variaciones sintomáticas en los diversos períodos de su evolucion.

Esta accion que es una en sus tendencias y en su fin, se multiplica en sus efectos sucesivos; de suerte que el mismo medicamento tiene realmente muchos grupos de efectos fisiológicos, distintas electividades y varias propiedades, correspondiendo cada una de ellas á varias afecciones simples ó elementos morbosos.

Para confeccionar los autores sus clasificaciones, han debido sacrificar una parte de los efectos de cada uno de ellos, ó interpretar los demás en un sentido contrario. En la quina por ejemplo, se esplica su accion escitante y tónica por una teoría particular, contradiciéndose en el mismo capítulo, para darse cuenta de los efectos frio y calosfríos, atribuyéndoles por una esplicacion opuesta á una propiedad antivital, á un ataque directo dado á las fuerzas radicales del organismo, hasta el punto de asimilar este medicamento á la digital y al eléboro blanco (veratrina); se contradicen pues, para esplicar sus efectos neurálgicos y reumáticos por una accion escitante de la circulacion y de la sensibilidad.

Aun hay más: se sacrifican los medicamentos mismos á la necesidad de clasificacion. Mas sea por esta13 razon ó por cualquiera otra, es un hecho notable el abandono casi universal que se hace poco á poco de un gran número de medicamentos, y la facilidad con que se limita á paliativos en una multitud de males que se ha renunciado á curar, y á los cuales no se opone mas que la paciencia, si las cataplasmas, los baños é infusiones molestan por su inutilidad. ¿Estará el hombre destinado á padecer esa multitud de enfermedades crónicas, sin haber recibido del Creador la inteligencia para buscar los medios de curarlas? ¡No ciertamente! y si el práctico despues de haber comprendido la importancia de nuestros estudios para cada medicamento, quiere completarles mas con las colecciones especiales de patogenesias sirviéndose al efecto de nuestras indicaciones, bien pronto tendrá la satisfaccion de reconocer que dispone de una multitud de medios eficaces, no solo contra las enfermedades agudas y crónicas que ha convenido tratar, sino tambien contra esa multitud de males que se ha renunciado á combatirles, y cuya rebeldía y formas incesantemente variadas, le conducen en su despecho á acusar de incompleta la materia médica de nuestros dias.

El orden alfabético nos ha parecido preferible á toda otra especie de clasificacion, porque ni altera la unidad del medicamento, ni prejuzga nada sobre su accion y propiedades. Preciso es convenir en que esta ventaja compensa ámpliamente los ligeros inconvenientes que puedan atribuírsela. Porque la clasificacion misma por grupos de medicamentos correspondientes á los elementos morbosos, inflamacion, dolor, espasmo, ataxia, reumatismo, etc..... aunque opuesta á las grandes divisiones de que hemos hablado, y no obstante su pretension de dar mucha mas claridad en la apreciacion de14 la accion de cada sustancia, no es menos imposible en el estado actual de nuestros conocimientos.

Respecto á la clasificacion por grupos segun la analogía de los medicamentos, ya ha sido ensayada por la escuela del Brasil[5] y mas recientemente por el doctor Teste[6]. Si los esfuerzos de nuestro ilustrado correligionario no han podido vencer las dificultades inherentes á su objeto, tiene el mérito por lo menos de haber intentado lo que el porvenir realizará.

IV.—Efectos fisiológicos.

En el fondo de todas las patogenesias, se halla siempre una accion primordial del medicamento sobre el sistema nervioso. Esta accion se espresa por dejadez, por alteracion en la calorificacion y por indisposiciones morales. La referida accion es notable, no solo por su unidad original, sino porque puede representar el período de invasion de casi todas las enfermedades, cuando la sensibilidad, la irritabilidad y la calorificacion son las únicas afectadas.

Muchos medicamentos producen fenómenos de concentracion, de espasmos que preceden á la reaccion febril, á la cual suelen unirse algunas veces las neuralgias. Estos fenómenos difieren esencialmente de los síntomas nerviosos graves, en que estos se presentan en el período sobreagudo de ciertas fiebres; fácil es además conocer la distancia que separa á estos dos órdenes de fenómenos, comparando por ejemplo los fenómenos15 de la brionia, el zumaque venenoso, el acónito, la belladona, el fósforo.....

Otros varios no han desenvuelto fiebre en la esperimentacion y los resultados clínicos permiten afirmar que algunos son apiréticos. Los demás afectan igualmente á la vida vegetativa ó la plasticidad, que á la circulacion.

Para los medicamentos piréticos mas conocidos, el segundo período, el período de espansion ó febril tiene numerosos síntomas que espresan frecuentemente un estado sobreagudo. Estos medicamentos representan la mayor parte de las afecciones graves piréticas en su período clásico de reaccion. En esta ocasion, es cuando el medicamento hace sentir su accion mas allá de los aparatos de la sensibilidad y de la circulacion, llegando á veces hasta los de la nutricion y de la plasticidad.

Viene despues el estado subagudo, que es el en que la vida ha resistido convenientemente y que se ha sobrepuesto á las causas de descomposicion. Esta faz intermediaria entre la agudeza y la cronicidad sigue la marcha ó el período de la crísis, y da lugar al restablecimiento de la armonía funcional, ó á la cronicidad; pertenece á todos los medicamentos piréticos como el cuarto período.

A medida que la accion del medicamento se estiende y propaga á todo el organismo, la afeccion de la plasticidad se pronuncia mas y domina; se declaran las localizaciones y absorben los movimientos vitales, ó bien se presenta una discrasia con síntomas de alteracion de los líquidos y sólidos propios á cada medicamento; se desenvuelven alteraciones dinámicas, y se declaran perturbaciones funcionales, porque son las razones de ser en las lesiones de los órganos, ó de su estímulo; se16 alteran los humores como los tejidos, y se declaran lesiones orgánicas: este es el cuarto período, es decir, el estado crónico.

Este período es estraño á varios medicamentos, sin que se pueda atribuir en todos, á la imperfeccion de los ensayos fisiológicos, puesto que la coloquíntida estudiada esperimentalmente por Hahnemann mismo, carece de este órden de fenómenos crónicos. Los que son susceptibles de determinarlos, ofrecen variaciones muy notables en sus espresiones sintomáticas, y son poderosas armas para hacer frente á las formidables tribus de las lesiones orgánicas y de las caquexias.

Así como un gran número de enfermedades se confunden en su principio hasta el punto que no es posible saber muchas veces si se presentará una fiebre inflamatoria, intermitente, tifoídea, una neurose, un catarro, etc..... así tambien los síntomas primordiales confunden la mayor parte de los medicamentos en cierta alteracion de la inervacion. En este caso, todos los medicamentos se parecen. Por esta razon juzgamos pueril y anticientífica la falta tantas veces lanzada contra la materia médica pura, de dar á todos los medicamentos un gran número de síntomas que se asemejan y parecen confundirlos.

Las enfermedades solo se caracterizan bien en su período de agudeza; el estado crónico conduce á las indecisiones del principio; del mismo modo los medicamentos no son bien conocidos sino por sus síntomas agudos.

La naturaleza pues justifica nuestro método que agranda considerablemente y precisa la accion de los medicamentos; permite caracterizar los síntomas que se observan en la mayor parte de las enfermedades,17 por particularidades de conjunto y de detalle que sirven de base á las indicaciones.

Sabido es que las diferencias que existen entre los síntomas de los diversos medicamentos, son algunas veces casi inapreciables aun para el observador mas atento. ¿Pero sabria este observador distinguir mejor las diferencias de estos mismos síntomas en muchas enfermedades? Citaré un ejemplo: todas las fiebres están acompañadas de alteraciones de la digestion, del calor, de las secreciones..... en unas, la materia de las deposiciones diarréicas es amarilla, verdosa, negruzca, mucosa, acuosa, etc..... en otras, las evacuaciones son precedidas, acompañadas ó seguidas de vértigos, de incomodidades, de cólicos. Coexiste tambien, unas veces sed ó adipsia; otras, humedad ó sequedad de la piel, cefalalgia, timpanitis ó flojedad del vientre..... Pero en todas hay fenómenos sobresalientes: estreñimiento, sudor, neuralgia, vómitos..... cada uno difiere por su espresion y sus accidentes, en cada medicamento, como en cada fiebre. Todos estos cambios de un mismo síntoma y sus epifenómenos constituyen el diagnóstico diferencial en patologia como en patogenesia, y obligan al práctico á hacer el exámen mas minucioso.

V.—Dósis infinitesimales.

Las dósis infinitesimales han suscitado una multitud de cuestiones que están aun por resolver, relativas á la repeticion, alternacion, duracion de accion y cantidad. Se cree generalmente que es necesario repetir las dósis de un medicamento con tanta mas frecuencia, cuanto mas aguda sea la enfermedad. Está tambien admitido dar dos medicamentos, no mezclados, sino alternados,18 como por ejemplo, una cucharada de hora en hora, una vez de acónito, y otra de manzanilla.

Respecto á la duracion de accion, há ya mucho tiempo que se la viene dando la misma importancia y aun los mismos límites que marcó Hahnemann. Bueno será advertir que seria injusto olvidar sus preceptos respecto á este asunto. Que las afecciones agudas gastan rápidamente la accion de los medicamentos, y que exigen una repeticion mas ó menos frecuente; que muchas crónicas no ceden bien sino á dósis pequeñas dadas á largos intérvalos, es un hecho incontestable adquirido por la esperiencia.

Es natural ciertamente que al abrazar el método que adapta el medicamento á la enfermedad por la ley de los semejantes, se detenga un médico ante tan pequeñas dósis; pero nadie ignora, que cuando prácticos distinguidos las prefieren á las fuertes, arrostrando la injuria ó el ridículo, es porque creen y les consta, que son mas útiles. Esta conducta merece ser tomada en consideracion por tres razones: la primera, porque han estudiado los efectos fisiológicos de los medicamentos; la segunda, porque su reputacion está interesada en la curacion; la tercera, porque emplean los medicamentos por la ley de los semejantes.

Los principiantes no deben fiarse en las dósis miasmáticas, imponderables, infinitesimales, dinamizadas, como quieran llamarlas, sin estar antes convencidos por sí mismos de su eficacia en los casos en que la accion del medicamento esté en relacion con la enfermedad. La última ilusion que les abandona, es la que les hace recordar el gran poder curativo de las dósis fuertes. Poco á poco y con la fuerza de los hechos es como llegan á creer en el poder de las pequeñas.19

No hay perjuicio en que empiecen por dósis mas sensibles. Les dirémos al efecto, que pueden en general emplear con ventaja en las enfermedades agudas y en las recrudescencias de las crónicas, algunas gotas al dia de la tintura del medicamento indicado, ó algunos decígramos de su trituracion.

Se puede con mas frecuencia que la que muchos médicos creen, administrar dósis mas fuertes aun. No afirmarémos que sea posible dar hoy reglas para este objeto, pero multiplicados hechos atestiguan la exactitud de esta asercion para cierto número de casos. Por otra parte, segun Koch, «cuanto menos análogo sea el medicamento, mas frecuente debe ser la repeticion,» y Gross agrega, «y mas puede elevarse la dósis.» Este último pretende, que lo que falte al medicamento de analogía, de semejanza, debe compensarse con aumentar la cantidad. Debemos consignar que estos casos son escepciones.

Añadamos que en la época en que Hahnemann proclamaba la necesidad de las dósis muy débiles, las llamadas infinitesimales, exigia imperiosamente un régimen rigoroso, mejor dicho, imposible. La esperiencia ha demostrado que es preciso descender de las alturas especulativas en que aquel se mantuvo, y dar mas latitud al régimen sin que sea necesario aumentar las dósis, porque las infinitesimales gozan de cierta independencia, es decir, que se escapan á las combinaciones químicas, y que sus moléculas se sustraen á las acciones y reacciones de las sustancias gástricas y de los elementos químicos de la economía[7].

La accion de las dósis muy débiles cuenta hace mucho20 tiempo con numerosas adhesiones, y es el objeto de sérias preocupaciones desde que las ideas de Hahnemann invadieron las escuelas.

Mr. Trousseau ha podido decir sin causar admiracion: «Si se quiere obtener los efectos especiales de los medicamentos, es necesario administrarlos generalmente á pequeñas dósis, porque entonces sus efectos comunes son poco sensibles.»

Este profesor al proclamar las dósis mínimas y de ningun modo comparables á las dósis de los compuestos actuales, ha conmovido el edificio de la posologia ordinaria y cada dia mas condenada por algun órgano de la ciencia.

El director del Moniteur des sciences médicales et pharmaceutiques[8], con motivo de los hechos sometidos á la Academia por el doctor Rilliet sobre la accion de las dósis muy débiles, manifiesta una viva impaciencia por ver resueltas las cuestiones de posologia, y dice: «Es preciso que la discusion se establezca sobre este punto de una manera categórica. La oscuridad que se deje sobre esto, puede tener consecuencias mas tristes en el espíritu de la ciencia que lo que á primera vista aparece.»

El doctor Bossu dice por su parte[9]: «¿Es necesario refugiarse con Mr. Velpeau en la singularidad de los efectos de las pequeñas dósis de los medicamentos sobre el organismo? Cuestion es esta que merece una formal atencion y que está llamada á provocar, mas tarde ó mas temprano, una esperimentacion concienzuda y sostenida de los principales agentes terapéuticos.»21

Y Mr. el doctor Diday[10] esclama á propósito de las pequeñas dósis: «Cuestion candente que se ha procurado evitar, pero que será preciso abordar, mas ó menos pronto, con todo el cuidado que exige.»

Es necesario muchas veces llegar á dósis tan débiles, que no tienen otro elemento de conviccion que la propia esperiencia, la cual demuestra bien pronto: 1.º que cuanto mas irritables y dotados de fuerza de reaccion son los sugetos, tanto mas atenuadas deben ser las dósis; 2.º que estas dósis, en las enfermedades crónicas, tienen una accion de mayor duracion, hasta dos y tres semanas para algunos medicamentos; 3.º que cuanto mas nerviosos, irritables y delicados son los enfermos, menos regular y durable es la accion: «reaccion fuerte y temperamento vigoroso son las condiciones mas favorables[11];» 4.º que el punto mas esencial es la eleccion del medicamento semejante.

Consagramos algunas líneas al tratar de cada medicamento para indicar las dósis, por lo que ahora no entramos en detalles posológicos. Esto no obstante, tanto aquí como despues, decimos algo sobre los diversos grados de debilitacion y atenuacion de las dósis; pero el que quiera mas detalles, le recomendamos la Farmacopea de Jahr y Catellan[12]. En esta obra hallarán todo lo que concierne á la eleccion de las sustancias, su grado de pureza, las cantidades determinadas para las atenuaciones, los procedimientos y vehículos usados. No hemos querido hacer mas voluminosa esta obra con nociones que se hallan fácilmente en otra parte, ni con22 la descripcion de los caractéres físicos, químicos y de historia natural mas ó menos familiares á todos.

Siendo la tintura ó alcoholatura la preparacion mas constantemente igual en sus proporciones y en su grado de actividad, cuando se la hace en tiempo conveniente y con las partes determinadas de las sustancias usadas, la indicamos casi con esclusion de los estractos, de los jarabes, de los polvos..... Para las sustancias salinas, minerales y las que no se emplean disueltas en el alcohol, nos limitamos á la preparacion que consiste en dividirlas por trituraciones sucesivas con azúcar de leche, escluyendo todos los compuestos que no permiten conocer la proporcion exacta de la sustancia y el grado de su atenuacion. Desechamos con mas razon toda especie de mezcla y todo medio accesorio capaz de alterar la accion del medicamento.

VI.—Accion química y dinámica del medicamento.

Es evidente que muchos autores, en odio al dinamismo, han elevado hasta el absurdo sus pretensiones quimiátricas. Esplican la accion de los medicamentos por sus efectos químicos sobre la sangre, sin meditar que las dósis mas débiles, dósis que no pueden tener accion mas que sobre la vitalidad y por esta sobre los líquidos y sólidos, producen frecuentemente los mismos efectos, y aun mas prontos y mas durables.

Una de las últimas memorias presentadas á la Academia imperial de medicina[13], nos da un ejemplo. Quiere el autor esplicar la accion del percloruro de hierro en el tratamiento de la púrpura hemorrágica, y23 atribuye los efectos á su accion directa, es decir, química, sobre la sangre. Es completamente un absurdo.

Se apoya, es verdad, en diversos autores y particularmente en Burin-Dubuisson, que es el que á su manera ha tratado con mas estension del percloruro de hierro. Se imaginan que esta sustancia obra justamente sobre los capilares en el sitio de la hemorragia (es cuestion de hemorragias internas) como si se aplicase directamente sobre los vasos abiertos de una úlcera ó de cualquiera otra solucion de continuidad. Primeramente se administra este medicamento en el estado de pureza, al interior: se le dilata despues en una gran cantidad de líquido; se mezcla en seguida con los ácidos y mucosidades de las vías gástricas; en fin, una vez absorbido, se diluye aun en los humores que le sirven de vehículo; y si habia de obrar químicamente, lo haria primero sobre las superficies de absorcion, ó sobre la red de vasos que están en contacto inmediato con él. Pueril es á la verdad insistir sobre este asunto, pues apenas se comprende cómo se puede adoptar semejante opinion, mas bien que reconocer la accion especial y vital del medicamento, su accion dinámica sobre el sistema nervioso, por la cual son modificadas muchas veces con increible rapidez las condiciones vitales de los órganos que son el sitio de la hemorragia.

Las mismas consideraciones pueden servir para establecer la verdadera accion del hierro en la anemia. Esta accion es de tal modo vital, que el medicamento obra soberanamente, lo mismo, y mas particularmente á dósis muy débiles. Por otra parte el hierro no cura todas las anemias hasta donde es necesario.

La esperiencia obliga á reconocer una anemia paludiana, mercurial, sifilítica, escrofulosa y la cancerosa.24.... Hay mas de un medicamento distinto que goza de mas eficacia que el hierro en las diversas anemias. No está demostrado, ha dicho Mr. Claude Bernard[14], que la causa de la clorosis resida en la falta de hierro en la sangre. Muchos trabajos modernos tienden á probar, y Mr. Reveil lo ha demostrado, que á pesar de la disminucion de los glóbulos de la sangre, esta contiene las mismas proporciones de hierro; justa y racional es la tésis que sostenemos, á saber: que la accion dinámica del medicamento produce los efectos que se atribuyen falsamente á su accion química, no solo en las circunstancias ordinarias, sino aun en aquellas para las que se han dado las esplicaciones que combatimos, y en otras de este género. Separamos sin embargo los casos en que el medicamento suministra moléculas á la absorcion y tiende á modificar las cualidades químicas de los líquidos y los sólidos, por una accion que llamarémos alterante ó reconstitutiva, pero unida necesariamente á su accion dinámica, la única quizá que será admitida algun dia, porque puede bastar á esplicar la accion alterante por la modificacion favorable de las condiciones vitales de la hematosis.

Al hablar de la accion de los medicamentos, nos servimos de las palabras dinamismo, efecto dinámico, con las que queremos dar á entender, no una fuerza pura en accion, sino una fuerza que no es ni puede estar separada de la materia. Hace diez años dijimos[15], que las moléculas asimiladas, una vez sometidas á la fuerza vital, no perdian ni su individualidad, ni la vitalidad ó25 propiedades químicas, y que la propiedad del medicamento era un compuesto de su dinamismo especial y de sus moléculas; que de aquí la necesidad de admitir, no el dinamismo puro segun la idea que suscitara la palabra, sino una accion vital y molecular, una accion dinámica sobre la sensibilidad y contractilidad (efecto nervioso), y sobre los líquidos y los sólidos (efectos sanguíneos y alterantes).

Es evidente que las moléculas de un medicamento llevan su accion, por medio de la absorcion, hasta los últimos elementos orgánicos, es decir, hasta las fibras y las celdillas rodeadas de una atmósfera nerviosa y vascular. En estos elementos es donde se verifican los fenómenos íntimos de la vida al contacto de las últimas ramificaciones nerviosas y vasculares. En estos elementos es donde tambien suceden las acciones medicamentosas dinámicas, teniendo por base la molécula orgánica y por agente la molécula medicamentosa; acciones que no pueden por consiguiente en caso alguno ser químicas como se viene admitiendo de que los medicamentos pueden serlo en las primeras vías ó en la superficie de los tejidos con los que se ponen en contacto, por sus masas mas ó menos divididas, con la materia de los sólidos y de los líquidos.

No nos hemos distraido de hablar del medicamento como agente dinámico, por ocuparnos de las propiedades evacuantes, derivativas, etc..... de algunos de ellos. No hemos dicho nada de los medios domésticos tan útiles algunas veces. El baño tibio, y en general el agua templada, en tisana, lavativas y fomentos, calma el eretismo, relaja la fibra y dispone al organismo á recibir la accion de un medicamento destinado á combatir una congestion, á regularizar los movimientos vitales.26

El agua fria en locion, lavativa, infusion, ó aplicada por medio de un lienzo empapado, en pediluvios, y aun por inmersion instántanea, estimula la reaccion, disipa el frio de una manera durable, entona la fibra, fortifica los tejidos y los escita. Muy frecuentemente las cataplasmas pueden ser reemplazadas por compresas humedecidas incesantemente con agua templada ó fria, ó de una solucion del medicamento dado al interior.

Se puede tambien en algunos casos recurrir á la accion de ciertas aplicaciones que por la rubefaccion cutánea que producen, pueden ayudar á la medicacion interna y regularizar la reaccion.....

Aunque limitamos considerablemente los casos en que una revulsion, una evacuacion...... parecen útiles, estamos muy distantes de condenarlas de un modo absoluto: estos medios indirectos son á veces necesarios á falta de un medicamento directo y bien semejante.

Una observacion mas relativa al régimen. Importa arreglar la alimentacion desde el momento en que pueda ser conveniente. Todos sabemos la importancia del régimen en las enfermedades crónicas. Pero recomendamos á los que sean muy severos, que atenuen sus exigencias, pues hay mas que temer de las innovaciones muy bruscas en las bebidas y alimentos habituales.

La dieta no debe ser muy severa, porque importa no perjudicar á la accion del medicamento por las simpatías de un estómago cuyas fuerzas, estando libres, reaccionan dolorosamente sobre otros aparatos. Es conveniente que los jugos gástricos no permanezcan mucho tiempo sin sufrir algun trabajo de digestion por la ingestion de alimentos adaptados al estado del enfermo. La leche es con frecuencia un medio de restablecer la salud. El instinto que impulsa al enfermo á desear tal27 ó cual especie de alimentos, no debe mirarse con indiferencia.

La dieta prolongada mas allá de los justos límites, determina algunas veces en las afecciones febriles fenómenos atáxicos y pútridos. Es de observacion que las heridas y las lesiones tratadas tan felizmente por el árnica, se curan tanto mas pronto, cuanto menos severa ha sido la dieta; la fiebre misma en lesiones graves se combate y cura con mas seguridad, si se ha tenido el cuidado de dar á intérvalos convenientes una alimentacion ligera, como la sustancia de pan, para ocupar lo menos posible las fuerzas especiales del estómago y del tubo digestivo. En este caso es preciso fiarse del medicamento.

Pero no nos hemos propuesto redactar preceptos que se hallan en un gran número de obras especiales, ni dar reglas higiénicas ó dietéticas.

Entremos en materia.


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TRATADO METÓDICO
DE
MATERIA MÉDICA
Y DE
TERAPÉUTICA.


ACÓNITO (Aconitum).

§ I.—Historia.

Planta de la poliandria triginia de Linneo; de la familia de las ranunculáceas de Jussieu. Esta familia tiene muchas especies casi igualmente activas, y sus propiedades bastante semejantes; pero solo se ha estudiado el acónito napelo, y á él dedicamos este capítulo.

Mucho se ha escrito sobre el acónito; pero en nuestro concepto, solo la escuela hahnemanniana le ha tratado de una manera completa. Para convencerse, basta leer las páginas que le ha consagrado Giacomini. Mr. Trousseau hace de él[16] un simple estupefaciente ó narcótico, á pesar de la multitud de hechos que patentizan sus propiedades antiflogísticas y antineurálgicas, así como su estensa esfera de accion. La ciencia posee otros trabajos muy juiciosos, pero sus autores no han pretendido estudiar mas que una parte de las propiedades de este medicamento. Tal es Mr. Imbert Gourbeyre, que,30 en una escelente memoria, considera al acónito tan solo como antineurálgico.

Aunque el acónito ha sido usado en todos tiempos, las observaciones de los antiguos son poco seguras para estar ciertos de la identidad de la planta empleada. Es preciso llegar á Stoerk para obtener las primeras observaciones sobre este medicamento. Este práctico llama vivamente la atencion de sus contemporáneos sobre el acónito, que administra como igual á la cicuta, en las afecciones reumáticas y aun en tumores escirrosos. Desde entonces, el acónito ha sido empleado por muchos médicos, pero en multitud de enfermedades diferentes. Hahnemann le somete á esperimentaciones sérias en el hombre sano y las comprueba despues en la práctica. Él es el que determina mas exactamente sus propiedades, dotando á la terapéutica de uno de sus agentes mas usados. Staps, Ruckert, Wahle, Baldriani, Devay, Pereira y otros muchos han contribuido bastante á este resultado. En medio de documentos de todo género, no podriamos limitarnos á un estudio práctico, adoptando una division que nos permita utilizarlo todo, sin separarnos de la concision que nos hemos impuesto.

La accion del acónito no ofrece el desarrollo continuo de efectos que se puedan comparar á una enfermedad completa y que deba oponerse á los síntomas de la misma en el órden sucesivo de su aparicion. Esto parece que obliga á atenerse al método empleado por los esperimentadores; pero no se opone á que se reunan los elementos por un sistema de racional apropiacion del medicamento á la enfermedad, agrupando los síntomas por funciones y aparatos, refiriéndoles á su orígen y marcando los que caracterizan su accion.

Mas si las enfermedades complejas no hallan en el31 medicamento el conjunto de síntomas segun su evolucion sucesiva, no por eso dejan de estar en correspondencia con él en algunos de sus períodos que pueden determinarse. En cuanto á las enfermedades simples, están fielmente representadas en algunos grupos sintomáticos del medicamento apropiado.

§ II.—Efectos fisiológicos.

El acónito abraza en su inmensa esfera de accion un gran número de afecciones ó de períodos de enfermedades. Es el medicamento mejor adaptado al elemento inflamatorio, al elemento fluxion sanguínea y á la hiperemia arterial; y quizá, en todos sus diversos síntomas y hasta en sus especialidades, afecta al árbol arterial de una manera hiperesténica.

Muchos autores le atribuyen el aumento de la actividad de las arterias y la hemitis. Algunos estienden su influencia al sistema fibroso cuya vitalidad exalta; Rau nos da de la hiperestenia arterial del acónito una esplicacion que me parece convendria mejor á otros medicamentos. Cree que proviene de que no obrando el acónito sobre el sistema venoso, resulta un éstasis sanguíneo en los vasos de esta parte del sistema circulatorio, ó una congestion pasiva de los capilares.

Tampoco han faltado médicos eminentes que asignen á la inflamacion una falta de vitalidad y de tono del sistema sanguíneo, aun el arterial; la fiebre para estos no es mas que un signo de debilidad de la vida, relativamente á la potencia de la causa morbosa. Esto es opuesto á lo que pretende la escuela vitalista en sus opiniones sobre la reaccion; todo lo cual nos importa poco.

La accion del acónito sobre el corazon y el sistema32 arterial se manifiesta en la universalidad de sus síntomas con una persistencia notable, que tambien se halla en el fondo de otros medicamentos con diferencias de forma que les son peculiares. Ello es que esta accion se manifiesta por el intermedio del sistema nervioso. Así se esplica que el medicamento pueda compararse á la causa morbífica, porque todas las afecciones morbosas son unas, como las afecciones medicamentosas, por la unidad del sistema nervioso y el consensus funcional: Est tamen una ei eadem omnium morborum forma et causa.

Es lo cierto que los síntomas del acónito en general demuestran una espansion inseparable del orgasmo sanguíneo y de la sobreescitacion del sistema arterial, y que esta exaltacion de la vitalidad procede de dentro á afuera; no es menos verdadero que una parte de sus síntomas denotan una debilitacion de la vida, no pura y simple, sino acompañada de irritacion y de tension con contraccion. Este doble movimiento de espansion y de concentracion se halla en todos los medicamentos en diversos grados de intensidad, como lo verémos, con la diferencia, que la espansion y el movimiento á la periferia dominan en unos, como en el acónito, belladona, etc., y que en otros, como en el arsénico, ácido fosfórico, etc., es la concentracion, la acumulacion de la actividad vital sobre los centros la que prepondera. Estos movimientos de espansion y de concentracion no varian tan solo en intensidad para cada medicamento, sino que ofrecen orígenes distintos, relaciones singulares con ciertos aparatos orgánicos, lo cual es comun á la accion de todos los medicamentos, y lo que les aproxima por un carácter tan decidido de la accion de las causas morbosas.33

La fiebre del acónito ofrece tal aspecto, que cualquiera creeria al organismo bajo la influencia de un esceso de electricidad que se acumulase en la periferia ó sobre las superficies internas, las mucosas.

Esta observacion, que es sin duda prematura en el estado actual de la ciencia, se adapta de diversas maneras á todos los medicamentos piréticos, y quizá encierre la solucion de las dificultades que se esperimentan en referir á un estado orgánico ó funcional determinado, las variaciones que sufren las secreciones en sus cualidades físicas y en su composicion química. Así es como la saliva es algunas veces ácida y el sudor alcalino, lo cual es lo contrario del estado normal. Pero si la piel representando el polo positivo da productos ácidos, y las mucosas funcionando como el polo negativo dan productos alcalinos, ¿no habria inversion de los polos, cambio de electricidad, cuando los productos sufren una alteracion igual? ¿Y no podria tenerse á los medicamentos como modificadores de este estado? Abandonamos estas ideas al lector sin detenernos mas ni volver á reflexionar sobre ellas, aun cuando muchos medicamentos se prestan á hacerlo: así pues, los sudores son siempre ácidos cuando el conjunto de síntomas exige acónito; los sudores dulzosos y alcalinos no son nunca de su competencia, y corresponden perfectamente á la brionia. Repetidas veces hemos hecho observaciones de este género. Las deyecciones coléricas nos han parecido completamente neutras, y constituyen uno de los mas notables caractéres del eléboro blanco.

La indicacion esencial del acónito se funda en que la afeccion morbosa que le corresponde, tiene su punto de partida al interior. Que la fiebre exista ó no con localizacion de la inflamacion, la pars mandans está siempre34 en la impresion recibida por los centros nerviosos y trasmitida al corazon. Esto es lo que hace tan importante al acónito en casi todas las fiebres, y por lo que tiene el sobrenombre de antiflogístico por escelencia, y esto es lo que le diferencia positivamente de la árnica.

Las causas de las enfermedades en las que el acónito es mas útil, confirman la importancia de este dato y la naturaleza de su accion electiva sobre el sistema circulatorio. Estas causas son: una escitacion moral caracterizada por un movimiento de concentracion al que suceden la espansion y el reflujo de la sangre á la superficie, como el espanto y la indignacion contra los cuales se rehace; la accion de un viento frio y seco que concentra la actividad sobre los centros y provoca su accion espansiva; el temperamento sanguíneo, una vida animal y de inercia, una alimentacion muy nutritiva, la juventud y la adolescencia.

Las causas de las agravaciones, tales como el vino, el tacto, el movimiento, aun el de inspiracion, cualquiera movimiento de la parte afecta, el calor, el aire de las habitaciones cerradas, el ruido y una luz muy viva están en los mismos casos. Las causas contrarias, como el aire fresco, la espiracion, la distraccion, el reposo, el silencio y la calma, alivian.

Los síntomas conocidos del acónito se prestan mejor que ningun otro medicamento á la division en estado prodrómico, agudo, sobreagudo y crónico. Esta division surge naturalmente de la accion especial y progresiva del medicamento sobre la economía. Su primera impresion sobre el sistema nervioso comprende un gran número de síntomas que corresponden al período prodrómico de la mayor parte de las enfermedades febriles; su accion sobre el sistema sanguíneo representa35 su período agudo, y su accion consecutiva sobre el sistema nervioso, es decir, la afeccion de los centros bajo la influencia de las alteraciones generales suscitadas en el organismo, responde al período nervioso ó sobreagudo de algunas fiebres. Por su accion diatésica en fin, el acónito ofrece síntomas análogos á los de varias enfermedades crónicas.

Verémos despues medicamentos cuyos síntomas ofrecen poca ó ninguna analogía con el período prodrómico de las enfermedades agudas; que otros tampoco la tienen con el período maligno ó crónico; así es que cada agente terapéutico tiene su especialidad; cada uno corresponde á una ó mas fases diferentes de la enfermedad; cada uno manifiesta una esfera de accion mas ó menos estensa; y el medicamento que mejor corresponde á la agudeza de tales afecciones piréticas, no siempre está en analogía con la malignidad ó alguna otra faz ó período de la enfermedad.

Cuando la materia médica agrande el círculo de sus estudios, no tanto en la adquisicion de agentes nuevos, como esperimentando mejor los que ya posee, estenderá considerablemente la esfera de accion y precisará mas sus indicaciones. Hé aquí pues el objeto de nuestra obra, tan difícil y aun atrevida quizá, pero que se ha hecho necesaria, y que facilitarán su redaccion los mas completos materiales: en atencion pues á nuestro buen deseo y á las inmensas dificultades que nos hemos esforzado en vencer, juzgamos serán motivos justos para escusar sus muchas imperfecciones, y que agradecerán sin duda su publicacion los médicos interesados en el progreso de este ramo tan atrasado de nuestros conocimientos, el mas importante, la terapéutica.36

§ III.—Efectos terapéuticos.

1.º Estado prodrómico.—Por variados que sean los síntomas nerviosos del acónito, tienen relativamente una marcha mas constante que en otros medicamentos, y una fijeza de accion mas pronunciada. Este carácter de fijeza se hace aun mas notable en sus síntomas flegmásicos (período agudo), nuevo motivo para referirle al elemento inflamatorio.

Distinguimos en las enfermedades dos especies de fenómenos nerviosos: los de los prodromos debidos á la impresion de la causa morbosa, y los que suscitan las simpatias de los órganos profundamente atacados, ó la afeccion de los sólidos y líquidos que reaccionan sobre los centros nerviosos. Estos dos órdenes de síntomas tienen sus análogos en el acónito y en otros varios medicamentos. Los primeros pertenecen al período prodrómico, y los segundos al sobreagudo y diatésico. Veamos los primeros.

El frio y calosfríos cutáneos del acónito son esteriores, pero precedidos de indisposiciones internas, de bocanadas de calor y de frio procedentes del interior. Estas sensaciones internas que se desplegan en la superficie, en frio mas ó menos intenso con azulamiento limitado de los dedos de las manos, sin impresiones lineales en los miembros, se prolongan por algunas horas, rara vez por dias, hasta que el sistema circulatorio empieza á intervenir activamente. El espasmo contractivo de los capilares determina el éstasis sanguíneo en la periferia, éstasis eminentemente activo y espasmódico. Los vasos arteriales y el corazon mismo sufren una tension contractiva de sus túnicas musculares y fibrosas, que comunica al pecho un ritmo seco,37 tenso, y provoca palpitaciones, ansiedades precordiales, síncopes.

Todo en la economía está vinculado al espasmo central; el cerebro por el vértigo, la sensacion de vacilacion, de contusion, de tirantez; el estómago por sensaciones análogas y por náuseas; el sistema muscular por su debilidad, su endolorimiento, sus dolores erráticos y su lumbago; la piel por su frio, su palidez, su sequedad; las mucosas en fin, por la aridez ó sus flujos espasmódicos. El moral produce la inquietud por la instabilidad de las ideas, la falta de atencion; despues sobrevienen ensueños angustiosos, delirio, ó ideas fijas muy tristes.

Los síntomas de parálisis que se hallan entre los efectos del acónito, proceden de varios casos de envenenamiento, que admitimos y mencionamos desde este momento, aunque sus análogos sobrevengan en un estado agudísimo ó crónico, porque entran en su esfera de accion como efectos de congestiones activas en los centros nerviosos. La esperimentacion en el hombre sano solo contiene los rudimentos tales como prurito con adormecimiento, sensacion de pesadez, convulsion, calambres.

No sucede lo mismo con los vómitos. Estos síntomas del acónito pertenecen todos á hechos tóxicos, y no podemos ver en ellos mas que esfuerzos eliminadores ocasionados por fuertes dósis. Reconocemos que el espasmo del estómago se eleve algunas veces hasta el vómito en el estado prodrómico, y que este mismo fenómeno se produzca por otra causa, la congestion por ejemplo, sobre el estómago, en los períodos prodrómico y agudo. Acaso sea necesario referir á esta categoría de síntomas la sensacion de frio en el estómago,38 mientras que la ansiedad, la opresion, la angustia, el pulso pequeño y contraido, aunque debidos á intoxicaciones, pertenecen á la accion dinámica del acónito por sus congestiones y su accion sobre el corazon.

En los niños dominan los fenómenos convulsivos en el período prodrómico de las fiebres: este estado de eretismo espasmódico existe tambien en las personas muy nerviosas, aunque en estas hay menos regularidad en el desarrollo de los síntomas; en casos de esta especie es en los que el acónito cura afecciones para las que la manzanilla ha sido ineficaz, aunque este medicamento eminentemente nervioso parezca estar mejor indicado. En las personas muy linfáticas y de constitucion floja, el acónito tiene menos accion y desenvuelve menos síntomas nerviosos.

La grande utilidad de este medicamento está en las enfermedades febriles de la infancia en la que el sistema nervioso nunca está completamente dominado por el sanguíneo; en esa edad de la vida vegetativa que precede á la del sistema arterial. El acónito está tanto menos indicado en el viejo, cuanto mas predomina el sistema venoso y con él los síntomas de una descomposicion incesante é irreparable. Entre estas dos épocas de la vida, hay una, en la que la circulacion arterial goza de toda su plenitud de accion desde la pubertad hasta la edad madura. En la pubertad sobre todo, esperimenta el organismo la necesidad de una sangre mas rica y mejor oxigenada: el pulmon se hace el centro de una grande actividad, ó de una formal indicacion del acónito en casos dados, hasta el momento de la edad madura en la que la actividad vital pasa al aparato digestivo.

En todo este período floreciente de la vida, el sistema39 nervioso mejor arreglado por una hematosis mas perfecta, se sostiene con menos turbulencia en los límites de una marcha regular hácia la solucion de la enfermedad; á los síntomas prodrómicos suceden los fenómenos febriles. El aparato cérebro-espinal, que es el primero que sale del entorpecimiento, es el último que entra en la calma de una accion tan poderosa y reguladora como conveniente á las últimas evoluciones de la vida vegetativa.

Pero prescindiendo de todas estas consideraciones, el acónito es uno de los mas poderosos agentes de curacion en un gran número de enfermedades agudas durante su período de concentracion y espasmo, en aquel período en que el sistema nervioso es el único que parece está en accion, y es tambien el mejor medio abortivo de ese mismo período, y por consiguiente, preventivo de los siguientes. La designacion de estas enfermedades la harémos en el párrafo siguiente. Agreguemos, que si el acónito no se opone siempre á su desarrollo, contribuye al menos á regularizar su marcha, y que es útil para prevenirlas y para prevenir hasta esas fiebres temibles cuyos prodromos se adaptan á sus síntomas y tienen su punto de partida en los centros; esto es seguramente lo que la esperiencia ha debido enseñar á todo médico familiarizado con el uso de este medicamento.

Las impresiones morales violentas en fin, como la cólera y el espanto, entran en su esfera de accion, porque siendo su efecto el de operar una concentracion sobre el cerebro ó el corazón, el alma se reacciona por un movimiento de indignacion, de venganza ó de valerosa resistencia. A falta de esta resistencia, el opio reclama la curacion.40

Una congestion pasiva con estupor y estancacion sanguínea que proceda de otra causa, no es del recurso de acónito. La apoplejía misma no halla en él un agente curativo, cuando árnica solo es preferible en sus prodromos frecuentemente despreciados, desapercibidos ó muy rápidos; pero vuelve el acónito á tener lugar en el tratamiento, cuando habiéndose vencido con otros medios la congestion, el corazon toma su influencia activa; en este caso, árnica ó algun otro modificador mejor apropiado, debe asociársele generalmente.

2.º Estado agudo.—El estado agudo de una fiebre francamente inflamatoria escluye el predominio de los fenómenos nerviosos que caracterizan los prodromos. Desde el momento en que el estado espasmódico primordial termina sus calosfríos, el árbol arterial entra en accion simpática, y la participacion del corazon resume la afeccion, domina la escena.

Despues de mas ó menos tiempo de duracion de los calosfríos, las bocanadas de calor que salen al esterior se hacen mas frecuentes, se presenta la cefalalgia, se pronuncian mas algunos síntomas gástricos, desaparecen los dolores erráticos, se calienta la piel, la rubicundez reemplaza á la palidez, y las horripilaciones y la incomodidad dan lugar á una sensacion de bienestar y de calor halituoso, á veces ardiente, pero menos intenso que lo que por su fuerza se pudiera creer.

Conveniente es observar que el calor interno se estiende rápidamente á la superficie siguiendo los gruesos troncos arteriales y las partes mas vasculares. El pecho y cabeza no tardan en ponerse ardorosos y aun verse amenazados de congestiones peligrosas. A medida que la accion espansiva se regulariza, los fenómenos locales se disipan, ó mas bien todo el sistema vascular41 capilar se congestiona uniformemente, y la tension de la fibra se apodera de la turgencia sanguínea. Los síntomas varian poco en los primeros instantes de una congestion inflamatoria sobre una víscera ú órgano cualquiera, pero ofrecen particularidades cada vez mas perceptibles á medida que el órgano se afecta, hasta que la flegmasía se desarrolla con todo el acompañamiento de síntomas.

Esta regularidad en el desenvolvimiento de los síntomas febriles del acónito es tal, que la enfermedad aguda que se separa notablemente de ella, no corresponde á este medicamento. El acónito, ha dicho Hartmann, se dirige perfectamente á los síntomas nerviosos que despiertan el consensus del sistema arterial y le dominan en el estado normal. En este sentido, el acónito resuelve los espasmos como la fiebre: febris solvit spasmos. Sin embargo la influencia del sistema nervioso continúa haciéndose sentir en el carácter activo de los fenómenos y en un estado de tension de la fibra, tanto mas marcada, cuanto mas próxima se la observa á la época del estado espasmódico primitivo. Esta tension es la que, al parecer, tiene como comprimidos los conductos de la periferia. Ningun medicamento, escepto la brionia en algunas ocasiones, es mas propio que el acónito para provocar y apresurar el que estalle. Su uso en semejante caso, es seguido de un sudor que alivia y que es con frecuencia el precursor de un sueño reparador; sudor bien diferente del que se ha observado en algunos envenenamientos por el acónito, y que es debido, mas que á su accion armonizadora, á los esfuerzos eliminadores de la economía.

La flojedad subsiguiente al uso de este medicamento es tanto mas pronta y útil, cuanto mas próximo se halla42 el enfermo á la edad adulta, en la que la organizacion goza de la plenitud de la vida y de toda la energía del sistema sanguíneo. La vida en el niño es ciertamente mas espansiva, pero se dirige lo mismo á la cabeza que á la piel; en el viejo, los movimientos vitales se dirigen al interior, á los órganos secretorios, y sus condiciones patológicas son opuestas á las del niño. Esto esplica el por qué la misma fiebre que con solo acónito se puede curar en el adolescente y el adulto, se ha de ayudar su accion con belladona, manzanilla ó café, en el niño segun el grado de predominio nervioso, ó reemplazarle por la nuez vómica y el arsénico en los viejos.

Creemos haber dicho lo bastante para que el lector aprecie la utilidad del acónito en las rápidas indicaciones siguientes.

El acónito es el medicamento mas importante de las afecciones inflamatorias, esténicas, y de los órganos mas dotados de sangre arterial; aquellos en que domina la fibra muscular son del dominio de árnica, y se modifican especialmente por la pulsatila, si abunda la sangre venosa, y así sucesivamente para otros casos segun el carácter particular de cada medicamento en su propiedad pirética y flogística.

La plétora simple por esceso de hematosis no es, como se ha dicho, propia del acónito. Es necesario para que este medicamento sea útil, que la plétora sea irritativa, arterial, mas bien por esceso de oxigenacion de la sangre en el pulmon, que por esceso de quilificacion: esta plétora del acónito afecta mas especialmente el pulmon izquierdo y el corazon; su efecto es casi nulo en el esceso de la hematosis, porque estiende su accion igualmente á la sanguificacion que á la vida vegetativa. La plétora general con movimientos tumultuosos43 del corazon, congestion caliente de los capilares y una especie de seudo-adinamia, no corresponde al acónito. Este es uno de los casos raros en que es conveniente la sangría depletiva, con la condicion de que se emplearán inmediatamente despues los medios higiénicos y terapéuticos capaces de prevenir este insidioso estado y de oponerse á la costumbre tan fatal de las sangrías.

Aparte de todo, la plétora es el efecto de una diátesis, en la que la primera es el síntoma general ó local de un estado morboso, de una afeccion especial. Las manifestaciones, ya de sangre, ya de bilis, ya de linfa, equivalen á un estado morboso con predominio de bilis, de linfa, de sangre. La lanceta no prueba mas la verdad de la poliemia, que el purgante la de la policolia. No se debe atener el médico al efecto, sino remontarse á su orígen, á la discrasia; pues si algunas veces, volvemos á decirlo, se necesita la sangría por la urgencia de los síntomas, preciso es no perder de vista que solo es un medio de llegar á los que combaten la disposicion discrásica y dinámica del organismo.

El acónito no es en general análogo de las fiebres y flegmasías mas que en sus prodromos y en el estado de simple agudeza ó de formacion de las congestiones activas. Deja de estar indicado desde que la congestion se ha localizado y que se prepara un trabajo de trasudacion, de hepatizacion, una alteracion cualquiera de los líquidos ó sólidos. Es sin embargo cierto, que este medicamento goza algunas veces en el período agudo de una facultad abortiva disipando la congestion antes que se desenvuelva una lesion.

Las congestiones activas recientes, ó en vía de formacion, se manifiestan por los síntomas generales nerviosos,44 espasmódicos, y sanguíneos de la reaccion, por la tension de la fibra, por la alteracion del órgano afecto y la laxitud, por el calor exagerado de la parte, por la tumefaccion, por los dolores tensivos y dislacerantes, frecuentemente acompañados de palpitaciones y ansiedad. Tales son tambien los síntomas correspondientes al acónito, salvas algunas escepciones favorables á las personas muy nerviosas é impresionables. En estas personas, por pequeña que sea la irritacion, y aun por poco estendida que esté á la membrana mucosa, da lugar á síntomas generales en los que el sistema nervioso juega el principal papel: como laxitud, dolores agudos, calosfríos, espasmos; el acónito no deja de estar indicado en ellos, aunque la afeccion local no tenga grande importancia por sí misma.

El éstasis sanguíneo en un órgano flogoseado no está en relacion terapéutica con el acónito; porque unas veces el entorpecimiento nervioso existe por esceso ó por debilidad de la vitalidad, en cuyo caso los medicamentos indicados son: arsénico, opio, centeno cornezuelo; en otras, es por la irritabilidad de la fibra, la cual reclama árnica; en otras, en fin, los tejidos se alteran, se forma un nuevo producto, y segun las circunstancias, pueden estar indicados la brionia, el azufre ó el fósforo.

Por otra parte, las congestiones y las flegmasías deben ser tratadas en general con relacion á la causa, aunque sin perder de vista el cuadro sintomático. A ninguna enfermedad se adapta mejor esta observacion que á la hepatitis producida por un acceso de cólera ó una alteracion moral violenta. El acónito en estos casos debe asociarse á otros agentes tales como la manzanilla y la brionia.45

La atencion que debe prestar el médico á las causas morbosas, se estiende á todas ellas, como lo hemos indicado ya en la introduccion. Es tan importante la consideracion de la causa, que sin ella, la ley de la similitud está mal establecida. Todos los dias tratamos toses, diarreas, neuroses, congestiones y fiebres, con medicamentos apropiados á las causas, con mas principalidad que á sus síntomas aparentes, como sucede por ejemplo en las emociones morales, en el enfriamiento, en la insolacion, en la cólera, nostalgia, etc.

Estraño es por lo menos que hombres que deben estar al corriente del progreso terapéutico, acusen á los homeópatas de no tener jamás en cuenta las causas, por atenerse tan solo á los síntomas de las enfermedades que tratan. No es esta sola la acusacion que se dirige á los homeópatas, pues Mr. Trousseau se entrega al vano pasatiempo de relegar la homeopatía entre las doctrinas desechadas. La cuestion de las causas no es ciertamente cuestion de homeopatía, sino de medicina y del arte de curar. No tenemos, no, la pretension de colocarnos como campeones de Hahnemann, ni de erigirnos en críticos de un sistema; solo abrigamos el deseo de apreciar fielmente los trabajos de nuestros antepasados y de observar atentamente el movimiento de la terapéutica. Volvamos á nuestro objeto.

Para determinar con exactitud los casos de susto y de cólera propios de acónito, es necesario recordar que el espíritu debe reaccionar por un sentimiento afectivo cualquiera, porque la pasibilidad relegaria estos casos á las atribuciones de otros medicamentos. La reaccion del moral disipa el abatimiento físico, vuelve las fuerzas, apresura la solucion de la concentracion y conduce á una espansion febril. El acónito se opone entonces eficazmente46 á toda localizacion, generalizando primero el movimiento espansivo y debilitando despues la sobreactividad de la circulacion.

El papel activo del acónito le escluye del tratamiento de las congestiones pasivas y de todas las flegmasías y fiebres de carácter adinámico ó de postracion, como sucede en las neumonías de los viejos y en la fiebre tifoídea en su segundo período; así como tambien su especialidad de accion no corresponde al tratamiento de la metritis puerperal, de la flebitis y otras afecciones de este género.

Todas las inflamaciones de las mucosas y todas las flegmasías propias del acónito son muchas veces fáciles de designar, y su eficacia se comprende fácilmente en afecciones como la angina, la amigdalitis, la gastritis, etc. Sin embargo, la inflamacion del oido no le pertenece, como lo verémos estudiando la pulsatila; se comprende tambien su eficacia en los períodos de invasion y agudo de las enfermedades agudas. Entremos en detalles.

Corresponde á la pleuritis, neumonitis y á cualquiera otra afeccion aguda del pecho, por la fiebre, la turgencia de la cara, las punzadas en el costado, la tos dislacerante, y por el terror, la agitacion, la ansiedad estrema, síntomas característicos de esas especies de flegmasías en que la respiracion está comprimida. Su indicacion en la neumonía no se estiende mas allá de los síntomas que manifiestan una congestion mas ó menos violenta; porque los esputos rojizos pertenecen á la brionia. Una neumonía, sin embargo, puede ser parcial y renovarse sobre otro punto, mientras que la parte del pulmon afectado primeramente, ofrezca un grado mas avanzado de la enfermedad, lo cual esplica47 la necesidad de volver á veces al acónito, si bien por poco tiempo.

En la simple pleuritis, este medicamento solo está indicado por la fiebre y la fluxion local. El efecto debe ser pronto; y sin aguardar mas de un dia, se debe recurrir al árnica ó á la brionia, generalmente á este último, mas tarde ó mas temprano, para evitar la exudacion y el que se formen falsas membranas. La pleuritis crónica reclama generalmente el ranúnculo escelerado, la cebadilla y el sulfuro de cal. Dirémos al efecto y con relacion á todas las fluxiones y congestiones posibles, que cuanto mas activas y de sangre roja sean, hasta el derrame plástico, tanto mas indicado está el acónito en su principio; pero el tiempo de su uso será tanto mas corto, cuanto mas rápida sea la marcha de la enfermedad.

Las afecciones catarrales reclaman el uso del acónito en aquellos casos principalmente en que la flegmasía local domina á la fiebre, pero con la condicion de que esta haya precedido, aun cuando ya no exista. La tension, el eretismo, una cefalalgia obtusa, frontal, dolores erráticos, sed y la sequedad de las superficies exhalantes le indican suficientemente; y si la causa ha sido un aire frio y seco, el acónito la combate con ventaja; todas las flegmasías están en este caso, hasta el punto que si la pleuresía no reconoce esta causa, no es propia de acónito.

Debemos confesar que se abusa de este medicamento en estas especies morbosas, porque es raro que no ofrezcan alguna relacion terapéutica; pero estas relaciones son mas propias de otros medicamentos que obren sobre el sistema sanguíneo. La tos fuerte, llena, por ejemplo, no es mas propia de él que la diarrea catarral48 ó la otitis y la otorrea de la misma naturaleza. ¿No se ha dado inútilmente el acónito en muchas bronquitis y gripes, que la brionia, la cicuta, el mercurio y la escila hubiesen curado en menos tiempo? Permítasenos una reflexion respecto á las bronquitis de los niños. Cuando la tos es húmeda, tragan á veces masas considerables de mucosidades que no saben espectorar, resultando un embarazo gástrico para el que un ligero purgante es frecuentemente muy oportuno, pues tiene la ventaja de desobstruir las primeras vías y determinar una revulsion favorable sobre el tubo intestinal; pero una dósis de emético en lavativa ó de vino emético, seria aun preferible por los efectos especiales del tártaro estibiado.

Otra observacion más relativa á los niños. Desde que se observa en los niños una tos que por sus accesos mas ó menos violentos con ronquera en el intérvalo, se teme la invasion del crup, es conveniente agregar el sulfuro de cal al acónito, alternándoles á intérvalos mas ó menos aproximados. El acónito es, en fin, el primer medicamento que se debe emplear en el crup sin insistir mucho, si en poco tiempo no produce una mejoría sensible. La formacion de una simple exudacion en las amígdalas le escluye formalmente; se debe recurrir al mercurio, iodo, bromo, sulfuro de cal, á menos que no se prefiera alternarle con la ipecacuana ó la brionia por algunas horas.

Los síntomas del acónito son análogos á los de la angina de pecho, al asma de Millar, dolor violento detrás del esternon, en la region del corazon, reproduciéndose por accesos. Esta afeccion está siempre asociada á una sensacion de debilidad y á un vértigo que puede elevarse hasta el síncope; el arsénico participa49 como el acónito de los honores de la curacion. Hablamos aquí de esta neuralgia en consideracion á su agudeza y á su sitio.

La peritonitis reclama acónito en su período de concentracion, con ansiedad, calosfríos violentos, pulso pequeño y contraido, alteracion de la cara. Es muy poco útil en el primer período, en el estado agudo simple, á no ser que no se le ayude con otro medicamento mas apropiado, y es menester aproximar las dósis sin insistir mucho. Conviene mejor en la gastritis y enteritis que reclaman dósis repetidas con insistencia, mientras que la enfermedad no se agrave, ó por poco que se alivie, pues puede bastar por sí solo para triunfar, cuando es simple; la colitis, cualquiera que sea, obtiene del acónito muy pocas modificaciones favorables.

En las afecciones reumáticas, bien se puede decir que el acónito solo es apropiado á la forma febril; se le puede administrar en el período de agudeza, pero no es indispensable; la brionia llena la indicacion de fondo, y muchas veces hasta de forma, es decir, que corresponde á la naturaleza de la enfermedad, así como á su modo de manifestacion. Citamos la brionia como un medicamento generalmente indicado en estas afecciones, sin prejuzgar otros, tales como: zumaque, nuez vómica, belladona, mercurio, quina, tártaro estibiado, etc. En la electividad propia de los medicamentos, unos se dirigen al corazon, otros á las membranas serosas, este á la cabeza, aquel á los nervios espinales. Hé aquí algunos datos sobre las fiebres reumáticas en el primer período, cuando el acónito puede disputar la indicacion á otros medicamentos.

Desde los primeros síntomas de la invasion, cuando50 el diagnóstico está aun indeciso, el acónito está indicado. Obra siempre muy bien, cualesquiera que sean las partes afectadas: las membranas serosas, los tejidos fibrosos y tendinosos ó aponeuróticos, con tal que haya tumefaccion inflamatoria fija, ardores febriles, dolores lancinantes y tensivos, pesadez y dolor por el movimiento y el tacto, y sensibilidad esquisita de la parte. Pero cuando estos casos son debidos á un principio gotoso, reclaman la quina, la sabina ó el árnica, mientras que si el frio húmedo ó el contacto del agua es la causa de la afeccion reumática, el zumaque venenoso ó la dulcamara deberá administrarse prontamente en lugar del acónito; la brionia le reemplaza frecuentemente ó le sucede bien pronto cuando hay eretismo, dolor violento en la cabeza é hinchazon roja y lustrosa de la parte afecta, acompañando á esto grande susceptibilidad y dolores intolerables. El sudor en estos casos contraindica el acónito y requiere mas bien mercurio, ó tártaro estibiado; el acónito corresponde, en las fiebres reumáticas, si el calor es halituoso ó madoroso todo lo más.

Omitimos hablar de una multitud de flegmasías en las que el acónito solo cubre ó está indicado en el principio y primer período de agudeza, pues juzgamos que el lector no olvidará los principios que deciden su uso. Así pues, la inflamacion de los órganos en que no abunda la sangre arterial, es poco ó nada análoga á este medicamento: tal es la oftalmía, que para exigir acónito, debe tomarse en sus prodromos, antes del estado inflamatorio, lo cual sucederá rara vez. Mas la oftalmía franca ó catarral, que se puede denominar erisipelatosa y en la que los tejidos próximos al ojo están mas afectados que este órgano ó la conjuntiva, pertenece51 al acónito, aun cuando bien pronto son otros los medicamentos oportunos.

El tratamiento de la mayor parte de las fiebres exantemáticas empieza por la brionia ó por el acónito, segun la causa de su especialidad espansiva y de su accion regularmente inflamatoria. La belladona y la pulsatila tienen especialidades mas estensas que las de los anteriores en iguales casos, y aun superan al acónito; preceden por el contrario con ventaja el azufre, mercurio, zumaque venenoso, staphisagria y brionia en las afecciones eruptivas febriles en que estos medicamentos puedan estar indicados. La miliar febril simple, y sobre todo la purpúrea, es muy propia de acónito, así como algunas variedades pertenecen á la belladona y al zumaque. El acónito es mas eficaz que la belladona en el tratamiento de la escarlatina complicada con la púrpura, si bien es general alternarlos en estos casos.

En las fiebres del dominio del acónito, el estado de tension de los grandes vasos y del cerebro reacciona dolorosamente sobre el moral, dando lugar al delirio agudo con ideas fijas que subsisten á pesar de tener delante la realidad contraria, el coma vigil, la irritabilidad, la ansiedad y el temor de la muerte. Este último síntoma tiene tanto mas valor, cuanto mas robustas son las personas y mas bruscamente acometidas de la enfermedad. El acónito corresponde á la somnolencia debida á la congestion del cerebro y á una plétora sanguínea de este órgano, pero no á la somnolencia efecto de la anemia ó de un estado de asfixia; el insomnio reclama acónito cuando reconoce por causa un eretismo con orgasmo sanguíneo que puede dominar á la congestion cerebral ó precederla, y que una violenta impulsion del corazon y la escitacion febril bastan para esplicarla.52

Se han hecho falsas aplicaciones del acónito en las afecciones inflamatorias del bajo vientre, en las mujeres embarazadas, en las personas dispuestas á hemorróides, mujeres que se hallan en la edad crítica, en enfermos de neumonías, afecciones tifoídeas y en una multitud de casos en que predominan la accion del sistema venoso, la elaboracion crítica ó pútrida de la sangre, una inflamacion falsa, un éstasis sanguíneo simulando congestiones flegmásicas, afecciones todas con las cuales no tiene el acónito relacion alguna. Este medicamento, repetimos, exige la participacion activa del sistema arterial; pero, puesto que hemos escluido en general de su accion las afecciones del bajo vientre y del útero, preciso es establecer una notable escepcion, comprendida sin embargo en la regla general. Esta escepcion es relativa á ciertas amenorreas eréticas en jóvenes que aun no han contraido el hábito á congestiones venosas, si así podemos espresarnos.

Suspendemos aquí el detalle de las indicaciones del acónito en la inmensa tribu de flegmasías febriles, para terminar diciendo algo sobre las hemorragias. Las que el acónito cura, son activas, congestivas y eréticas, con fiebre, calor local, pulsaciones y pérdida de una sangre roja que se coagula prontamente. Solo el árnica puede disputar al acónito sus indicaciones hemorrágicas, especialmente cuando predomina el eretismo, ó si no hay fiebre. Hay no obstante indicaciones sacadas del órgano asiento de la hemorragia, como la del estómago é intestinos, que exigen la nuez vómica y el arsénico; la epistaxis se acomoda mejor al azafran y árnica; la metrorragia prefiere la canela, la ipecacuana y la manzanilla. La hemoptisis reclama siempre el acónito cuando hay fiebre, si es que no alterna con árnica53 ó brionia, despues de su efecto sedativo sobre la circulacion. Ya tendremos ocasion de hablar de otros medicamentos contra las hemorragias, y se verá que hay algunos que gozan en estos casos de una especialidad de accion muy notable, como son: árnica, centeno cornezuelo, mil hojas, quina, los ácidos minerales cuya accion en las hemorragias pasivas y pútridas ya indicarémos.

3.º Estado sobreagudo.—Ya sabemos que la utilidad de acónito en este período de las fiebres es muy limitada. Por regla general, cuando un enfermo ha llegado á este estado, es muy conveniente prescribir una cantidad de acónito para tomarla en algunas horas y por fracciones, á fin de debilitar la violencia de la fiebre hasta el grado que sea dable en las atribuciones de este medicamento; el acónito, en efecto, tiene entre sus síntomas algunos de los característicos de las fiebres en su apogeo; su pulso llega por su pequeñez y dureza al mas alto grado de agudeza; corresponde por lo mismo á la gastritis y pericarditis sobreagudas; pero es preciso usarle sóbriamente á fin de no dejar pasar los momentos en que pueden jugar otros medicamentos mas directamente indicados.

Los síntomas mas graves del acónito son: grande ansiedad, angustia, inmovilidad, mas bien que postracion ó adinamia; accesos de desvanecimiento, con opresion momentánea de las fuerzas, con atontamiento y fijeza de la mirada, cara pálida y aun hipocrática, ojos hundidos, ó bien cara azulada, inyectada, sudor viscoso, petequias: estos síntomas, repetimos, pueden indicarle si existen con un estado erético; sin predominio de los fenómenos nerviosos ó atáxicos, que la fiebre no haya tenido ni tenga irregularidad estraordinaria en su marcha,54 y que los fenómenos locales ó especiales hayan conservado la relacion de subordinacion con el estado del sistema circulatorio.

Existen en esta época de la fiebre algunos síntomas característicos que pueden conducir al uso de acónito, como la sequedad y el ardor de la lengua y de la boca que disten de la fuliginosidad, las exacerbaciones nocturnas, el sudor en las partes cubiertas, sensacion á veces de frio interno, al que sucede otra sensacion de calor vivo; la sequedad de las membranas mucosas es muy pronunciada, las orinas sedimentosas, sed ardiente, pulso tirante y algunas veces pequeño y frecuente.

4.º Estado crónico.—Que la fiebre disminuya de intensidad, ó que pase al estado sobreagudo, ó que se prolongue retardando ó prolongando una convalecencia mal determinada, el acónito puede estar indicado, pero alternado con el licopodio, el azufre, ó algun otro medicamento cuya accion se estienda hasta la fibra, hasta la nutricion, hasta la plasticidad. Debilitada ó profundamente alterada la vida por la enfermedad, reclama otra cosa que un simple antiflogístico como el acónito; porque si la irritacion sanguínea que subsista puede reclamarle, la indicacion vital que resulta del estado general, debe llamar la principal atencion del práctico.

No es esto decir que no pueda ser útil aun en las lesiones orgánicas, sino que será muy accidental y solo por la recrudescencia de la inflamacion anunciada por calosfríos, incomodidades, calor y fiebre.

Las afecciones crónicas que corresponden á acónito son poco numerosas, y tienen todas un sello febril ó de eretismo, como se ve por los síntomas siguientes: irritabilidad moral, insomnio, síntomas gástricos, piel amarilla55 y seca, cefalalgia habitual y supra-orbitaria, movimientos congestivos en diversos puntos, ligeras epistaxis, palpitaciones, deposiciones duras, negruzcas, pero con forma regular, orinas encendidas y calientes, rigidez y sensacion como de contusion en los miembros, pulso vibrátil y agravacion por la noche. Las afecciones en las que menos indicado está el acónito, son: caquexias y fiebres hécticas, frecuentes recidivas de irritaciones mucosas, ya vaginales, ya bronquiales, en el engrosamiento de las membranas y su adelgazamiento por la disminucion de la tonicidad á causa de congestiones vasculares repetidas.

Se le cree eficaz por algunos síntomas en las leucorreas ligeras, en las irritaciones uretrales, la flegmasía alba dolens y la eclampsia de las recien paridas. Juzgamos que serán muy raros los casos de esta especie en los que el acónito pueda ser útil. Lo mismo decimos de las afecciones mentales con ideas fijas ó con alternativas de alegría y desesperacion, ó con temor escesivo de la muerte.

Todos los síntomas de espasmos, preliminares de una afeccion grave, corresponden mejor al acónito que á ningun otro, inclusos los primeros momentos de una hernia estrangulada, aun cuando los fenómenos de concentracion anuncien la participacion de los grandes aparatos orgánicos en la lesion local, porque aun en este caso, el acónito puede impedirlo; pero los momentos son cortos y pocas veces está el médico presente.

Importante es apreciar el carácter de las enfermedades crónicas por los conmemorativos y la etiología, como se ve por el siguiente ejemplo: si un eczema situado en la pélvis, ó un dartro exudante, ó si, en fin, un prurito vaginal con leucorrea hubiese desaparecido,56 desarrollándose antes una gastralgia, y hay sed, dolor fijo, lancinante, agravacion por el movimiento y el reposo, sensibilidad en el epigastrio á la presion, el acónito podrá aliviar; pero para curar es necesario dar los medicamentos indicados en la enfermedad que desapareció.

Hé aquí otro ejemplo mas á propósito para nuestro objeto: una jóven de veinte años y de robusta constitucion fué atacada de clorosis; una viva impresion de miedo, si bien no la suprimió sus reglas, desarrolló un estado que, fisiológica y patológicamente, era lo mismo, puesto que dió lugar á un flujo de sangre abundante, á una congestion en el útero que se presentaba en la época catamenial y hacia difícil la rehabilitacion del flujo menstrual; habia cólicos, pesadez en las piernas, calor é incomodidad en el bajo-vientre, hinchazon de la vagina y exudacion hemorrágica. Estas congestiones han producido un eretismo del útero y un estado de tension en este órgano, que era un obstáculo irritativo al restablecimiento del flujo periódico. En esta afeccion se observaron al principio fenómenos simpáticos nerviosos, espasmódicos; se desarrolló en el ínterin la anemia, producida por la influencia del eretismo ya referido, por la disminucion de las secreciones, cefalalgias variadas, sed, aridez de la piel, ó por sudores debilitantes ó calores acres. El remedio de este estado crónico será el acónito, pero con la sola mira de sostener el efecto de otros medicamentos.

Las neuralgias que en este párrafo mencionamos como propias de acónito, además de ser congestivas y caracterizadas por un eretismo general ó local, su accion electiva sobre el nervio trigémino las da el principal rango. Uno de los caractéres de las neuralgias de este57 medicamento es el de que se alivien con el frio, ó por el aire fresco al menos, por el reposo y la inmovilidad. Generalmente las que corresponden á acónito son lancinantes y nocturnas, ó si se reproducen por accesos y hay calor y aun rubicundez en la parte, y que á las lancinaciones sucede una sensacion como de contusion ó magullamiento.

El carácter del dolor es insuficiente por sí solo para fijar la eleccion del medicamento, pues el dolor lancinante, por ejemplo, pertenece á mas de treinta, siendo necesario atender al conjunto de síntomas característicos, á la facies del medicamento, adaptada á la constitucion del enfermo, á su género de vida, á las causas que han producido la neuralgia, cuyas circunstancias todas determinan el carácter de un medicamento en particular. Las neuralgias reumáticas debidas á la influencia de un frio seco, las ocasionadas por un calor escesivo y por el ácido carbónico, son del dominio del acónito, así como las que se sitúan en el corazon, y otras muchas acomodadas á la discrasia y electividad del medicamento, y que reconocen por causa una actividad sanguínea, arterial, y quizá una irritacion del neurilema, una plenitud de los vasos que se estiende á los nervios y sus membranas.

Digan lo que quieran los terapeutistas, entre los cuales se cuentan algunos modernos, el acónito no es un medicamento principalmente antineurálgico; su especialidad es la actividad arterial exagerada. Aunque baste él solo para curar algunas neuralgias, y aun cuando elevando la dósis se estienda su potencia curativa á mayor número de estas afecciones, es lo mas regular que se curen administrando despues del acónito otros medicamentos cuya accion sobre el sistema nervioso es58 mas especial ó directa, como la manzanilla, el café, el eléboro blanco, la cochinilla, la belladona, el zinc, la nuez vómica y el arsénico. En muchas ocasiones, para obtener la curacion de neuralgias crónicas producidas por una causa mas íntima y oculta, como la sífilis, la artritis, el herpetismo, etc., hay precision de recurrir á medicamentos cuya accion, si bien es menos directa sobre los nervios, es mas profunda y mas constante sobre los tejidos, entre los cuales podemos citar al mercurio, ácido nítrico, azufre, thuya, sílice y licopodio.

No terminarémos este estudio del acónito sin completar el cuadro sintético de sus efectos, indicando sus relaciones con la constitucion y parte moral de las personas sometidas á su influencia. En su accion aguda, armoniza con la constitucion sanguínea, con sugetos bien nutridos, alegres, indiferentes ó descuidados, jóvenes ó adolescentes; por su accion crónica, tiene relacion con la misma constitucion deteriorada y convertida en mas nerviosa á consecuencia de privaciones, padecimientos y de una hematosis insuficiente; en estos casos, el moral es triste, inquieto y dispuesto á sobresaltos interiores.

Corresponde tambien perfectamente el acónito á las causas de las inflamaciones en general; á la primavera, la juventud, una alimentacion escitante, el uso inmoderado de los placeres, el tiempo seco y frio, la insolacion, el susto, la cólera, las impresiones vivas y profundas.

El recomendar á los terapeutistas de la escuela hahnemanniana el que armonicen el medicamento, no solo con los síntomas del físico, sino tambien con los del moral, no es una cosa insignificante y de poca importancia: esta recomendacion se enlaza muy bien con la necesidad en59 que se halla el práctico de formarse la idea mas justa posible de la constitucion que el medicamento tiene tendencia á favorecer ó provocar, por la série de modificaciones que imprime al organismo. Esta necesidad está limitada al deber de conocer los efectos del medicamento sobre el hombre sano, para aplicarle á la enfermedad conocida en sus síntomas; y el conocimiento de los efectos sobre el moral emana de los efectos físicos.

Más, así como no es posible que el mismo medicamento produzca en todos los indivíduos los mismos síntomas físicos; así tambien los síntomas morales de un medicamento varian segun las personas sujetas á la esperimentacion, sin perder lo que hay de esencial y característico en ellos. Se concibe bien que las observaciones sobre el modo de comportarse los séres inanimados sean y permanezcan invariables; que se sepa la hora y hasta casi el segundo en que se verifica el paso de la tierra por su perihelio en su inmutable rádio vector; admitimos que no haya ni aun un segundo de error en el cálculo aplicado á la revolucion anual de nuestro planeta; que las influencias siderales y las fuerzas astronómicas no alteren en lo mas mínimo la composicion y densidad de los astros; pero la ciencia del hombre no puede establecer la certeza en sus observaciones y estudios analíticos, porque la vida está sometida á mil influencias distintas, y porque tiene por objeto, por fundamento, organismos muy variables y susceptibles de ser diversamente afectados. El hombre difiere de sí mismo á cada instante y en las varias épocas de su existencia, en sus órganos, en su sensibilidad, en sus disposiciones de irritabilidad, de absorcion, de escreciones, etc. Supérfluo creemos demostrar en este momento el cómo influye el físico sobre el moral. Los medicamentos60 y las causas morbosas influyen sobre uno y otro, del mismo modo que el moral influye sobre el físico, sobre la enfermedad y sobre la accion de los remedios. Esperamos, que en su dia estos estudios harán resaltar estas verdades, dándolas un carácter práctico y haciendo de los medicamentos agentes capaces de modificar el organismo, hasta el punto de hacer cambiar las disposiciones morales que dependan de su estado físico.

El acónito produce la agitacion, la angustia, la inquietud, el temor de la muerte ú otros síntomas que se aproximan á los característicos y que en cierto modo lo son, como los llantos, los gemidos, la irritabilidad, la misantropía y el miedo, que conduce á huir ó escaparse.

Dósis.—Las afecciones agudas soportan bien las dósis menos débiles de acónito, hasta la misma tintura; y cuanto mas simple y decidido es el carácter inflamatorio, mas eficaz y pronta es su accion. Lo mismo sucede cuando se le usa en el período prodrómico. Pero su influencia es de corta duracion y tanto menos persistente cuanto mas viva es la fiebre; de esto resulta la necesidad de repetir las dósis con tanta mayor frecuencia, cuanto mas aguda es la afeccion y que la enfermedad agota mas pronto su accion. Hay afecciones neurálgicas que se acomodan mejor á dósis mas elevadas, como, por ejemplo, en el tic doloroso de la cara y la angina de pecho. Mientras que el carácter inflamatorio persista, aun cuando se alivie, se debe insistir sobre el acónito y repetir sus dósis: el mejor indicio de su utilidad es el pulso que disminuye de frecuencia al cabo de algunas horas. Conviene algunas veces administrar en el intérvalo del acónito varias dósis de un medicamento cuya accion es análoga á la suya en la enfermedad que se trate, como la belladona, la manzanilla, la pulsatila. En las61 exacerbaciones agudas de las flegmasías crónicas y en el período subagudo de ciertas fiebres de larga duracion, la alternacion del acónito y del azufre produce escelentes resultados. El tipo de la accion benéfica del acónito es la fiebre inflamatoria: este medicamento la modifica prontamente por una reaccion seguida de sudor, de calma y de un sueño reparador.

Jamás se verá el médico obligado á elevar la dósis mas allá de 10 ó 12 gotas de la tintura en 6 onzas de agua para todo el dia. La dósis comun, en la fiebre y la amigdalitis por ejemplo, es de 3 á 4 gotas de la primera atenuacion diluidas en agua. En las neuralgias ú otras afecciones muy propias del acónito, no se debe bajar de la tercera atenuacion.

AGARICO MOSQUEADO (Agaricus muscarius).

§ I.—Historia.

Familia de los hongos y de la criptogamia de Linneo, de la que se conocen algunas centenas de especies de agáricos, si bien solo nos ocuparémos del agárico[17] mosqueado ó pintado ú hongo carmesí, y de cuya sustancia activa nada dicen los terapeutistas. Murray[18] sin embargo ha manifestado el uso que se ha hecho de él en ciertas induraciones linfáticas de las amígdalas, en las manchas de la córnea, las úlceras callosas, los temblores musculares y la epilepsia.

Aunque el agárico moscado tiene en su patogenesia varios síntomas que es preciso separar, como los suministrados por ejemplo por un dartroso, esperiencias recientes62 hacen á este medicamento recomendable por algunos efectos aun no observados. Estamos distantes de atribuirle propiedades reales contra estados diatésicos y herpéticos como algunos autores creen, pues este medicamento no parece que tiene una influencia constante sobre la nutricion.

Pocos medicamentos ofrecen, como el agárico, síntomas accesorios insignificantes ó de valor dudoso, porque son pocos los que tienen una accion mas completamente limitada á la esfera nerviosa. Inútil es, pues, buscar en él otros síntomas nerviosos que los llamados por nosotros esenciales, opuestos á los que resultan de las fiebres graves y otras perturbaciones y que denominamos consecutivos ó sintomáticos. Menos aun se hallan indicios que anuncien una lesion de los tejidos y una alteracion de los líquidos. En cuanto á los síntomas sanguíneos y gástricos, el valor se deduce de su accion eminentemente nerviosa. No se puede dar á tales síntomas del agárico la misma importancia que á los suministrados por el acónito ó la nuez vómica, al menos en la misma categoría. La apreciacion del carácter dominante de un medicamento indica el valor de los síntomas que de él se separan.

§ II.—Efectos fisiológicos.

La exaltacion intelectual y física, el delirio y el furor, son efectos inmediatos del agárico á dósis elevadas; son efectos tóxicos tales como los buscan ciertas poblaciones del Norte que le comen para proporcionarse cierta especie de embriaguez, como los orientales toman el haschisch y fuman el opium. Bajo este aspecto, la analogía del agárico con el opio es notable, pues63 se eleva hasta los efectos de entorpecimiento y asténicos que tanto abundan en otros. Pero hay la diferencia que estos efectos, en el opio, son producidos por congestiones y éstasis sanguíneos, mientras que en el agárico dependen de una lesion simple de la sensibilidad y contractilidad, en lo que son antagonistas estos dos medicamentos, siendo el agárico mas análogo á belladona por sus efectos sobre el encéfalo.

Este medicamento parece tener una accion electiva limitada al sistema nervioso general, pues el circulatorio y la vida vegetativa están como sustraidos de su influencia, ó deprimidos mas bien. Este carácter de astenia de los fenómenos nerviosos se estiende á todas las modificaciones del organismo y da al agárico un sello especial que rara vez se ve tan marcado en otros medicamentos.

Todos los síntomas del pulso se refieren á su pequeñez, su debilidad, su fácil depresion; así es que se le observa muy pequeño, muy lento, filiforme, y aun cuando una causa escitante le acelere, no por eso se hace mas fuerte. La intermitencia es otro carácter del agárico; el pulso es pequeño, desigual, intermitente, falta una pulsacion despues de la 10.ª, 30.ª ó 40.ª: hé aquí por cierto un pulso eminentemente asténico, sin que su carácter deje por lo tanto de ser nervioso.

Dos síntomas solamente indican un aumento de calor, aunque desigual; las mejillas están quemantes y las manos frias; el calor dura poco tiempo, y solo tiene lugar en la cama; los calosfríos y sensaciones de frio de toda especie preceden, y generalmente no son precursores mas que de espasmos. El frio es casi siempre irregular, y se reproduce por poco que se descubra ó impresione el aire; la sensacion de frio es á veces interior64 y acompaña con frecuencia á los dolores de cabeza y de otras partes. El sudor febril es nulo, ó solo se le observa por la noche en la cama, ó como un signo de debilidad despues del cóito, del paseo, ó algun otro ejercicio corporal.

La falta de memoria, la inaptitud á toda aplicacion, la apatía, una alegría tonta, una locuacidad sin objeto, un delirio que parece el último término de la fatiga ó de la instabilidad, ó bien la indiferencia, la taciturnidad, el abatimiento, la tristeza y el mal humor, anuncian para el cerebro, no la actividad, sino un estado pasivo que se ve en la somnolencia y el sueño profundo, dos síntomas referidos varias veces á propósito de espresar los efectos de la fatiga física y moral, muscular y nerviosa; la inquietud que se esperimenta en las piernas y que retarda ó altera el sueño, es circunstancia característica. El sueño, en fin, no es reparacion de las fuerzas, sino una tregua incompleta de la irritabilidad, porque es con frecuencia interrumpida ó agitada por inquietudes, sueños penosos é intranquilos, siendo preciso hacerse violencia para salir de la cama y tardando mucho en poderlo efectuar.

Los males de la cabeza no tienen nada de agudos; son dolores sordos, presivos, como de estremecimiento y adormecimiento; la cabeza está atontada, pesada y con sensacion como de vacío; hay vértigos acompañados de distintas circunstancias; se esperimenta dificultad para ver, se vacila; pero un esfuerzo de la inteligencia, un acto de la voluntad, tonifican el cerebro y hacen cesar el vértigo; tambien se le hace cesar girando rápidamente la cabeza, movimiento que acumula mayor cantidad de sangre.

Los globos oculares están igualmente exentos de dolores;65 los numerosos síntomas que suministran, se reducen á prurito, estremecimientos y presion: esta última es la mas frecuente; la frotacion los calma, aunque lo realiza mejor la accion del vino y el calor de la cama. Poca ó ninguna falta nos hacian estas circunstancias para creerlos procedentes de la debilidad, del mismo modo que algunos fenómenos convulsivos, tales como los ojos giran en su órbita, los globos se dirigen hácia arriba. En fin, todos los síntomas de la vision denotan la astenia, como se ve por el oscurecimiento de la vista, por las manchas en el campo de la vision; los objetos palidecen ó aparecen cubiertos de una tela de araña, de una nube; la vista es débil, se ven los objetos duplicados; este es el único síntoma de ambliopia, así como se consigna otro de miopia que es el de ser necesario aproximar los objetos para verlos distintamente. En la audicion notamos, el zumbido, una especie de tintineo al aire libre y un ruido de glu-glu, parecido al que produce el agua ó vino al salir de una botella.

Todos los síntomas que acabamos de referir escluyen la idea de una intervencion activa del corazon. Lo mismo sucede con los que presentan los órganos digestivos siguientes: dolores y punzadas en el ombligo, hipocondrios, estómago; cólicos, retortijones, tenesmo sin síntomas congestivos, flatuosidades con borborigmos, tension, timpanitis; la lengua está como picoteada en su punta, algo corroida, y presenta capas de diferente aspecto; el epitelio parece á veces algo levantado en distintos puntos de la boca, y hay dolor.

Las funciones genitales están asténicas; hay erecciones sin deseos venéreos; se presentan por la noche, á causa probablemente de la escitacion que produce la66 plenitud de la vejiga; si se tienen deseos al cóito, no hay ereccion, ó se carece de sensacion voluptuosa en el acto. La eyaculacion seminal es tardía y seguida de debilidad, de fatiga, de postracion, de sudor abundante; las poluciones nocturnas se presentan sin ensueños lascivos; y si en la mujer se observa una menstruacion mas abundante, la evacuacion no va acompañada de sensacion alguna incómoda, de síntoma alguno de congestion. Los síntomas del aparato urinario no anuncian flegmasía alguna, pues si el tenesmo, por algunas circunstancias, podria hacer creer en una afeccion de la próstata, el carácter bien conocido del medicamento conduce á buscar su orígen en alguna estrechez ó estado espasmódico.

La cavidad torácica nos presenta sensaciones variadas, sin dolores vivos; las punzadas sordas, los estremecimientos, las constricciones y opresiones, son las mas ordinarias y comunes, y los dolores lancinantes detrás del esternon y en algunos puntos del pulmon, son fugaces. La sensacion de ahogo ó de opresion domina entre los síntomas suministrados por el corazon; si hay algunas punzadas y pulsaciones un poco mas fuertes, carecen de calor y solo ofrecen un carácter nervioso.

Los síntomas relativos á los sistemas nervioso y muscular son numerosos á contar desde el dolor vivo hasta la debilidad paralítica, último término del dolor y del espasmo, y resultado infalible del agotamiento de las fuerzas nerviosas.

En la cabeza existen los síntomas siguientes: dolores tirantes, presivos, sensacion de un clavo sobre el parietal, punzadas, dislaceraciones por accesos, prurito, frio glacial en la sutura coronal que se estiende é invade la frente, contracciones y temblores distintos de los párpados67 que se cierran y se abren con dificultad, sensacion de ardor en los ángulos de los ojos, punzadas en las mejillas y los maxilares, contracciones espasmódicas de los maséteros, odontalgia que se limita á una sensacion de prolongacion de los dientes ó un dolor corrosivo de los molares con pulsacion y dislaceraciones, con dentera de los incisivos inferiores.

Los músculos lumbares, los del dorso y de la nuca son el sitio de sacudidas espasmódicas, de dolores generalmente dislacerantes y de sensaciones de presion, de cansancio, de debilidad, de rigidez. Estos síntomas son bastante numerosos y variados para simular una afeccion de la médula espinal. Las mismas sensaciones se hallan en los miembros superiores é inferiores con síntomas de parálisis: debilidad, laxitud, temblor, movimientos irregulares, adormecimiento, vacilacion, frio, sensacion de quemadura, dolor paralizante y aun calambre en el pié. El calambre está aislado en medio de una multitud de otros síntomas neurálgicos.

Para establecer exactamente la esfera de accion del agárico, nos falta indicar las modificaciones que induce en los tejidos y las secreciones.

El ojo está seco; hay prurito en los oidos y algunos granos en la parte posterior del pabellon. El prurito y cosquilleo se observan en la nariz y en las narices; hay alguna irritacion en el interior, sequedad, romadizo, coriza y aun coriza fluente; sale de la nariz, por gotas un humor parecido al agua clara; estornudos frecuentes, y el olfato que en el coriza catarral está embotado, en el agárico está exaltado. El prurito es un síntoma muy comun en este medicamento, sin que, como es natural, se observe erupcion alguna, á cuyo síntoma debemos reunir tambien los pinchazos como por alfileres68 en el menton. Al estado de las encías hinchadas, dolorosas y sangrantes, es preciso agregar el punteado y erosion de la lengua, las aftas observadas cerca del frenillo, la salivacion abundante y la sensacion de acorchamiento en toda la boca. La sed es mas pronunciada que el apetito; las náuseas y los vómitos parecen depender, como los cólicos, de la flatulencia y de un estado nervioso y atónico; el tenesmo y las deposiciones suceden á los retortijones; las deposiciones son al principio blandas ó como rizadas, y la primera parte escrementicia es la que tiene generalmente el carácter normal. Las deposiciones diarréicas van siempre acompañadas de dolores y emision de gases. El ano es el sitio de hormigueo, comezon y prurito, sin otro síntoma; no se ha observado variacion alguna en las orinas, así en su cantidad como en su calidad; y el prurito voluptuoso del pubis, del pene, del prepucio y de la vulva, es un síntoma aislado como el de la uretra y del escroto, é igualmente que el flujo de un moco viscoso por el canal de la uretra.

La laringe y el pecho ofrecen pocos síntomas: la tos es seca y espasmódica, provocada por un cosquilleo en los bronquios: los síntomas relativos á la respiracion son poco numerosos y puramente nerviosos.

Se sienten algunos pruritos, hasta quemantes, sobre la pared torácica, un grano en el pezon izquierdo y un dolor de escoriacion en varios puntos. Se observa el prurito en el dorso y en el brazo; vesículas que escuecen y corroen, y algunos granos en esta última parte. Los mismos granos, semejantes en los pequeños á los de mijo é inflamados, se observan en el dorso de la mano izquierda. La eminencia tenar, el índice, la tuberosidad isquiática, las piernas, el dorso del pié y sus69 dedos, son tambien el sitio de algunos pruritos. Los esperimentadores no mencionan mas que un forúnculo en la nalga derecha, y una erupcion miliar, blanquecina, seguida de descamacion, en la pierna izquierda, y que produce una comezon que obliga á rascarse.

Hemos indicado los síntomas de la esfera vegetativa, no porque los creamos de gran valor en sí mismos, sino para confirmar su naturaleza asténica. Verdad es que en la esperimentacion pura no se puede obtener mas que los rudimentos de la accion de los medicamentos sobre los tejidos, pero lo mismo sucede con el agárico, y sus síntomas no pueden tener la misma significacion que los de otros medicamentos de accion electiva sobre la piel.

La astenia y la nerviosidad constituyen, segun lo que se acaba de ver, el carácter fundamental de la accion del agárico. Así pues, los dolores que presentan los músculos ó los tejidos blancos, lejos de observarse en ellos fijeza, hinchazon y rubicundez, es la debilidad y la instabilidad lo que domina. Hay dolores simultáneos en partes separadas, ó bien que se cruzan de un lado del cuerpo al otro y de arriba á abajo; algunos se desarrollan en la inmovilidad, ó se agravan, ó vice-versa, se alivian con el movimiento, la impresion del aire frio: los síntomas, vértigos y convulsiones, se declaran por accesos mas ó menos frecuentes; pero todo esto no basta para hallar relaciones entre los síntomas y los ataques de epilepsia, aun cuando se admita como auténtico el síntoma de un poco de espuma en las comisuras de los labios.

Dirémos para terminar este asunto que pocos medicamentos tienen una accion continua, y que cuanto mas se limita su accion á la esfera nerviosa, tanto mas intermitente70 es en los fenómenos neurálgicos y espasmódicos. Esta irregularidad, este ritmo de la accion medicamentosa es fecundo en indicaciones terapéuticas. Hay igualmente pocas enfermedades, especialmente nerviosas, que sean continuas, pues como en los efectos de los medicamentos, las afecciones invaden por la tarde, por la mañana, por la noche, ó aumentan de intensidad á ciertas horas. Hé aquí caractéres no menos importantes que los resultantes de la agravacion ó mejoría producidas por el calor de la cama ó el frio, por el reposo ó el movimiento, por el agua fria ó caliente, etc. Los prácticos saben muy bien que estos caractéres tienen mas importancia que los que emanan de la forma lancinante, tirante, dislacerante, etc., de los dolores que generalmente son tan distintos en cada medicamento.

La fisonomía general, el carácter esencial y fundamental del agárico está en su accion nerviosa y en la astenia. La actividad del mismo corazon se debilita: este órgano no se exalta ó es muy accidental el que se verifique; y si bien hay que reconocer alguna reaccion en la accion del medicamento, su fiebre no difiere de sus movimientos de calor y sudor, que están en relacion del estímulo de una emocion viva, ó que sobrevienen por un ejercicio, aunque sea moderado, en personas nerviosas, debilitadas y casi desprovistas de calor vital. El agárico, en efecto, corresponde muy bien á las constituciones nerviosas, debilitadas, ya presenten cierta gordura con abultamiento ó palidez y aspecto enfermizo, ya sean demacradas y de fibra seca: en uno y otro caso, el eretismo es una escepcion; la versatilidad nerviosa y la debilidad constante, hereditaria en los unos ó adquirida por escesos venéreos en otros, los temblores convulsivos y los sudores debilitantes son habituales, así71 como la debilidad muscular y visual, los desbarates de vientre, las palpitaciones, los vértigos, la somnolencia por el dia, los ensueños fatigosos por la noche, la flojedad.

El moral está en armonía con el estado orgánico: estas personas huyen de la conversacion, son indolentes, inconstantes, y descontentos del presente, se arrojan al porvenir por el poetismo y el gusto á las profecías; tienen un sueño ligero, interrumpido con frecuencia, y desde este estado enfermizo llegan basta la manía, á accesos de furor, de opresion y palpitaciones, á accesos epileptiformes, á neuropatías, á cierto embrutecimiento. La sensibilidad del cuero cabelludo; el latido en el vértice de la cabeza, las dislaceraciones lancinantes en el occipucio y sienes, los sudores por debilidad, sobre todo en las partes superiores y en el pecho; la rubicundez é inyeccion momentáneas de la cara, el lagrimeo y los bostezos son mas que suficientes para establecer una relacion terapéutica entre los efectos del agárico y los síntomas producidos por los accesos venéreos y el funesto vicio del onanismo, vicio que desarrolla en los órganos de la generacion los mismos efectos que el agárico.

§ III.—Efectos terapéuticos.

Las enfermedades, como la ambliopia amaurótica, la odontalgia, los dolores osteócopos, los espasmos clónicos, los accesos epileptiformes, las gastralgias y gastro-atonías con sensacion de hambre, las diarreas y cólicos flatulentos, las neuralgias de la cabeza, del tronco, y el asma que se cura con agárico, deben ser mas valoradas. Belladona es con frecuencia el medio principal, y el agárico su mejor auxiliar, pero generalmente á dósis72 bastante fuertes, si nos es permitido invocar nuestra propia esperiencia. La belladona, ácido fosfórico y algunos otros contienen al parecer en su patogenesia la esfera de accion del agárico.

Este medicamento está indicado en ciertas cefalalgias con sensacion de frio en la cabeza, en la hemorragia asténica de las encías, en ciertas aftas indolentes, en convulsiones sin fijeza, limitadas á algunos músculos, con agilidad y movimientos fáciles, en ciertas erupciones pruritosas ó miliares, en el prurito de los dedos de los piés y en los sabañones de los niños delicados y de personas nerviosas.

Algunos lectores podrán quizá juzgar que hemos dado poca importancia á este medicamento, pero les dirémos que no obramos así con todos, y que si lo hacemos con algunos es con el objeto de trazar mejor un estudio sério de la materia médica y manifestar el que hemos seguido.

Dósis.—El agárico mosqueado se administra bajo la forma de tintura ó alcoholado. Es uno de los medicamentos que mas fácilmente se atenúan y dividen. La dósis que preferimos es una gota de la primera atenuacion hasta 5 ó 10 de la tintura en una pocion de 150 gramos, para tomar á cucharadas en las veinticuatro horas.

ALOES (Aloe gummi).

§ I.—Historia.

El aloes es un jugo resinoso de una planta de la familia de las liliáceas, de Jussieu, y de la hexandria monoginia, de Linneo. Este medicamento es uno de los empleados antiguamente como purgante.

Hahnemann y sus discípulos investigaron sus efectos73 especiales y dinámicos en el curso de sus esperimentaciones y las apuntaron como vía de nuevas aplicaciones. Los efectos del aloes han sido aceptados por Mr. Trousseau[19], pero evita el citarle, como lo hace siempre, por no rendir homenaje á los trabajos del sabio reformador de la materia médica.

§ II.—Efectos fisiológicos.

El aloes llama la atencion del práctico por su accion congestiva sobre el sistema venoso en general y el de la vena porta en particular, como lo prueban los dolores cólicos, las deposiciones sanguinolentas y el calor del bajo-vientre que acostumbra provocar. En la práctica se observa que es muy conveniente á los temperamentos melancólicos, venosos, con constitucion gastada por los abusos de la mesa. Corresponde principalmente al sexo femenino ó al hombre en la edad madura y en la vejez. No limita su influencia al abdómen, sino que la estiende al pecho, á la cabeza, á todo el sistema venoso, á las membranas mucosas que se engrasan, toman un color mas oscuro y pierden su tonicidad.

Los síntomas del aloes son: tosecilla seca, eructos frecuentes, gases fétidos, apetito irregular, sed, estreñimiento ó deposiciones diarréicas y disentéricas con ardor pruritoso en el ano y cólicos; las orinas son escasas, ardorosas, sucias; hay á veces tenesmo, escitacion irritativa de los órganos genitales, sensacion de plenitud en el bajo-vientre, diminucion del flujo menstrual con cólicos y tenesmo uterino, ó aumento de las reglas en mujeres débiles; las venas subcutáneas están abultadas;74 la piel es terrosa, seca, y se agrieta fácilmente; las cavidades esplánicas, sobre todo el abdómen, son el sitio de dolores tensivos, de latidos, de una sensacion de calor incómodo. La region hepática está con frecuencia timpanizada, tirante, caliente; el enfermo esperimenta dolores agudos, incomodidades, angustias, y la cabeza misma no está exenta de síntomas congestivos con sensacion de una barra ó peso en la base del cráneo.

§ III.—Efectos terapéuticos.

El aloes produce, segun resulta de sus efectos fisiológicos, una actividad, una plenitud venosa, que sus indicaciones están claramente limitadas á los casos morbosos caracterizados por esta venosidad, lo cual esplica el por qué, á pesar de las recomendaciones de los terapeutistas, la administracion del aloes no determina los hemorróides, si bien molesta con frecuencia al bajo-vientre: esto esplica tambien cómo este medicamento, dado para libertar al cerebro de congestiones crónicas, segun los consejos de la rutina, hace á estas mismas congestiones mas tenaces y agrega fenómenos mas graves, como la hipocondría y los éstasis venosos abdominales.

Preciso es, para utilizar las propiedades del aloes y obtener felices resultados, administrarle á dósis débiles, si bien con cierta continuidad algunas veces. Es utilísimo en las plétoras de la cabeza, del pecho, del abdómen, cuando dependen de un raptus sanguíneo que tenga su punto de partida del sistema de la vena porta. Se le emplea con ventaja en todos los accidentes congestivos debidos al molimen hemorroidal incompleto, abortado, suprimido, y tambien al molimen catamenial75 en las mismas circunstancias. Generalmente en estos casos el sistema venoso de todo el organismo y el del abdómen en particular, han sido muy escitados por causas como la buena mesa, la vida sedentaria y la edad madura, causas que tienden á exagerar la accion de este sistema, dilatando sus vasos por congestiones y éstasis frecuentemente repetidos, y que se estienden á otras cavidades y á otros órganos, ya por simpatía, ya por las leyes de la fluxion.

Las enfermedades que dependen de este estado de cosas, son aun propias del aloes, como algunas palpitaciones, embarazos gástricos, infartaciones del hígado y la diarrea biliosa. En todos estos casos la indicacion del aloes se saca de los síntomas concomitantes enumerados entre los efectos fisiológicos.

Dósis.—En las dósis débiles, por ejemplo, una gota, mas ó menos, de la tintura, son en las que se hallan los efectos mas especiales y útiles del aloes. Dada esta dósis en agua por pequeñas fracciones, modifica la vitalidad y disipa las congestiones y los éstasis venosos, mientras que las dósis elevadas les agravan siempre. La derivacion ejercida por las dósis de la misma sustancia, como 10 ó 20 centígramos de una vez, si alivian momentáneamente, perjudican algun tiempo despues, por la exageracion del estado venoso y por una escitacion anormal de la mucosa recto-anal que puede simular algunas veces las hemorróides, pero que se limita ordinariamente á desarrollar la diátesis; y que crea fenómenos sérios á medida que se desarrollan los efectos del medicamento.76

ALÚMINA (Alumina.—Argilla).

§ I.—Historia.

Se estrae la alúmina del alumbre por medio del amoníaco segun los procedimientos indicados en la farmacopea. El precipitado obtenido es la alúmina pura, ú óxido de aluminio.

Este medicamento, desconocido hasta hace poco, ha sido empleado primeramente en Alemania. Hahnemann hizo de él un objeto de sus estudios y le introdujo en la materia médica. Debemos sin embargo citar al profesor Ficinus, en Dresde, y á los doctores Wesse y Sciler que le han recomendado en las diarreas y disenterías rebeldes.

La mayor parte de los autores modernos guardan silencio sobre la alúmina, pero los que deseosos de seguir los progresos de la terapéutica, hacen mencion de este medicamento, están acordes sobre la naturaleza eminentemente crónica de su accion y de sus efectos mas especiales. El doctor Teste[20] está sobre esto muy esplícito, y los que dan á la alúmina alguna importancia en el tratamiento de las enfermedades agudas, solo han procedido por ideas teóricas. Aislan los grupos de síntomas que demuestran alguna agudeza, de otros grupos á que están unidos y de los cuales dependen, y que revelan una lesion profunda de la vitalidad en el sentido de la atonía, así como una falta de plasticidad, en lo cual este medicamento es opuesto á la thuya y al carbonato de cal, cuya accion electiva se ejerce en la77 misma esfera, pero exagerando la fuerza plástica ó determinando su aberracion.

§ II.—Efectos fisiológicos.

La accion de la alúmina produce á la larga una diátesis asténica que no solo escluye el eretismo como elemento esencial, sino que le encadena y evita. Los accidentes febriles que figuran en esta diátesis, solo son tendencias del organismo para proporcionar al sistema nervioso ganglionar el grado de actividad que ha perdido, porque la alúmina obra particularmente sobre este sistema, y sus estados febriles sugieren la idea de una fiebre lenta, especie de fiebre regeneradora que produce sus mas grandes modificaciones en la esfera vegetativa, en la plasticidad. Los mismos dolores y los fenómenos de la sensibilidad ponen de manifiesto la afeccion del sistema nervioso de la vida de relacion, al no presentar los caractéres de la esencialidad, y al referirse en general á la afeccion de los órganos de la vida animal, resultando que no puede asignarse á ningun grupo de síntomas un estado agudo suficientemente caracterizado. Este carácter de la alúmina emana del conjunto de sus síntomas y está además apoyado por la clínica.

Otro carácter que se debe consignar, es el que consiste en la disposicion particular de la piel á lesiones, que asténicas en un principio, no dejan de acompañarlas algunos fenómenos de irritacion, si bien estos aceleran el movimiento de descomposicion y no el de restauracion: esta exaltacion de la fuerza de descomposicion y de eliminacion quizá no sea debida mas que á el processus plástico, lo cual esplicaria tambien78 la falta de colecciones serosas, de exudaciones y de hipertrofias, entre los fenómenos atribuidos á la alúmina. En este sentido y bajo su influencia, es como se manifiestan las afecciones de las membranas mucosas.

Los fenómenos simpáticos generales son con principalidad nerviosos; la misma escitacion sanguínea está subordinada á aquellos, y estos fenómenos arrancan de un estado de debilidad y de discrasia correspondientes á las lesiones producidas por un vicio, como el herpetismo, que obra en la profundidad de los tejidos, sobre la vida vegetativa y sobre el conjunto de las membranas mucosas. Lógico es pensar, y los hechos lo prueban superabundantemente, que los diversos vírus ó miasmas crónicos que atacan al organismo, afectan diversas formas en los distintos períodos de sus evoluciones, es decir, que se manifiestan en la piel, en los gánglios linfáticos y las glándulas, en los huesos y los órganos parenquimatosos, sobre las membranas mucosas y en las misteriosas vías de la nutricion; que vuelven á la piel ó á los órganos anteriormente afectados por ellos, modificándose en su espresion fenomenal; y que en estos diversos estados, bajo las diferentes formas, todos estos vírus ó miasmas, inclusa la misma sífilis, pueden merecer los epítetos de primario, secundario, terciario, quaternario, segun el aparato orgánico que afecten en una época dada de su marcha invasora. Pero esta marcha es tanto mas oculta, y dificulta tanto mas conocer la causa del mal, cuanto mas se generaliza este por una propagacion creciente, y á medida que, partiendo de un órgano ó aparato orgánico determinado, penetra sucesivamente en todos, y concluye por fijarse, confundiéndose con los hábitos funcionales y vitales, con sus propiedades convertidas en menos refractarias79 ó vivas, pero no por eso menos perniciosas.

Combatido el organismo por tantas y tan funestas causas, puede sufrir distintas alteraciones que correspondan á la competencia de diversos medicamentos. La alúmina reclama los casos en que no haya que deplorar lesiones orgánicas internas, sino los en que la vitalidad esté disminuida, y en los que falten ciertos materiales necesarios á la nutricion del sistema cutáneo y de sus accesorios; lo cual esplica el que la piel esté dispuesta á varias lesiones que tienden á estenderse por la carencia de jugos reparadores, y que las uñas sean frágiles y que los cabellos se sequen y se caigan.

Hay pocos medicamentos, cuyos síntomas morales exijan una apropiacion tan exacta á los de la enfermedad, y cuyo conjunto de síntomas mejor caracterice su accion general sobre la economía, como la alúmina. Las facultades mentales están decaídas, la inteligencia apática, versátil; la memoria es débil, el humor variable, y con mas frecuencia importuno é irascible; muchas veces hay ansiedad ó indecision, que es el carácter moral de las personas que hace mucho tiempo padecen ó que están sometidas á la instabilidad de una salud cada dia mas alterada, y entregadas á las dudas de su restablecimiento. Y si á pesar de sus temores exagerados, de su ineptitud á todo trabajo y de su decaimiento moral, hay á veces momentos lúcidos de actividad intelectual, es para hacer despues mas penosa su vuelta al estado anterior y para mas lamentarse de su impotencia.

Las funciones de la vision y de la audicion están en armonía con este estado, pues se observan alteraciones varias, debilidad de la vista, estremecimiento y centelleo en el campo de la vision; tendencia á llevarse80 la mano para separar moscas y telas blancas que revolotean; se ve un círculo alrededor de la luz, y los objetos aparecen amarillos; en el oido hay zumbidos, ruidos como de campanas, silbidos, ó de otra voz que no es la suya.

Entre los síntomas que confirman la influencia de la alúmina en el sistema circulatorio, es el de un frio interno que se espresa por calosfríos y que persiste á pesar del calor esterior, que generalmente es parcial y limitado á las estremidades, aunque en ocasiones recorre todo el cuerpo. Los piés y manos están temblorosas y heladas, pero no azuladas; no hay sed, pero sí existe, como en todas las discrasias que alteran profundamente la economía, una gran sensibilidad al frio, frio que penosamente se corrige en la cama, pero que solo con esta circunstancia se mejora. Además, el movimiento aumenta el frio, y parece que cada esfuerzo obra disminuyendo la suma de fuerzas radicales.

No es raro que la reaccion se límite al desarrollo de calor en las estremidades y la cara con dolores congestivos en la cabeza, vértigos, palpitaciones, incomodidades y rubicundez oscura de las mejillas. El calor y el orgasmo tampoco son generales, y los calosfríos alternan con el calor, el cual rara vez es universal, ni interno á la par que esterno; pero va acompañado de escitacion sanguínea y abatimiento, si bien no tiene constancia ni gran duracion y que la sed no se hace sentir. Esta fiebre empieza ordinariamente por la tarde, durante el frio fisiológico de la digestion, y afecta el tipo tercianario.

Al asignar á esta fiebrecilla muchos síntomas del pecho y de las vísceras abdominales, se la aproxima naturalmente á la fiebre héctica, ó mas bien, á esa fiebre81 completamente nerviosa, remitente, cuya existencia escluye las lesiones orgánicas y que es el resultado de una discrasia generalmente herpética, de una caquexia que puede denominarse mucosa por el carácter particular que la dan las alteraciones de las membranas mucosas y la alteracion de los jugos escretados por ellas.

La falta de calor vital demuestra la debilidad orgánica y la poca actividad del processus plástico. El sugeto es friolero, y tiene frio aun cuando en distintos sitios siente calor. La debilidad de la vista y del oido se observa en los otros sentidos, en particular en el del gusto; sus sensaciones varian mucho, pues esperimenta sabor amargo, ácre, dulzoso, mucoso, insípido; el apetito no es menos variable; hay repugnancia á los alimentos, y siente la necesidad de tomarlos, y aun hambre y vacuidad del estómago.

La mayor parte de las neuralgias son congestivas, pero en un organismo debilitado, en el que la sangre no está enérgicamente dirigida por la tonicidad de la fibra; la rubicundez limitada de la cara, en la que se reflejan los sufrimientos del sistema ganglionar, tiene el mismo orígen, y los capilares ejercen una influencia pasiva.

Los dolores vivos, aunque esten acompañados de calor y ardor, no tienen nada de inflamatorios. En general, los dolores, las punzadas en la cabeza y otras partes aumentan en la accion de bajarse y de comer; y por una razon directamente opuesta á los mismos efectos que se observan en el acónito, la comida fatiga y el trabajo de la digestion altera la cabeza. El calor de la cama alivia la mayor parte de los padecimientos, y, sin embargo, el aire libre produce buen efecto, porque en este estado la accion de uno y otro tiende á fortificar la fibra. El simple contacto aumenta el dolor, y la presion82 fuerte le alivia, porque corrige momentáneamente la relajacion de los tejidos. La menor cantidad de bebidas alcohólicas produce pesadez y enerva, y los alimentos escitantes hacen laboriosa la digestion. En fin, á los dolores sucede pronto el abatimiento, la debilidad, contracciones espasmódicas, temblores asténicos, movimientos involuntarios, conmociones de los músculos ó una grande postracion despues del menor ejercicio ó tan solo por la accion de hablar y pensar. A estos fenómenos acompañan sensaciones de calor incómodo, y se complican con otros fenómenos paralíticos, de cuyos síntomas presenta la alúmina un rudimento.

Los dolores de los dientes no tienen la violencia que se observa en otros medicamentos: son variados, y la mayor parte irradian á otros puntos; se estienden al oido, á la sien, á la garganta; aparecen por la tarde y la noche, se agravan si ya existen; los dientes parece que se alargan, la masticacion aumenta el dolor, y este parte del fondo del alvéolo. Al considerar los otros caractéres de la alúmina y el estado de las encías, se puede admitir una alteracion de la mucosa alveolar, porque existen alrededor de los dientes ulceraciones semejantes á pequeñas escrecencias, y porque el resto de las encías está hinchado, da sangre con facilidad y los dientes mismos están sucios y cubiertos de mucosidades.

Hay sensacion de arañamiento en la garganta, sequedad de la nariz y de la boca sin sed, á pesar del calor interno; pero estos fenómenos son pasajeros, pues habitualmente hay abundancia de saliva y de moco nasal, que con frecuencia es puriforme. Esto es, en general, lo que ocurre en las membranas mucosas. La ocular presenta algunos indicios de irritacion y sequedad, sobre todo por la tarde; pero lo mas natural es que haya secrecion83 abundante de lágrimas, aglutinacion de los párpados por un moco espeso que corre en cierta cantidad, y los ojos están legañosos. La conjuntiva puede ponerse rubicunda é hinchada sin gran dolor; las alteraciones de la vista, los orzuelos frecuentes, la caida de las cejas, la debilidad y la parálisis del párpado superior confirman la accion asténica del medicamento que obra del mismo modo en el oido. El órgano del olfato padece igualmente; los escozores, los pruritos y los estornudos no son mas que el preludio de corizas interminables, ó que se reproducen por la causa mas pequeña, porque dominan los síntomas del coriza y de la abundante secrecion nasal. Estas mucosidades pasan con frecuencia de las fosas nasales á la garganta, observándose al efecto como una especie de silbido en las mismas y una alteracion de la voz, que está como ronca, y denota el engruesamiento de la mucosa de la faringe. Como este estado secretorio es muy pronunciado en la membrana pituitaria, predispone á los catarros y epistaxis pasivas y abundantes.

La accion de la alúmina en el pecho representa exactamente la bronquitis en personas que ya la han padecido con frecuencia, y hasta la tísis mucosa, por lo cual se observa ronquera, diversas sensaciones de arañamiento que escitan á toser, ruido mucoso en la traquearteria, opresion, estertor mucoso, tos seca de toda especie, aun la nerviosa y por accesos, seguida generalmente de espectoracion abundante, sobre todo por la mañana; el moco escretado se mezcla algunas veces con la saliva y otras con un poco de sangre; la obstruccion de la mucosa pulmonal produce además frecuentes opresiones, peso en el pecho y embarazo congestivo. Punzadas, dolores de escoriacion y otras sensaciones dolorosas, que84 podrian referirse al pulmon, no son en este medicamento mas que un efecto de la afeccion de la mucosa de las vías aéreas ó de las pleuras.

Los síntomas que surgen de los órganos digestivos, por numerosos que sean, tienen un carácter de astenia que se revela por gases abundantes que salen por arriba ó por abajo, ó que producen, cólicos y timpanitis, con circunstancias en estremo variadas. Se debe notar la falta de vómito, si bien hay náuseas bajo una multitud de formas. Consignarémos pues el estado mucoso de la lengua, la saliva mas ó menos espesa y abundante, la incomodidad, el malestar, la pesadez en el vientre, las mucosidades que barnizan los escrementos duros ó que constituyen las deposiciones diarréicas, y, en fin, la inercia de los intestinos que produce ordinariamente el estreñimiento, aunque las materias fecales no siempre tengan la forma natural y no sean escasas.

En esto la alúmina está en oposicion directa con la nuez vómica; pues por una accion contraria á la de este último medicamento, las deposiciones son difíciles, el intestino débil y el recto inerte; la defecacion se efectúa por los esfuerzos musculares abdominales; el ano es el sitio de varios pruritos y hormigueos, mas que de sensaciones dolorosas, que solo se reducen á ligero ardor, á algo de escozor y á punzadas. Se observan algunos tumores hemorroidales atónicos, con exudacion mucoso-sanguinolenta ó con flujo de sangre negra, que gota á gota llega á colorear los escrementos, sin otro dolor que algo de ardor y pequeñas punzadas.

Los órganos génito-urinarios presentan calor, sequedad, dolores, debilidad, inercia, irritaciones pasajeras y secreciones aumentadas; la membrana mucosa, así como la de los labios, párpados y el ano, presenta un85 color rojo oscuro que indica la estancacion de sangre venosa en los capilares. Apenas hay prurito en la uretra ó la vagina, ni aun en el acto de orinar ó con la leucorrea. Esta es abundante y de consistencia, con color muy vario, pero generalmente es serosa y acre; las reglas son escasas ó suprimidas, y aun cuando persistan con abundancia, hay laxitud y padecimientos que dan á este flujo un carácter pasivo.

Los síntomas de las membranas serosas son pocos y sin carácter particular, pues estos órganos no parecen atacados por la alúmina, y ya hemos consignado que las colecciones serosas no son de su dominio: todo esto puede servir para establecer sus relaciones con el sistema exhalante en general y los estados morbosos que le reclaman.

El sistema glandular tampoco parece afectado por la alúmina, á no ser que se le atribuya una ligera amigdalitis, y que algunos fenómenos abdominales induzcan á creer en la infartacion de las glándulas mesentéricas; los gánglios linfáticos, en fin, no ofrecen alteracion alguna. No sucede lo mismo con el sistema cutáneo, en el que se presentan miliares lentas, nodosidades, tuberosidades indolentes, vesículas, rágades, dartros hasta crustáceos, con prurito, hormigueo, rubicundez oscura en las mejillas y punta de la nariz.

La mayor parte de las lesiones cutáneas son exudantes y húmedas. La piel además tiene disposicion á inflamarse y supurar, sobre todo en las estremidades, resultando con frecuencia úlceras atónicas muy rebeldes. Se desarrollan tambien erosiones de un rojo oscuro en las membranas mucosas esteriores, en la entrada de la vagina, en el prepucio y los labios, los cuales se hinchan y cubren de vesículas y costras. La plasticidad86 está disminuida, falta energía en sus operaciones, pero no hay aberracion de su tipo, ni degeneraciones é hipertrofias de los tejidos.

§ III.—Efectos terapéuticos.

Los servicios que puede prestar la alúmina son mas numerosos que lo que se ha creido, especialmente en enfermedades cuya rebeldía cansa á los enfermos y á los médicos. Se trata de las leucorreas, espermatorreas, catarros pulmonal y vesical, diarreas, corizas, que por su duracion, por la frecuencia de sus recidivas ó por la coincidencia con convalecencias penosas, son el orígen de mayores indicaciones. Las membranas mucosas en general tienen un color rojo oscuro en su parte esterna, y se observan en ella erosiones, tumefacciones, vesículas, úlceras superficiales, efecto de la laxitud de los tejidos, de una especie de descomposicion, y con frecuencia de un vicio herpético, por no decir que es la regla general. La alúmina puede en estos casos curar los infartos amigdalares, las anginas y las hinchazones mucosas; su naturaleza es herpética, y por lo menos la cronicidad es el carácter dominante. Así pues, este medicamento se adapta á la angina herpética, al herpes de la mucosa vaginal, etc.

En estas circunstancias, la quina y el arsénico pueden agregarse con ventaja. Sin embargo, el carbonato de amoníaco y el borax tienen mas analogía con alúmina, y por consiguiente obran en el mismo sentido en un tratamiento de larga duracion. Las dósis mas considerables, pero siempre perfectamente divididas, son en estos casos de la mayor utilidad.

Este estado de las mucosas suele existir en las fiebres87 del mismo nombre, en su período de decrecimiento y cuando aparentan durar indefinidamente. En este caso, además de la debilidad muscular y de la fatiga, por hablar, pensar y por el menor movimiento, hay una multitud de accidentes neurálgicos ó neuropáticos; palpitaciones, movimientos fluxionarios abortados que hace que los enfermos lo refieran á la sangre; afecciones paralíticas en personas que tienen los caractéres de la alúmina, y aun está indicada cuando se presentan algunos síntomas de irritacion simulando la inflamacion.

El práctico comprende que aun es útil en algunos casos de gastro-atonía y en varias hemorragias de los viejos y personas debilitadas; en ciertos casos de gota irregular, aun con irradiaciones á las vísceras, cuando en el dedo gordo del pié hay dolores y rubicundez lustrosa, indicada entre los síntomas de la alúmina.

El cólico saturnino puede ser tambien de alúmina, cuando sea ya antiguo; igualmente juega en algunas consecuencias sifilíticas cuando los enfermos han sido mal tratados ó se les ha dado muchos medicamentos, y si las membranas mucosas están afectadas con preferencia. En todas estas circunstancias no debe haber tumefacciones sero-subcutáneas, y el estado moral y físico del enfermo debe reunir la mayor analogía posible con el cuadro que de este medicamento dejamos trazado.

Muchas enfermedades podrian requerir el uso de alúmina en las mismas personas, y aun la hernia, de la que este medicamento presenta algunos síntomas; pero está especialmente indicada en varias erupciones herpéticas, en las que la vitalidad de la piel parece languidecer y alterarse su tejido, por una inercia vegetativa, por falta de jugos reparadores. En estos casos, el prurito, las rubicundeces oscuras, ciertos sabañones, son88 modificados ventajosamente por esta sustancia, del mismo modo que la ozena ó el herpes pituitario si se quiere, cuando depende de un estado análogo de la mucosa nasal.

La alúmina, en fin, es de una utilidad incontestable en las fiebres lentas con exacerbacion hácia la noche, sin predominio de calor, escepto las efervescencias de sangre, en fenómenos congestivos irregulares interrumpidos por calosfríos. Estas fiebres están acompañadas de debilidad y alteracion de las mucosas en personas reumáticas y herpéticas que han abusado del régimen vegetal, y en aquellos, en fin, que presentan un estado general semejante al de la alúmina.

Dósis.—La alúmina es un medicamento que obra muy bien y desarrolla sus efectos especiales en un estado de division conveniente y de atenuacion bastante débil, es decir, á la primera, segunda y tercera trituracion. La cantidad debe algunas veces elevarse á un gramo por dia y por dósis. En un gran número de casos han bastado atenuaciones mas elevadas. Se le administra entonces en agua, mientras que las trituraciones se toman poniendo la cantidad de polvo sobre la lengua, y bebiendo despues una cucharada de agua pura.

AMBRA GRISEA (Ambar gris).

§ I.—Historia.

El ambar gris se cree hoy que es el producto de los intestinos de ciertos cetáceos, y se le considera como una concrecion biliaria; es una especie de gomo-resina que se prepara con alcohol para el uso en medicina. Tambien se puede atenuar por trituracion.

Los señores Trousseau y Pidoux colocan al ambar89 gris en la clase de los antiespasmódicos con la valeriana y los éteres, con el alcanfor y el almizcle. Los antiguos le consideraban como un medicamento capaz de escitar y fortificar los nervios; Rhassis le daba una accion especial sobre el corazon, y Abanus sobre el cerebro. Recientemente Mr. Cloquet ha indicado su eficacia contra las fiebres atáxicas, las dispepsias nerviosas y los catarros crónicos, y Riviere le prescribe contra la gastro-atonía. Ha sido mirado generalmente como un escelente medio para la epilepsia y la hipocondría. Preciso es confesar que un medicamento cuyas indicaciones se limitan á semejantes generalidades, bien merece que se le descuide algo y mas hubiera valido someterle á esperimentaciones formales, como lo ha hecho la nueva doctrina, especialmente en Alemania y los Estados-Unidos.

§ II.—Efectos fisiológicos.

Este medicamento no afecta lo bastante la vida vegetativa para dar lugar á lesiones orgánicas, pues si bien desarrolla exantemas, su carácter no está ni en la cronicidad, ni en la rebeldía. Los exantemas que provoca se limitan á veces á cosquilleos, pruritos, ardores, ligeras hinchazones, rubicundeces pasajeras, ya en la piel, ya en las membranas mucosas. Los exantemas en la piel consisten casi únicamente en granos rojos, forunculáceos, y en manchas herpéticas furfuráceas. El prurito ardiente hace pensar en las molestas sensaciones que producirá una erupcion que se cree inminente.

Los síntomas del ambar van acompañados generalmente de eretismo y de tension, si bien su limitacion y la astenia constituyen el fondo. La turgencia sanguínea90 es rara y puramente accidental; solo se la observa parcialmente.

Entre las afecciones aliviadas por el ambar, se cuentan las neuroses, en las que se aplicó este medicamento en collares, de la misma manera exactamente que hoy se aplican las cadenas metálicas. La electricidad puede con mas razon reclamar estos casos.

El conjunto de fenómenos á los que se da el nombre de fiebre, no son del dominio de este medicamento; pero corresponde á una especie de fiebrecilla, de irritacion sanguínea, generalmente nocturna, precedida de susceptibilidad moral, de ideas molestas, de escitacion de las facultades intelectuales, que dan lugar á un despecho interior, á conatos al llanto, á la ansiedad, al abatimiento. El enfermo se agita, se estira, efectúa el movimiento como para bostezar; su estado se agrava hácia la noche, no puede dormir; las manos y los piés están helados, adormecidos, temblorosos; frio interior sin calosfríos, pero con laxitud y pesadez de cabeza que le fatiga; la cara y las partes genitales se conservan calientes; tiene apetito y se dispone á satisfacerle. El calor que sobreviene ni es ácre ni angustioso; ocupa con preferencia la cabeza, el cuello, las estremidades, y con frecuencia va acompañado de prurito y de picotazos, sobre todo en los dedos y en las palmas de las manos. La imaginacion es viva, penetrante, la palabra fácil; pero el ejercicio abate, enerva. El sudor es algunas veces general y de larga duracion, acompañado ó seguido de sueño, á no ser que la opresion se presente al mismo tiempo que un gran calor. Esta fiebrecilla es provocada por la fatiga, el trabajo mental, la falta de sueño, pero no por el pesar ú otras causas inmediatamente deprimentes.91

Los dolores del ambar gris, que son completamente neurálgicos, no presentan fenómeno alguno congestivo. Dependen de un estado neuropático anterior, ó simplemente de una sobreescitacion actual del sistema nervioso; á los vértigos acompañan sensacion de debilidad en el cerebro, aniquilamiento, incomodidad precordial, calor en el estómago ó calosfrío interior; la cabeza está como sujeta y apretada; se esperimenta á veces afluencia de sangre y la cara está pálida; los dolores son tirantes ó semejantes á los que produciria una saeta. En el intérvalo de los dolores, así como por efecto de una debilidad consecutiva, hay la sensacion como si los cabellos se desprendiesen de la cabeza; la memoria se debilita, la inteligencia es lenta, y la astenia general es casi continua.

Los fenómenos nerviosos y neurálgicos que se observan en los miembros y las estremidades, son mucho mas asténicos que los otros. Consisten en movimientos convulsivos, en calambres, rigideces, pesadez, y mas especialmente, en adormecimientos y ataques bruscos de parálisis sin persistencia. La sensacion de tirantez domina en los dolores superficiales; los de las articulaciones simulan la artritis, y los internos son presivos y contractivos. Estos caractéres dicen bastante para apreciar en qué afecciones reumáticas, artríticas, epileptiformes y paralíticas se ha podido emplear el ambar gris, y el partido que se haya podido sacar en casos de este género.

Los síntomas concernientes á los órganos de los sentidos, espresan el mismo eretismo, confundido primero con el orgasmo, pero tendiendo siempre á la debilidad, á la astenia. Los ojos, la nariz y los oidos no presentan nada de especial; conveniente es consignar que92 mas bien hay ardor, sequedad y exhalacion sanguínea, que coriza. A pesar del calor ácre y de la sequedad, de la sensacion de arañamiento en la boca y garganta, á pesar de las vesículas y ampollas que se observan, no hay sed. Tampoco existe salivacion, ni el menor aflujo de saliva, lo cual está en armonía con el estado de tension y de eretismo que se observa en los enfermos curados por el ambar, ni del mismo modo se presenta tumefaccion sensible en las amígdalas y garganta, á pesar de algunos síntomas de angina.

Los síntomas del estómago, tales como flatos, eructaciones ruidosas, amargor, inflacion del estómago, provocados por los esfuerzos de espectoracion; las náuseas, regurgitaciones, digestion penosa, movimientos congestivos en la cabeza durante la digestion, con necesidad de acostarse por una sensacion de debilidad en el epigastrio, se manifiestan por la mañana y por la tarde. Se nota tambien pirosis, espasmos del estómago, tirones que se propagan hasta la cara, y presiones en los hipocondrios. El vientre está abultado, hay borborigmos y espulsion de gases que ocasionan con frecuencia dolores y otras sensaciones penosas. Los dolores cólicos y las deposiciones diarréicas no son mas características que el estreñimiento; el tenesmo y el cólico gaseoso lo son más, así como tambien el prurito en el ano, el flujo de sangre despues de las deposiciones y otros síntomas de hemorróides.

Indicarémos para los órganos génito-urinarios, el aumento de las orinas, su sedimento oscuro, su mezcla con la sangre, y el ardor en todo el canal al orinar, y además, leucorrea espesa, por lo comun nocturna, irritacion vaginal, punzadas y reglas anticipadas; y en el hombre, prurito violento, ereccion y prurito voluptuoso sin escitacion de las partes esternas.93

El estado de la laringe y del pecho merece mas atencion, y es el orígen de indicaciones preciosas en las personas nerviosas y de constitucion delicada, con voz ronca, tos por la noche generalmente; la tos se presenta algunas veces por accesos de una violencia estraordinaria; su carácter es espasmódico, sostenido ó escitado por una sensacion de ardor, de cosquilleo en la laringe que se hace insoportable y se propaga hasta el estómago; la tos simula á veces á la coqueluche con sensacion de escoriacion en un punto limitado de la laringe, silbido y aflujo de saliva á la boca. Hay dolores agudos que atraviesan el pecho y dorso, espectoracion fácil y sucia, dolores y quebrantamiento, opresion espasmódica que se disipa comiendo, palpitaciones con palidez de la cara, sensacion de constriccion del pecho, ansiedad precordial y bocanadas de calor.

§ III.—Efectos terapéuticos.

Segun el cuadro precedente se puede determinar fácilmente los casos de espasmos epileptiformes ó efémeros, las neuralgias, las palpitaciones, los accesos de opresion, las toses convulsivas, sobre todo nocturnas, las hemorragias y las hemorróides, las dispepsias, la ictericia y las gastropatías que el ambar gris debe curar. Es un medio muy útil contra el eretismo febril y el estado nervioso de los tísicos, de las personas delicadas con piel seca y que la tos fatiga particularmente.

Dósis.—En semejantes casos el jarabe de ambar gris ó su tintura, tomada por gotas en un terron de azúcar, hasta la cantidad de diez á quince gotas en veinticuatro horas, son dósis convenientes. En la mayor parte de los otros casos, en aquellos especialmente en que predomina94 el elemento nervioso, conviene atenerse á una de las primeras atenuaciones, por ejemplo, una gota de la tercera dilucion en agua. El jarabe de ambar gris se prepara magistralmente, segun la necesidad, en la proporcion de dos á diez gotas de la tintura por onza de jarabe de azúcar.

AMMONIACUM GUMMI (Goma amoníaco).

§ I.—Historia.

Gomo-resina del Ferula ammoniacum, de la familia de las feruláceas, umbilíferas de Jussieu; se la prepara por trituraciones sucesivas ó por la disolucion en alcohol (tintura). La goma amoníaco es un medicamento conocido desde la antigüedad, pero que hoy está casi abandonado. Los antiguos, en general, utilizaban sus propiedades para las afecciones catarrales asténicas ó con infarto de las glándulas ó de las vísceras. En nuestros dias, Mr. Cruveilhier le ha usado en las afecciones asmáticas.

§ II.—Efectos fisiológicos.

La goma amoníaco posee una accion notable sobre las membranas serosas, lo cual interesa ya lo bastante para ser indicado; y á esta accion debemos una gran parte de sus síntomas, y quizá es la causa indirecta de otros, puesto que parecen ser la espresion de una desarmonía funcional, una consecuencia. La afeccion del neurilema ejerce probablemente su influencia.

Todas las articulaciones son el sitio de dolores, de tumefacciones subagudas; téngase presente, subagudas ó crónicas, que presentan el cuadro de los padecimientos de ciertas personas afectadas de artritis irregular95 ó de reumatismo vago, tenaz. El moral está en armonía con esta disposicion patológica: mal humor, taciturnidad, repugnancia universal, incapacidad de pensar: este estado general coincide con una astenia general.

En la cabeza, las meninges espresan la afeccion por dolores agudos, dislacerantes, sensaciones de presion, de hinchazon, de embarazo en diversos puntos, y se observan tambien punzadas en el cuero cabelludo y prurito. Los ojos se alteran; hay á veces fotofobia, y generalmente sequedad, presion, ardor, hormigueos. La sequedad de la conjuntiva existe sin hipersecrecion, mientras que en todas las membranas mucosas esta secrecion es seguida de flujos mas ó menos abundantes y de flegmorragia, sobre todo por la nariz y los intestinos. La orina es abundante.

Los violentos dolores abdominales, los pinchazos, la sensacion de presion dolorosa en el hipogastrio, pueden referirse al peritóneo, así como las punzadas en el cordon espermático. La pleura por su parte está afectada de manera que hace recordar ciertas pleuresías crónicas con derrame seroso: respiracion angustiosa, elevada, acelerada, opresion, punzadas en el lado izquierdo, peso hácia el dorso y presion en el esternon ó en la profundidad del pecho.

Las estremidades y el tronco son el sitio de dolores artríticos y reumáticos que justifican lo que dejamos dicho. Las articulaciones son las principalmente afectadas: en algunas, se observa punzadas, dislaceraciones y aun hinchazon de los dedos de los piés, ardor y dolores lancinantes en el dedo gordo del pié.96

§ III.—Efectos terapéuticos.

Aun cuando este medicamento esté casi abandonado por los modernos, se debe, sin embargo, confirmar su eficacia en casos análogos á los en que los antiguos le empleaban, pues la esperimentacion fisiológica apoya esta asercion. La goma amoníaco está indicada en personas poco irritables ó sanguíneas, en los viejos, cuando las membranas mucosas son el punto de la astenia ó hipersecrecion, ó que las serosas padecen de irritaciones crónicas que han debilitado los tejidos y dispuesto á derrames y exudaciones serosas. La pleuresía crónica y ciertas hinchazones articulares de los piés y manos están en este caso, así como tambien algunas dispepsias, bronquitis y catarros asmáticos ó flegmorrágicos, diarreas, amauroses, irritaciones de la uretra, de la vagina, etc., con esceso de secrecion mucoso-purulenta.

Dósis.—La goma amoniaco, triturada con agua, da una emulsion que puede emplearse con tanta utilidad como la tintura, á la dósis de 20 gotas: se puede igualmente prescribir varios centígramos. Se administran las trituraciones á la dósis de 1 á 2 decígramos varias veces al dia. Pero el práctico verá con sorpresa mejores efectos con dósis mucho menores, tales como una debilísima fraccion de la tercera atenuacion en 150 gramos de agua.

AMMONIACUM CARBONICUM.—A. MURIATICUM (Subcarbonato y clorhidrato de amoníaco).

§ I.—Historia.

El amoníaco es un gas tan violento que solo se usa combinado con otros cuerpos y en estado de sal. Las97 dos sales mas conocidas y usadas son el subcarbonato y el clorhidrato. En cuanto al amoníaco líquido, que es agua saturada de gas amoníaco, le tratarémos en un apéndice á este capítulo. Los antiguos conocian las sales de amoníaco, pero rara vez las usaban solas. Los más se servian de diversas composiciones, tales como el espíritu de Minderero, el de asta de ciervo y la sal volátil, etc. Se considera á las sales de amoníaco como estimulantes, resolutivas, diuréticas, sudoríficas, y se las usa en casos de infartos crónicos, de catarro, etc.

Solo hablarémos del subcarbonato y clorhidrato por tener los dos efectos semejantes, y permitir por lo tanto confundirlos en un mismo estudio. Despues de Hahnemann se han ocupado muchos autores sobre el modo de que la ciencia fije sus efectos y propiedades. Preciso es citar á Hartlaub y Nenning, Wibmer y Ruckert. Huxham cita el caso de un hombre en el que el uso del subcarbonato de amoníaco desarrolló una afeccion escorbútica.

§ II.—Efectos fisiológicos.

Tenemos en estas sales una accion que es comun á la de todos los alcalinos por su carácter fundamental: si, bajo su influencia, la fuerza plástica no sufre alteraciones que hagan degenerar su tipo y den lugar á productos nuevos, á escrecencias, á vegetaciones, ni aun á exudaciones que constituyen falsas membranas, y que no confundimos con las capas mucosas, ni á exudaciones simples y mucoso-purulentas, la fuerza plástica se debilita hasta el punto que los elementos orgánicos presenten una falta de cohesion, una especie de descomposicion incipiente; la sangre se empobrece, los sólidos se ponen flácidos, los líquidos se alteran, las fuerzas se debilitan,98 las membranas mucosas y serosas se convierten en puntos de secreciones abundantes, el tejido celular se engruesa y deja distender las células por la serosidad, el organismo entero está en un estado de atonía y deterioro que puede ser precedido de cierta turgencia sanguínea con sequedad de las superficies exhalantes y secretorias, y que le subsigue siempre. El aumento de secrecion de los riñones, de la piel, de las mucosas, constituye el período intermedio al estado febril erético y á la infiltracion serosa de los tejidos, efecto de la defibrinacion de la sangre.

Este estado es el cuadro de los efectos crónicos ó de dósis repetidas de subcarbonato y clorhidrato de amoníaco. La analogía de este cuadro con el de las personas linfáticas ó de una constitucion sanguínea alterada por una vida penosa, un mal régimen y una habitacion fria y húmeda indican claramente el uso de estas sales en tales personas. Pero como por otra parte sus efectos crónicos son precedidos de algunos fenómenos de escitacion, se sigue que los sugetos que se hallan en un estado opuesto al que acabamos de señalar, tienen, habida consideracion á otras circunstancias de agudeza ó de estacion, condiciones favorables á la accion de estas sustancias.

En los fenómenos de escitacion es necesario, por consiguiente, reconocer el predominio de la vida material orgánica sobre la de relacion; de suerte que las sales de amoníaco están poco indicadas en las personas nerviosas, inteligentes, vivas, y lo están mas en las que son blandas, frias ó entregadas á la vida animal. En todos estos casos el moral presenta la mayor parte de los síntomas ordinarios de las afecciones que alteran profundamente la vida nutritiva, como la tristeza, la inquietud, la dificultad99 de pensar, la aversion al trabajo, la ansiedad y el mal humor: estas dos últimas disposiciones del espíritu, que se manifiestan con preferencia en el estado agudo ó febril, y por la tarde, época natural de la sobreescitacion sanguínea en las fiebres humorales, catarrales, mucosas, etc., son propias de las sales de amoníaco.

A. Estado agudo.—El carbonato de amoníaco tiene en su patogenesia síntomas de sobreescitacion sanguínea continuos y remitentes, y se los puede dividir en dos períodos: el de eretismo y de relajacion, ó agudo y subagudo: el de este medicamento, sin embargo, es mas bien subagudo, comparado con el de medicamentos francamente piréticos.

El período de eretismo revelado por la esperimentacion pura y por el uso clínico, dura poco; se espresa por ebulliciones de sangre, aliento ardoroso con latidos, punzadas en la parte afecta y particularmente en el cerebro: movimientos fluxionarios pasajeros en los ojos y otros puntos, generalmente en los principios de las membranas mucosas y en los órganos de los sentidos; ojos, oidos, nariz, boca, bronquios, ano, y partes genitales. Estos órganos son el sitio de un orgasmo que se eleva hasta la tumefaccion, con sequedad, calor, ardor, exudacion sanguínea. Movimientos semejantes se observan en la piel, en la que se presentan manchas y placas escarlatinosas, forúnculos, todo con fiebre, y alternativas de calosfríos y bocanadas de calor. Los síntomas febriles se manifiestan ó se agravan durante la primera parte de la noche, y ofrecen una gran variacion del pulso, el cual, unas veces es lleno, otras blando y otras duro. Pocos estados febriles, como no sea el estado catarral, producen tanta ansiedad, tanta agitacion,100 tanta irritabilidad; tambien se observan intermitencias en la fiebre con accesos separados por muchos dias, hasta el número de siete.

El carbonato de amoníaco representa con bastante exactitud en su patogenesia el cuadro de una fiebre mucosa y de la erisipela que acompaña al estado mucoso, en los linfáticos, frioleros y dispuestos á las afecciones catarrales, con el aire esterior, la humedad y el frio.

En medio de los diversos síntomas de coriza y aun de angina, el enfermo arroja un moco sanguinolento y aun sangre pura por una ú otra nariz; los labios están secos, hendidos, escoriados; la boca de un color rojo oscuro y ardorosa; hay vesículas, aftas en la lengua, lo cual tiene lugar en los primeros dias y durante el período de flojedad que se prolonga indefinidamente; las encías están tumefactas, pálidas ó rojas, y sangran fácilmente; la faringe está irritada, escoriada y de un color rojo vivo ú oscuro. Despues de los primeros dias de eretismo, hay aumento de las secreciones salival y mucosa. Domina el gusto ágrio, aunque puede ser dulzoso, el aliento es malo, no hay apetito, el disgusto es continuo, especialmente para la carne y alimentos grasos y cocidos; la sed varía, si bien suele ser muy pronunciada en los primeros dias; las náuseas conducen con frecuencia á vómitos mucosos, ágrios; el epigastrio está caliente, dolorido, es el punto de unas punzadas que se observan tambien en toda la estension del vientre; hay además una sensacion de malestar, de constriccion ó de plenitud. Los dolores cólicos abaten, las deposiciones son escasas con tenesmo, ó diarréicas con ó sin conatos; la orina es mas bien clara, si bien llega á ser sanguinolenta algunas veces.101

En los casos en que el pecho es el mas comprometido, se observa un ardor constante, aflujo de sangre, tos seca muy fatigosa acompañada de calor en la cabeza y varios síntomas de pleuresía y bronquitis intensa.

El período de relajacion se espresa insensiblemente despues de algunos dias, siendo notable por el restablecimiento de todas las secreciones y por el incremento de las mismas. Las deposiciones fecales, sin embargo, continuan siendo sólidas y escasas, ó lo llegan á ser por la persistencia de una irritacion que se concentra en los órganos digestivos, y complica ó sostiene el embarazo gástrico. El sudor es considerable, y tambien un signo esencial de las indicaciones de las sales de amoníaco en las fiebres mucosas. Necesario es agregar las frecuentes alternativas de frio ó de impresion de frio; los dolores contusivos y constrictivos mezclados de punzadas en las cavidades esplánicas; las orinas muy abundantes, blanquecinas y turbias; ciertas manchas y erupciones miliares y vesiculosas en la piel y sobre el límite de las membranas mucosas; el sudor circunscrito á las articulaciones en fin, síntoma que, unido á otros, hace reconocer cierto grado de orgasmo en las sinoviales ó membranas serosas articulares. En tal estado, la cabeza está siempre pesada, dolorida, con vértigos y náuseas, ó presion sentida ordinariamente de dentro afuera como en la belladona.

B. Estado crónico.—Este estado sobreviene poco á poco, despues de una duracion variable, pero siempre larga, del período precedente. Entonces la astenia y la inmovilidad de los síntomas dominan, escepto algunas ocasiones en que la persistencia de la tos, ciertos dolores y el estreñimiento reproducen la irritabilidad y el eretismo. La cara, sin embargo, está pálida, hinchada,102 con una espresion enfermiza; la menor emocion, el trabajo mental y el de la digestion congestionan el cerebro con calor y sensacion particular de tension. La piel está pálida y ha perdido su tonicidad; todos los síntomas que se observan, anuncian una tendencia á la descomposicion: los ardores y punzadas agudas, las vesículas llenas de serosidad acre y quemante, los granos que pican y escuecen despues de rascarse, dejan escoriaciones rebeldes para curarse; las erupciones miliares, las rubicundeces escarlatinosas, así como los equímosis ó eritemas pasivos, las escoriaciones entre las piernas, los granos forunculosos, los orzuelos, hinchazon y esfoliacion de los dedos, las grietas de los labios, de las manos, que se ponen tumefactas cuando se las deja colgantes: estos fenómenos de estancacion de los líquidos en tejidos debilitados son propios del carbonato de amoníaco.

Sus dolores espresan la naturaleza de su accion: hay por lo tanto diversas sensaciones y modificaciones funcionales. En la cabeza, los dolores no son agudos, pero sí tenaces, pasivos, vertiginosos, con náuseas, punzadas rápidas, sensacion de vacuidad ó de escoriacion, síntoma que se repite en otros órganos, tanto al interior como al esterior: la sensibilidad del cuero cabelludo está aumentada, pero por un simple predominio de la nerviosidad sobre la sangre; el infarto, si le hay, es reemplazado por los jugos linfáticos y serosos, y el tejido se debilita y los cabellos se caen.

La odontalgia se alivia por la aplicacion de paños calientes, y se agrava por la presion de los dientes de ambas mandíbulas; el dolor pasa por todos los grados, desde la sensacion de dentera como por ácidos, hasta violentas dislaceraciones. Las encías están encendidas103 ó pálidas, el epitelio corroido; sangran fácilmente.

El sistema muscular no ofrece particularidades notables; las punzadas y las sensaciones de contusion, de pesadez, de quebrantamiento, de cansancio y de frio, los calambres ligeros, las contracturas y la debilidad muscular, manifiestan tambien el aniquilamiento de la vitalidad, espresado por los estremecimientos musculares, los hormigueos, los adormecimientos parciales y momentáneos, por una debilidad muy grande y el marasmo.

Los ojos no presentan rasgos de inflamacion franca, pero sí una turgencia humoral subaguda que ya hemos indicado anteriormente hablando del estado de las mucosas en la fiebre. Se observa la fotofobia por la mañana á la primera impresion de la luz, y ya se sabe que la fotofobia se manifiesta con frecuencia bajo la influencia de medicamentos eminentemente asténicos; así como la debilidad de la vista, el pestañeo y estremecimiento de los párpados, y nieblecillas que parecen revolotear en el campo de la vision.

En el oido hay ruidos imaginarios, sensaciones como de golpes, y zumbidos con disecea. La nariz, aparte de las diferencias dependientes de la disposicion de las partes, no ofrece otros síntomas que los demás órganos, si no es el flujo de un líquido acre y mas abundante, y de algunos granos forunculosos.

La palidez de la piel cuando no es habitual, ofrece variaciones inherentes á la accion del medicamento sobre los sistemas sanguíneo y nervioso en general; se nota comunmente una hinchazon que es la del tejido celular de los miembros, y los rasgos de la cara espresan el sufrimiento.

Los granos, las vesículas escocientes sobre los labios104 y sus comisuras, las grietas y costras en los mismos puntos, reunidas á los síntomas análogos ya indicados en las mucosas y la piel, son de gran valor en las fiebres y en los estados mucosos febriles, subagudos, diferenciando á este medicamento de otros que no provocan esos fenómenos sino despues de la fiebre, en la convalecencia, como una crísis.

Entre los síntomas que suministra el estómago, se notan, entre otros del estado agudo y que simulan la gastritis mucosa y la saburra gástrica, numerosos fenómenos de gastroses, cuyo cuadro es el siguiente: disgusto, náuseas y hambre hasta canina, el trabajo de la digestion fatiga muchísimo, hay pesadez, incomodidades y endolorimiento del estómago, vómitos, sensacion de vacío, flatuosidades, algunas veces corrosion, sensacion de frio y ardores con abatimiento. Los síntomas de las sales de amoníaco nos presentan tambien el cuadro de enteritis crónicas, de infartos hepáticos, de diversas afecciones de los órganos abdominales, como se ve por estos síntomas: dolores tensivos y compresivos, punzadas, sensacion de plenitud, de borborigmos, de constriccion, dolores cólicos, flatuosidades, gases abundantes, tumor herniario, diarrea, hemorróides.

Apenas se observa turgencia en la mucosa de los órganos génito-urinarios. Su estado, bajo la influencia de este medicamento, es la astenia con ó sin obstruccion de la mucosa. Las mismas disposiciones presentan los órganos de las funciones sexuales y partes adyacentes. Si hay deseos venéreos, los órganos no corresponden, y si se escitan los deseos, no existen; la debilidad general produce este estado, y la grande agitacion de la sangre provocada por el cóito lo demuestra igualmente, así como los timbres producidos por simples deseos105 venéreos. Se manifiestan poluciones frecuentes, dolores, y el descenso de los testículos en el hombre; en cuanto á la mujer, pruritos en la vulva, ardores, escoriaciones, leucorreas blancas, acuosas, abundantes, generalmente acres; la sangre menstrual es descolorida, pobre en fibrina, acre y escoriante; reglas anticipadas, copiosas, precedidas de violentos dolores de vientre y acompañadas de varias incomodidades, tales como odontalgia, tristeza, grande abatimiento, bostezos y estremada sensibilidad al frio.

§ III.—Efectos terapéuticos.

Estos diversos grupos de síntomas dan á conocer suficientemente la utilidad de este medicamento en muchas afecciones de personas de constitucion floja, mas ó menos linfáticas, debilitadas hace mucho tiempo ó bien que aun conservan lozanía. Son poco impresionables, tienen una vida mas material que intelectual, y las fuerzas musculares no están en relacion con las apariencias de su salud.

Las afecciones agudas propias de las sales de amoníaco se hallan reducidas al círculo de la fiebre mucosa y de las irritaciones de esta membrana, cuando tienen una influencia importante. La fiebre es remitente ó intermitente; el coriza, la bronquitis y las subinflamaciones de las membranas mucosas, especialmente en el período de la hipersecrecion ó relajacion, son propias de este medicamento. En iguales casos, no es raro que haya recidivas; los sujetos tienen análogas indisposiciones y las contraen fácilmente al aire frio y con la humedad; tampoco es raro que la mayor parte de las mucosas se afecten simultáneamente, ó que se desenvuelvan106 en diferentes puntos movimientos fluxionarios y que la afeccion se estienda á las membranas serosas.

Las sales de amoníaco son muy eficaces en corizas con ozena, en ciertas irritaciones de estómago con astenia, en algunas cefalalgias crónicas unidas á corizas, en varios casos de hidrotorax y de pleuresía crónicos, en diversas bronquitis antiguas con flegmorragias complicadas con padecimientos asmáticos; en vaginitis rebeldes, leucorreas irritativas y otras afecciones de este género, cuando los síntomas generales y aun los locales armonizan con los del medicamento, principalmente si la piel está pálida, terrosa, fácil á escoriarse, hinchada y aun edematosa; cuando las orinas son abundantes, las secreciones mucosas exageradas, que hay epistaxis, hemoptísis, flujos hemorroidales poco abundantes, con atonía de las mucosas que están infartadas y aun momentáneamente irritadas. Estas sales son tambien eficaces en los infartos glandulares, linfáticos, precedidos de dolores erráticos y reumáticos, en la miliar crónica con prurito y ardor, en el herpes furfuráceo pruritoso, en diversos dolores musculares y artríticos, con caquexia, adormecimiento, pesadez, temblor y grande debilidad en los órganos de la vida de relacion. El tic doloroso de la cara puede ser, en ciertos casos, propio de este medicamento. Pero no podemos admitir, como se hace en muchos Manuales, la eficacia del carbonato de amoníaco en un estado tifoídeo cualquiera ó simplemente inflamatorio.

La dismenorrea, que este medicamento cura, es un simple accidente del estado general, del que se han de sacar las indicaciones terapéuticas, entre las que se halla la de la esterilidad por atonía uterina, como sucede en el raquitismo y las escrófulas. Como medicamento107 adaptado al estado general es como se puede sacar partido de él en la gota, de la cual tiene algunos de sus síntomas, como picotazos, punzadas, dislaceraciones en el dedo gordo del pié, estremecimientos, hormigueos, dolor quemante, tumefaccion dolorosa y roja en el dedo gordo del pié. La amaurosis y el bocio no entran en su esfera de accion sino por circunstancias del estado general. Las verrugas y vegetaciones, de cualquier género que sean, solo reclaman el uso de este medicamento como condiciones de afeccion de nutricion y de debilidad de la actividad orgánica. Algunos médicos le han aconsejado en la diabetes, enfermedad poco conocida y contra la que pocos medicamentos están indicados como curativos, y sí solo como paliativos. Ningun hecho clínico, ninguna indicacion sintomatológica puede invocarse en favor de esta pretension, como no sea la abundancia de las orinas y su calidad física, pero no química y el estado de caquexia. Esto no obstante, en tales circunstancias puede ser útil.

Dósis.—Las tres primeras atenuaciones en trituracion, á la dósis de algunos centígramos varias veces al dia, hasta un gramo en veinticuatro horas, son las dósis y las preparaciones mas simples y convenientes en los estados crónico y anémico. Es preciso limitarse á una de las atenuaciones superiores, la sesta, por ejemplo, en algunos casos mas ó menos agudos con grande susceptibilidad.

La tercera trituracion es frecuentemente preferible en las afecciones febriles subagudas: se dan cinco centígramos por hora. La digital debe preceder en su uso en las fiebres saburrales ó mucoso-gástricas, con lentitud del pulso al principio.108

AMMONIACUM CAUSTICUM (Amoníaco líquido.—Alcali volátil).

Escluimos en esta obra, como ya se ha dicho, las acciones químicas y mecánicas de los medicamentos, por lo que no cuestionarémos aquí sobre las propiedades corrosiva y vesicante del amoníaco líquido, ni de los efectos sudoríficos y diuréticos de las sales de amoníaco á fuertes dósis, ó de sus efectos locales estimulantes por su aplicacion tópica en fumigacion ó de otro modo.

Independientemente de la accion del amoníaco líquido sobre el cerebro, accion que le constituye en el mas poderoso antídoto de los licores alcohólicos, existe otra no menos directa sobre las membranas mucosas, que da lugar á sentir el poco uso que de él se hace y la falta de datos suficientes de sus efectos en el hombre sano. Hé aquí algunos dignos de llamar la atencion: grande debilidad muscular, temblor y aniquilamiento de las fuerzas, accidentes asmáticos, sudores, orgasmo sanguíneo, secreciones mucosas abundantes.

Se le ha preconizado en los envenenamientos por el ácido hidrociánico y por el ópio; se le da con resultados á la dósis de una ó dos gotas en un vaso de agua. Administrado de esta manera disipa prontamente la embriaguez producida por bebidas alcohólicas, y tambien ha disipado y corregido las hemicráneas graves y los accesos de asma.

Todo anuncia que el amoníaco líquido puede gozar de grande eficacia en los casos graves en que, aunque indicado el carbonato de amoníaco, sea insuficiente para vencer la astenia y la falta de vitalidad agravada incesantemente109 por leucorreas escesivas, por flegmorragias abundantes, por falta de nutricion en personas debilitadas, combatidas por plétoras serosas y afectadas de caquexia mucosa.

ANACARDIUM ORIENTALE (Anacardio de Oriente).

§ I.—Historia.

Arbol de la familia de las terebintáceas, Jussieu; pentandria diginia, Linneo. Los frutos de este árbol consisten en una almendra encerrada en un receptáculo muy duro. Entre este y la almendra se halla un líquido acre, cáustico, negruzco; es la sustancia usada con el nombre de anacardio. Se prepara por tintura ó en trituraciones. Son pocas las observaciones conocidas de este medicamento antes de Hahnemann; despues de él, Thorez, Lobethal, Wahle y Romani han publicado algunas.

Hasta hoy las esperiencias confirman los efectos fisiológicos y terapéuticos del anacardio, siendo sensible que no sea mas usado, y que la mayor parte de los terapeutistas modernos le hayan escluido de sus tratados. Luego se verá que sus propiedades pueden ofrecer ventajas, máxime cuando hoy las afecciones del sistema nervioso dominan ó complican la mayor parte de las enfermedades.

§ II.—Efectos fisiológicos.

El anacardio es análogo por el conjunto de sus efectos á aquellas constituciones en las que el sistema nervioso está afectado, ya por el esceso de trabajos intelectuales, ya por la alteracion repetida de la sensibilidad,110 el hábito de las emociones y de los estimulantes morales, de las pasiones y de los placeres sensuales.

Este estado conduce al marasmo, á la palidez, á un aspecto enfermizo con rubicundez fácil, pero pasajera de las mejillas, ojos apagados y los signos de la decadencia física y moral. El anacardio está en relacion con el cerebro y el sistema nervioso de la vida de relacion.

Esceptuados algunos fenómenos simpáticos que se despiertan en la cabeza y el epigastrio, la fiebre del anacardio es absolutamente igual á la que ocasionarian un trabajo intelectual prolongado, una emocion de mucha duracion en una persona nerviosa; el sueño es pesado ó bien agitado por ensueños penosos. Las personas son frioleras, el frio se hace penetrante cuando sobreviene la fiebre, y recorre rápidamente el cuerpo; hay calosfríos, temblor general, y los piés y manos están helados. Algunas veces se desarrolla un calor sensible al tacto, y que no lo es si no se toca; las palmas de las manos y la cara se ponen calientes, se declara la sed, y los labios están secos; tanto el calor como el frio se reparten con irregularidad y existen parcialmente en varios puntos, como en las fiebres nerviosas, especie de ataxia benigna, en la que se mezclan sudores frios, sobre todo en la frente, y á consecuencia de los que sobreviene siempre un sudor que calma la agitacion febril, cuando es abundante y general. Se ha observado en la esperimentacion una fiebre notable por una sensacion de frio que con nada se puede disipar, calor en la cabeza y las estremidades, coriza y frio alternante con calores incómodos; el calor era seco, la agitacion nerviosa muy pronunciada y se unian calambres en la pantorrilla á los demás fenómenos nerviosos.

Orígen y causa hasta cierto punto de la sobreescitacion111 nerviosa que conduce á la astenia física, el estado del moral es en un todo conforme á esas disposiciones del sistema nervioso ganglionar y de relacion, disposiciones que, aun cuando la astenia sea profunda y tienda á la descomposicion, la escitacion tiene aun sus momentos de elevarse hasta la cólera, y la risa insensata, hasta la vivacidad de la memoria de los sentidos, hasta el encendimiento de la cara, las sofocaciones, la sensibilidad escesiva de los ojos á la luz. Hé aquí, en fin, el estado habitual del moral: debilidad de las facultades intelectuales, indiferencia profunda, temores pueriles, alucinaciones de los sentidos, como si el alma estuviera aislada é independiente del cuerpo; hay frecuentemente mal humor, desaliento, y una tristeza que se eleva hasta la hipocondría. Pero en el fondo hay siempre una falta de voluntad y de inteligencia. Este estado del moral es análogo al en que se halla el organismo; en él se ven las consecuencias de una fatiga intelectual y física, un abuso de estimulantes morales y sensuales, un juicio alterado y una semejanza preciosa con ciertas afecciones mentales para las que el anacardio será un medicamento eficaz.

Los vértigos, la sensacion de calor incómodo á la menor aplicacion del espíritu, la de presion de dentro afuera y varias otras sensaciones estupefacientes y de vacío en la cabeza, son síntomas mas constantes para esta parte, que las dislaceraciones, los rasgos dolorosos, las sacudidas nerviosas, las punzadas, los golpes como de retraimiento, las sensaciones de frio y de ardor quemantes que se manifiestan en las diversas partes del sistema muscular y hasta en el dedo gordo del pié, sin escluir la cabeza. En el resto del cuerpo, se observan rigideces musculares, dolores y chasquidos en las articulaciones,112 adormecimiento, pesadez, contracciones espasmódicas, estremecimientos, temblores, y todos los síntomas que anuncian ó acompañan á las afecciones paralíticas, afecciones contra las que puede emplearse muy útilmente.

Los fenómenos convulsivos son menos pronunciados en este medicamento que en los otros que contienen estricnina y cuyo tipo puede ser la nuez vómica.

Todo conduce á creer, sin embargo, que el anacardio la contiene, pero combinada con otros principios activos que modifican su accion. Quizá con ensayos mas completos y una accion mas intensa, el anacardio produzca los espasmos tetánicos, el trismus y las neuralgias mas agudas y duraderas; en sus efectos conocidos se descubre el rudimento, principalmente en las estremidades inferiores, como se ve en los siguientes síntomas: sobresaltos en la cama, estremecimientos, endolorimiento universal, sacudidas, golpes repetidos y como eléctricos, ráfagas neurálgicas ó irradiaciones dolorosas.

El sistema cutáneo solo es afectado indirecta ó accidentalmente por el anacardio, y sus efectos característicos de herpetismo no tienen aquí importancia alguna, pues solo se refieren á la accion general del medicamento. Siempre es preciso tener en cuenta los ardores pruritosos, el prurito algunas veces general y voluptuoso, cuya significacion es mas bien nerviosa, si se tienen presentes, la palidez, la sequedad de la piel, el aspecto enfermizo, los ojos apagados, el calor y el frio desigualmente repartidos, las rubicundeces fugitivas, el calor en las palmas de las manos, su sequedad, ó su sudor viscoso, su temblor, la quemazon en la punta de los piés, que son otros tantos signos que revelan la astenia y la nerviosidad.113

Las membranas mucosas no presentan síntomas mas importantes que la piel. La conjuntiva no está afectada; la accion del anacardio se limita al nervio óptico y á los nervios del movimiento; el lagrimeo es debido á dolores constrictivos, y lo mismo sucede comparativamente con los órganos del oido y del olfato. El romadizo, el coriza, el estornudo, se manifiestan con una especie de fiebre catarral, con epistaxis algunas veces, que indica sequedad y sobreviene cuando se suena la nariz con fuerza. Los labios están secos, rodeados de una zona rugosa con prurito, y las encías, que están hinchadas, dan sangre al menor frote. Vesículas dolorosas invaden la boca que está seca, con gusto amargo, lengua seca, blanca, como raspada, con sensacion de pesadez é hinchazon. El aflujo de saliva ni escluye la sed, ni la sensacion de sequedad en la garganta, cuya circunstancia prueba, en union con la sequedad general de las superficies mucosas, que el aflujo de saliva es debido á alguna cosa espasmódica, mas que á la accion simpática del estómago despues de la comida.

El disgusto, las náuseas, muchos síntomas dispépsicos se hallan entre los efectos del anacardio unidos á cierto eretismo que se espresa por la tension y la sed despues de haber comido, por picotazos, sensacion de presion, por acumulacion de gases sin espulsion inferior, y que por la parte superior solo hay algun eructo, mientras que constituye una especie de gastritis la manifestacion de varios síntomas nerviosos, tales como: pirosis, eructos quemantes, acedías, sequedad de la garganta, hipo, aflujo de agua á la boca, sensacion de debilidad, punzadas en el estómago, síntomas todos que sobrevienen ó se agravan despues de la comida y á la que siguen siempre, abatimiento, incomodidades angustiosas,114 somnolencia, inaptitud al trabajo y tosecilla. A estos desórdenes de la sensibilidad y de la contractilidad cuyo sitio es el abdómen, es preciso agregar deposiciones blandas, necesidad frecuente de defecar, particularmente despues de la comida; esfuerzos inútiles ó defecacion lenta como por atonía de los intestinos, ó una diarrea con esfuerzos. Hé aquí un estado erético, que se manifiesta por los síntomas siguientes: prurito, exudacion en el ano, hemorróides dolorosas, orinas claras y frecuentes estando en ayunas; orinas turbias con sedimento, conato frecuente á orinar, prurito en la uretra, sensacion de ardor en el glande durante la miccion, flujo de humor prostático despues de orinar, irregularidad de las sensaciones y de los actos sexuales, ó predominio de la astenia, leucorrea, en fin, con escoriacion y prurito.

Los órganos de la respiracion, como los de la digestion, presentan muchos síntomas nerviosos: la menor irritacion produce una sensacion de titilacion y de hormigueo que determina la tos. Esta es corta, seca, ruidosa y por accesos; impide dormir algunas veces, hay esputos de pedacitos mucosos grisáceos ó de materia purulenta y mezclados con sangre. Se observa una gran variedad de dolores, de punzadas, de presiones, que se suceden con frecuencia por golpes ó sacudidas rápidas; respiracion acelerada, opresion angustiosa que los llantos alivian y que el movimiento y el aire esterior disipan; el asma nervioso en fin, los dolores reumáticos del tronco y la pleurodinia están altamente representados en la patogenesia del anacardio.115

§ III.—Efectos terapéuticos.

La fiebre de anacardio ofrece algunas indicaciones clínicas en las fibrillas mas ó menos nerviosas, y no existe sin alguna lesion orgánica; están ordinariamente unidas á artritis irregulares y á cefalalgias crónicas, ó á un estado nervioso causado ó sostenido por la aplicacion escesiva del espíritu, en cuyos casos hay siempre debilidad habitual de las facultades morales y de los sentidos.

Este aniquilamiento moral y físico constituye el fondo de las afecciones mentales propias de este medicamento, mas que la obstinacion y el mal humor; la inercia de las facultades está unida á la inercia de la sensibilidad, á la del sistema muscular, á un estado de estupidez, de embrutecimiento, del que salen de cuando en cuando los enfermos, por la influencia de ciertas escitaciones y de un delirio á veces lipemaniaco. El anacardio será aun un medicamento escelente en ciertos casos de ninfomanía que coincida con el estado general que hemos designado, á la altura y por la misma razon que la ignatia ó el mercurio; su indicacion abraza la idea de una aberracion de la sensibilidad, de una especie de aberracion libidinosa.

Las afecciones paralíticas curables por el anacardio, son el último grado de las neuralgias, de la nerviosidad y de la debilitacion. Está indicado en ciertos casos de hipocondría, de histerismo, de asma nervioso, de coqueluche degenerada, cuando el estado general armoniza con el de anacardio y corresponde á las mismas causas, incluyendo en este mismo estado general la debilitacion de los sentidos, sus alucinaciones y su discrasia.116

No discutirémos los demás casos patológicos en que se ha creido indicado este medicamento, contentándonos con los que preceden, y advirtiendo al lector, que en el cuadro sintético de sus efectos, hallará mas de una vez la ocasion de administrarle en algunas afecciones amauróticas, catarrales, flegmorrágicas por la astenia que sucede al eretismo, y en accidentes eréticos é irritativos abdominales de fiebres nerviosas en su período subagudo.

Dósis.—El anacardio es un medicamento que exige toda la variedad de dósis que nos ofrece la posologia, desde su alcoholatura ó tintura hasta las atenuaciones elevadas. El uso y una esperiencia razonada, son las que pueden poner al práctico en estado de discernir la dósis mas conveniente en un caso dado. No creemos que sea necesario jamás dar mas de dos ó tres gotas de la tintura al dia; mas frecuentemente se obtendrá todo lo que se pretenda, de una gota ó algunos glóbulos de la tercera ó sesta atenuacion en un vaso de agua para tomar á cucharadas de hora en hora ó con mas espacio.

ANTIMONIUM CRUDUM (Antimonio crudo).

§ I.—Historia.

Este mineral es un sulfuro ó protosulfuro de antimonio, y se prepara por trituracion con azúcar de leche. El nombre de antimonio procede de los funestos resultados que produjo en los religiosos que estudiaron sus efectos.

El antimonio parece haber sido conocido desde la mas remota antigüedad médica, si bien se limitaba á emplearle al esterior. En los siglos XV y XVI se le honró, y muchos médicos disertaron larga y vivamente en pró117 y en contra de su uso. Fué condenado por un decreto de la facultad de Paris del 3 de agosto de 1566 y prohibido por un acuerdo del parlamento. Cincuenta años despues, la facultad escluia de su seno á uno de sus miembros, á Mr. Paulmier, por haber contravenido al decreto, lo cual no impidió que un gran número de médicos prescribieran en secreto preparaciones de antimonio. En 1637 fué sin embargo admitido en la farmacopea en calidad de purgante, por un acuerdo del parlamento, y un nuevo decreto de la facultad del 16 de abril de 1637 ordenó su uso. Bien pronto se reanimó la discusion, y Guy Patin[21] se presentó como uno de los mas fogosos adversarios de un medicamento que debia conquistar un rango distinguido en la materia médica y ser preconizado contra todas las enfermedades ó poco menos.

El antimonio crudo y el tártaro estibiado son los solos antimoniales conocidos por sus efectos fisiológicos y los únicos que deben formar parte de nuestros estudios.

Se observa bastante analogía en los efectos de uno y otro para no dejar de reconocer la presencia de una misma sustancia; en uno y otro hay sin embargo bastantes particularidades para dar la debida importancia á las que pertenecen á cada uno de los dos. Los tratarémos, pues, separadamente, anticipando á su estudio especial la idea general, de que si los dos tienen relaciones bien marcadas con el nervio neumo-gástrico, se nota la diferencia de que el antimonio crudo afecta mas particularmente la parte inferior, y que el tártaro estibiado obra con especialidad sobre la superior.118

§ II.—Efectos fisiológicos.

Los efectos del antimonio sobre el moral espresan la agitacion y el mal humor, con frecuencia la tristeza, la taciturnidad y la inquietud sobre su suerte. El delirio es pasivo; hay síncope y sensacion de debilidad y de vacuidad de la cabeza, somnolencia por el dia y sueño inquieto por la noche. Los calosfríos y el frio dan lugar al sueño y al calor, y en la cama se declara el sudor, que puede presentarse en todos tiempos: á veces es abundante, pero siempre fácil, dulce, inodoro y sin ardor en la piel; se observa un sudor frio y pegajoso; el sugeto está muy friolero, y si se manifiesta el calor, es por movimientos congestivos en la cabeza y otras partes, frecuentemente con frio en los piés ó sensacion de frio interno.

El antimonio presenta en sus efectos, aunque rara vez, un estado febril notable por su intermitencia. Fuera de esta especie de accesos, el pulso es concentrado, pequeño, raro, irregular, ofreciendo unas veces dos pulsaciones mas rápidas, y otras, dos mas lentas; es el pulso completamente abdominal. En los accesos, el pulso es lleno y acelerado; hay palpitaciones, movimientos congestivos, rubicundeces de la cara, si bien esta escitacion del sistema sanguíneo es precedida de grande postracion, de lentitud en el pulso, y de frio generalmente de larga duracion, agravado por el movimiento y la accion del aire. El calor es escesivo y con sed, agravado por el menor movimiento; el sudor es de los mas copiosos, y el calor que le sucede de nuevo, pone fin al acceso. Estas especies de accesos de fiebre sobrevienen ordinariamente por la tarde y el sudor tiene lugar durante la noche. El sudor aparece algunas119 veces al mismo tiempo que el calor; pero es mas frecuente que estos dos estadios sean de mucha duracion y distintos; lo escesivo del sudor es característico, á no ser que los vómitos y una salivacion estraordinaria detengan la fluxion cutánea ó abrevien su duracion. Cuando los vómitos preceden al acceso ó complican el estadio del frio, es cuando se observan los sudores frios, el síncope, grande ansiedad y palpitaciones violentas.

El vértigo, el dolor de cabeza estupefaciente, un estado en el cerebro semejante al que acompaña á la embriaguez, y algunos dolores mas ó menos vivos en la cabeza, conducen á la eleccion del antimonio en ciertas neuralgias reumáticas del cuero cabelludo y de la cara, y contra los dolores que coinciden con afecciones cutáneas mal desarrolladas, ó con una supresion del sudor y el abotagamiento de la cara.

Las neuralgias del resto del cuerpo son generalmente tirantes, se presentan á lo largo del dorso, en las profundidades de los miembros y en las articulaciones, particularmente en la rodilla, en la cadera, en los dedos de piés y manos, en el dedo gordo con una forma artrítica. Se observan algunos dolores contusivos, pesadez y adormecimiento de los piés; grande debilidad muscular, sin síntomas de parálisis, á no ser que se tengan por tales algunos accidentes espasmódicos, convulsivos de los músculos, calambres en fin, particularmente en los miembros inferiores, ó tambien un temblor general y movimientos convulsivos de la cabeza y de los miembros, precursores de la muerte, en casos de envenenamiento. La vista está alterada, hay ceguera y abolicion del oido, y por lo general zumbido de oidos, sordera pasajera y varios accidentes neurálgicos sin importancia.120 La voz es débil, ronca, y aun nula, si bien reaparece en el reposo.

Los fenómenos de la vida orgánica son mas importantes para la clínica, y confirman los que acabamos de consignar en la vida de relacion. Hay aumento en las secreciones, como ya lo hemos visto con el sudor: ahora la indicamos para las mucosas de los ojos, de la nariz, de las vías aéreas, digestivas y genitales. Pero no se deben olvidar los síntomas que indican la sequedad de estas superficies, aunque solo sea accidental y momentáneamente, como la sequedad de la nariz que sobreviene al aire libre, mientras que el coriza, el romadizo y la acumulacion incesante de mucosidades en la nariz, constituyen el estado ordinario.

Si la tos, así como la garganta, ofrecen sequedad, preciso es reconocer un pasajero estado de espasmo en los bronquios y laringe, bastante propio del antimonio, derivándose de aquí fenómenos asmáticos muy caracterizados, y la tos por accesos con ardores en el pecho. Es muy comun que los esputos sean viscosos y que el aumento de salivacion se convierta en tialismo. Se observa, sin embargo, entre los efectos de este medicamento una tos seca, pequeña, profunda, que se puede denominar gástrica y que es simpática de una plenitud ó de un embarazo del estómago; el ano, merced á los tumores hemorroidales, es el sitio de una exudacion serosa, que emana con frecuencia de la membrana mucosa. La miccion es abundante y frecuente, el color de la orina es mas bien natural que oscura, las poluciones son mas frecuentes, no tienen carácter activo, y la leucorrea es acre ó consiste en una serosidad sanguinolenta.

Por lo espuesto hasta ahora, se puede comprender que el antimonio no tiene lugar en el tratamiento de una121 enfermedad francamente inflamatoria, porque esceptuados los accidentes febriles intermitentes, todos sus fenómenos indican el período de flojedad en las enfermedades, ó el subagudo y crónico. Las mucosidades segregadas son, en general, dulzosas é insulsas, la lengua pálida, húmeda ó cubierta de una capa generalmente mas bien blanquecina que de un amarillo sucio; la faringe está espasmodizada, é impide la deglucion y se estiende al exófago; la disfagia depende algunas veces de un infarto que se resuelve por la espulsion de mucosidades y saliva, infarto mucoso, fluxionario, que puede llegar hasta constituir una angina.

El estado del estómago é intestinos es el de una plenitud gástrica ó intestinal, mas bien mucosa y saburral que biliosa; las regurgitaciones, la saliva y las mucosidades que afluyen á la boca tienen el gusto de los alimentos; hay náuseas, anorexia y sed, algunos eructos insípidos ó un poco ágrios, regurgitaciones gaseosas y malestar, que se eleva hasta la angustia, con cólico, pinchazos en el vientre, conato á vomitar, vómitos mucosos, á los que se une la bilis por efecto de los espasmos y sudores generales. Los vómitos escesivos con enfriamiento, sudor frio, síncope, sed violenta, sensibilidad del vientre, hinchazon en el epigastrio, dolores presivos y lancinantes, proceden de casos de intoxicacion y entran en la esfera de accion del medicamento en las raras circunstancias en que los síntomas son producidos por la marcha de una enfermedad ú ocasionados por ciertas indigestiones, á los que hay que agregar cólicos violentos, borborigmos y flatulencias, meteorismo, dolores intolerables, desesperantes en el vientre, calores hasta ardientes, y endolorimiento.

Las deposiciones son con mas frecuencia diarréicas é122 irregulares, la diarrea alterna con el estreñimiento, ó mas bien se presentan primero deposiciones insuficientes, duras, amoldadas, y despues blandas y líquidas. Las materias de las deyecciones son poco coloradas, acuosas, sanguinolentas á veces, pero no contienen ventosidades ni mucosidades espesas y consistentes. Las secreciones producidas por el antimonio no tienen el carácter de irritacion.

La piel está floja, generalmente pálida, y la cara del mismo color y abotagada. Se presentan edemas en diferentes puntos de las estremidades, hay algunas veces una hinchazon pálida, serosa por todo el cuerpo, como si el procesus plástico y la actividad nutritiva estuvieran detenidas; en otras ocasiones la misma causa da lugar á un marasmo general y siempre con gran debilidad. Una multitud de accidentes seudo-inflamatorios se presentan en la superficie, tales como, tumefacciones rojas y calientes en el pabellon de la oreja, granos en la nariz que se escorian y trasforman en úlceras con costras y flujos de sangre, tumefaccion de los párpados que están rubicundos y legañosos. Fenómenos semejantes se presentan en las encías, que sangran con facilidad, así como tambien los alvéolos y dientes cariados, en los que los dolores de los mismos se aumentan despues de comer, por el agua fria y por la tarde; vesículas sobre la lengua é incomodidad en la garganta; irritacion del ano con secrecion mucosa, hemorróides, escoriaciones que dan una sangre negruzca y que son el punto de dolores quemantes; espulsion de gases que arrastran á veces mucosidades en su salida; ciertas hinchazones rojas y calientes, principalmente en los dedos, proceden de la estancacion de sangre en los capilares y recuerdan los sabañones.123

Los síntomas cutáneos son ricos en erupciones, como lo prueban las sensaciones de presion y las punzadas locales que á aquellas se refieren, y mas aun el prurito, del que ninguna erupcion está exenta; en el cuero cabelludo está acompañada de alopecia; en las irritaciones hay hinchazones, erupciones, inflamaciones de los ojos, de los oidos, de la nariz y otros puntos. Importa notar que el antimonio, además de las escoriaciones en el ano, produce fenómenos semejantes en los ángulos de los párpados y de los labios, en cuyos puntos supuran; el zinc tambien las produce, pero menos húmedas. Las erupciones, propiamente dichas, pueden ser miliares y urticarias, aunque lo mas general es que consistan en granos rojos ó blancos, rodeados de una auréola de ampollas y vesículas que se trasforman rápidamente en costras; pero los síntomas de este género mas dignos de atencion son los granos duros y conoideos de las producciones sicósicas, los tubérculos, pústulas, y conos semejantes á los de la varicela, síntomas que ponen de manifiesto la accion del antimonio sobre el dérmis. Estos fenómenos no se separan de la lesion profunda de la nutricion general, que está como suspensa, y cuya alteracion produce aglomeraciones plásticas, como colecciones serosas, abundantes secreciones y la debilidad muscular.

El conjunto de estos síntomas está caracterizado por una falsa flogosis, por úlceras fistulosas, por un accidente de gangrena en el pié, por la hinchazon roja del talon con punzadas quemantes, por sabañones rojos y dolorosos. Indicarémos igualmente que todos los síntomas eruptivos tienen la misma interpretacion al reunirlos con la alopecia, con la antigua existencia de los clavos y de las placas córneas, de las manchas hepáticas,124 de la lividez de las uñas, de su decoloracion, de su deformidad; pues no parece sino que la fuerza plástica no abandona la periferia sin haber arrojado primero una especie de aumento de actividad.

No hay medicamentos, aun entre aquellos cuya accion es mas asténica y deprimente, que no despleguen al principio de accion algunos síntomas hiperémicos, que no tengan un momento de orgasmo, un movimiento de escitacion, sino siempre sanguíneo, nervioso al menos, y como tal, fluxionario generalmente. El antimonio crudo no está exento de este período esténico por una accion directa sobre el sistema nervioso ganglionar é indirecto sobre el sistema sanguíneo, resultando, por consiguiente, que este último es de muy poca importancia para la práctica y que no reporta indicacion alguna si no acompañan los fenómenos de la vida vegetativa y del sistema gástrico. La accion hipostenizante del antimonio sobre el trisplánico es bien manifiesta, y se estiende á los sistemas sanguíneo y nervioso cérebro-espinal, ejerciéndose directamente sobre las funciones digestivas, respiratorias y plásticas; de aquí resulta su influencia particular sobre las membranas mucosas y serosas, sobre los tejidos blancos y fibrosos, sobre el tejido celular, en fin. Los fenómenos que espresan la inflamacion y el orgasmo sanguíneo son de carácter pasivo y sanguíneos por accidente. La misma apoplejia, que está anotada entre los efectos del medicamento, es simpática de la afeccion del trisplánico y se refiere á las congestiones cerebrales por indigestion ó por lesion del estómago. El mismo orígen tienen las palpitaciones y la irregularidad del pulso.

Consta además que la irregularidad del pulso es un síntoma no equívoco de ciertas afecciones gastro-intestinales.125 Este fenómeno, sin embargo, podria muy bien depender de la accion directa del antimonio sobre el nervio neumo-gástrico, de la misma manera que el asma y los accidentes asmáticos dependen de su esfera de accion. Los síntomas convulsivos y espasmódicos, siempre parciales y locales, no implican su accion directa sobre el cerebro y la médula espinal, pero sí la accion simpática de los nervios por anastómosis, por perturbaciones profundas de la vida vegetativa y de las vísceras abdominales. A la misma causa se refiere la escitacion genital, y, sin embargo, es necesario reconocer que esta escitacion puede proceder del orgasmo visceral que establece la accion del antimonio en el sistema nervioso ganglionar como preludio á sus efectos asténicos y depresivos.

Las constituciones mas favorables á la accion del antimonio, son notables por el desarrollo de las vísceras abdominales, con un tejido celular adiposo abundante ó escaso; tienen los sentidos obtusos y están sujetas á la tristeza y afecciones deprimentes, ó á la alegría que resulta de la satisfaccion de los instintos animales ó de las tendencias del amor físico. Los climas mas cálidos y la estacion del estío son para la mayoría de las constituciones circunstancias armónicas con la accion del antimonio. En las personas colocadas en tales condiciones de clima y estacion, la piel se atrae una parte de la actividad visceral, que por su atonía entra fácilmente en la esfera de accion de este medicamento, tanto mejor, cuanto que la salud ó la armonía funcional exige en el estío y en países cálidos un régimen sóbrio, mas escitante que escesivo en cantidad, y capaz de producir mas escitacion que trabajo á los órganos digestivos; pues la menor plenitud del estómago y ciertos desvíos de régimen126 ocasionan digestiones laboriosas, aumentan la debilidad de los intestinos y gastan la actividad de los nervios ganglionares ya debilitada. Estos efectos son tanto mas análogos á los del medicamento de que nos ocupamos, cuanto que los órganos en que se desarrollan están en relaciones simpáticas con la superficie cutánea, esa zona periférica de la vida vegetativa.

§ III.—Efectos terapéuticos.

Ya estamos en el dominio de las fiebres intermitentes gástricas, ora procedan directamente de esta perturbacion, de esta debilidad gastro-intestinal, ora que un enfriamiento, una impresion de frio, y especialmente de frio húmedo en la piel, las determinen por la repercusion de su propia actividad á los órganos de la vida orgánica. Esto es aplicable igualmente á las afecciones reumáticas, pues el antimonio reclama muchas de las que se han creido propias de la dulcamara, especialmente si se trata de dolores reumáticos repercutidos al interior y de las diarreas que les reemplazan.

La fiebre propia de antimonio es remitente y terciana ó cotidiana. Desde el principio se observan en los labios ó sus comisuras los gérmenes de erupciones que deben despues hacerse crustáceas, y cuyo carácter febril dejamos ya indicado. La observacion práctica demuestra que puede agravarse por una cefalalgia interna, hacerse intolerable y aun llegar á despertar síntomas nerviosos y un eretismo que no cede sino con la diminucion de los síntomas gástricos. La menor dósis que se puede dar en este caso, es un centígramo de la sustancia ó un gramo de la primera trituracion. Esta medicacion hace cesar el eretismo, acelera la solucion de la fiebre ó del127 acceso por abundantes sudores, que se presentan simultáneamente con el sueño. El adormecimiento, la anorexia, el disgusto, la lengua mucosa y las orinas sedimentosas persisten en los momentos de remision y reclaman nuevamente este medicamento. Muchas fiebres gástricas sin agudeza, las designadas con el nombre de mucosas, exigen el uso de antimonio, cuando una indigestion ó un estado saburral mas ó menos habitual figura como causa en la etiologia ó en la recrudescencia y su prolongacion.

Las anginas con gastricismo muy pronunciado, sin rubicundez, con ronquera, debilidad de la voz y sensacion de un cuerpo estraño en la garganta que escita vanos esfuerzos de deglucion, deben ser tratadas con este medicamento. En las afecciones de pecho de los niños es necesario auxiliar á este medicamento con ipecacuana, porque hay en su esfera de accion terapéutica ciertas hipersecreciones de las mucosas, sin esceptuar la blenorrea del recto, el embarazo gástrico y gastro-intestinal con salivacion, sin calosfríos, pero con sensacion de frio, y gastropatías á consecuencia de los escesos de una alimentacion empalagosa, farinácea, indigesta. En este caso, la hepatitis misma es de la competencia de antimonio, entendiéndose por tal una exacerbacion subaguda de una hepatitis preexistente y crónica.

La fiebre reumática aguda no pertenece á este medicamento. No tiene lugar en su tratamiento, sino cuando la reaccion languidece, y que los síntomas gástricos se pronuncian mas en el sentido de su accion. Los síntomas estacionarios se manifiestan al mismo tiempo, y entre otros, el sudor, las orinas abundantes, cargadas de una nubécula; hay tambien afeccion de las articulaciones y de los tejidos blancos con hinchazones subagudas.128

Los dolores reumáticos apiréticos no son propios de antimonio, á no ser que haya hinchazones articulares indolentes; el reumatismo muscular no le pertenece. Pero es raro que no tenga indicacion en la gota producida por los escesos de la mesa; pues aun cuando este medicamento no hiciese mas que combatir las causas y regularizar las funciones digestivas, la gota se modificaria ventajosamente, sin prejuzgar y sin perjudicar las indicaciones particulares de la nuez vómica. La odontalgia que el antimonio puede curar, se renueva comiendo, se agrava con el agua fria, se hace congestiva por la noche con un calor que parece ascender del pecho, y hay con frecuencia hemorragia de las encías.

En algunas erupciones subagudas, sintomáticas de saburras ó embarazos gástricos, el antimonio puede ser eficaz, si las erupciones son pustulosas, miliares, vesiculosas. Corresponde tambien á las escrescencias epidérmicas, como los clavos, ciertas verrugas y producciones sicósicas, aun cuando estas producciones no esten acompañadas de síntoma alguno gástrico. Los fungus articulares y otras escrescencias nacidas en los tejidos blancos, si no se curan con el antimonio, serán accesibles á la accion de la stafisagria, del carbonato de cal y otros medicamentos. En la supuracion de los ángulos de la boca, de los párpados, de la nariz, ó simplemente en las escoriaciones con costras en su circunferencia, el antimonio es el rival del grafito y del zinc; es importante en los exantemas tuberculosos de la cara, en los que se manifiesta, por lo menos igual, si no mejor que el carbonato de cal.

Concluirémos indicando que el antimonio está con mas frecuencia indicado en los viejos que en otras edades, porque la vida está concentrada al interior en la129 vejez, y apenas conserva la escitacion necesaria al sistema nervioso ganglionar. Las secreciones de las glándulas están aumentadas á espensas de las de la piel: los viejos son naturalmente dispuestos á los flujos mucosos. El antimonio, en fin, está muy indicado en los grandes comedores, en los que usan alimentos abundantes y no fermentados, ó insulsos, y en las embarazadas. La somnolencia y las afecciones comatosas de estos sugetos pueden reclamar el uso del medicamento que acabamos de estudiar.

Dósis.—Las trituraciones, es decir, las bajas atenuaciones del antimonio son útiles, si bien no negamos la eficacia de la sesta y aun duodécima atenuacion á la cantidad de algunos glóbulos. Preferimos uno ó dos decígramos de la primera, segunda ó tercera atenuacion, dósis que se puede repetir aun de hora en hora en los casos febriles. Las atenuaciones mas elevadas solo son útiles en las afecciones perfectamente apiréticas y dermóides.

ANTIMONIUM TARTARICUM (Antimonio tartarizado.—Tártaro estibiado).

§ I.—Historia.

Es el tartrato antimoniado de potasa, ó tartrato de potasio y de antimonio. Gran número de médicos de diversas escuelas han contribuido á enriquecer la materia médica con preciosas observaciones sobre las propiedades de este medicamento, y todas concuerdan con las esperimentaciones fisiológicas de Stapf, de Moor, etc..... Unas y otras se corroboran mútuamente al establecer las relaciones especiales de este medicamento con el sistema nervioso ganglionar, y al reconocerle propiedades análogas á las del antimonio crudo, si bien mas intensas.130

Se conoce el abuso que de este medicamento ha hecho el sistema italiano, y las singulares publicaciones á que ha dado lugar el contra-estimulismo. Los prácticos mas discretos han sacado un dato precioso. Para ellos, el tártaro estibiado era el medio antiflogístico mas seguro y mas cómodo, á la dósis de 5 centígramos en 1 ó 2 litros de agua tomada por fracciones. A esta dósis se obtienen los efectos sedativos del medicamento, la diminucion y desaparicion de la fiebre y una suspension sin accidente y sin mas evacuacion que un sudor dulce y continuo.

Por este medio se obtiene tambien la cesacion de la fiebre con turgencia y violenta neuralgia en las partes superiores del cuerpo, ó con flegmasía, como en la otitis congestiva y en ciertas fluxiones de la mejilla con fiebre violenta. Tales son en resúmen los efectos de la ipecacuana á igual dósis, y aconsejamos que no olvide nadie esta advertencia, porque hay casos en que el acónito y otros medicamentos al parecer indicados, son ineficaces, y porque hay fiebres cuyo carácter, mas bien gástrico ó catarral, que inflamatorio, ceden muy bien al tártaro estibiado empleado de esta manera.

§ II.—Efectos fisiológicos.

Nos limitarémos á algunos puntos de comparacion entre los efectos del tártaro estibiado con los del antimonio crudo. La fiebre provocada por el primero es mas marcada, los síntomas de reaccion mas violentos, así como los de concentracion y el frio, que se elevan hasta el síncope; el ardor epigástrico, los vómitos, las deposiciones, los espasmos, en particular los del exófago, son mas pronunciados, y todavía mas los síntomas relativos131 al pecho: pulso pequeño, respiracion corta, opresion asmática, hepatizacion del pulmon, inyeccion de la mucosa pulmonar y espectoracion abundante. El tártaro estibiado, por sus síntomas diatésicos, produce una alteracion profunda de la vida, y espresa su modo de accion sobre el sistema nervioso ganglionar, accion debilitante que tiende al aniquilamiento del influjo nervioso en los tejidos y órganos de la vida vegetativa del organismo en general, y de los pulmones y vísceras abdominales en particular; su accion se estiende hasta el reblandecimiento y ulceracion de las mucosas.

No es pues de admirar que se cuente, entre los efectos generales, el frio interno, la grande disposicion al frio, los sudores frios, los sudores y las secreciones mucosas abundantes y dulzosas, insípidas mas bien que ácidas ó elaboradas, la angustia y la agitacion, accesos de vértigo, coma letárgico, abatimiento, debilidad muscular estremada, temblor de los miembros, adormecimiento é insensibilidad, principalmente de los miembros, neuralgias, calambres, convulsiones, salto de tendones, desfallecimiento, sin que á pesar de esto haya parálisis.

Debemos consignar un carácter particular que no carece de importancia en las indicaciones del tártaro estibiado, el cual consiste en el endolorimiento y sensibilidad exagerada de todo el cuerpo, mas notable en el epigastrio y vientre; se la observa igualmente en el interior: el estómago está sensible y se resiente hasta del contacto de los alimentos que se ingieren: esta sensacion se reproduce en los intestinos como si estuvieran llenos de cuerpos duros; y por otra parte, el adormecimiento y la estrema debilidad muscular, las manchas de color oscuro bastante grandes é indolentes, la insensibilidad132 de los dedos cuya punta está seca y como muerta, pueden pasar por el último término de la sensibilidad exagerada, y revelar la naturaleza asténica y su orígen en la influencia de los nervios de la vida orgánica.

§ III.—Efectos terapéuticos.

Las afecciones mas comunes que requieren el uso del tártaro estibiado, tienen por carácter la integridad, la relajacion de la fibra, las orinas turbias ú oscuras, las secreciones exageradas no suficientemente elaboradas, á lo cual podemos agregar: un estado de gastricismo, laxitud muscular pronunciada, agravacion del malestar y de los padecimientos abdominales estando sentado, las náuseas, deseo de ácidos, irregularidad del apetito y de la sed; y para los casos crónicos, palidez habitual, hinchazon de la cara, postracion, pesadez y embarazo de la cabeza, apatía moral.

Las fiebres intermitentes con somnolencia, conatos á vomitar, saliva filamentosa y aumentada, y sin sed notable, grande sensibilidad al frio antes del acceso, son del dominio del tártaro estibiado. La fiebre es con mas frecuencia remitente, con accesos por la tarde hácia la noche. El frio y calor son menos notables que el sudor, el cual es abundante y supera á los otros estadios en duracion. El pulso débil y fácil de deprimir, y que se hace pequeño y apenas sensible en el estadio del frio, es una indicacion esencial para el tártaro estibiado. Este medicamento no tiene uso en cualquiera otra fiebre que no tenga carácter catarral, reumática y gástrica. En estas afecciones está indicado por la angustia ó la agitacion y el abatimiento, por la apatía moral y una astenia profunda cuyo punto de partida es el gran simpático.133

Las afecciones reumáticas que corresponden al tártaro estibiado, no son febriles, ó tiene la fiebre el carácter que dejamos consignado, observándose siempre una afeccion gástrica ó hepática y que los accidentes reumáticos son articulares.—No es raro que esten acompañadas de dolores lancinantes en los músculos, calambres en las piernas y aparezcan ó se agraven por intérvalos. Las punzadas y el dolor profundo, la crepitacion y el edema de la parte, caracterizan al reumatismo articular que corresponde á este medicamento, cuya accion no es menos eficaz cuando la referida afeccion se limita á los tejidos blancos que cubren la articulacion.

La fiebre gástrica del tártaro estibiado es mas biliosa que saburral; en el sistema gastro-hepático hay orgasmo y plenitud; tension, hinchazon, calor, latido, pesadez, pandiculacion, somnolencia, agravacion por el mas ligero alimento, y muchas veces erupciones variadas, entre otras, la miliar roja, vesículas en los labios y aftas en la boca. Su accion parece terminar en las dos superficies cutánea y mucosa con lesion de su tejido, y es raro que las afecciones que restan en su esfera de accion no ofrezcan algunas de las erupciones de que acabamos de hablar, ó cierta lesion de la mucosa gastro-intestinal, tales como aftas, vesículas, inflamacion foliculosa y ulceraciones. Ultimamente, el reblandecimiento producido por este medicamento, es una adquisicion para la ciencia, por lo cual puede empleársele en la gastromalacia de los niños y en casos análogos en los adultos.

No pasarémos en silencio la reciente aplicacion que se ha hecho del tártaro estibiado en el primer período del cólera y contra la colerina. Su accion especial sobre134 los nervios ganglionares, su tendencia á aniquilar la vitalidad y los fenómenos de la mas íntima nutricion, justifican esta aplicacion, si no de una manera absoluta, en los casos al menos en que ni ipecacuana ni el eléboro están indicados. Sabemos que el tártaro estibiado ha sido para muchos terapeutistas objeto de curiosas investigaciones y de brillantes estudios; pero tambien hemos visto pasar estos trabajos sin producir los óptimos frutos que sus autores se prometian. En opinion de estos autores, el tártaro estibiado, el calomelano, el opio y la quina curan todas las enfermedades: no deberiamos ocuparnos de materia médica si no se supiese sobre qué fundamentos se han elevado tales pretensiones y con qué facilidad se ha descuidado el estudio de la accion electiva y de las especialidades de cada medicamento.

El tártaro estibiado es un escelente medicamento á las mas débiles dósis para la diarrea y la disentería crónicas, en los flujos de vientre rebeldes, que se reproducen por la menor causa, y sobre todo por la menor falta de fuerza, por el trabajo corporal y por el movimiento; en los cólicos con abatimiento y sensacion de aniquilamiento en el momento de las deposiciones, cuya materia es mucosa, sanguinolenta á veces, y su consistencia es blanda ó líquida.

Para las afecciones del pecho hay en este medicamento otras indicaciones importantes. Corresponde perfectamente al período de ciertas neumonias, en el que la agudeza de los síntomas empieza á ceder, no por efecto de la resolucion, sino porque la persistencia de la hepatizacion produce la exudacion por falta de vitalidad de los tejidos y por el estado edematoso de los pulmones; el dolor ha disminuido ó desaparecido; la tos es húmeda, con espectoracion abundante que alivia; la135 inervacion de este órgano está entorpecida, la respiracion solo es posible estando sentado, las mucosidades obstruyen los bronquios; la ansiedad y sofocacion inminente anuncian el edema.

Por las razones espuestas el tártaro estibiado es útil en ciertos asmas húmedos, en el catarro sofocante, en todos los casos de parálisis inminente del pulmon, y si el ácido muriático, el arsénico y el fósforo no están mejor indicados. Los accidentes de un asma con sensacion de constriccion, amenazada la inervacion del pulmon por un estado pletórico de este órgano, por una congestion humoral, son tambien del recurso del tártaro estibiado, así como la hepatizacion ó la astenia nerviosa que resulta á veces del crup. Pero es necesario distinguir bien las propiedades de este medicamento de las del fósforo, porque el tártaro estibiado no está indicado por la hepatizacion, sino por la falta de inervacion que sostiene el infarto del tejido pulmonar y determina su lesion. Así, pues, está indicado en las toses, síntomas de este estado del pulmon; las toses son precedidas de espasmos de la glotis, de la laringe y de los bronquios; están acompañadas de estertor mucoso, de salivacion y debilidad de la respiracion. Por los referidos datos puede ser útil en algunos casos de crup, simplificando la dolencia y oponiéndose al infarto pulmonar, resultado del estado espasmódico, de la dificultad de la respiracion, en una palabra, de la lesion nerviosa, de la inminencia de la parálisis del pulmon.

Indicarémos algo acerca del uso de este medicamento en los derrames pleuríticos, asemejando su accion á la de la scilla. Si el tártaro estibiado goza de alguna virtud contra esta afeccion, es tan solo devolviendo su energía al pulmon y restableciendo sus movimientos, que pueden136 dar por resultado el facilitar la reabsorcion del líquido derramado en el saco pleurítico.

Nos falta mencionar la eficacia probable del tártaro estibiado en ciertas amaurosis, precedidas ó acompañadas de chispas delante de los ojos con vértigos. Es preciso en estas circunstancias determinar la influencia ejercida por el estómago y los nervios ganglionares sobre los ojos. Este dato se aplica al acné juvenilis, á ciertas producciones sicósicas, á erupciones de granos con auréola roja, y á pústulas seguidas de costras y de una pequeña cicatriz cóncava.

Dósis.—Se administra el tártaro estibiado á la dósis de 5 centígramos por litro de agua azucarada, tomada á cucharadas cada hora y media por uno ó dos dias; se le administra tambien en trituracion: algunos centígramos de la primera ó segunda y tercera, en agua, para el dia, repitiendo esta dósis varias veces. El vino emético es una preparacion antimonial que merece usarse en los niños á la dósis de algunas gotas repetidas con frecuencia.

ANTROKOKALI (Carbon potaseado).

§ I.—Historia.

Esta sustancia es un compuesto de sosa y antracita. Se ha empleado por primera vez como medicamento por el doctor Polya (de Pesth), quien consignó su utilidad en las afecciones herpéticas en una memoria (1837), siendo esperimentada y aplicada á la clínica por el doctor Klinger, en 1839, y despues por otros varios.

§ II.—Efectos fisiológicos.

Los efectos fisiológicos de este medicamento pueden137 resumirse del modo siguiente: aumento de la actividad cutánea y de la secrecion urinaria; diarrea, anasarca, erisipela crónica. Pero es necesario notar que el sudor abundante, generalmente nocturno ó en la cama, solo se presenta cuando el sugeto esperimenta irritacion en la garganta, con sequedad, sed y síntomas de angina. Pero este sudor no tiene lugar ínterin subsistan la diarrea ó la afeccion faríngea, sino despues que una y otra han cesado. La orina sigue siendo abundante; el sudor en fin, no se presenta si hay vomituriciones sin diarrea. La accion, pues, especial de este medicamento en la piel cambia de rumbo, dirigiéndose á la mucosa intestinal, y del mismo modo pasa de esta á la piel, resultando que las afecciones cutáneas y mucosas se suplen ó reemplazan.

La escitacion sanguínea, en fin, es siempre la primera que se manifiesta bajo la forma fluxionaria, con calor y prurito en la piel, pulso febril, calor general, opresion y palpitaciones violentas, calosfríos que alternan con ardores, calor y sequedad de la faringe y sed viva; ardor al orinar y prurito en el orificio de la uretra; erecciones frecuentes y menstruaciones anticipadas. La escitacion parece terminar con diuresis, mucosidades, diaforesis: esta relajacion general reviste entonces el carácter asténico por infiltraciones serosas, por flatulencia que se eleva hasta la timpanitis, por un exantema urticario, por pústulas y nudosidades pruritosas que se presentan por la noche y desaparecen por el dia, por una erisipela crónica. El embarazo gástrico no es constante.

§ III.—Efectos terapéuticos.

Es sensible, que los ensayos hechos hasta el dia con138 el carbon potaseado y que anuncian en él propiedades muy notables y muy especiales, no sean completos. No se debe sin embargo despreciar este medicamento en ciertas diátesis ó caquexias herpéticas, en las afecciones catarrales y gástricas ó intestinales antiguas, con flujos exagerados, sudores, agravacion nocturna, sabañones, fluxiones herpéticas y escrofulosas.

Dósis.—Pueden emplearse con éxito las tres primeras atenuaciones, es decir, las trituraciones á la dósis de 1 á 4 ó 5 decígramos al dia. Las otras divisiones posológicas, desde la sesta atenuacion, son útiles en las mismas circunstancias que las hacen preferibles en otros medicamentos.

ARGENTUM METALLICUM (Plata metálica).

§ I.—Historia.

Este metal parece haber sido empleado por los árabes en el siglo XVII en ciertas afecciones mal apreciadas, pero aun esto se habia dado al olvido, hasta que Hahnemann le sometió á la esperimentacion. Se hallan sin embargo en 1827[22] observaciones de fiebres intermitentes curadas con algunas dósis de limaduras de plata. El doctor Muller fué, despues de Hahnemann, el primero que llamó la atencion sobre este nuevo agente, que realmente merece ocupar un lugar importante en la materia médica.

§ II.—Efectos fisiológicos.

La accion prolongada de esta sustancia en el organismo presenta alguna analogía con el estado de las139 personas en que predomina el elemento nervioso de la vida de relacion, no precisamente por la nerviosidad, ó el temperamento nervioso, sino por el desarrollo de la accion nerviosa cerebral modificada, ó exaltada por la cultura del espíritu y su aplicacion á los trabajos intelectuales.

Su accion especial sobre el sistema nervioso cérebro-espinal no es dudosa; obra además sobre la vida vegetativa en los fenómenos mas íntimos de la nutricion intersticial y sobre los vasos sanguíneos.

A. Apreciacion de sus efectos en los órganos de la vida de relacion.—El moral, por la carencia casi total de síntomas, parece anunciar la influencia de una voluntad firme é ilustrada, sobre el aparato sensitivo; dos son tan solo los síntomas consignados: el uno es presa una idea fija del sugeto, y el otro, mal humor, que es un síntoma comun á la mayor parte de medicamentos de accion profunda. Se puede notar con mas razon el disgusto y el cansancio que hacen preferible el silencio á la tendencia á conversar.

El sueño es estremadamente agitado por ensueños vivos y angustiosos. Lo notable en estos ensueños y que apoya las indicaciones que se sacan del moral, es que versan, en general, sobre los sucesos del dia, que se razona y se convence uno de su realidad mientras dura, para olvidarlos al despertar. El sueño no parece reparador; se podria decir, que sustraido de la influencia del moral, el organismo cae en el abatimiento; así es que se nota grande decaimiento al despertar, sintiéndose despues como molido; por la mañana, hay laxitud y debilidad, sensacion de quebrantamiento, flojedad estando adormecido; al principio del sueño en la primera parte de la noche, dificultad de dormirse,140 vértigos, estremecimientos convulsivos: estos movimientos convulsivos se presentan durante la siesta, ó desde que se ha dormido, simulando algunas veces á una conmocion eléctrica en los miembros. Unidos estos síntomas á otros varios, tales como: vértigos, aturdimiento completo al reconcentrarse en sí mismo, hacen pensar en la epilepsia, así como tambien, la obnubilacion, los vértigos por accesos, oscurecimiento como si la cabeza estuviese llena, atontamiento, sensacion de vacío en la cabeza, sueño vertiginoso, imposibilidad de reunir las ideas, sensacion como de embriaguez y de conmocion eléctricas en los miembros, accesos de compresión en el cerebro, dolores calambróides en los músculos, calambres con sensacion de acortamiento de los tendones, contraccion de los dedos, debilidad paralítica.

Los dolores afectan principalmente las partes profundas, el periostio y los huesos; revisten casi todas las formas, pues en los músculos son calambróides y como de quebrantamiento; en los huesos y periostio, son dislacerantes, quemantes, osteócopos, y muchas veces calambróides y lancinantes; los dolores superficiales se manifiestan por pequeños puntos y suelen agravarse con el tacto. Pero los dolores que ocupan las superficies internas, las mucosas, ofrecen la sensacion de escoriacion. Se observan dolores que aumentan gradualmente en algunos segundos, y que desaparecen súbitamente en su maximum de agudeza; otros son rápidos como rayos, y pueden considerarse como los precursores del dolor. En general, los dolores desarrollados por la influencia de la plata, tienen, por la profundidad, el carácter lancinante, el ardor, la forma de sacudimiento y la agudeza rápida, numerosos puntos de analogía con141 los dolores osteócopos y los de las lesiones orgánicas.

Una singularidad de este medicamento consiste en que su accion se limita á síntomas insignificantes en los dientes: sensibilidad en una muela cariada; los dientes de la mandíbula inferior se unen á los de la superior como si el esmalte estuviese cubierto de goma. Análoga es su accion en las vísceras y órganos de la vida orgánica, en las que, como vamos á ver, no desarrolla neuralgia ni dolor alguno propiamente dicho. Pero indicarémos antes el carácter de su accion sobre la piel. No induce modificacion en su tejido ni aun en el epidérmis; no hay granos, ni manchas, ni rasgo alguno herpético. Los dos granos forunculosos que se han observado, pertenecen mas bien á las partes subyacentes, al tejido celular. Todos los síntomas de la superficie cutánea, consisten en sensacion de prurito de todas especies y en todas partes, ya con calor ó ardor, ya sin estas sensaciones; el prurito obliga á rascarse y se presenta por la tarde en la cama y otras veces por la mañana; en ciertas circunstancias degenera en un picor muy vivo. Algunos puntos, en fin, producen la sensacion de una escoriacion con dolor quemante, resultando de todo esto que la afeccion de la piel es como la de las membranas mucosas.

B. Apreciacion de los síntomas en los aparatos de la vida orgánica.—Se debe tener presente el predominio del apetito aun cuando el estómago esté lleno. Tambien se hace sentir el hambre y la acompaña á veces alguna incomodidad. Se comprende que en ciertos estados diatésicos desaparezca el hambre; solo dos ó tres síntomas indican la pérdida ó diminucion. La pirosis, los eructos quemantes, algunas regurgitaciones con vértigos, pinchazos y meteorismo, indican la accion de la plata sobre142 el estómago. Se observan sensaciones de presion sobre el vientre, dolores cólicos, timpanitis, meteorismo, pero ningun dolor, porque los únicos que se han referido para el abdómen, pertenecen á los músculos psoas, á la íngle y anillo inguinal.

Las deposiciones son mas bien normales, ó cuando más un poco líquidas; se manifiesta una sensacion de presion, vómito una sola vez al tiempo de defecar, y un malestar en el vientre seguido de deposicion, por la mañana. El ano es el punto de varias sensaciones de prurito, como si se espulsasen lombrices; las orinas son mas abundantes, y hay un poco de ardor, ó punzadas al orinar. Varios síntomas espresan el dolor como de contusion en los testículos, dolores profundos en su sustancia, dislaceraciones á lo largo de los cordones; poluciones, en fin, nocturnas y pasivas.

Las funciones de los sentidos, inclusa la audicion, no dan indicios de alteracion alguna, y los mismos órganos no ofrecen mas que los fenómenos comunes á las membranas mucosas, como prurito en los ojos, punzadas y tirones en los oidos; y tambien debemos indicar la tumefaccion de algunas glándulas submaxilares, con punzadas vivas, la hinchazon del labio superior, ó una tumefaccion del mismo, con ardor, rubicundez y dolor.

Las membranas mucosas, en general, presentan un estado erético con sequedad, la cual se manifiesta varias veces y con diversas formas en la boca, la lengua y otras partes; pero esto no obsta para que se indique la salivacion, si bien ocurre en un estado de espasmo y de contraccion producido por el reposo. Respecto á las encías hay que agregar, que están doloridas al tacto; que la lengua está seca, y se pega al paladar; que esta143 sequedad de la lengua solo es á veces una sensacion de desarmonía con su humedad real, y que su punta presenta un ardor quemante, y vesículas algunas veces con dolor de escozor tambien quemante.

La mucosa nasal difiere del estado de sequedad de la boca. ¿Consistirá en que está contigua á la de la garganta mas particularmente afectada por la accion de la plata, ó en que los esperimentadores usaban tabaco?

Ni los oidos ni los ojos ofrecen flujo alguno; pero es preciso tener en cuenta el orígen primitivo: irritacion en la nariz como por un coriza; las dos narices están como tapadas; latido en la fosa nasal; pinchazos, estornudos, cosquilleos, fuertes epistaxis al sonarse: este estado es seguido de un coriza fluente muy pronunciado, cuya duracion supera á la de la sequedad.

La faringe es la parte del sistema mucoso en la que mas se concentran los síntomas: la sensacion de escoriacion es aquí dominante, y para darla mas realidad, se presenta con especialidad en el acto de la deglucion y con la tos; hay tension al bostezar, presion y arañamiento por todo el dia, mucosidades espesas, de color gris, gelatinosas, que se desprenden fácilmente al espectorar por la mañana: esta época debe tenerse presente. Existe en la laringe una sensacion como de taponamiento que ocasiona un dolor contusivo en la faringe, y como una hinchazon que dificulta la deglucion y produce vanos esfuerzos para tragar; arañamiento mas desagradable que doloroso, que se estiende á todo el velo del paladar; dolor grande que se propaga á uno ú otro oido por la trompa de Eustaquio, á veces un hormigueo pruritoso; diferentes sensaciones, arañamiento irritante que obliga á toser; los accesos de tos son provocados al bajarse y riendo, y van seguidos de espectoracion144 mucosa fácil, lo cual, en union de otros síntomas, indicaria una irritacion crónica debida á una hipertrofia de los folículos mucosos, que efectuan una secrecion abundante y rápida. La espectoracion mitiga la tos, y es blanquecina y muy acuosa; cuando hay tos seca, es provocada por un arañamiento en los bronquios.

Se perciben ciertos ruidos anormales en el acto de la respiracion, entre otros, el chirrido y el zurrido metálico. Las punzadas y otros dolores se limitan á las paredes: hay hipo, opresion como por un gran peso sobre el pecho, ardor presivo en la region del corazon y frecuentes palpitaciones espasmódicas sin dolor ni sensibilidad. El pulmon, el corazon, así como las demás vísceras están sustraidas á la accion directa del sistema nervioso cérebro-espinal, y no esperimentan dolores. Todas las neuralgias de la plata se presentan en los órganos de la vida de relacion. Esto, así como el prurito en la piel y la sensacion de escoriacion en las mucosas, son caractéres sobresalientes. La influencia de la plata en la vida vegetativa procede de su accion especial sobre la estremidad de los vasos capilares, y no por una accion particular sobre los nervios ganglionares: esto es lo que resulta de los caractéres que acabamos de indicar en la mayoría de sus síntomas relativos á la vida vegetativa, de su prurito y de sus efectos terapéuticos.

La calorificacion esperimenta modificaciones que se espresan por calosfríos, por una sensacion como si corriese agua por la piel, horripilaciones, calores repentinos é irregulares que confirman, en efecto, la afeccion particular, el espasmo del sistema capilar, que se estiende á los grandes vasos, como lo prueban las palpitaciones espasmódicas y algunos fenómenos de la respiracion; la145 fiebre es nula, el sudor insignificante y la reaccion limitada á la aceleracion del pulso, con sed, y á una fuerte pulsacion de las carótidas del lado izquierdo, síntoma que pertenece mas bien al espasmo; todo lo cual es lo menos que puede producir el gran desarrollo de la actividad nerviosa. A pesar de todo, estos ligeros fenómenos de reaccion tienen la significacion práctica de que la plata, indicada ya para combatir las lesiones de tejido y las enfermedades de los huesos, por sus dolores característicos y profundos, por su accion sobre las estremidades de los vasos capilares sanguíneos ó linfáticos, así como en la plasticidad, tiene una indicacion mas claramente espresada en estas lesiones, cuando se desenvuelven en un estado de salud dado, que son infebriles, ó con ligera fiebre vespertina, ó que los sugetos no son muy dispuestos al frio, y que la nutricion general está menos afectada en sus atributos vegetativos que en algunos de sus efectos especiales ó locales.

§ III.—Efectos terapéuticos.

Para apreciar las indicaciones reales de la plata metálica, basta que el lector recuerde lo que dejamos espuesto en sus efectos fisiológicos.

1.º Está indicada en varias afecciones dolorosas, neurálgicas, hasta con caquexia desarrollada en el curso de la dolencia ó despues de tratamientos por grandes dósis, sean cualesquiera los medicamentos empleados: estas dósis dejan en pos de sí un eretismo que reconoce por causa una discrasia, que podriamos llamar medicamentosa; se observan dolores profundos, vivos, rápidos, osteócopos y otras neuropatías que afectan simultáneamente la sensibilidad y la contractilidad, lo cual ocurre146 con preferencia en los tratamientos mercuriales, yódicos, alcalinos, arsenicales, capaces de modificar la constitucion del sugeto, de producir obstrucciones é infiltraciones en los órganos internos.

2.º En ciertas lesiones orgánicas y degeneraciones de tejido: de las mamas, del útero, laringe, lengua, estómago, en las periostitis y osteitis crónicas, en las cáries, osteo-sarcomas, generalmente con dolores y sensibilidad física y moral exaltada.

3.º En las laringitis crónicas sin fiebre, sostenidas por la conversacion ó el canto, exentas de vicio herpético, y producidas mas especialmente por irritaciones repetidas, enfriamientos frecuentes, por la accion de sustancias acres, de medicamentos absorbidos en cantidades considerables y suficientes á modificar estas partes y otras porciones de las mucosas, en particular la génito-urinaria. Las trituraciones de plata tienen en estos casos una accion mas segura y mas pronta.

4.º En el insomnio producido por ideas ilusorias durante la primera parte de la noche, con prurito variado y nerviosidad.

5.º En algunas otras afecciones, tales como la flatulencia y los borborigmos rebeldes, en personas nerviosas de ambos sexos, con eretismo, facilidad ó disposicion á los espasmos y aumento de orina; diabetes; ciertos estados que se elevan hasta la epilepsia y el histerismo por medicaciones que han alterado el organismo, con palpitaciones, impotencia ó astenia genital, dependiente de la imaginacion ó de las medicaciones, así como algunos corizas crónicos y ciertos casos de artritis con debilidad muscular y sin alteracion de las funciones digestivas, pero sí con sequedad de la piel y aumento de las secreciones urinaria y mucosa.147

6.º Es probable su indicacion en la diabetes, pero con seguridad en los flujos urinarios de los niños, así como en la incontinencia nocturna, cuando la orina está alterada, en la consecutiva al parto en mujeres delicadas, y cuando esta escrecion es repentina ó involuntaria.

Dósis.—Las trituraciones, ó las tres primeras atenuaciones, son las dósis mas útiles generalmente. Sin embargo, se han obtenido resultados completos con atenuaciones mas elevadas, aun en las necrosis escrofulosas, casos en que el azufre debe preceder á la plata. En todas las lesiones esternas se puede usar una preparacion de plata en forma de tópico, ya bajo la forma de pomada, compuesta con un gramo de una de las trituraciones y cinco de enjundia ú otro cuerpo graso, ya en mistura con un gramo de la tercera trituracion para empapar constantemente una compresa.

ARGENTUM NITRICUM (Nitrato de plata).

§ I.—Efectos fisiológicos.

Damos á este medicamento una accion fundamental análoga á la de la plata metálica. Hay caractéres comunes á los dos, pero al indicarlos, establecerémos un diagnóstico diferencial. Produce en primer lugar un espasmo erético que unas veces suprime todas las secreciones mucosas, y otras las aumenta en parte, ó desenvuelve una relajacion espasmódica que dilata todos los conductos; pero sea cual quiera el estado de las secreciones, las orinas son siempre frecuentes y abundantes, aunque pálidas y claras. Estas dos circunstancias denotan en los dos medicamentos un espasmo de los vasos; espasmo, que si es ya notable en la plata148 metálica, es mayor en el nitrato: las palpitaciones y latidos no se limitan al corazon, sino que se presentan tambien en el epigastrio y pecho; el frio y calosfríos se elevan basta la horripilacion convulsiva, y están acompañados de bostezos, pandiculaciones, estiramientos, abatimiento estraordinario y aun ansiedad. La ansiedad y malestar siguen tambien á las palpitaciones; el bostezo y los calosfríos se presentan por accesos; el espasmo del exófago se une á la timpanitis del estómago, con eructacion y regurgitacion acuosa; estos accidentes se presentan por accesos como otros muchos síntomas. Los fenómenos de reaccion y de calor febril son nulos, lo cual constituye un estado nervioso constante y fundamental mucho mas pronunciado en el nitrato que en la plata metálica.

El sudor nocturno y matutinal es propio del nitrato de plata: este síntoma es característico, y parece resultar de su diminucion ó cesacion, á la que sigue el espasmo, los calosfríos de la tarde, por lo que parece estar indicado en fiebres intermitentes cuyos accesos carecen del estadio de calor, ó es muy corto.

El sueño es agitado, y con ensueños que hacen despertar con frecuencia. El vértigo es angustioso; el atolondramiento de la cabeza produce sensaciones penosas, especialmente en el occipucio; la concepcion es lenta, difícil, y el moral está en apatía; el aspecto es enfermizo, y la piel sucia y como arrugada.

La sensacion de escoriacion que se presenta en diversos puntos de las membranas mucosas, es comun á los dos medicamentos; pero en el nitrato de plata es mas pronunciada y se estiende más; por esta razon hay dolor como de ulceracion en el paladar y de escoriacion en la lengua, la cual se hincha y se pone dolorosa como149 si estuviera ulcerada; sus papilas son prominentes hasta formar pequeños granos rojos, y es tal el ardor de la lengua, que parece quemada. El dolor de ulceracion se siente vivamente en la garganta y el estómago, y el vientre está como escoriado. La mucosa bucal está algunas veces seca, árida: esta sequedad se estiende á los labios y garganta, el epitelio se levanta y la boca parece ulcerada; el dolor de ulceracion existe tambien en la uretra.

Los dolores que en la plata metálica se limitan al sistema de la vida de relacion, en el nitrato de plata se estienden á algunas vísceras: el dolor en estas, consiste principalmente en punzadas vivas y rápidas, cuyo carácter es comun á los dos medicamentos; las punzadas en el lado izquierdo del pecho, en el hígado, en el bazo, en los riñones, en la garganta, en la cual se observa una angina que se desarrolla súbitamente despues de un dolor vivo durante la noche, induce á pensar, en atencion al carácter general del medicamento, que este dolor es debido á un espasmo de los vasos de estos órganos y á un punto de estancacion sanguínea, que es el momento inicial de una flogosis. Los dolores del nitrato de plata en los órganos de la vida de relacion, son mas pronunciados y mas durables al parecer, y ningun músculo está exento; produce algunas neuralgias particulares que simulan una ciática, una inflamacion, ó una neuralgia de la rodilla, una afeccion de los huesos de la nariz como si estuvieran rotos. Los dolores son generalmente mas vivos y tirantes con un carácter convulsivo y rigidez. Esta afecta especialmente la médula, está acompañada de estremada laxitud por la tarde, y produce la sensacion de fatiga con rigidez de los músculos de la pierna como despues de una marcha forzada.150

El nitrato de plata afecta mas al sistema muscular: debilidad con temblor, estremecimiento con temblor de las piernas, sensacion de quebrantamiento en las pantorrillas, pesadez paralítica en las piernas, debilidad paralítica y estenuacion de las estremidades inferiores. Estos síntomas y el abatimiento general son mas pronunciados despues de comer y por la tarde, y en esta época se presentan con preferencia una cefalalgia con pesadez y plenitud, y calosfríos, que, para la plata, son eminentemente característicos del espasmo del sistema circulatorio.

Harémos notar otro punto de analogía entre estas dos sustancias: es el prurito en la piel y las membranas mucosas esteriores; lo es tambien la afeccion particular de estas membranas en la garganta, en los ojos, en la nariz, en los oidos y en los órganos génito-urinarios.

Pero en la accion de la plata, esta afeccion es muy poco manifiesta, así como lo es mas en la garganta. El nitrato de plata, sin embargo, á pesar de no ser tan rico en ensayos fisiológicos, se nos presenta con mas claridad: produce tintineo en los oidos, prurito, disecea, ligera exudacion mucosa; en la nariz, estornudos, prurito, granos que dan sangre, coriza; en los ojos, una especie de oftalmía pruritosa, con rubicundez de la conjuntiva, que está inyectada, tumefacta y que asciende hasta el reblandecimiento; hay fotofobia y alteracion de la vista, flujo mucoso abundante, legañas y costras en el borde libre de los párpados que se invierten hácia afuera; los síntomas se mitigan al aire libre. La tumefaccion de la conjuntiva está separada por la carúncula lagrimal que se hincha y aun se sale como si fuera un pedazo de carne roja. En la garganta se segregan tantas mucosidades, que obligan á arrancar sin cesar;151 tosecilla escitada por pequeños esputos viscosos, oscuros, amarillentos; en el fondo de la faringe se fija un dolor como de ulceracion, está como hinchada, y dificulta la deglucion como si hubiera un cuerpo estraño. Se agregan á veces síntomas espasmódicos y desarrollan un flujo de saliva y de mucosidades, si bien lo mas general es sequedad y aridez.

Los órganos génito-urinarios presentan un estado análogo al de los demás órganos: la orina es abundante, pálida y clara, y su emision frecuente es fácil; hay ardor con frecuencia, sensacion de hinchazon en el canal de la uretra; se espelen algunas gotas de orina despues de haber orinado; el chorro se bifurca, se presenta una exudacion mucosa en la uretra y se siente dolor de escoriacion; se han observado úlceras en el prepucio; el pene está hinchado y un testículo mas duro y grueso. En fin, el orgasmo sanguíneo local acelera la menstruacion, provoca poluciones, pero sin aumentar la propension al cóito ni las sensaciones voluptuosas.

En la region renal, hay dolor como de luxacion estando sentado, inquietud, fatiga y dolor sordo; dolor mas profundo y mejor determinado que arranca quejidos; dolores vivos, punzadas en los riñones, en los que se esperimenta una sensacion penosa que impide bajarse. En atencion á estos síntomas y á los de las orinas, el nitrato de plata está mas indicado en la diabetes que la plata metálica.

Los accidentes de los bronquios, del pulmon y de los órganos digestivos, confirman la idea general que nos hemos formado del nitrato de plata: tos seca por titilacion en la laringe, plenitud en el pecho con dolores variados, ansiedad, tendencia á suspirar, tos convulsiva por accesos, accidentes asmáticos, mucosidades abundantes152 en momentos dados. La acumulacion de saliva en la boca está acompañada generalmente de una sensacion de astriccion; los calambres en el estómago ponen fin al sueño por la mañana; hay latidos acompañados de emociones internas; una sensacion de torsion se estiende al vientre; las flatulencias y la timpanitis carecen de borborigmos, pero sí hay horripilaciones: este síntoma acompaña tambien á la gastralgia y se une á la rigidez de los músculos de las piernas. Las deposiciones son naturales, mas frecuentemente diarréicas con tenesmo, la materia es mucosa y contiene gases y aun sangre; uno de los caractéres de las deposiciones es el de efectuarse por la noche y la mañana; generalmente en estas alteraciones de los órganos digestivos, el malestar es muy pronunciado, y el apetito se disminuye y se satisface prontamente.

Entre los caractéres diferenciales de este medicamento respecto á la plata metálica, se deben contar las afecciones cutáneas: para el nitrato de plata, el prurito de la piel degenera en erupciones; vesículas pruritosas en el dorso, en el pecho; granos pruritosos en el cuero cabelludo, en la nuca, con sensacion de escoriacion al rascarse; elevaciones pruritosas en el cuero cabelludo y en la nuca; una erupcion semejante á la sarna, pústulas en el epidérmis de los labios, granos dolorosos en las comisuras de la boca; el sistema linfático no parece atacado, pues solo se observa una sensacion de hinchazon y de tension en las glándulas axilares.

En vista de lo espuesto, fácil es apreciar que el nitrato de plata posee una accion fundamental mas intensa que la plata metálica, y que presenta algunas diferencias importantes.153

§ II.-Efectos terapéuticos.

El doctor Kopp ha publicado un notable trabajo sobre este medicamento en su Memorabilia médica, t. III. Le ha usado muchas veces en los casos siguientes: deformidad de los huesos, afecciones orgánicas del corazon, aneurisma, hipertrofia del corazon, angina de pecho, asma crónico, epilepsia, de cuyo uso se felicita mucho. Hé aquí cómo esplica las propiedades del nitrato de plata. Para él, este medicamento goza de una accion especial sobre los huesos y el gran simpático, y por consiguiente sobre los nervios del corazon y de las grandes arterias, y que ha observado sus pulsaciones estando acostado el enfermo. Atribuye á este medicamento el eretismo del corazon y de los grandes vasos, así como la propiedad de rebajar la sensibilidad exaltada. En su concepto, el nitrato de plata acelera la formacion de los mamelones carnosos en las heridas, porque aumenta el tono y fuerza de los vasos capilares. La epilepsia que este medicamento cura, es debida, en su concepto, á la alteracion de la circulacion determinada por el espasmo de los vasos sanguíneos del cerebro ó de la médula oblongada. Aplica este dato á ciertas cefalalgias y neuralgias que él ha curado con el nitrato de plata, así como á afecciones nerviosas del útero, á metrorragias rebeldes, á epilepsias catameniales, cuando el espasmo de los vasos del útero produce desórdenes particulares de la circulacion y de la inervacion. Los calambres tenaces del estómago, la cardialgia crónica y aun melánica, se curan por la accion de este medicamento, que tambien es especial sobre la estremidad de los capilares. En este sentido, el arsénico tiene la misma indicacion, y la cianosis perteneceria á los dos.154

El empirismo ha hecho uso del nitrato de plata contra la epilepsia y algunas afecciones, cuyo carácter no determina y en las que ha fracasado; se le ha empleado tambien en estrecheces de la uretra, en el asma por alteracion de la circulacion, y para gastralgias espasmódicas en personas delicadas. Hoy se pueden apreciar mejor las aplicaciones de este medicamento, así en estas afecciones, como en otras que están en relacion con sus efectos, tales como: afecciones sifilíticas rebeldes y antiguas, laringitis y anginas herpéticas, disfagia espasmódica, accesos epileptiformes é histéricos; algunas erupciones psóricas y herpéticas pruritosas, ciertas fiebres intermitentes nerviosas é irregulares, neuralgias espasmódicas, diarreas ó disenterías con agravacion por la noche y por la mañana; en ciertos períodos de tifus abdominal en los que ya le han empleado algunos médicos italianos, y en lesiones orgánicas análogas á las que hemos indicado al hablar de la plata metálica, y cuando se la ha usado despues del nitrato.

Dósis.—La estremada facilidad en descomponerse esta sal de plata, hace dudar del valor de sus trituraciones; pero el resultado de su uso no justifica estas aprensiones. Se han exagerado sus dósis, es verdad; pero tambien lo es, que los médicos, atenidos estrictamente á la posologia hahnemanniana, no han sacado todos los resultados que podian esperar: no creemos necesario el limitarse á los glóbulos y atenuaciones elevadas. La segunda y tercera trituracion, así como la sesta y duodécima atenuacion, son suficientes generalmente á la dósis de algunos centígramos ó de algunas gotas.

No nos hemos propuesto estendernos sobre el uso de los medicamentos por los métodos revulsivo, derivativo,155 contra-estimulante, etc.; y respecto á su uso esterno[23], los señores Trousseau y Pidoux dan los mas ámplios detalles, así como no consignan los mejores datos para el uso médico é interno de los medicamentos. Recordarémos sin embargo los buenos efectos del nitrato de plata en ciertos casos de oftalmía ulcerosa, de diarrea irritativa antigua, de fiebre tifoídea y de gonorrea rebelde á un tratamiento racional y metódico. El colirio se compone de 5 centígramos de nitrato de plata cristalizada para 30 gramos de agua destilada. La lavativa se compone de 20 centígramos para 500 gramos de agua destilada, y en las inyecciones uretrales entran de 10 á 15 centígramos para 30 gramos del mismo líquido. Este medicamento es uno de los mejores modificadores de las membranas mucosas, sitio de flegmasías subagudas ó crónicas rebeldes.

ARNICA MONTANA (Árnica).

§ I.—Historia.

De la familia de las corimbíferas, de Jussieu, y de la singenesia poligamia, de Linneo.—Este medicamento era mucho mas conocido en la antigüedad que en la época en que el célebre reformador de la materia médica descubrió sus propiedades por la esperimentacion en el hombre sano, dotando á la terapéutica con uno de sus mas poderosos agentes. Ratier decia[24] que el árnica obra sobre las vías digestivas y secundariamente sobre el cerebro, concluyendo con estas palabras: «Es inútil hablar de sus pretendidas cualidades vulnerarias, que le han156 valido el nombre de panacea lapsorum.» Aun para los medicamentos mas útiles era indispensable llegar á confirmar sus propiedades por ensayos en el hombre sano, para que su uso en el enfermo se hiciese con reglas positivas, pues los datos tradicionales caen en el olvido. Esto no obstante, dos siglos antes de Ratier y de Hahnemann[25], se han escrito estas palabras: «En las contusiones y las caidas tiene el árnica una virtud tan grande y es tan directa, que apenas se encuentra en los tres reinos de la naturaleza un remedio simple tan eficaz.» En el dia, gracias á los trabajos modernos y á los ensayos fisiológicos de esta planta, sus propiedades se han divulgado de otro modo y se han confirmado para siempre con la esperiencia. Pero es triste el ver que este medicamento no se halle mencionado en la mayor parte de las materias médicas de nuestra época.

§ II.—Efectos fisiológicos.

No podemos decir que el árnica amortigüe la circulacion capilar como el carbon vegetal, porque el éstasis sanguíneo que determina en las últimas ramificaciones del sistema arterial, y no venoso, no es un éstasis pasivo: su accion es erética; produce en los vasos un movimiento de constriccion, por una accion especial sobre la fibra orgánica, ya muscular, ya fibrosa, siendo opuesto en esto á la stafisagria, cuyos equímosis son pasivos. Se ha querido comparar la accion del árnica á la de la pulsatila, despreciándose el carácter fundamental del último, que tiene una accion especial sobre el sistema venoso. Ni aun el arsénico, por sus efectos sobre157 el sistema capilar, puede compararse con el árnica, sino mas bien con el carbon vegetal.

La accion especial del árnica sobre la estremidad de los vasos sanguíneos arteriales, y hasta en el sistema capilar en general, se confunde con su accion sobre la fibra orgánica, accion que parece directa si se considera que el carácter del árnica es obrar de la circunferencia al centro, y de afectar todos los sistemas, especialmente las membranas fibrosas, el periostio, las membranas serosas y hasta las mucosas. La estremidad de las últimas ramificaciones nerviosas son las que parece sienten primeramente, ó de un modo mas pronunciado, su influencia, y los centros nerviosos solo se afectan despues del golpe ó directamente por la afeccion de los vasos capilares, lo cual esplica su accion sobre el cerebro y la médula oblongada. La árnica está, pues, indicada por la condicion de que la irritabilidad de la fibra, el eretismo y la afeccion de la red capilar y nerviosa constituyen el fondo de la enfermedad ó son el efecto de una conmocion, de una violencia esterior, y aun del estupor seguido de reaccion. Este eretismo repentino ó consecutivo al estupor, á la inercia momentánea, se observa en todos los aparatos y en todas las funciones. El moral ofrece, por una parte, la postracion, la indiferencia, la falta de atencion y de memoria; y, por otra, la ansiedad, la agitacion, el mal humor, la irritabilidad. Los órganos, en general, presentan estos dos grupos de síntomas bien diferentes: exaltacion y decaimiento de las propiedades vitales.

La exaltacion tiene un sello nervioso evidente; sobreviene despues del decaimiento ó de una impresion que se estiende desde la periferia á los centros, y nunca es tan viva como en la periferia ó en los órganos de los158 sentidos. De aquí se deduce que el delirio no se halle en los efectos de la árnica; la escitacion del cerebro se limita á la ansiedad, al esceso de la sensibilidad que no puede soportar la luz, el sonido y el ruido; y si el eretismo del cerebro provoca el delirio, es pasajero y sin carácter particular. Es mas propio de este medicamento el producir sueños, que simulan el delirio, ó una somnolencia comatosa con agitacion y estravagancias. El incremento de la sensibilidad no existe tan solo en los ojos y los oidos, sino que se estiende á toda la superficie cutánea, en la que la sensibilidad y la contractilidad adquieren una agudeza estraordinaria y se elevan hasta las convulsiones y el tétanos. Lo contrario no se observa jamás, y el decaimiento de las fuerzas, el coma, la parálisis de un lado del cuerpo, que son otros efectos de la árnica, no constituyen nunca un estado de insensibilidad general.

Los accesos de desfallecimiento, la parálisis, la caida de las fuerzas, la rigidez de los músculos, la pesadez y adormecimiento de los miembros, no están aislados de algunos síntomas eréticos, tales como cansancio doloroso, estremecimiento muscular, laxitud con temblor y agitacion, ansiedad en los miembros, fogaradas de sangre, calor congestivo hácia los centros, calor febril con frio en diversos puntos, especialmente en las partes inferiores.

Las sensaciones dolorosas de contusion y luxacion caracterizan al árnica; sin embargo, los dolores tirantes, presivos y calambroideos, las neuralgias reumáticas y el prurito quemante, abundan entre sus efectos, y están siempre acompañados de cierta tension de la fibra con falta de movimiento, carencia de secreciones y sensibilidad exagerada; tambien se hallan entre sus efectos159 dolores por frio en la piel, punzadas y dolores por sacudidas, ó afectando puntos limitados, el cráneo particularmente.

Los síntomas febriles carecen de fijeza y regularidad. El espasmo periférico con frio, escalosfríos, pulso lento y duro, es de mas duracion que en cualquiera otro medicamento pirético, y solo cesa cuando el calor, mas ó menos general, anuncia la participacion del corazon en la afeccion: así, pues, la sensacion de frio se desarrolla en la cama y dura toda la mañana; el frio interior que siente al despertar persiste por todo el dia; se manifiesta un violento frio al bostezar y recorre todo el cuerpo; una sensacion de calor incomoda é impide dormir; hay accesos de calor angustioso, y tambien interno con frio general y seco que concluye por hacerse insoportable; pero el frio sobreviene al moverse en la cama y destaparse; la sensacion de calor seco recorre el dorso; se presenta por la noche un sudor de olor ágrio, pasajero, angustioso, general y con frecuentes interrupciones; hay, en fin, sensacion de frio, aun cuando se tenga un calor regular. La fiebre consiste en movimientos de calor y de congestion, que se estienden á la cabeza, con frio en otros puntos; en pequeños accesos de calor que parece brotan por humaradas y se reparten por todo el cuerpo; la sed no está en relacion con los fenómenos de frio y de calor febril, persistiendo durante el frio y con mas frecuencia durante el calor.

El árnica es un medicamento que no se adapta al elemento inflamatorio; sus fluxiones son eréticas, sus congestiones no terminan ó se estienden en superficie, y se disipan por resolucion, como sus equímosis, ó mas bien rubicundeces eritematosas.160

Los síntomas del árnica denotan una escitacion sanguínea de los órganos internos, sin que se le atribuya por eso una accion francamente inflamatoria. Los dolores simpáticos, su irradiacion á otros órganos, así como el estado del pulso y de la calorificacion, dan á ciertas afecciones un carácter de nerviosidad manifiesto. Bajo su influencia, ningun órgano está exento de síntomas de irritacion sanguínea y nerviosa, de fenómenos congestivos y hemorrágicos, de los que darémos una idea en la enumeracion de los síntomas del pecho y de algunos órganos, y son los siguientes:

Tos seca, generalmente por titilacion en la parte superior de la tráquea-arteria, ó en los bronquios; tos con sensacion de escoriacion en el pecho, tos con punzadas en la cabeza; tos con lancinaciones en el vientre; tos que produce una sensacion de quebrantamiento en todo el cuerpo; punzadas en el dorso, en el pecho y otras partes en el acto de la inspiracion; tos con esputos de sangre, respiracion corta, opresion con ansiedad, incomodidad en la cabeza ó el vientre, dolor en la parte inferior del esternon al inspirar, punzadas aumentadas con la inspiracion, é inspiracion rápida y difícil ó lenta; sensacion de escoriacion en el pecho; espectoracion sanguinolenta; todo el torax está como quebrantado y contundido á cada movimiento de la respiracion; ansiedad en el pecho.

El estornudo y la ronquera son los principales síntomas de la garganta y de la nariz. Para la tos, las punzadas, ardores, lágrimas quemantes; para los oidos, ardor, punzadas, zumbidos: estos síntomas tienen necesidad de unirse á otros para que tengan un valor inflamatorio; todo lo mas que en ellos se ve, es un orgasmo sanguíneo, un estado de irritacion sanguínea y161 nerviosa. Los órganos génito-urinarios la ofrecen en un grado mas marcado; dolores variados afectan á la uretra; los síntomas de hematuria no son equívocos; la orina es generalmente encendida, escasa, difícil de evacuar; el tenesmo puede elevarse hasta la retencion de orina; hay escitacion venérea, erecciones, menstruaciones anticipadas.

Pero si el elemento inflamatorio en su estado agudo conviene poco á este medicamento, no sucede lo mismo con los dos períodos opuestos de una afeccion febril á consecuencia de una conmocion, de una lesion mecánica por un instrumento quirúrgico que obra profundamente en los tejidos, produciendo la deplecion rápida de una cavidad, la estraccion del feto, y todo lo que obra hácia afuera mecánicamente. El primer período de las afecciones producidas por tales influencias, representa exactamente el período de espasmo febril, de contraccion, de calosfrío y de fiebre propia de árnica. Pero si en una época dada de esta fiebre, se postran los centros nerviosos y sanguíneos por la influencia de una conmocion cualquiera, que provoca la alteracion, y la comprueban los fenómenos de inercia cerebral, de estupor, de tifoidismo y aun de ataxia, la indicacion del árnica es natural y precisa.

En semejantes casos, se observan tambien síntomas de irritaciones viscerales, hepáticas y gástricas, mas ó menos estendidas á los intestinos, en los que se desarrollan con el estado tifoídeo.

El cuadro del último período se halla constituido por los síntomas siguientes: vértigos, dolor de cabeza estupefaciente, atontamiento de la cabeza, somnolencia angustiosa, cefalalgia presiva, punzadas en el cerebro con náuseas y vómitos al menor movimiento, vértigos y162 náuseas al leer, ardor en la cabeza y frio en el cuerpo, descomposicion de los rasgos de la cara, calor seco y rubicundeces pasajeras de las mejillas, dilatacion ó contraccion de las pupilas, obnubilacion, exaltacion de la audicion, ó disecea y diminucion de esta facultad, epistaxis, calor y ardores pasajeros en la nariz y los oidos; disuria y supresion de las orinas; aliento pútrido, fétido; labios secos, escoriados, ardorosos, tumefactos; sequedad y ardor en la boca; disfagia; ruido al tragar, como si el exófago fuera inerte; gusto pútrido, eructos é hipo; saliva sanguinolenta; ruido de gases en el vientre; deposiciones sanguinolentas, purulentas, involuntarias; las palpitaciones del corazon se parecen mas al estremecimiento; postracion de fuerzas, desaliento, coma.

El árnica no es pues un medicamento capaz de producir discrasias, estados crónicos con modificacion alguna particular de los humores. Su accion es rápida, y su corta duracion no le permite llegar á la esfera vegetativa de una manera marcada. Estas apreciaciones resultan tambien de los síntomas cutáneos siguientes: hormigueo y prurito lancinante y quemante; pequeños granos purulentos; granos sensibles al tacto, algo purulentos y rodeados de una auréola roja; especie de diviesos dolorosos; mancha roja, pruritosa en el glande, en el prepucio, con granos que incitan á rascarse; ulceraciones en las comisuras de la boca; tumefaccion de los labios, de la nariz, del pié; hinchazon activa de los gánglios submaxilares.

Antes de pasar á la aplicacion razonada del medicamento, debemos manifestar que el conjunto de síntomas del árnica recuerda la constitucion nerviosa y sanguínea, é irritable de un adulto, y que en este sentido son análogas la nuez vómica y la brionia.163

De lo espuesto se deduce, que son propias del árnica las afecciones con aumento de irritabilidad, eretismo sanguíneo y tension de la fibra, aun en los períodos malignos y atáxicos, siempre que, como hemos dicho, procedan de la periferia, que tengan su punto de partida en el sistema capilar y en las últimas ramificaciones nerviosas, aun cuando la causa no sea una lesion esterior y mecánica, pues basta que la red nerviosa esté particularmente afectada por la causa morbífica.

En esto es precisamente en lo que árnica es opuesta á acónito y en lo que difiere de arsénico cuya accion principal es de los centros á la circunferencia; de esto resulta la diferencia práctica de los fenómenos de postracion y tifoidismo de los dos medicamentos; fenómenos tan característicos para el árnica, que Stohl daba el opio como antídoto, y no el café ó la nuez vómica. La escuela italiana, y mas especialmente uno de sus mas instruidos representantes, el profesor Giacomini, solo ha considerado esta faz del árnica, y por ella le ha clasificado entre los medicamentos hipostenizantes, recomendándole por lo tanto en las fiebres y afecciones inflamatorias, en armonía sobre esto con los antiguos autores, pero mas en armonía con su sistema en el que solo admite en los medicamentos una accion irritante ó debilitante, hiperesténica ó hiposténica.

§ III.—Efectos terapéuticos.

A. Fiebres traumáticas.—Ya podemos trazar el cuadro de las indicaciones terapéuticas de la árnica sin minuciosos detalles. Los prodromos de la fiebre de este medicamento son espasmódicos y eréticos; los calosfríos tienen mas irregularidad y duracion que los de164 acónito, y su calor no es nunca tan general y regular, es mas acre y se complica con rubicundeces y movimientos congestivos sin gran fijeza. La reaccion ofrece mas tension que la de una escitacion benéfica. La ansiedad domina á la concentracion y á la reaccion; y la escitacion dolorosa de la sensibilidad de la piel y de los sentidos conduce á buscar la calma, el silencio, la oscuridad. Esta escitacion, este eretismo, se elevan hasta el mayor grado que precede á la crísis ó á la adinamia; pero en este caso, los fenómenos nerviosos atáxicos no son estraños á la enfermedad. Todo esto es relativo con principalidad á las fiebres traumáticas, cualquiera que sean, y á los efectos generales de toda conmocion violenta. Pero la árnica no constituye por sí un tratamiento completo, si bien basta admirablemente para prevenir aquellos; no hay médico que posea este medicamento heróico, que no haya observado, que las fracturas, heridas, contusiones graves, caidas y otros casos de este género tratadas por el árnica, no ofrezcan fiebre ni complicacion.

Los fenómenos pútridos de las fiebres graves, traumáticas, ó que se presentan despues de una violenta sobreescitacion nerviosa propia de árnica, reclaman generalmente la cooperacion de otros medicamentos, como, por ejemplo, el opio que se asocia bien al árnica en ciertas meningitis, en las fiebres cerebrales. En todas estas graves afecciones, corresponde al coma, á la pérdida del conocimiento, al estupor, pero sin delirio; la epistaxis que no produce alivio alguno, tambien pertenece á este medicamento y conduce á pensar en la quina y los ácidos minerales.

B. Flegmasías.—Si persiste el eretismo primitivo, indicará al práctico hasta qué punto debe fiarse del165 árnica, ó alternarla con otros agentes auxiliares, ó sustituirles, como sucede en algunas inflamaciones exudativas y con derrame, en las que parecen mejor indicados la brionia, el tártaro estibiado, la senega, la digital y el azufre. La pleuritis solo reclama árnica en su principio, ó por su orígen reumático, pleurodínico; la peritonitis puerperal exigirá árnica por la accion de las maniobras del parto ó por la irritacion de la fibra. Las inflamaciones eréticas, tales como las artritis, las flogosis por lesion mecánica y las irritaciones crónicas en la piel por frotacion ú otra causa flegmásica, se modifican felizmente por este medicamento, solo, ó alternado con el azufre. Este carácter de irritabilidad de la fibra, de sensibilidad exagerada, con ó sin rubicundez de los tejidos, hacen al árnica muy eficaz en ciertas escoriaciones de los pechos en las nodrizas; en escoriaciones de los labios, de los dedos, con rubicundez. El grafito y el licopodio están generalmente indicados despues de árnica, y aun pueden darse alternados, cuando no hay rubicundez y cuando se trata de rágades mejor caracterizadas.

La accion atribuida al árnica sobre el tejido celular, es una analogía abusiva de su accion sobre la fibra, sobre las ramificaciones nerviosas y la red vascular; por cuya razon no está justificada su eficacia en la erisipela flegmonosa, en el flemon y quemaduras profundas; está mejor indicada en las erisipelas superficiales ó eritematosas, en la rubicundez simple y activa, y en los equímosis que complican una herida, una contusion. Juega indispensablemente este medicamento en todas las inflamaciones de los órganos contusos ó lesionados mecánicamente, ó divididos; por lo cual puede ser muy útil en ciertas orquitis, hepatitis y otras flegmasías.166

C. Congestiones. Lesiones mecánicas. Hemorragias. Apoplejía.—La árnica debe estar clasificada entre los principales medicamentos de accion congestiva, como belladona, pulsatila, azafran, ipecacuana, etc. Ya se conoce cuáles son los caractéres que deben reclamar este medicamento en el tratamiento de una congestion, aun cuando se efectúe en un órgano debilitado; y que ni su estado puede ser el solo dato que deba tenerse presente, ni el medicamento mas principal puede ser suficiente para todos los períodos de la enfermedad.

Siempre que una lesion mecánica ha obrado sobre los tejidos, la árnica está indicada, pues no solo se opone al desarrollo del orgasmo local, sino que impide el desenvolvimiento de los fenómenos generales, y hasta de la fiebre. Inútil creemos insistir mas sobre este punto. Su relacion directa con el sistema capilar, halla su aplicacion natural en los equímosis, y cuando la sangre se ha estravasado en los tejidos heridos ó contundidos, ningun medicamento acelera mas su reapsorcion, que árnica. La calendula oficinal, el cystus canadensis, la cicuta, la consuelda mayor, el zumaque y la ruda poseen propiedades análogas á las de árnica como vulneraria. Conviene tener presente que en ciertas inflamaciones traumáticas, las del ojo por ejemplo, el acónito debe ser alternado ó preferido al árnica, por la constitucion del órgano. La mayor parte de las hemorragias están en su esfera de accion, en circunstancias sintomáticas análogas á sus efectos; pues son activas, irritativas, aun en un organismo debilitado, asténico. Se observa que árnica es completamente eficaz en ciertas hemorragias que complican á una fiebre atáxico-adinámica, en cuyo caso, dado este medicamento á dósis167 comunes, nos ha parecido que obra como estimulante de la contractilidad de los vasos sanguíneos y que aumenta la tonicidad del sistema nervioso. Así se esplica el valor de su propiedad en los equímosis y escoriaciones en enfermos sumidos en cama por mucho tiempo.

En las hemorragias por golpes ó heridas debe considerarse la árnica como un hemostático escelente, y tanto mas eficaz, cuanto que es el mejor vulnerario, con cuya palabra se espresa una multitud de cosas.

En la apoplejía, independientemente del estado congestivo y hemorrágico propio de árnica, está aun indicado este medicamento por el eretismo local y muchas veces general, que precede ó acompaña al derrame. Bajo este aspecto, como bajo el de las causas de la apoplejía, tales como irritaciones reumáticas, eretismo habitual del cerebro, abuso de bebidas escitantes, etc., árnica es un medicamento tan heróico, que no comprendemos cómo hay médicos que recurran á la sangría; pues seria suficiente para iniciarse en los estudios esperimentales sobre este medicamento el que se le emplease para combatir los vértigos y otros síntomas precursores de la apoplejía, y se convencerian de su poderosa eficacia. Dirémos, sin embargo, que este medicamento no es el único á propósito para disipar los síntomas irritativos y congestivos del cerebro y para curar la apoplejía, pues casi siempre toman parte en el tratamiento el acónito, la belladona, el opio, el zumaque y la nuez vómica, reservándonos hablar de la utilidad que pulsatila, carbon vegetal, opio, azufre é ipecacuana pueden prestar en los éstasis sanguíneos pasivos, en el estado varicoso de la base del cráneo y en otros casos particulares.

Los éstasis capilares con cefalalgia frontal, producidos por el calor y el ardor de las estufas en las habitaciones,168 exigen acónito; pero árnica es preferible cuando estos éstasis capilares, estas especies de congestiones son ocasionadas por una marcha forzada al sol, como lo hemos observado frecuentemente en las columnas espedicionarias de Africa, cuando nuestros soldados caian asfixiados ó atacados de una apoplejía capilar.

Algunos autores, al hablar de las virtudes del árnica, la han aconsejado en casi todas las enfermedades; mas la falta de indicaciones precisas les ha hecho recorrer todo el cuadro nosológico relativo á cada medicamento.

Ya hemos puesto al lector en el estado de determinar por sí mismo los casos en que árnica puede ser útil accidentalmente en las enfermedades de que hemos hablado; ya puede apreciar las ventajas de su uso en los dolores violentos que siguen al parto y acompañan á la matriz á su contraccion natural; en los accidentes producidos por las maniobras del comadron y la introduccion de varios cuerpos en las aberturas naturales; en la irritabilidad que se manifiesta en los tejidos distendidos por una coleccion serosa, ó cuando se estrae rápidamente el líquido derramado; en la irritabilidad, en fin, de la fibra por un trabajo corporal violento.....

D. Neuralgias.—Rico este medicamento en síntomas y dolores, está con frecuencia indicado en afecciones neurálgicas, reumáticas, artríticas, por el carácter erético é irritativo que estas presentan, como, entre otras, las cefalalgias por accesos, los tics dolorosos, las neuralgias del ojo, las odontalgias de las personas nerviosas y sanguíneas ó provistas de músculos fuertes y poco tejido adiposo, especialmente cuando estas neuralgias sobrevienen por una insolacion, por el cansancio de un trabajo corporal y por movimientos violentos.169 Arnica es preferible á la sabina en accesos de gota aguda, en sugetos sanguíneos é irritables, y cuando hay hinchazones y eretismos de la sensibilidad en los tejidos. En todos los casos neurálgicos, neurodínicos y artríticos, el azufre, dado alternativamente con árnica, es con frecuencia eficaz. Sabido es que el árnica es el mejor medio para combatir el lumbago producido por el cansancio ó por una distension de las fibras musculares, ó en dolores análogos que ocupan el cuerpo del músculo; su alternacion en ciertos casos con el cobre la hace ser de grande eficacia.

E. Distension de la piel. Forúnculos. Tos. Delirium tremens. Disentería pútrida. Tétanos. Parálisis.—La árnica tambien está á veces indicada en las enfermedades crónicas, si bien esta indicacion se refiere tan solo á edemas y otras tumefacciones de los tejidos, en las que la materia derramada ejerza la accion de cuerpos estraños irritantes; es decir, en irritaciones crónicas despertadas por una causa mecánica, como la frotacion, pruritos lancinantes con sensibilidad en la piel, úlceras rodeadas de un círculo rojo y sensible, de granos forunculosos, de antrax que se reproducen tenazmente en personas musculosas, sanguíneas, irritables, afectadas de una especie de diátesis, que la árnica, el azufre y muchas veces la nuez vómica curan radicalmente. Ciertas toses rebeldes é irritantes pueden por lo menos ser paliadas por árnica, y mas de una bronquitis; los mismos catarros crónicos se han modificado ventajosamente por este medicamento; pero donde ha sido mas eficaz es en las laringitis crónicas y por irritacion, y en algunas coqueluches. Arnica, en fin, casi siempre está indicada en el delirium tremens ó corea alcohólica. Solo nos resta indicar ciertas disenterías pútridas, el170 tétanos traumático y las parálisis, que pueden exigir árnica.

Mas no terminarémos sin prevenir á los lectores contra las exageraciones del doctor Starke y otros médicos, sobre las agravaciones que casi siempre ven aun por las mas débiles dósis, Arnica es uno de los medicamentos que en muchas circunstancias puede ser empleado en tintura y á la dósis de algunas gotas en un vehículo inerte, como el agua pura ó azucarada, dósis que todos los dias demuestran su utilidad, no solo en las lesiones mecánicas, sino tambien en la gota y algunas neuralgias, tanto internas como esternas. El uso esterno de los medicamentos en compresas empapadas en una atenuacion, es con frecuencia muy útil, y reemplaza ventajosamente á otros tópicos menos útiles y mas incómodos, ayudando á la accion del mismo medicamento tomado al interior. No se curan más, pero sí tantas disenterías pútridas con árnica, como Stohl curaba, ni menos parálisis y amaurosis que Colléri. ¿Consistirá esto en que se han reducido sus dósis? La escala posológica es vasta; no se debe el médico limitar á las dósis mas débiles, privándose del beneficio de las otras. Estended por una parte la variedad de las dósis; aumentad por otra el número de los medicamentos, especificando sus indicaciones, y la terapéutica será tan rica como poderosa.

Dósis.—Este medicamento es el mas usado al esterior contra las contusiones y lesiones mecánicas: se ponen de 10 á 20 gotas por medio litro de agua, para empapar compresas que se aplican á las partes heridas. Esta dósis conviene mejor que otras mas fuertes que puedan provocar una irritacion erisipelatosa y sostener las heridas sangrantes y frescas por muchos dias; es171 decir, por el tiempo que bastaria para su cicatrizacion, si se hubiese empleado una dósis mas débil. A la vez que al esterior se da al interior una gota de la tintura en un vaso de agua, para tomar en el espacio de un dia. En cualquiera otra circunstancia esta dósis puede ser conveniente, á no ser que la estremada impresionabilidad del enfermo haga recurrir á una gota ó algunos glóbulos de la tercera ó sesta atenuacion, y aun á dósis mas débiles.

ARSENICUM ALBUM (Arsénico).

§ I.—Historia.

Vamos á tratar aquí del ácido arsenioso, llamado tambien óxido blanco ó deutóxido de arsénico, y vulgarmente arsénico: las demás sales ó compuestos arsenicales son muy poco conocidos para que nos ocupemos de ellos, si bien algunos hechos nos hacen esperar que la terapéutica tendrá en ellos, por ejemplo el sulfuro de arsénico, un medicamento muy precioso. ¡Cuáles no serian ya la riqueza de la materia médica y el poder del arte de curar, si, desechando la ciencia vanas preocupaciones y cuestiones de amor propio, se dedicase á los estudios serios!

Los antiguos solo conocieron el sulfuro de arsénico nativo. Paracelso le empleó, y Brandt fué el primero que se dedicó á apreciar su accion á principios del siglo pasado. El arsénico es muy poco empleado, y, segun Mérat y Delens[26], no tiene indicacion en medicina. Su uso está limitado á aplicaciones esternas, generalmente172 escaróticas. Los indios le administraron antes que nosotros en las fiebres intermitentes, mordeduras de animales venenosos, el cáncer, etc.; las píldoras asiáticas son una esportacion de la India.

§ II.—Generalidades.

Bien podemos decir con el estudioso Lobethal, que el arsénico es un medicamento inagotable en efectos fisiológicos y terapéuticos. Su monografía completa exigiria un gran volúmen, como puede juzgarse por las dos memorias del doctor Imbert-Gourbeyre sobre las erupciones y parálisis arsenicales. Este erudito profesor ha dicho, que la accion terapéutica del arsénico era quizá mas estensa que la del azufre. Pertenece á este autor la indicacion á los señores Trousseau y Pidoux del camino que deberian haber seguido para hacer verdaderamente útil su artículo sobre el arsénico[27].

Los autores se han hallado embarazados para establecer la electividad del arsénico, ante la importante influencia que ejerce en cada aparato orgánico, pues se le ha dotado de una accion especial sobre los mas principales. En una obra de las mas modernas sobre este asunto, se dice que obra de una manera insidiosa: 1.º sobre las vías digestivas; 2.º sobre los órganos de la cabeza; 3.º sobre el aparato cutáneo, y 4.º sobre la envoltura cutánea. ¿Y por qué no sobre las membranas mucosas, sobre el corazon y sobre el pulmon? Sin duda ha sido, porque, á causa de su influencia sobre los sistemas venoso y exhalante, le han tomado por un disolvente, por un antiplástico, por un agente propio á producir173 hidropesías y caquexias de todo género. Fundados algunos en sus efectos sobre el sistema capilar y sobre el corazon, han adoptado la opinion de la accion especial del arsénico sobre estos aparatos; así como otros, basados en sus efectos mas graves, le han atribuido una potencia deletérea maligna, causa de gangrenas, de lesiones orgánicas, de putridez[28].

Para salir de este laberinto y apreciar con mas exactitud los efectos del arsénico, es necesario admitir varios grados en su accion, ya considerándola inicial, ligera, pasajera y limitada á la esfera nerviosa, ya mas viva y afectando la circulacion, ya violenta y oprimiendo la vida, ya, en fin, obrando con intensidad, ó con una duracion suficiente á modificar profundamente la vitalidad, los líquidos y sólidos. Este es el método natural que hemos seguido, pues por numerosos que sean los síntomas fisiológicos, tóxicos y clínicos del arsénico, se les puede agrupar para constituir la unidad de una accion especial y generadora de estos mismos síntomas, fijando el punto de partida en el sistema nervioso ganglionar que ningun medicamento afecta de un modo tan profundo, tan especial y tan universal. Desde este centro se puede conducir su accion á todos los sistemas, con el carácter de su índole destructora. Los sistemas mas profundamente atacados, son sin duda alguna los de la nutricion y de la vida vegetativa.

En toda la esfera de accion del arsénico, se observan las mas notables alteraciones, desde la simple dispepsia hasta el cólera epidémico; desde la simple fiebre intermitente hasta la tifoídea y atáxica; desde la vesícula174 efémera hasta la petequia pútrida ó la úlcera fagedénica; desde el simple espasmo, hasta la epilepsia ó el asma mas violento; puede empezar por el eritema y concluir por la gangrena; se inicia por una neuralgia y suele elevarse hasta el aniquilamiento de las fuerzas; el sistema nervioso ganglionar juega en todos estos trastornos, lo anima todo, es la atmósfera vital de todos los tejidos y aun del mismo cerebro que está bajo su dependencia, así como las vísceras que pertenecen á la vida orgánica y elaboran los materiales. Todas estas afecciones, todos estos estados patológicos, se producen y desarrollan, ya por la accion débil ó inicial del arsénico, ya por una accion fija, mas profunda, rápida ó lenta, completa en fin, acciones especiales todas, que pueden referirse, si se quiere, á una sola, alterante: esta es la venosidad, es decir, la influencia directa de este medicamento sobre la sangre venosa.

La sangre, por una parte, se regenera incesantemente por el quilo vertido en sus vasos, y por la respiracion; por otra, suministra el alimento del cuerpo dejando en la trama de los órganos los materiales apropiados á cada uno de ellos, y abandonando los gastados ya y, por lo mismo, inútiles ó perjudiciales. Este trabajo de apropiacion, de asimilacion, de descomposicion y de eliminacion, se verifica por dos corrientes opuestas al través de todo el organismo y está dirigido por los nervios ganglionares. De esta manera se comprende el cómo, segun el grado ó la especialidad de accion de los nervios ganglionares, la sangre admita mas sustancias constitutivas, y sustancias mas ó menos elaboradas. De aquí resulta una modificacion de sus cualidades físicas y vitales capaces de influir en la nutricion general y la inervacion; por lo mismo el régimen tiende á producir modificaciones175 notables en un sentido, ó en otro, segun los elementos de que se compone y su cantidad; y hé aquí por qué el régimen debe ocupar un lugar en el tratamiento de todas las enfermedades, y en particular de las enfermedades discrásicas, y el por qué los medicamentos á su vez tienden á operar modificaciones de este género, por su accion sobre los nervios ganglionares.

El carácter del arsénico es el de modificar mas particularmente el sistema de la vena porta. Los vasos se ingurgitan y dan lugar á todos los síntomas que espresan la plenitud, con la índole especial de la accion del arsénico, tales como dolores quemantes, ansiedad, etc.

Como alterante, y á consecuencia de su accion sobre el sistema venoso, el arsénico obra sobre los sistemas exhalante y absorbente, determinando la diátesis serosa de la que es un modificador muy eficaz, y por consiguiente goza de grande influencia sobre la plasticidad. Los autores que han pretendido esplicar esta influencia por su accion directa y tóxica, no han observado que era precisamente uno de los efectos mas lentos y crónicos del arsénico.

Es preciso no olvidar, que el arsénico, como todos los medicamentos de una esfera de accion muy estensa, obra de dentro afuera en sus relaciones con el sistema sanguíneo, pero que lo realiza de una manera irregular é inconstante. Su accion sobre la vida vegetativa es, por el contrario, mas concentrada, porque su tendencia final es oprimir y desorganizar.

El eléboro blanco parece seguir en su accion el mismo camino que el arsénico, pero se limita mas al aparato gástrico; y si bien su accion es menos estensa, en cambio176 se concentra más, y, por otra parte, si su accion es menos intensa, ataca del mismo modo las fuerzas radicales, con escepcion de la putridez y desorganizacion de los tejidos.

El eretismo, la irregularidad y la ataxia de la manzanilla y su misma versatilidad, corresponden perfectamente á los efectos perniciosos del arsénico en su forma benigna. El arsénico posee en alto grado la mayor parte de los síntomas de los medicamentos secundarios y aun de otros mas importantes. La semejanza de sus efectos con los de la nuez vómica deja entrever la diversidad de su orígen y la alteracion especial de la médula espinal en este último medicamento. La ipecacuana, análoga á arsénico muchas veces, se distingue, entre otras cosas, en que los espasmos congestivos y tónicos del segundo son debidos á la intermitencia del influjo nervioso y aun á su aniquilamiento. El arsénico y el centeno cornezuelo tienen muchos puntos de contacto, pero se observa en el último una influencia especial sobre las estremidades vasculares á las que parece limitar su esfera de accion.

El arsénico obra de distinta manera que árnica en los vasos capilares: el primero paraliza la irritabilidad por el foco mismo de su accion, que es el sistema nervioso ganglionar, mientras que el segundo tiene por centro el cerebro. Por esta razon, la accion espansiva de arsénico converge bien pronto hácia los centros á los que oprime tanto más, cuanto mas viva es su espansion, mientras que árnica provoca una reaccion tanto mas pronunciada, cuanto mas profunda ha sido la concentracion. La comparacion que han establecido algunos autores entre el arsénico y la manzanilla no carece de fundamento; pero la accion del primero es maligna177 y profunda, y representa todo lo que hay de mas violento, como el dolor, la inflamacion, la lesion de los tejidos. La accion de la manzanilla ofrece cierta exaltacion viva, pero no profunda, mucha movilidad en los síntomas, y un desarreglo fácil de los aparatos bilioso y nervioso, y una apropiacion especial á las enfermedades de los niños.

Si la accion de la belladona sobre el cerebro y sistema nervioso de la vida de relacion es directa y activa, la de arsénico en los mismos órganos es indirecta y pasiva; si la una oprime exaltando, el otro exalta oprimiendo; la electividad, en fin, de la belladona se dirige á los centros vasculares, mientras que la de arsénico está en las estremidades, en los capilares. El carbonato de cal tiende á deprimir la vitalidad por el procesus plástico; el arsénico tiende á destruir la vida vegetativa por la inervacion trisplánica; el carbon vegetal apaga la vida por la inercia de los vasos capilares; el arsénico apaga la circulacion capilar por la inercia de la vitalidad; el mercurio disuelve, descompone los líquidos y sólidos por una accion directa sobre el sistema linfático; el arsénico llega al mismo resultado por su accion directa sobre el sistema nervioso ganglionar, y ambos en su accion crónica y final conducen al mismo aniquilamiento de la inervacion, á los temblores y á las parálisis; y si no hay medicamentos mas antiplásticos que estos, téngase en cuenta que los dos son muy flogísticos. Las inflamaciones de arsénico son grandes en profundidad, violentas, desorganizadoras por la gangrena, y las del mercurio estensas en superficie y desorganizadoras por supuracion.

Por incompletos que sean estos diversos términos de comparacion en el estado actual de la ciencia, hemos178 creido conveniente esponerlos, no sin deplorar los vacíos de la materia médica y las vanas discusiones de la prensa y sus folletines.

§ III.—Síntomas característicos.

El arsénico modifica muy poco ó nada la inteligencia; la voluntad permanece lúcida y firme; pero obra poderosamente sobre los sentimientos y el carácter, en lo cual son análogos la nuez vómica y otros medicamentos: esta disposicion del arsénico manifiesta su accion especial sobre los nervios ganglionares y la vida vegetativa.

La ansiedad es grandísima, la agitacion escesiva; no se halla reposo en parte alguna, el abatimiento es á la vez inmenso y el decaimiento de fuerzas espantoso.

Este abatimiento, esta postracion, esta pérdida de las fuerzas, existen tambien aisladas de otros síntomas; sobrevienen por accesos, por cualquiera causa, complican fácilmente á otros síntomas y hasta impiden el poderse mover.

Los síntomas relativos al corazon, á la circulacion, á la reaccion, ó al sistema nervioso cérebro-espinal, son con frecuencia periódicos y marcan estadios que simulan la fiebre intermitente.

El pulso es pequeño y acelerado, débil y pequeño, ó pequeño é intermitente; algunas veces tirante y frecuente, y en otras muchas con movimientos tumultuosos del corazon.

La sed es ardiente, inestinguible; á veces no existe; podria decirse que el organismo no percibe la sensacion.

Los dolores son angustiosos, y sobre todo quemantes;179 llegan á ser insoportables; las afecciones, las lesiones y dolores internos tienen el mismo carácter de ardor quemante.

Las fluxiones y congestiones denotan el éstasis sanguíneo y tienden á la gangrena. La inflamacion tiene un carácter maligno, con rubicundez lívida, quemazon y tendencia á la gangrena.

La propiedad de los dolores de arsénico es la de calmarse por la aplicacion del calor esterior.

Las secreciones en general son acres, corrosivas, quemantes, con especialidad en el coriza y la leucorrea.

La ansiedad por la tarde despues de acostarse y por la mañana, y hácia la mitad de la segunda parte de la noche, caracteriza tambien su accion, así como el sudor al principio del sueño, la agravacion de los síntomas en el reposo, y su mejoría estando de pié ó levantado y andando.

En fin, los insignificantes síntomas de vértigos, vómitos, neuralgia, diarrea, coriza..... producen una inmensa debilidad, en oposicion al síntoma que parece haberla determinado. La ipecacuana, el centeno cornezuelo y el eléboro blanco convienen con arsénico en conducir á un abatimiento súbito y total de fuerzas, aun por un síntoma de poca importancia y sin gravedad por sí mismo.

El arsénico es un medicamento muy propio para las personas debilitadas y en las que la resistencia vital es casi nula; juega en sugetos de distintos temperamentos y en los que el sistema gástrico ha perdido su actividad, por abusos, por un género de vida exuberante en digestiones de alimentos suculentos y abundantes; en personas de predominio venoso; en indivíduos jóvenes aun, y de carnes frescas y vigorosas, pero en los que la vitalidad180 sufre frecuentes alteraciones, y que la causa mas pequeña destruye la armonía funcional; está indicado en todos los que el malestar menos importante provoca desfallecimientos y abatimientos que parecen no tener causa alguna. Los ancianos se adaptan fácilmente á arsénico, y se usa en ellos con mas frecuencia que en los jóvenes, porque el sistema venoso domina en la vejez, en la cual este sistema esperimenta obstáculos y plenitudes, causadas, ya por el uso de los órganos, ya por la super-abundancia de materiales de descomposicion, de moléculas gastadas y muy animalizadas; productos que los tejidos arrojan en las venas para eliminarlas despues de la última elaboracion en el sistema de la vena porta. En esta edad efectivamente, el movimiento de descomposicion supera al de plasticidad y de composicion, que es el que domina en la infancia. Existen sin embargo una multitud de circunstancias en las que el arsénico puede dar á este movimiento toda su preponderancia, y modificar las organizaciones jóvenes, en las que se operan concentraciones peligrosas en el sistema nervioso ganglionar, en las vísceras abdominales y en los aparatos linfático y quilífero.

El moral espresa exactamente las modificaciones producidas en el cuerpo humano por el arsénico, desde la impresionabilidad sensorial hasta la apatía melancólica; desde los temores y pesares incesantes, hasta el disgusto de la vida; desde la ansiedad mas viva, hasta el desaliento mas completo. Todos los síntomas morales parecen emanar de la profundidad de los órganos y de las vísceras que padecen; influyen pues sobre las facultades afectivas y sobre los instintos, pero no sobre la inteligencia y la voluntad; el cerebro, en efecto, no está nunca afectado idiopáticamente, sino de un modo secundario;181 el delirio de arsénico es siempre pasivo y debido al mal estado de los sólidos y líquidos.

§ IV.—Estado prodrómico.—Efectos fisiológicos y terapéuticos.

La violencia de los efectos del arsénico presenta en los simples prodromos de la fiebre fenómenos de una gravedad inminente. Este medicamento no es insidioso, si se tiene en cuenta que los síntomas poco graves á que corresponde conmueven de tal manera al organismo, que las circunstancias de que se rodean no inspiran seguridad; así es que un vómito por ejemplo, con frio moderado al principio de una fiebre, se le verá complicado con una postracion considerable, con una sed ardiente, con un síncope.

Todos los síntomas en conjunto anuncian, desde el primer momento, un profundo ataque de la vitalidad, una índole maligna y atáxica, un carácter de putridez y destruccion.

En general, la concentracion es viva, el calor interno quemante en ciertos puntos; la sed grande y ardiente, á menos que la sensacion no sea abolida; la palidez es estremada; la piel está seca, áspera, fria, azulada por placas ó por digitaciones, y el azulamiento de los dedos todos se estiende á las manos y piés con frio glacial, á lo cual se une el aniquilamiento súbito de las fuerzas y algunas veces hasta el síncope. Los vértigos, los dolores violentos, la angustia y la debilidad muscular obligan á acostarse, ó provocan náuseas y vómitos. No es rara la somnolencia en este estado, aun en medio de los mas violentos calosfríos; el enfermo parece consumirse en pocas horas, los ojos se hunden, la estancacion de sangre en los capilares produce la cianosis, un frio marmóreo se estiende por la periferia y mas principalmente182 en el interior, ó se presenta en el epigastrio una sensacion de ardor quemante llena de ansiedad. En este estado, los espasmos no parecen ser otra cosa que sacudidas irregulares de impotentes influjos nerviosos en la trama orgánica amenazada de postracion; la vida lucha con la muerte, por medio de tirones dolorosos, de calambres, de temblores, de quejidos acompañados siempre de una ansiedad estremada, de un pulso pequeño, vivo, concentrado. La sed es ordinariamente inestinguible, sobrevienen sudores frios, diarrea y dolores violentos en el corazón ó en otros puntos.

Una de las prácticas mas útiles en las constituciones epidémicas malignas, es administrar el arsénico desde el principio, y desde que se observan los primeros síntomas de una afeccion sometida á la influencia de este genio maléfico; de esta manera se podrá detener el desarrollo ó combatir en un principio, las neuralgias, diarreas y fiebres que despues hubiesen sido graves. En casos análogos, la manzanilla y el mercurio son á veces sus mejores auxiliares.

Es indudable que en la mayor parte de las enfermedades caracterizadas, cuando desde el principio puede preveer el médico su marcha, es muchas veces mejor y mas útil insistir poco en los medicamentos que parecian mejor adaptados á los primeros períodos, para usar cuanto antes los indicados en el estado característico del período principal que se prevée y previene. Así se concibe cómo el zumaque y el arsénico alternados desde el principio del segundo período de la fiebre tifoídea, y continuados hasta el fin del período grave, han producido muchas veces el mejor efecto, del mismo modo que el eléboro blanco y el arsénico obran mejor al principio del cólera.183

§ V.—Estado agudo.—Efectos fisiológicos y terapéuticos.

A una concentracion estremada que puede elevarse hasta la postracion de la vida y destruir al indivíduo, sucede despues una reaccion desordenada. Cualesquiera que sean el calor, la sequedad y su acritud, el calosfrío se reproduce por la impresion del aire esterior, por la ingestion del agua fria deseada con vehemencia, y aun por la sola sustraccion del calor aplicado. La sed persiste; los fenómenos gástricos se manifiestan ó aumentan de intensidad si ya existian; el ardor interior no disminuye, á no ser que se presente la diarrea, y aun en este caso se concentra algunas veces sobre el intestino y el ano. El vientre está quemante, aun al esterior; se observan con frecuencia en la piel eflorescencias vesiculosas, urticarias, penfigosas, y eritemas que no tienen persistencia.

Hay á veces movimientos de calor como por ondulaciones, ebulliciones de sangre que oprimen, y ocasionan palpitaciones ó vértigos y diversos dolores. El sueño produce en su calma orgánica una especie de relajacion con sudor general que es la mas útil. La calma que se advierte al despertar indica ordinariamente mas debilidad; el calor es con mas frecuencia angustioso con la cabeza despejada; el vientre parece ser siempre el sitio de congestiones y de calor, produciendo por consiguiente la imposibilidad de dormir, la ansiedad y la necesidad de moverse sin cesar en la cama.

A intérvalos mas ó menos largos, en el mismo dia, y alternando con los síntomas de concentracion, se repiten diversos fenómenos reactivos ó de espansion menos regulares, que son propios de arsénico: estos fenómenos se asemejan unas veces á fiebres intermitentes,184 otras á estados crónicos sometidos á exacerbaciones. En estos casos, los movimientos congestivos sobre el cerebro, sobre el vientre ó el pecho, acompañan siempre á los movimientos de espansion y pueden dominar la escena; pero se distinguen siempre por algunos de los caractéres ya mencionados. En este caso es cuando principalmente se manifiestan el decaimiento rápido de las fuerzas, los síncopes, los sudores frios, los vómitos, las diarreas aliviadas por la aplicacion del calor, los dolores concomitantes son quemantes, y se observa intermitencia ó una agravacion hácia el final de la noche.

El arsénico corresponde á una multitud de afecciones sin carácter de malignidad, como ciertas intermitentes, por ejemplo, pero siempre en casos semejantes se observa irregularidad en los accesos y una especie de caquexia palúdica, ó un estado asténico en el que la nutricion está paralizada, y es inminente, si ya no ha comenzado, la diátesis serosa.

§ VI.—Estado sobreagudo.—Efectos fisiológicos y terapéuticos.

El período sobreagudo de la accion de arsénico solo es inferior en síntomas al período crónico ó diatésico. Es el resultado de la influencia del medicamento sobre todas las potencias del organismo á la vez, y de las perturbaciones que induce en la esfera nerviosa. Esta se altera secundariamente por las modificaciones producidas, no solo en el sistema circulatorio, sino en los elementos constitutivos de la sangre y de los líquidos, y de estas modificaciones, debidas á la accion del arsénico, dependen los cambios operados en la vida vegetativa, real y profundamente atacada ya en la época de los movimientos críticos y del desarrollo de las lesiones consecutivas.185

En este estado sobreagudo se observan los síntomas mas discordes y opuestos en gravedad, lo cual esplica, no solo la especialidad atáxica de este medicamento, sino el fundamento de los dos hechos siguientes: el primero, relativo á la variedad de las dósis que han provocado los síntomas fisiológicos, desde los envenenamientos con muerte casi instantánea, hasta los producidos por las mas débiles dósis; el segundo, referente á la distinta receptividad medicinal de las personas sometidas á la accion de esta heróica sustancia.

Como la accion del arsénico se concentra en el sistema nervioso que preside á las funciones nutritivas y vegetativas, y como de estas emanan los graves desórdenes que estallan en otros aparatos, resulta que la reaccion y las inflamaciones que produce tienen el carácter de tension y de quemazon que, aun en lo mas intenso de su agudeza, se alivia por el calor esteriormente aplicado, como si este calor se opusiese momentáneamente á la descomposicion, á la alteracion de los líquidos y á su estancacion asténica.

Siendo consecutiva esta accion sobre la sangre, de la que ejerce este medicamento en la inervacion, claro es, que debe ser de la misma naturaleza; es decir, atáxica y maligna; el corazon es afectado en este sentido, y despues de él todas las vísceras mas provistas de vasos capilares de toda especie, porque su tenuidad les coloca en los límites de la esfera sanguínea, y donde, por consiguiente, son mas dependientes de la vida vegetativa. Lo mismo sucede en el aparato linfático; todos los tejidos, todos los sistemas son atacados, ya directa, ya indirectamente por este medicamento.

A. Fiebres nerviosas. Cólera.—El arsénico es el medicamento de las fiebres é inflamaciones nerviosas sobreagudas186 que ofrecen los caractéres de la ataxia, de la putridez, de la tendencia á la gangrena, caractéres que se espresan por síntomas particulares en el período prodrómico y agudo, como lo hemos consignado. Por esta razon, prácticos distinguidos administran el arsénico en las fiebres pútridas y tifoídeas desde el principio, limitándose casi á este medicamento en toda la duracion de la enfermedad, dando con esta práctica el ejemplo de que es mas útil la simplificacion del tratamiento, que una gran variedad en las prescripciones. Está, pues, fuera de duda, que cuando la fiebre se presenta con todos sus caractéres se la puede detener y aun hacerla abortar: puede estarse seguro de poder dominar sus elementos, de impedir sus manifestaciones mas graves, de conducirla, en fin, dulcemente á la curacion. Creemos tambien que es generalmente mas útil, hecha ya la eleccion del medicamento, persistir en su uso, á fin de que pueda desplegar toda su unidad de accion y toda la estension de sus efectos, á cambiar de medicamentos, por influir menos convenientemente sobre la marcha de la enfermedad.

Cuando cambios esenciales en los síntomas exijan otros medicamentos, aun se puede obtener ventaja en persistir en el uso del que corresponde al fondo, al genio de la enfermedad, limitándose tan solo á alternar con el mismo el que mejor se adapte á la forma; esto no obstante, no debe olvidarse el sabio precepto de los maestros, de reemplazar prontamente un medicamento por otro semejante en las afecciones graves, sobreagudas, en las que su accion se gasta y agota pronto, pero con la condicion de no abandonar por mucho tiempo y aun de no cesar del todo en la administracion del que llenaba la indicacion principal.187

Los caractéres del arsénico se confunden á veces, en cuanto á la forma de las fiebres graves en los detalles de sus síntomas, con los del zumaque, y aun de la brionia y otros medicamentos. ¿No sucede lo mismo en el cuadro patológico de las fiebres tifoídeas?

Con el auxilio de los síntomas que han precedido al estado sobreagudo grave, es siempre fácil el diferenciarles. Pongamos algunos ejemplos. Para el zumaque, este estado es precedido de mas espansion en la piel, de un orgasmo mas general y mas fijo; para la brionia, es precedido de estreñimiento que coincide con dolores congestivos en las partes superiores; para el beleño, ha precedido una exaltacion de los sentidos y delirio violento, y para el uno y el otro hay en el tifoidismo disecea y diminucion ó supresion de las orinas. El carbon vegetal reemplaza ventajosamente al arsénico en las afecciones orgánicas y disentéricas graves con timpanitis, aun cuando no se haya observado cambio importante en los síntomas con el uso del último.

El arsénico, en fin, está especialmente indicado: 1.º en el momento de las flegmasías graves, en que el esceso de inflamacion amenaza aniquilar la vida, siendo, por otra parte, muy digno de notar que siempre los fenómenos iniciales de tales inflamaciones indican la postracion de los capilares locales, ó la accion de un principio deletéreo; que la vida vegetativa es atacada primitivamente, y los fenómenos espasmódicos primordiales denotan un carácter nervioso grave; 2.º en aquel momento de la fiebre grave, en el que los síntomas nerviosos graves se desenvuelven en medio de la postracion, que no atacan los órganos de la vida de relacion sino despues de afectada la plasticidad y en plena tendencia pútrida. En atencion á estos datos, es fácil distinguir la188 adinamia arsenical de la de acónito, opio, etc..... porque en el arsénico se une á la ataxia desde el principio ó antes de los fenómenos de reaccion mas graves, y en el acónito es debida á una simple plenitud que detiene esta reaccion, y que en el opio depende de la congestion cerebral.

En vista de lo espuesto, las aplicaciones clínicas del arsénico ofrecen pocas dificultades, y todos los casos de curacion obtenidos por este medio en todas las escuelas proclaman altamente el carácter de su accion. Es sensible que los profesores modernos no hayan tenido todos el buen juicio de servirse de este medicamento en enfermedades mortales con harta frecuencia, como el cólera por ejemplo. Una multitud de trabajos modernos prueban hasta la evidencia la eficacia de este medicamento en esta terrible enfermedad, y abrigamos la creencia, como otros varios autores, que las dósis un poco mayores que las usadas por médicos meticulosos han producido buen efecto.

El envenenamiento por el arsénico ofrece el cuadro mas acabado del cólera en su período ciánico. Esta enfermedad y las flegmasías sobreagudas con dolores quemantes, éstasis venosa, cianosis, manchas, petequias, tumefacciones lustrosas y lívidas, y síntomas generales graves, del mismo modo que la gangrena, que es el resultado con edema elástico, distension por gases, putrefaccion incipiente, angustia, cara térrea, descompuesta, así como tambien las úlceras quemantes, fétidas, costrosas, saniosas, inflamadas, de bordes elevados, dolorosos en el reposo y por el frio, como si la calma acelerase la descomposicion y que el estímulo del movimiento y del calor la detuviese, son propias del arsénico.189

Siendo el arsénico el medicamento esencial de todos los desórdenes graves de la economía en que la vitalidad está profundamente atacada y los líquidos dispuestos á una funesta alteracion, es necesario no olvidarle en el tifus y gangrenas de hospital, en la fiebre amarilla y la peste, al menos en ciertos períodos de su evolucion.

Despues de lo que acabamos de indicar, creemos conveniente consignar el dato práctico importante, de que no se confundan los síntomas de las fiebres nerviosas graves con ciertos síntomas de la inflamacion de la píamadre y de la sustancia gris del cerebro, tales como delirio continuo, movimientos desordenados, trismus, rechinamiento de los dientes y varias parálisis que se presentan en el último período de las enfermedades febriles y flegmásicas. Estos síntomas constituyen una meningitis que, aunque sintomática, exige medios directos que no siempre son los de la fiebre en cuya finalizacion se les observa, como suele suceder en la fiebre tifoídea, en la exantemática, en la neumonía reumática, etc. El arsénico, sin embargo, puede estar indicado en el tratamiento de estas especies de meningitis.

B. Fiebres intermitentes.—La importancia de este medicamento en el tratamiento de las fiebres intermitentes es bien conocida. Se necesitaria un volúmen para discutir los trabajos que se han publicado desde medio siglo, por lo menos, hasta los de Mr. Boudin[29]. Nuestro plan, como se ve por el carácter de esta obra, no es el de citar, discutir y clasificar las memorias y observaciones terapéuticas, porque con este método, si190 bien se ilustra al lector sobre los casos en que se ha administrado un medicamento dado, y se le puede instruir con la historia del mismo, nada se le enseña respecto de los casos en que no deba usarse; porque estos trabajos carecen de indicaciones precisas, y como estas forman, por el contrario, nuestro principal objeto, bastan algunas páginas que resuman los estudios fisiológicos y terapéuticos para llenar lo primero, y alguna reflexion de los lectores para comprender con certeza lo que de esto pueden prometerse en el estado actual de la ciencia.

El arsénico, por su estado prodrómico, corresponde á ciertas fiebres de accesos, cuyos prodromos esten caracterizados por un abatimiento estremado con ansiedad y sed, sin que se puedan referir estos fenómenos de una concentracion que parece debia hacerles graves, ni á la diarrea, ni á los vómitos, ni al estado gástrico, ni á la cefalalgia que acompaña ordinariamente á este estado general. Corresponde á los estadios de frio y calor violento y escesivo, como hemos consignado ya en las páginas precedentes, y con los mismos caractéres generales que les hemos dado, y sobre los que no juzgamos á propósito insistir más.

En las fiebres que se presentan por accesos, es necesario distinguir el fondo de la forma. Esta es la espresion sintomática que varía segun los indivíduos, en las diferentes estaciones, y segun la causa que constituye la naturaleza de la fiebre y su carácter fundamental. La causa, para el arsénico, es el miasma palúdico, el cual, independientemente de la forma de reaccion, produce síntomas que son su fondo, y que consisten en una ansiedad con sed, abatimiento grande que conduce al desfallecimiento con angustia precordial, y191 en gastricismo que termina con vómitos, con diarrea, ó en una simple irritacion de estómago.

Tres medicamentos corresponden á los caractéres fundamentales de las afecciones palúdicas: la ipecacuana, la quina y el arsénico. Todos tres podrán ser menos aptos en cuanto á la forma de los accesos y de la reaccion que cualquiera otro medicamento, pero ninguna fiebre verdaderamente palúdica se curará sin uno de los tres, porque todos abrazan sus caractéres fundamentales, y porque los tres tienen las mismas tendencias que el miasma palúdico. Estas tendencias caquécticas, deprimentes de la actividad vital y plástica, las espondrémos en el capítulo de la quina. Por ahora nos limitamos á indicar la ipecacuana por sus relaciones con el primero y mas débil grado de esta depresion y de esta caquexia, y al arsénico por sus relaciones con el grado mas violento y la espresion mas elevada de la deplastizacion y de la desorganizacion, lo que le hace mas á propósito en general y mas frecuentemente indicado que la ipecacuana y la misma quina, en las fiebres intermitentes crónicas tenaces y mal tratadas. Pero los tres tienen el mismo punto de partida en la afeccion del trisplánico con una espresion sintomática poco diferente, ya en la concentracion, ya en la reaccion que se manifiesta por una turgencia sanguínea, cuyo desenvolvimiento sigue las proporciones de la concentracion y marcha por accesos mas variados que para la mayor parte de otros medicamentos.

En arsénico, el estado general espresa mas eretismo; pero á esta tension de la fibra y á este orgasmo sucede una astenia mayor y una diminucion de la cohesion de los sólidos y líquidos. Del mismo modo, despues de los espasmos, los desfallecimientos y la escitacion sanguínea192 erética, sobrevienen á cada acceso sudores mas fuertes, mas prolongados y mas debilitantes. En todas estas circunstancias, en fin, se observa sed, alivio por la aplicacion del calor, aumento del frio al descubrirse, agravacion al beber, y se confirma que el estadio del calor disipa los dolores, y que el sudor disminuye la angustia.

C. Fiebres eruptivas.—En la mayoría de los casos, el arsénico es el medicamento mas apto para conjurar el peligro en las fiebres exantemáticas que tienden á la malignidad y á la metástasis con abatimiento de las fuerzas vitales. Aun está mas indicado en un estado mas avanzado, cuando hay putridez, desaparicion del exantema regular, y presentacion de petequias y ataxia. La belladona calma las fiebres eruptivas con violenta turgencia, congestion en la cabeza, delirio, calor quemante en la piel, sequedad de la boca, y sed ardiente; pero si no aliviase y el delirio se hiciese subagudo, arsénico será eficaz.

En las fiebres eruptivas malignas, importa tener presente la asfixia cutánea de que se ha hablado[30] á propósito de la viruela confluente. La piel cubierta de la erupcion, es impermeable al aire, y no da paso á la materia de la transpiracion, resultando de esto graves desórdenes, la disolucion de la sangre y la muerte. Se concibe bien que en este estado sea refractaria la enfermedad á todo medicamento, y que la aireacion de la piel sea preferible al mismo arsénico.

D. Flegmasías. Neurosis.—Un gran patólogo aleman recomienda el arsénico con el carbon vegetal, en la angina diftérica maligna, gangrenosa, ya por los síntomas193 tifoídeos generales, ya por el estado de la garganta y aun de la exudacion plástica. Esta exigiria mas bien el bromo, el sulfuro de cal y el mercurio; pero proponiéndonos en este momento investigar los agentes que modifican el estado de la sangre de una manera especial, debemos preferir el arsénico á los medicamentos mas relacionados con las exudaciones plásticas.

El arsénico conviene mas en los focos purulentos, en las exudaciones serosas, en las afecciones de las glándulas y en las de los tejidos atacados en profundidad y dispuestos á la gangrena ó afectados ya de ella. Está sin embargo especialmente indicado en la inflamacion erisipelatosa del escroto, particularmente la de los desollinadores, á causa sin duda de su electividad sobre los capilares. Por esta razon es eficaz en la piogenia, y en los derrames serosos con inflamacion crónica, alternado en este caso con el azufre.

Hemos dicho ya, que es del recurso de arsénico toda inflamacion grave, cuando ha llegado al punto en que la estancacion de los líquidos acumulados y la distension escesiva alteran los tejidos y tienden á gangrenarlos; como por ejemplo, la enorme dilatacion que sufre la conjuntiva palpebral en la oftalmía erisipelatosa. En general, la oftalmía que corresponde á los efectos de arsénico, se presenta con tumefaccion, sensacion de quemazon, ulceracion; y de esta manera se presenta tambien la oftalmía escrofulosa en los niños; otros medicamentos deben preferirse cuando los síntomas son menos intensos, tales como mercurio, azufre y carbonato de cal.

Puede jugar aun el arsénico en oftalmías sobreagudas dependientes de una causa reumática, de un exantema, de la menstruacion. La mayor parte de los fenómenos194 graves que se manifiestan en los puntos en que se distribuye el nervio neumo-gástrico durante una enfermedad aguda, son propios de arsénico, y lo son tanto más, cuanto que estas afecciones tienen mucha gravedad, como las carditis y las neuroses de los órganos respiratorios.

La carditis aguda con todos los desórdenes orgánicos del corazón y los terribles accesos de sofocacion y ansiedad que produce, puede ceder con arsénico que parece fortifica la accion propia del corazon contra el aflujo é impulsion de la sangre, y que regulariza la contraccion de sus fibras. Despues de acónito, segun las indicaciones, es arsénico el que mejor corresponde á la inflamacion aguda ó á las neuroses intensas del corazon.

Entre las neuroses de los órganos respiratorios, indicamos primero la opresion. Se ha recurrido á arsénico cuando el enfermo parece débil para respirar profundamente, y que los esfuerzos de los músculos que concurren á la respiracion son insuficientes. Mas si los esfuerzos para efectuar esta funcion, tienden á cesar por parálisis, no solo de los músculos, sino tambien del pulmon, tártaro estibiado es el medicamento mas racional á que debe dirigirse el práctico. Pero sea de esto lo que quiera, el arsénico es un escelente medio que puede emplearse en los accesos de sofocacion, tanto asmáticos como gastrálgicos, puesto que ataca directamente los orígenes de la inervacion ganglionar. Así pues, el catarro sofocante le reclama en primera línea, especialmente si la ipecacuana ha sido ineficaz. El asma de Millar ó la angina de pecho es mas propia de arsénico, despues de acónito algunas veces. El arsénico cura con preferencia el asma en general, cuyos accesos reaparecen195 por la mañana antes de amanecer. En esta circunstancia obra perfectamente y de un modo análogo á la nuez vómica ó alternándole con esta por dias.

La eficacia del arsénico debe muchas veces unirse á la del zumaque venenoso, tártaro estibiado, etc...., en la neumonía de los viejos, en las complicadas con fiebres graves y en las flegmasías viscerales adinámicas y pútridas; en estos casos se le administra antes ó despues del mercurio, el carbon vegetal, el ácido fosfórico.....

Una de las afecciones graves con la que los síntomas del arsénico tienen mas analogía, es la gastritis sobreaguda, pues es sabido que la ansiedad y la sensacion de ardor quemante son síntomas característicos de su accion. En algunos casos puede el fósforo ser su auxiliar, así como el acónito que se administra antes.

La disentería pútrida reclama el uso de arsénico, lo mismo que la hematémesis, la melena y las hemorragias pasivas ó pútridas con calor quemante general ó local y ansiedad estremada. Estas afecciones requieren tambien á veces los ácidos fosfórico y clorhídrico, el carbon vegetal, ó la nuez vómica.

§ VII.—Estado subagudo.—Efectos fisiológicos y terapéuticos.

El arsénico tiene pocos ó ningun síntoma pura ó simplemente inflamatorios, porque su accion sobre el corazon y el sistema vascular es especial y subordinada á una alteracion profunda de la vida que tiende al aniquilamiento de la inervacion. Sus inflamaciones afectan formas atáxicas, gangrenosas, malignas. En cuanto á los síntomas propios á un estado subagudo, no están aislados de estas formas graves ni de la adinamia. Las196 afecciones subagudas de arsénico presentan tambien mas ó menos graduados los síntomas que caracterizan su accion, tales como: abatimiento considerable, pérdida rápida de las fuerzas, calor acre, pulso pequeño y frecuente, desfallecimientos, angustias, éstasis sanguíneos, tumefacciones con sensacion de ardor, edemas, dolores quemantes, gran sed, ó adipsia; casi siempre estas afecciones, así como las mas agudas, se agravan por las bebidas frias y acuosas, por estarse sentado ó andar, y por el frio esterior.

A. Afecciones mucosas, catarrales.—Estas afecciones tienen por regla general un carácter de lentitud y astenia que aumenta las secreciones y relaja los esfínteres. Las membranas mucosas abundan en moco, la piel en sudores, pero con alternativa á intérvalos, de ardor y sequedad; cuando esto último existe, que es lo mas frecuente, las orinas suplen á las demás evacuaciones, ó bien se forman colecciones serosas, edemas, y á veces una hinchazon general blanda y blanca del tejido subcutáneo. Hay tambien fiebres lentas, con ó sin lesion orgánica, pleuresías, endocarditis y pericarditis subagudas, estados mucosos, que los antiguos llamaban pituitosos, con fiebre vespertina, sudor matutinal y otros síntomas que pueden exigir la quina, el sílice.... Mas á pesar de todo, no conocemos mejor medio que el arsénico en fiebres catarrales con ansiedad y debilidad, eretismo violento, coriza fluente con calor quemante en la nariz y que se alivia por la noche y al calor de la cama.

B. Gastropatías.—Este medicamento modifica ventajosamente la gastritis crónica y la gastrose agravadas por los alimentos y las bebidas frias; es tambien el remedio de las indigestiones por abuso del agua fria, de los197 frutos acuosos y de las dispepsias producidas por dósis exageradas de la quina, del opio y de las bebidas alcohólicas tomadas por costumbre.

C. Fiebres lentas. Afecciones subirritativas.—Sabidos son los servicios prestados por el arsénico en las fiebres intermitentes que se hacen irregulares por falta de tratamiento ó por efecto de los febrífugos inconsideradamente empleados, especialmente cuando hay congestion venosa abdominal, infarto del bazo, lientería, caquexia, edemas, flujos colicuativos. Casi siempre la belladona, el azufre y la quina son útiles en esos casos. El arsénico, en fin, entra en el tratamiento de varias caquexias, de la clorosis, de las colecciones serosas, cuando hay fiebre remitente, eretismo fugaz, flujo colicuativo, sudores matutinales, reabsorciones purulentas.....

En los primeros tiempos de la atrofia por falta de nutricion de un órgano ó de todo el organismo, teniendo el aparato de la quilificacion por punto de partida, con eretismo febril, el arsénico es uno de los principales medios que, con el carbonato de cal, se puede emplear, escepto los medicamentos mejor indicados por la causa determinante.

Los síntomas de arsénico le colocan antes del azufre, el hierro, el mercurio y el subcarbonato de potasa en las leucorreas con sensacion de ardor, fiebre lenta, caquexia y síntomas locales subinflamatorios.

Su indicacion en las afecciones reumáticas está en la subagudeza con mejoría de los dolores, por el calor y sudores, casi siempre nocturnos ó matutinales.

Algunas afecciones, en particular las del sistema nervioso con fiebre, cuando reclaman el uso de arsénico, ofrecen síntomas de irregularidad y gravedad propios198 de esta sustancia; tales son: algunas neuralgias febriles ó fiebres larvadas neurálgicas, el eretismo convulsivo, cierta fiebre urticaria y la mielitis; en esta, la utilidad del arsénico es secundaria. Pero en el ergotismo convulsivo, cualquiera que sea la violencia de la fiebre, este medicamento es un medio escelente; muchas veces el cornezuelo de centeno es específico, cuando no es él mismo la causa de la enfermedad.

§ VIII.—Estado crónico.—Efectos fisiológicos y terapéuticos.

Es fácil formarse una idea exacta de los fenómenos diatésicos del arsénico, teniendo en cuenta su modo de obrar, que ya conocemos en parte, y que debemos continuar esponiendo aun, á pesar de algunas repeticiones, consignando al efecto los siguientes fenómenos: debilidad estraordinaria,—agitacion,—ansiedad,—insomnio,—acritud de las secreciones,—calor seco quemante,—sed,—palpitaciones,—dolor sordo en el corazon,—plétora venosa abdominal,—hipocondría,—hemorróides,—colecciones serosas,—dolores quemantes,—alivio por el calor,—agravacion por la ingestion del agua fria,—agravacion por la noche,—sudor por la mañana al dormirse,—ardor de las deposiciones,—estreñimiento ó deposiciones involuntarias, insensibles,—diarrea con ardor pronunciado y con quemazon en el ano.

Todas las causas de astenia que obran lentamente y que á la par que debilitan rechazan al interior la actividad de la piel, como los enfriamientos y la humedad, tienden á producir modificaciones análogas á las del arsénico, y afectan el sistema nervioso ganglionar. Son tambien propias de la esfera de accion de arsénico las causas que, aunque con lentitud, aceleran el movimiento199 de descomposicion, que fatigan las vísceras, ya por irritaciones nerviosas y sanguíneas, ya por una alimentacion muy animalizada, así como las que aumentan la actividad venosa, principalmente en el vientre.

En el estado crónico desarrollado por este medicamento, se observan grupos de síntomas especiales que sobresalen del cuadro de nuestras apreciaciones. Este estado está caracterizado, en general, por una tension y por un eretismo que conduce á la inercia de la fibra y á los flujos colicuativos, al marasmo, á la postracion paralítica. El arsénico corresponde por la multitud de sus síntomas á muchas enfermedades, en las que es un auxiliar útil, y en ocasiones es el único é indispensable medio de curacion.

A. Afecciones del corazon y de los vasos capilares.—Las relaciones especiales del arsénico con el corazon le hacen muy eficaz en la mayor parte de las lesiones de este órgano. La spigelia es mas análoga al arsénico por sus efectos en este órgano, que el acónito y el azoato de potasa, porque la primera tiene, como el medicamento que estudiamos, una accion mas profunda y mas crónica sobre el centro de la circulacion. Los dos se adaptan mejor á las pericarditis, á las endocarditis, á las lesiones crónicas seguidas de carditis agudas, de reumatismo ó de artritis. La brionia, y á veces el cólchico, tienen una indicacion evidente en las afecciones francamente reumáticas y gotosas del corazon, cuando hay eretismo febril, neuralgia, punzadas violentas con síntomas graves como el desfallecimiento.

La spigelia, y mas aun el arsénico, corresponden á las palpitaciones de corazon tumultuosas y como en tropel, movimientos ondulatorios, ruido como de una cascada, pulsacion de las carótidas, grande dificultad de200 respirar al cambiar de posicion, espasmo del pecho, ansiedad.... Los dolores quemantes no indican en este caso mas que arsénico; pero aun hay otras particularidades, como la existencia habitual de dolores sordos en el corazon, lancinaciones de vez en cuando, especialmente por la impresion del frio en la region precordial, y un pulso mas frecuente por la mañana que por la tarde. Este estado del pulso es tambien el de las lesiones orgánicas del corazon; el sueño parece activarlas, como si concentrase en el centro de la circulacion las fuerzas vitales distraidas de los órganos que reposan.

Los toxicólogos han apreciado muy bien las relaciones del arsénico con el corazon al indicar entre las principales lesiones que produce las manchas de un rojo violado y el reblandecimiento de su membrana interna. Se podria tambien darle análogas lesiones en los capilares, en los que su accion es bien manifiesta por la estancacion de sangre, la cianosis, las manchas grisáceas, las digitaciones, la detencion de la circulacion, las tumefacciones gangrenosas, la gangrena. El hecho es, que el arsénico se ha manifestado como un poderoso medicamento en una multitud de casos acompañados de estos síntomas.

B. Afecciones del sistema nervioso. Manías. Parálisis. Espasmos. Neuralgias.—Es notable que, aun cuando no parece que el arsénico tenga influencia sobre las facultades intelectuales, provoque una monomanía angustiosa, una tendencia al suicidio por preocupaciones inquietas y llenas de angustia, el suicidio lipemaníaco: estos fenómenos están acompañados de ansiedad precordial, de palpitaciones, de sensacion de constriccion en el corazon, de un estado venoso, de estancacion venosa, en fin, en las vísceras, que se propaga al201 encéfalo. El arsénico en esto es muy semejante al oro, al mercurio y al carbon vegetal, cuya accion sobre el sistema venoso y los capilares se relaciona igualmente con la de arsénico sobre el moral.

La parálisis que depende de arsénico afecta con particularidad los miembros inferiores; es precedida de temblores, de dolores, de contracturas, de convulsiones. La ciencia no puede aun marcar con exactitud la diferencia de la parálisis arsenical de la de otros metales, como el estaño, bismuto, antimonio, zinc, plomo y mercurio.

La parálisis de arsénico depende de la afeccion de la parte inferior de la médula espinal, mientras que la producida por el mercurio se estiende á toda ella. En la de antimonio parece que solo se afecta la parte superior, y en el plomo la parte media, dependiendo de esto los síntomas particulares de estas diversas parálisis.

La parálisis arsenical afecta tambien las partes superiores de la médula, en las que pueden presentarse dolores, adormecimiento, hormigueo, contracciones espasmódicas, efectos directos del arsénico, lo mismo que los calambres, los edemas, palidez, diminucion de calor, marasmo sin atrofia. En medio de estos desórdenes, la vejiga y el recto funcionan bien.

Hungría, que es el punto en el que mas particularmente se observa la parálisis arsenical, es tambien donde se ve establecida la singular costumbre de tomar el arsénico á grandes dósis como escitante, y con el intento de conservar la frescura del aspecto y la gordura. No nos detenemos mas sobre esto, porque no es la ocasion ni la oportunidad de hablar de otro modo de este uso del arsénico.

Las dósis débiles están reservadas para los casos en202 que la reaccion vital y la accion nerviosa son débiles en el sentido de los síntomas cuyo cuadro hemos dado. Por esta razon en el baile de San Vito con debilidad muscular y caquexia caracterizada, y que se ha resistido á los medicamentos mejor indicados, cede con el arsénico y el licor de Fowler, del mismo modo que el delirium tremens de los borrachos y ciertas neuropatías espasmódicas y paralíticas debidas á una irritacion espinal. Sin prejuzgar la naturaleza del mal de mar, debemos indicar que una de las especialidades del arsénico, es el aliviar esta incomodidad, con especialidad cuando se le administra despues de la coca de Levante (cocculus).

El tic doloroso, la hemicránea, las cefalalgias y las neuralgias que corresponden á la esfera de accion del arsénico, proceden de una ingurgitacion venosa gastro-hepática, de una estancacion sanguínea ó serosa, con irritacion subaguda de las meninges ó de los nervios ganglionares, lo cual les asimila á las neuralgias de la nuez vómica. Esta apreciacion se aplica á la mayor parte de los padecimientos crónicos que corresponden al arsénico: la fisonomía espresa un profundo padecimiento. Es de observacion que la ciática se agrava despues de comer y que el dolor es quemante. El reumatismo articular crónico tiene hinchazones y está acompañado de una discrasia serosa ó anémica. La gota tiene los mismos caractéres: hay mas rigidez é hinchazon con manchas rojas ó lívidas. La mayor parte de las neuralgias propias de este medicamento se agravan en el reposo.

No creemos que sea indispensable en la práctica distinguir las diversas gastralgias, de la que se ha dado el nombre de neuralgia celíaca. Los caractéres de esta, por la violencia de los síntomas y por la forma intermitente,203 son indicantes del arsénico y casi siempre de la nuez vómica tambien; los dos representan la neuralgia celíaca en sus efectos fisiológicos. Pero estos dos medicamentos se completan mútuamente por su accion electiva sobre los intestinos, sobre los nervios ganglionares y por la naturaleza de su dolor. Se adaptan igualmente á violentas gastralgias con dolor vivo, quemante, dislacerante, que se eleva hasta el furor ó el síncope: este dolor parece situarse encima de la apófisis sifóides, irradia pronto hasta el cuello ó se divide siguiendo el trayecto del gran simpático; está, en fin, acompañada de mas ó menos opresion, y deja despues del acceso una sensacion de vacuidad en el estómago, desórdenes en la nutricion ó en la defecacion y una grande laxitud.

Estas especies de neuralgias son en general muy rebeldes, tienen un curso variable y fenómenos particulares en los intérvalos de los padecimientos: en estos intérvalos presentan indicaciones para el fósforo, el eléboro, la manzanilla, la ipecacuana y aun el bismuto.

Las gastro-enteralgias, los cólicos biliosos, nefríticos y hemorroidales exigen muchas veces arsénico, pero ayudado generalmente por la nuez vómica, la belladona....

C. Afecciones venosas y mucosas. Vómitos. Asma. Hemoptísis. Flujos de vientre.—El arsénico es casi siempre tan necesario como el azufre y la nuez vómica en el tratamiento de los padecimientos hemorroidales; sus síntomas indican suficientemente su importancia terapéutica en estas afecciones, y en las siguientes, en las que está indicado con frecuencia:

1.º En los vómitos rebeldes del embarazo que se han resistido á la ipecacuana y nuez vómica; 2.º en el asma y catarro sofocante, como ya queda dicho; 3.º en ciertas204 hemoptísis; 4.º en la estomatitis y varias afecciones de la boca y de la laringe; 5.º en la disentería, la diarrea, la lientería; 6.º en la enfermedad de Bryght. Se notan, en efecto, entre los síntomas de este medicamento algunas especialidades relativas á los riñones y orinas albuminosas: el arseniato de potasa (licor de Fowler) parece preferible en este caso, así como en otros varios; 7.º en la afeccion varicosa ó irritacion crónica de la próstata y del ano, con tenesmo, sensacion de quemazon....

D. Afecciones cancerosas, ulcerosas, escrofulosas. Colicuacion.—La accion electiva del arsénico en la plasticidad é inervacion ganglionar le da un gran valor en el tratamiento de las caquexias y de las afecciones especiales de una gravedad inminente: 1.º en el cáncer del tejido celular, de las glándulas, del útero, pues consta que goza de una accion especial en los cánceres esteriores, aplicado directamente y como tópico; 2.º en las úlceras sarnosas, dartrosas, fagedénicas; en el cáncer corrosivo, que tambien se modifica por el oro, el azufre, el ácido azótico, la thuya, las sales mercuriales; 3.º en las desorganizaciones de los tejidos de naturaleza escrofulosa y la caquexia tambien escrofulosa en los niños y adultos, con irritabilidad, marasmo; en todos estos casos se le administra á dósis sensible, y es tanto mas útil, cuanto mas grave es la forma morbosa, y que los síntomas son mas pronunciados, tales como alteracion profunda de la constitucion, diarrea, supuraciones saniosas, fiebre consuntiva.

Se facilita ó completa su accion algunas veces con el mercurio ó el azufre, la belladona y el sílice.

El arsénico, con el ácido fosfórico, la pulsatila, etc., es el remedio estremo de las diarreas de los niños escrofulosos; el carbonato de cal le sustituye cuando se205 supone existen ulceraciones de la mucosa intestinal: este mismo medicamento es aun preferible al arsénico en algunas oftalmías ulcerosas con fungosidades ó simplemente con ciertas escrescencias ó vegetaciones conjuntivales. El arsénico, en fin, es casi siempre el indicado en los niños, cuando en una afeccion aguda hay calor quemante, movimientos convulsivos durante el sueño y espresion de ansiedad en la cara.

La afeccion oscura, conocida con el nombre de reblandecimiento del estómago en los niños que aun maman, exige mejor arsénico que acónito en el período de reaccion; mas tan pronto como los intestinos participen ó no de la grave lesion de la mucosa del estómago, el arsénico es uno de los mejores medicamentos, así como la creosota, el carbonato de cal y otros varios que los síntomas puedan reclamar.

E. Afecciones cutáneas.—Llegamos á las afecciones cutáneas que el arsénico abraza en su esfera de accion y que él representa eminentemente en muchos casos. Pero es preciso evitar dos abusos en su administracion: el de dar dósis muy atenuadas, á las que propende la escuela hahnemanniana, y el de prescribir igualmente dósis muy fuertes. Despues de haber usado por algun tiempo el arsénico, es preciso dar algunos medicamentos de accion suplementaria ó análoga, para volver á él, si la mejoría obtenida no le contraindica.

Pocos tratamientos exigen mas perseverancia, si bien las indicaciones de arsénico en estos casos proceden de sus síntomas y de su electividad. Mas es probable que las dósis muy débiles sean aquí infructuosas, porque la afeccion ocupa la zona mas apartada del foco de influencia arsenical, y porque los tejidos de la superficie periférica están debilitados, menos dispuestos á la reaccion206 y profundamente atacados en su vitalidad y constitucion.

Indicamos: 1.º las afecciones pruritosas, en particular las del ano, del escroto, de la vulva, con ó sin alteracion de la piel ó de la mucosa, é igualmente el prurito general, con especialidad en personas dispuestas á la congestion hemorroidal ó de circulacion venosa entorpecida, y en las que la nutricion padece por escesos que las debilitan lentamente; 2.º la costra láctea simple solo reclama arsénico cuando el niño está caquéctico: este medicamento puede jugar mejor en la costra serpiginosa, en la tiña maligna, en el favus ulceroso con exudacion abundante y aniquilamiento del indivíduo; el zumaque venenoso puede alternarse ventajosamente con él en muchos casos, si bien al hablar de la zarzaparrilla manifestarémos los casos en que puede ser mas útil; 3.º los dartros saniosos y corrosivos, y en general las erupciones escamosas y húmedas con quemazon, si bien reclaman el mercurio, el zumaque y la stafisagria son igualmente eficaces. El azufre debe frecuentemente preceder ó seguir despues de arsénico en las afecciones cutáneas rebeldes; 4.º el acné rosáceo de la nariz y de las mejillas, la zona y la erisipela del escroto en los deshollinadores; 5.º las erupciones crónicas urticarias, miliares, papulosas, liquenoídeas y pitiriáseas, cuando la sensacion de quemadura va unida al prurito.

F. Derrames serosos.—Acabarémos esta revista terapéutica con las indicaciones sacadas de la electividad del arsénico sobre los vasos capilares y los sistemas exhalante y absorbente, electividad que le da tanta eficacia en los derrames serosos de toda especie. Distinguirémos al efecto dos clases de hidrohemias correspondientes á los efectos del arsénico: 1.ª la que resulta del207 empobrecimiento de la sangre y de la astenia profunda; 2.ª la que procede de un obstáculo en la circulacion de la vena porta ó de la acumulacion de la sangre en las arterias pulmonales, con dilatacion pasiva de los vasos, estancacion en las estremidades capilares, exudacion ó depósito, por un procedimiento cualquiera, de la serosidad en los tejidos, en las cavidades, ya de los miembros inferiores, ya del abdómen ó del pecho, ya del pulmon mismo.

Dósis.—De las preparaciones arsenicales de uso mas simple y fácil deben preferirse las diversas atenuaciones cuyas dósis, por otra parte, es fácil graduar segun los efectos que se quieren producir. Deben usarse con preferencia las trituraciones en el tratamiento de las intermitentes: 1 ó 2 decígramos de la primera, de la segunda ó de la tercera, en tres ó cuatro dósis, en el intérvalo apirético, y que se pueden repetir por tres ó cuatro dias. Las afecciones cutáneas exigen con frecuencia las mismas dósis: el licor de Fowler es en estos casos de uso muy cómodo á la dósis de una á diez gotas al dia en varias tomas: esta preparacion es tambien útil muchas veces en las afecciones gangrenosas esternas, á la dósis de 10 á 20 gotas por litro de agua, que se puede emplear en lociones y aplicaciones tópicas. Las fiebres nerviosas y exantemáticas requieren dósis mas débiles. Casi siempre las afecciones nerviosas y neurálgicas, así como las crónicas, escepto á veces las enfermedades cutáneas, tambien crónicas, no exigen otras.

El arsénico es un medicamento en el que es necesario saber utilizar todos los grados de la escala posológica, desde algunos centígramos de la primera trituracion hasta las gotas ó glóbulos de la trigésima atenuacion y aun mas allá, porque los efectos de estas diversas dósis208 tienen grados de accion distintos á los que conviene recurrir, segun que se procure obtener efectos alterantes ó que se quiera combatir estados morbosos en los que predomine el elemento sanguíneo ó el nervioso.

Los antídotos del arsénico son de varias especies. Como todo veneno, tiene su antídoto químico y neutralizante, que es el protóxido de hierro hidratado, del que apenas nos ocupamos en esta obra, pero que le hallarán los lectores en escritos especiales y en formularios. Solo indicarémos los principales antídotos adaptados á los efectos dinámicos del arsénico: estos antídotos son múltiples como los grupos de sus síntomas principales.

Las afecciones crónicas y paralíticas que resultan de los vapores y emanaciones arsenicales ó de la accion prolongada de las dósis débiles ceden á la quina en su elemento intermitente y gástrico, con el carbon vegetal, en su forma venosa y cianítica, y hasta los efectos gastrálgicos con sensacion quemante, el estado hidrohémico, las congestiones asténicas y las hemorragias pasivas. El sulfuro de cal y el grafito curan las supuraciones y las irritaciones crónicas en la piel; el azufre y el mercurio combaten la diátesis serosa con temblores y espasmos; los baños calientes sulfurosos hacen cesar las contracturas.... En fin, los efectos dinámicos del arsénico, inmediatos á la ingestion de esta sustancia, exigen la nuez vómica, en los fenómenos gástricos, en la postracion de fuerzas y las deposiciones alvinas especiales; el opio juega en la cianosis con adormecimiento paralítico, y la manzanilla en la irritabilidad....209

ASA FOETIDA (Asafétida).

§ I.—Historia.

Es una gomo-resina estraida del férula asa fœtida, género de la familia de las umbilíferas, de Jussieu, pentandria diginia, de Linneo.—Boerhaave, Whyt, Millar y Kopp la consideraban como un escelente antiespasmódico. Otros prácticos recomendaron despues su uso en varias enfermedades, como Hufeland en la cáries, y Bergius en las fiebres intermitentes....

Los hechos que poseemos de este medicamento tienen el doble inconveniente de ser incompletos y de estar basados en datos rutinarios. Sin embargo, las esperimentaciones hechas en el hombre sano han suministrado síntomas que anuncian un medicamento activo; pero es preciso no confundirlos con otros síntomas procedentes de enfermedades curadas con fórmulas compuestas, y de casos de envenenamiento en los que la asafétida no ha jugado sola; en resúmen, admitimos, en union con el mayor número de terapéuticos, algunas de sus propiedades reveladas por la clínica, y asentimos ciegamente á la eficacia que se la atribuye en las flatuosidades, las indigestiones, los cólicos, la timpanitis, la odontalgia, las convulsiones, la parálisis, y en casi todas las enfermedades, á ser ciertas las aserciones de una treintena de autores.

§ II.—Efectos fisiológicos.

Giacomini atribuye á la asafétida una accion hipostenizante vascular y espinal, á la cual refiere todos sus efectos y facultades resolutiva, sudorífica, antiséptica, calmante, antiespasmódica.210

De todo lo que hemos podido recoger y observar, resulta que la accion de la asafétida á dósis elevadas es primeramente escitante, dirigiéndose electivamente á los nervios espinales, al corazon y al sistema gástrico; que á dósis exageradas, ó usada por mucho tiempo, sus efectos son sedantes, debilitantes y desorganizadores en fin; bajo su influencia se altera la digestion, la nutricion se debilita, se forman obstrucciones linfáticas y cesa la plasticidad en los órganos de jugos blancos y en los límites de la vida orgánica. En este estado de cosas, no estando el sistema nervioso suficientemente regido y escitado, estallan varios desórdenes que conducen á la astenia por espasmos y temblores paralíticos, mientras que las sensaciones de plenitud, las congestiones pasivas, los infartos, las lesiones atónicas de los tejidos, las alteraciones de las secreciones mucosas y el desarrollo de lombrices denotan una caquexia enteramente especial.

Brera[31], célebre profesor de Pádua, habia entrevisto esta filiacion de los síntomas, cuando atribuyó la utilidad de este medicamento, en los casos de helmintiasis, á la accion dinámica, que combate, dice, la condicion orgánica propia al desarrollo de las lombrices.

§ III.—Efectos terapéuticos.

No siempre es necesario, para utilizar las propiedades de la asafétida, el que haya fenómenos procedentes de un estado caquéctico; basta que estos fenómenos puedan ser considerados como el principio, ó ser referidos al sistema nervioso ganglionar.211

Sin embargo, las neuralgias que este medicamento combate eficazmente, están siempre complicadas con discrasia, debilidad relativa de la nutricion ó del predominio de los jugos blancos. Los dolores de asafétida sobrevienen ó se agravan cuando el organismo está mas particularmente sometido á la inervacion ganglionar; es decir, durante el reposo, y no se modifican por el movimiento, en atencion á que siempre desarrolla la actividad de la inervacion cérebro-espinal. Esta circunstancia es la que distingue los dolores de este medicamento de los del zumaque y del arsénico, que se agravan con el reposo, así como de los de la quina, que se aumentan con el movimiento. Además, los dolores de la asafétida proceden de dentro afuera y de abajo arriba; no son jamás continuos, sino que se manifiestan por intérvalos y son precedidos ó seguidos de convulsiones parciales de los músculos y de adormecimiento.

Las palpitaciones que este medicamento combate son simpáticas; su accion no ataca al corazon directamente: tales son las palpitaciones que acompañan al histerismo, la clorosis, la plétora venosa abdominal, la caquexia escrofulosa; y en general las alteraciones funcionales del corazon están caracterizadas por la ansiedad, por padecimientos asmáticos. En estos casos, la asafétida armoniza mas en su estado nervioso con el café, la nuez vómica, la ignacia; y en su estado diatésico con el mercurio, el ácido azótico y el fosfórico. Su accion empieza por la escitabilidad de los nervios de la vida orgánica, y produce una estremada susceptibilidad del estómago, palpitaciones en el abdómen, cierta agitacion y convulsiones musculares; de suerte que las dispepsias, que cura mejor, son las precedidas de esta sensibilidad de los órganos de la digestion, y en particular del estómago.212

Los cólicos gaseosos y la flatulencia reclaman la asafétida cuando hay sensibilidad en los intestinos y sensacion de frio en el bajo vientre; y sus indicaciones, en semejantes casos, son muy diferentes de las de la belladona y de los medicamentos piréticos, así como tambien del eléboro blanco, del arsénico, de la manzanilla y de los medicamentos atáxicos; del acíbar y de los medicamentos que corresponden al molimen hemorroidal; del carbon vegetal en fin, del fósforo y de los medicamentos adinámicos.

Este medicamento obra solamente como paliativo en la hipocondría, cuando la plétora venosa abdominal está acompañada de gases, de pinchazos, de sensibilidad, cuando esta plétora ocasiona síntomas histéricos, tales como constriccion, bola histérica con esfuerzos de deglucion y espasmos uterinos, la asafétida puede curar por una accion opuesta á la de la sepia (gibia), por adaptarse mas la primera al orígen nervioso de los mismos fenómenos.

La asafétida es preferible al oro en las periostitis y cáries superficiales de los huesos de la nariz, en las tumefacciones de los cartílagos y engrosamiento del periostio, cuando sobrevienen estos accidentes despues de la accion del mercurio.

Enumerarémos la principal propiedad de la asafétida empezando por las inflamaciones lentas, de naturaleza escrofulosa. Este medicamento es siempre útil, hasta en la cáries de los huesos con flogosis del periostio y sensibilidad de la parte, en lo cual difiere del oro, del sílice, del grafito y de la plata, asemejándose, por el contrario, á la belladona, pulsatila y mercurio, si bien estos medicamentos son superiores en la inflamacion del periostio y de los huesos. En un período mas avanzado de213 la afeccion, la asafétida es inferior al ácido azótico, al mezereum, al ácido fosfórico, á la plata y á la stafisagria. Esta última tiene relaciones con la asafétida en las úlceras escrofulosas que se estienden á los huesos; pero ni una ni otra son suficientes para constituir el tratamiento de aquellas.

Dósis.—Las trituraciones de asafétida se usan en las afecciones humorales crónicas y en personas linfáticas, hasta la cantidad de un gramo por dia en varias veces; pero la segunda y tercera trituracion son las mas usadas. Se puede preparar una bebida dulcificada con miel ó jarabe de azúcar. La tintura puede emplearse de la misma manera, á la dósis de una á cinco gotas en veinticuatro horas; pero es preferible recurrir á una ó dos gotas de la sesta y aun de la duodécima atenuacion cuando se trata de afecciones gastropáticas en relacion con sus efectos.

ASARUM EUROPÆUM (Asaro de Europa).

§ I.—Historia.

Planta de la familia de las aristoloquias, Jussieu; de la ginandria monoginia, de Linneo. Se usa la planta entera, con la que se prepara la tintura. Ha llamado la atencion el ásaro por los síntomas violentos de vómitos que los autores le atribuyen; pero lo único notable que hay en él son los síntomas especiales y su accion dinámica referidos por los esperimentadores.

§ II.—Efectos fisiológicos.

Este medicamento obra poderosamente sobre el sistema nervioso, y secundariamente sobre el aparato circulatorio;214 los efectos fisiológicos que espresan su accion en el cerebro consisten en vértigos y dolores sordos y presivos mas bien que lancinantes; la cabeza está pesada y atolondrada; hay atontamiento y abatimiento moral, á pesar de los fenómenos de irritacion y exaltacion; que solo son pasajeros y accidentales. Los sentidos están embotados, y la vista y el oido están particularmente debilitados.

Un buen número de síntomas representan padecimientos reumáticos, como son las sensaciones de constriccion, de presion, de quebrantamiento, de adormecimiento; las punzadas rápidas y pasajeras, temblores y estremecimientos musculares. Las partes blancas no están menos afectadas por la accion del ásaro; pues casi todas las articulaciones son el sitio de punzadas, cansancio, presiones, constricciones, y con especialidad dolores de luxacion.

Todos los síntomas se agravan en general por el movimiento y la impresion del aire esterior; pero tienen de particular que están mas ó menos mezclados de sensacion de frio y que se localizan á un punto dado, como el ángulo del ojo, una parte del cuero cabelludo, un diente, el estómago, un dedo del pié..... Esta sensacion se parece algunas veces á un soplo, á una corriente de aire frio; otras veces es producida por los líquidos escretados, la saliva por ejemplo, que parece fria. Si bien hay síntomas, aunque raros, de calor ardiente, parecen accidentales.

La secrecion mucosa nasal clara y abundante, la saliva acuosa, y las lágrimas, son en los efectos de este medicamento mas bien un resultado de los vómitos y espasmos que les acompañan que no de la relajacion ó flojedad.215

Estos mismos vómitos son eminentemente espasmódicos, y sus esfuerzos violentos conmueven toda la economía, y están acompañados de constricciones, temblores y estremecimientos musculares, de una sensacion de quebrantamiento en los miembros, y de dolores congestivos en la cabeza. Los vómitos son precedidos de calosfríos parciales y generales, y de flujo de saliva; cada esfuerzo corta á veces la respiracion; la materia del vómito es nula, las deposiciones son diarréicas y notables por una consistencia como resinosa, y de color gris, y por líquidos sanguinolentos algunas veces.

Este estado manifiesta en el ásaro una accion electiva sobre las membranas musculares, su fibra se contrae violentamente, y es probable que los músculos de la vida de relacion se afecten de la misma manera.

La misma apreciacion se deduce de los síntomas del pecho. La tos es escitada por una constriccion, por una sensacion de apretamiento, y algunas punzadas espasmódicas; produce una espectoracion abundante de mucosidades no elaboradas, que provocan la opresion hasta que son espulsadas. Los silbidos bronquiales prueban tambien el espasmo que afecta á las fibras musculares de los bronquios y la acumulacion de mucosidades insípidas.

Las punzadas en el pecho son numerosas, y su carácter es el de manifestarse en el acto de inspirar; tambien en este caso se observan las sensaciones de constriccion y de presion, como indicio de la accion del medicamento sobre la fibra y sobre la rapidez de las punzadas y el hipo.

Algunos de los dolores lancinantes y tensivos se refieren al corazon; la afeccion de este centro de la circulacion resulta del carácter nervioso de la fiebre, como216 se deduce de los síntomas siguientes: somnolencia, calosfríos y náuseas, calosfríos parciales, frio glacial, azulamiento de la cara, manos frias con calor general, y sensacion de frio en la piel. El carácter diferencial del calosfrío y del frio de este medicamento es el reproducirse con el menor movimiento y de no escitar sed. Esta solo existe durante el calor, que es irregular, mal repartido y mezclado con calosfríos. La cabeza está mas ardorosa al principio, el sudor se manifiesta con preferencia en las partes superiores del cuerpo, lo cual tambien es uno de los efectos del centeno cornezuelo; el sudor, en fin, se hace general por la noche, en cuya época termina. El calor se presenta generalmente por la tardecita, y el frio por el dia.

A este conjunto de síntomas agregarémos la particularidad de que el movimiento agrava los vértigos y los dolores de cabeza, y que el contacto del aire ó del agua calma los síntomas. Es, por último, importante indicar la falta de fenómenos que indiquen la accion del ásaro en la nutricion y la plasticidad, en el sistema linfático y las membranas mucosas y serosas.

§ III.—Efectos terapéuticos.

Un medicamento que goza de una accion electiva tan marcada sobre la fibra orgánica, y cuyos efectos se aproximan tanto á los de ciertas afecciones reumáticas, no solo está indicado en los vómitos espasmódicos, sino en los espasmos del corazon y en las neuralgias de los órganos carnosos. Merece seguramente ser empleado en las toses convulsivas caracterizadas por los síntomas que acabamos de referir, en las fiebres nerviosas gástricas, de que ya hemos hecho mérito, y en los dolores217 reumáticos y artríticos trasladados; es decir, que habiendo abandonado los músculos de la vida de relacion, se han fijado en túnicas musculares ó fibrosas de las vísceras, del estómago, de la vejiga, del corazon, y aun en este mismo órgano, al que este medicamento afecta quizá tanto como la spigelia.

Dósis.—Este medicamento está muy poco usado para poder fijar su posologia: la primera atenuacion, ó la tintura, á la dósis de dos á diez gotas, y hasta veinte á veces en agua, es aun la preferible, con tanta mas razon, cuanto que la brionia, en su calidad de medicamento mas conocido, es susceptible de usarse con mas exactitud en varias afecciones que el ásaro podria combatir.

ASPARAGUS OFFICINALIS (Espárrago).

§ I.—Historia.

Se usan las ramas tiernas de esta planta colocada por Jussieu en la familia de las esparragíneas, y de la hexandria monogínea, de Linneo. El espárrago es cultivado, y su uso como alimento se eleva á la mas remota antigüedad. Debemos á Broussais el uso de esta sustancia como medicamento, ó, por mejor decir, á él debemos el rehabilitar su uso, porque Sethi, médico griego, le administró ya en el siglo XII contra las palpitaciones, y otros varios le imitaron antes de la escuela de Val-de-Grâce.

§ II.—Efectos fisiológicos.

Es digno de notar que las observaciones antiguas esten acordes con las modernas, para confirmar las relaciones de la accion de este medicamento con las membranas218 mucosas bajo el aspecto hiperémico con hemoptísis, flujo hemorroidal, hematuria, escitacion génito-urinaria, esceso de la menstruacion, abundancia de una saliva dulzosa y de mucosidades bronquiales, aumento de las secreciones biliosa é intestinal, diarrea, orina y mucosidades aumentadas de las superficies génito-urinarias. Todos estos síntomas han sido revelados por la esperimentacion.

Esta hiperemia, este orgasmo de las membranas mucosas, esplica otros síntomas, tales como opresion, tos violenta y por accesos, sed, sensacion de plenitud en el vientre, irritacion de la nariz y de los ojos, aturdimiento de la cabeza, somnolencia, y aun algunos síntomas neurálgicos y neuropáticos.

La accion del espárrago sobre el corazon está unida á la que ejerce en la secrecion urinaria y aun en las demás secreciones: esta accion parece que tiene su orígen en el orgasmo de la membrana interna. Por otra parte, se presenta relacionada con la inervacion del corazon, alterando los movimientos de dilatacion y contraccion. Se podria, pues, admitir, que es un hipostenizante cardíaco-vascular y algo análogo á la spigelia y asafétida. Mas por su accion sobre las secreciones ó sobre las membranas mucosas, es decir, sobre el sistema exhalante, es preciso asemejarle al azoato de potasa y á la digital.

§ II.—Efectos terapéuticos.

Creemos que este medicamento es útil en los desórdenes funcionales del corazon; en las palpitaciones llamadas nerviosas, y que quizá reconocen por causa una hiperemia y aun una hinchazon mas bien edematosa y subirritativa de la mucosa cardíaca y vascular. Nos ha219 sido muy útil en las afecciones catarrales con somnolencia por el dia, ansiedad, palpitaciones, irritacion de los bronquios y vías urinarias, con orinas y esputos mas abundantes. En una palabra, el espárrago devuelve la calma y el sueño nocturno, y hace desaparecer en poco tiempo la irritacion y las palpitaciones.

Dósis.—Se comprende toda la utilidad que puede sacarse de una alimentacion en la que entren los espárragos en cantidad notable. En fin, la tisana de las ramas, el jarabe y la tintura que se preparan, tienen la ventaja de poderse dosificar mejor y emplearse en todas las épocas del año. Casos hay en los que se debe recurrir á la tercera y sesta atenuacion, á la dósis de algunos glóbulos ó gotas en agua.

ASTERIAS RUBENS (Estrella de mar).

§ I.—Historia.

La estrella de mar es un zoófito del género de los equinodermos pedunculados. Este medicamento se ha administrado en otro tiempo como aperitivo y antiepiléptico. Para usarle en este último concepto, se le quemaba y se hacia respirar el humo á los enfermos. La confianza que inspiraba al doctor Petroz el célebre Cotugno, le decidió á esperimentarle en sí mismo y en otras personas, pasando despues á emplearle en varias enfermedades. Los efectos terapéuticos no han confirmado completamente las esperanzas que se abrigaban, especialmente como antiepiléptico. Pero sea de esto lo que quiera, el tiempo y la esperiencia darán á la estrella de mar, en la materia médica, una importancia que quisiéramos contribuir á que la lograse.220

§ II.—Efectos fisiológicos.

Se pueden establecer algunas relaciones entre la accion de este medicamento y el sistema nervioso, la piel y los órganos generadores.

La escitacion cerebral no es dudosa; es parecida á la de la embriaguez; los sentidos están tambien escitados, é igualmente los órganos de la vida de relacion sobre los que refleja la modificacion de los centros. A esta afeccion del sistema nervioso se agrega una escitacion particular del sanguíneo, que se espresa por fenómenos congestivos en distintos puntos, empezando por el cerebro, que es, mas que otros órganos, el sitio de un eretismo y de una turgencia sanguínea que conduce á la astenia de los músculos de relacion y de los sentidos.

La digestion, la respiracion y las funciones en general sufren una modificacion análoga; pero, además de los síntomas que la espresan, se observa un estado congestivo y los rudimentos de las lesiones de tejido; dolores fijos, terebrantes; calor, aflujo de sangre, particularmente en la cara, en el cerebro, en las mamas, en la matriz; y, por último, cualquiera que sean los grupos de síntomas morales, nerviosos, sanguíneos y febriles, ofrecen una irregularidad que confirma el predominio de la accion del sistema cérebro-espinal.

§ III.—Efectos terapéuticos.

La estrella de mar combate las congestiones apopléticas que se desenvuelven lentamente y por movimientos fluxionarios sucesivos: en estos casos se observa la debilidad de la vista, las pulsaciones de las carótidas, sofocaciones en la cabeza, vértigos bruscos y como por221 sacudidas, contracciones musculares en las piernas, y estreñimiento.

Este medicamento produce los mejores efectos en las afecciones escirrosas y cancerosas de los pechos y de la matriz, aun cuando haya úlcera; que sus bordes esten reenversados y que haya supuracion icorosa y vegetaciones rojizas como las del fungus hematodes.

La accion que se la ha atribuido sobre el dérmis para desarrollar escrescencias sicósicas, tendria en la práctica frecuentes aplicaciones en muchas lesiones rebeldes y que interesan todo el espesor del dérmis. Aun seria muy útil en casos de impotencia para escitar los órganos genitales; varios hechos comprueban esta propiedad en mayor grado quizá que en el fósforo. La estrella de mar, en fin, podrá combatir ventajosamente una epilepsia cuyos accesos sean precedidos de estremecimientos por todo el cuerpo y caracterizados por un ataque repentino, cara violada, espuma en la boca y que las sacudidas son violentas. Se observan alucinaciones sin pérdida de conocimiento.

Dósis.—Algunas gotas ó un gramo de la tintura constituyen las dósis á que se debe recurrir, siendo sin embargo preferibles unas gotas de la tercera ó sesta atenuacion en los casos de irritabilidad y congestion cerebral.

AURUM (Oro).

§ I.—Historia.

Nos ocuparémos primero del oro metálico preparado para el uso homeopático por trituraciones y atenuaciones sucesivas segun las reglas de la farmacopea. Completarémos este capítulo con algunos datos sobre las sales de oro.222

Este metal en polvo fué empleado por los árabes, en el siglo VIII, en la melancolía; se le ha ensalzado despues como utilísimo en la misma dolencia, en la debilidad del corazon, en la ambliopia amaurótica, la disnea, las palpitaciones, la fetidez del aliento, la alopecia, y recientemente, en la melancolía elevada hasta el suicidio, y en otras afecciones que los efectos producidos por el oro en el hombre sano han hecho apreciar mejor.

§ II.—Efectos fisiológicos.

El estudio razonado de los síntomas fisiológicos de este medicamento y de los hechos prácticos obtenidos con él, nos prueba que el carácter final de su accion es la debilitacion de la contractilidad de la fibra, y que este efecto está acompañado de congestion, de fluxiones, de orgasmo, cuya espresion puede efectuarse en el cerebro, el pulmon y otras vísceras, la nariz, el pié y todas las partes del sistema cutáneo. Estas congestiones y estos éstasis sanguíneos venosos están en relacion bastante exacta con los efectos de las meditaciones profundas y de un asíduo trabajo mental, del abuso de la mesa y de las bebidas alcohólicas, en una palabra, de la plétora venosa abdominal. Otras veces, la atonía de la fibra se espresa por afecciones nerviosas, por desórdenes funcionales, por espasmos pasivos, por la debilidad de los tejidos y la pérdida de su contractilidad. La influencia del oro queda ya demarcada en su simplicidad electiva, y representa una multitud de estados morbosos que reconocen por causa todo lo que tiende á desarrollar directamente una astenia general, como son: el pesar y odio prolongados, una alimentacion insuficiente, la escrófula con su exuberancia de jugos223 blancos insuficientes á la escitacion de los órganos, la infeccion sifilítica constitucional ó hereditaria, el abuso del yodo, del mercurio y de las sustancias minerales en general, aun en los casos en que estas causas no hayan todavía producido efectos sensibles sobre el conjunto de la economía.

La patogenesia del oro tiene tres órdenes de síntomas perfectamente establecidos: 1.º los síntomas nerviosos efémeros, unidos á los de escitacion sanguínea; 2.º síntomas nerviosos fijos, asociados al estado diatésico, al orgasmo pasivo del sistema sanguíneo y á la pérdida de la contractilidad de la fibra; 3.º los infartos, las lesiones de tejidos, especialmente de los tejidos blancos, tales como los huesos, la piel y las glándulas. Estos tres órdenes de síntomas tienen una mútua dependencia entre sí, y se suceden necesariamente en el órden indicado, á causa de la accion prolongada del medicamento que nos ocupa.

En el primer órden de síntomas, la fiebre tiene mas tonicidad, y el sistema nervioso está mas sensible; la escitacion sanguínea está al parecer bajo su dependencia, y de cuya escitacion resultan: la impaciencia y la cólera, el insomnio, las sensaciones vivas, los dolores dislacerantes en la cabeza, el centelleo de los ojos, la contraccion de la pupila, la escesiva finura del olfato, calor y escozor en la boca, sed ardiente, calor y sensibilidad en diversos puntos del abdómen y en otras partes, erecciones dolorosas, exaltacion del apetito venéreo, sensibilidad grande de todo el cuerpo, punzadas y dislaceraciones casi en todas partes, estremecimientos, dolores calambroídeos, calosfríos febriles, frio; aumento de calor despues, prurito en el corazon y en casi todo el cuerpo.224

En el segundo órden de síntomas, la fiebre ha perdido ya su tonicidad, de lo cual resulta la manifestacion de los fenómenos nerviosos siguientes: ansiedad, melancolía, pusilanimidad, temblor nervioso como por impotencia de dominarse, vértigos, cefalalgia contusiva, latidos en la cabeza, contusion en la misma, sensacion de presion y de tension en todas partes, dilatacion de la pupila, color azulado en los ángulos internos de los ojos, ardor en los mismos, hemiopia, ruido en el oido, olor pútrido en la nariz al sonarse; saliva y mucosidades abundantes y dulzosas, gusto pastoso, pútrido, anorexia, náuseas, dolor presivo, eructos, borborigmos, desarrollo de gases, estreñimiento, orina mas abundante en cantidad que la bebida ingerida, erecciones frecuentes, deseos venéreos, poluciones. Estos síntomas de exaltacion de los órganos genitales solo se esplican por la plétora venosa abdominal, y se completan con la gonorrea prostática, la flacidez del pene, los dolores presivos y la hinchazon del testículo. Tambien se observan en esta segunda série, la pesadez de los miembros, el adormecimiento y el sueño irresistible por el dia; dominan el frio y el calosfrío, el calor es infebril y sin sed, el frio es por lo general superior al calor de la cama, ó bien alternan el frio y el calor, el sudor es parcial y muchas veces matutinal. Se presenta igualmente susceptibilidad al frio, movimientos congestivos en la cabeza, en el pulmon, en el corazon, útero, intestino grueso; opresion y punzadas en el pecho, disnea asmática, palpitaciones de corazon, sensacion de ardor, latidos en las vísceras abdominales; la sangre parece hervir en los vasos; la sensacion de ardor quemante es seguida de muchas punzadas, dolores y congestiones.

Los síntomas del tercer órden constituyen el grado225 mas avanzado de la accion del oro: la melancolía se eleva hasta el desaliento y el disgusto de la vida; el moral se resiente de la debilitacion de la voluntad, y la tristeza y la morosidad son interrumpidas por raptos de mal humor y de cólera impotente; los trabajos intelectuales fatigan y aniquilan. Hay además: tumefaccion de los párpados, grano indolente en el borde del párpado inferior, hinchazon roja de la nariz, mancha roja-oscura, prurito quemante en la nariz, coriza, romadizo, costras y escoriaciones en la nariz, salida de pequeños granos en la cara, abotagamiento de la misma, ampolla escociente, grano quemante en el labio inferior, aftas en la boca, tumefaccion y hemorragia de la encía, grano purulento, ulceracion en la encía, infarto de los gánglios submaxilares, dolores lancinantes y sensibilidad en el epigastrio, ardor en el estómago; punzada, hinchazon dolorosa en el ano, ardor quemante en la uretra y la vagina, infarto doloroso del testículo; tenesmo uterino, grande opresion, erupciones de pequeñas pústulas en el cuello y el pecho, tumefacciones exantemáticas y nudosidades cutáneas en la cabeza, en los brazos, en las piernas, con prurito muchas veces, granos supurantes en la cara, prurito en distintos puntos, hinchazon de los piés, rubicundez de los dedos, rubicundeces erisipelatosas.

Este último órden de síntomas, en union con el segundo, es el orígen de las indicaciones terapéuticas, pues el primero solo contribuye como conmemorativo en los preludios.

Reconocemos en el oro una accion predominante sobre el sistema nervioso ganglionar, con una electividad sobre la fibra muscular, dispuesta en forma de envoltura ú organizada como membranas. Esto es todo lo que nos autoriza á hablar de la fenomenología del oro, inclusas226 las curaciones obtenidas con este medicamento. Uno de los grandes caractéres diferenciales del oro, es el no tener en su patogenesia síntoma alguno que indique la irregularidad, la ataxia, la putridez, ningun síntoma que establezca relaciones entre su accion y las fiebres esenciales ó los ataques graves á la vitalidad, y por lo mismo con la parálisis; sin embargo, las esperiencias hechas hasta hoy nos parecen insuficientes respecto á este punto.

§ III.—Efectos terapéuticos.

Bosquejemos ahora las enfermedades que son del dominio del oro. Este medicamento es el que mejor responde á la melancolía con disgusto de la vida y con tendencia al suicidio angustioso. A esta tendencia acompañan movimientos congestivos en el corazon, en el pecho, en el epigastrio, y están unidos siempre á la alteracion de la circulacion venosa en las vísceras, á la atonía que resulta de congestiones repetidas, á los éstasis de sangre venosa en los vasos abdominales.

Se curan tambien con el oro varias afecciones neurálgicas y espasmódicas, la odontalgia, la hemicránea y algunos padecimientos histeriformes y asmáticos producidos por las mismas causas ó unidas á un mismo estado. Aun en las neuralgias mas simples en apariencia, se observa siempre la discrasia, que es indicadora de este medicamento, con una sobreescitacion de los sentidos, y á veces, tan solo de los órganos genitales ó de la sensibilidad general. Los dolores generalmente son quemantes ó por lo menos nocturnos, en lo cual son análogos del oro, el mezereum, el estaño, la spigelia, el arsénico y el mercurio. Entre los síntomas histeriformes propios del oro, es preciso contar el erotismo y227 la ninfomanía por abuso de los placeres: estas afecciones tienen su orígen en un estado congestivo crónico de los órganos de la reproduccion.

Las congestiones pasivas son tambien las causas de esas opresiones constrictivas con palpitaciones, angustias y sensacion de una bola ó de un vapor que ascienden á la garganta ó al cerebro, que se manifiestan con preferencia por la noche, y que el oro disipa igualmente. Lo mismo decimos de las hepatitis ó de la ictericia con dolor en el hígado, de ciertas afecciones del corazon relacionadas con las hemorróides, y aun de estas mismas con la hipocondría.

Una de las propiedades mas especiales del oro es la de dirigirse á la atonía de las membranas musculares. Es á estas membranas y á su contractilidad, lo que la quina á los tejidos en general y á su vitalidad; tonifica, escita la accion de la fibra. Esta accion del oro se estiende á las túnicas de los vasos y á todos los órganos huecos, por lo cual es un medicamento precioso y muchas veces superior á la sal marina, á la sepia y á la nuez vómica en el estreñimiento por atonía del intestino grueso, en ciertas relajaciones de los órganos genitales de la mujer, en el descenso de la matriz, en la hernia intestinal, en las gastro-atonías y las gastralgias rebeldes.

Se ha citado un gran número de casos de escrófulas de distintas formas curadas ó aliviadas por el oro[32], del mismo modo que algunas inflamaciones é induraciones de gánglios linfáticos, infartos del hígado, de las228 glándulas mamarias y de los testículos, hasta escirros y úlceras de mal carácter; la cáries misma de los huesos de la cara, de la nariz, del oido, de la faringe, exóstoses de la cabeza y de la tibia, periostitis con supuracion y fístula, la ozena sifilítica, ciertas inflamaciones erisipelatosas con tumefaccion roja-oscura de la piel de la nariz, oftalmía escrofulosa y algunas infiltraciones serosas.

En general, los infartos linfáticos del oro tienen una sensibilidad exagerada; pero la mayor parte de estas afecciones rara vez las cura el oro solo, aun cuando esté indicado por el estado general y la mayor parte de los síntomas especiales; forma parte de un tratamiento en el que entran medicamentos capaces de cubrir sucesivamente indicaciones múltiples.

La semejanza que presentan entre sí las diátesis escrofulosa y sifilítica, como se observa entre ciertas formas de la escrófula y algunos fenómenos remotos de la sífilis, conduce naturalmente á tratarlas por este medicamento[33]. La sífilis antigua degenerada, y ciertos accidentes ocasionados por el abuso del mercurio y del iodo, se combaten tambien con el oro cuando hay periostitis, dolores osteócopos, neuralgias congestivas, éstasis sanguíneos, lesiones de la faringe y de las fosas nasales. El oro, ayudado con el sulfuro de cal, es el mejor medicamento en la mayor parte de las afecciones mercuriales, así como tiene muy poca influencia en las enfermedades de la piel, escepto algunas sifílides con manchas rojizas y escoriaciones ó grietas.

El café y el alcanfor son los mejores antídotos de los229 efectos dinámicos del oro; sus congestiones pasivas esternas ceden con la stafisagria y el mercurio. Como antimercurial y antisifilítico, son sus análogos el sulfuro de cal, el iodo, la clematis. Por otra parte, el fósforo, el mercurio, el ácido azótico, la sepia, la nuez vómica.... son análogos del oro en el estado diatésico; los dolores, los abatimientos, las debilidades musculares, se alivian ó cesan con el movimiento, con la accion del aire y la influencia de la luz que parecen combatir la atonía de la fibra.

AURUM MURIATICUM (Hidroclorato y deutocloruro de oro).

Esta sal de oro, cuya accion sobre la vida vegetativa y los tejidos es mas profunda y mas enérgica que la del oro metálico, no produce una astenia y una diminucion de la tonicidad de la fibra tan ostensibles como el último. La belladona y el sulfuro rojo de mercurio son los antídotos mas frecuentes; el frio y el calor agravan igualmente sus padecimientos, mientras que el movimiento pasivo del carruaje y la distraccion les alivian.

Tiene esta sal casi las mismas propiedades que el oro metálico, y ataca con mas eficacia á la gota, los granos de mal carácter en los labios, los chancros y las úlceras corrosivas, las lesiones de tejidos, muchos accidentes tenaces de la sífilis ó del abuso del mercurio. Se adapta mejor, en fin, á los efectos producidos por los pesares.

AURUM SULFURICUM (Sulfuro de oro).

Esta sal de oro tiene una accion mas erética, aun cuando conserva las mismas propiedades. El frio y el230 movimiento pasivo agravan los padecimientos que el reposo de la cama alivian. Sus síntomas carecen del ardor quemante, que es reemplazado por las punzadas. Es mas eficaz en la hipocondría, las neuralgias, ciertas enfermedades de la boca, de la piel, de la nariz y de los ojos, en el catarro crónico, los infartos y las ulceraciones mismas del útero, en los restos de la sífilis, algunas erisipelas, la clorosis, y ciertos casos de paraplegia. Es conveniente en los tratamientos de larga duracion, recurrir á estas tres preparaciones del oro, porque cada una de ellas obra en el mismo sentido, aunque de diverso modo en los desórdenes nutritivos y lesiones orgánicas.

Entre los síntomas que las distinguen, se cuentan para el oro metálico, la hemicránea con náuseas y vómitos, el coriza fluente que tambien pertenece al hidroclorato, lo mismo que las hemorróides, la leucorrea blanca y espesa, la tos seca, las palpitaciones que sobrevienen estando acostado sobre el dorsal.

La vacilacion de la cabeza pertenece mas bien al hidroclorato: esta sal no produce erupcion en la cara, pero sí infartos gangliónicos en el cuello; tiene aun el hidroclorato entre sus síntomas, la leucorrea amarilla (efecto tambien del sulfuro), el desarrollo de granos en los grandes labios antes de las reglas, la tos mucosa y con esputos amarillos: estos esputos pertenecen tambien al sulfuro, así como las sofocaciones por la mañana.

Al sulfuro pertenecen: la alopecia, el coriza seco, la palidez de la lengua y de las encías, la sensacion de una bola que rueda en el vientre y el estreñimiento, síntoma opuesto al de las otras dos preparaciones. Le pertenecen tambien: la incontinencia de orina y la ronquera: esta es rara en el hidroclorato, y no la tiene el231 oro metálico; este y el sulfuro poseen el dolor de las parótidas y una especie de tortícolis. La tumefaccion de los pechos con sensibilidad al tacto, escoriaciones en el pezon seguidas de punzadas, son particulares del sulfuro, así como una viva escitacion, pero rápida é impotente, de los órganos genitales. El infarto del testículo pertenece mas al hidroclorato y al sulfuro que al oro metálico. El sulfuro, en fin, parece tener una accion sobre la médula espinal, y especialmente sobre su parte inferior, de donde proceden la vacilacion de las piernas, la incertidumbre de los movimientos y el adormecimiento de los piés.

Dósis.—Las trituraciones del oro metálico son muy útiles en la mayor parte de los casos de diátesis que son de su dominio. Las dósis menores son mas necesarias en todas las demás circunstancias; como, por ejemplo, una gota de la sesta ó duodécima atenuacion en agua, ó algunos glóbulos de estas diluciones y aun de la trigésima.

Bastan generalmente estas débiles dósis para las sales de oro; algunas veces se debe recurrir á dósis mas elevadas, tales como 5 centígramos de la sustancia para 500 gramos de agua destilada, administrando una sola cucharada todas las tardes. Hay conveniencia en emplear al esterior una solucion de la sal de oro administrado al interior, tal como 7 ú 8 decígramos de la segunda ó tercera atenuacion en 120 gramos de agua pura, para lavar las úlceras, empapar compresas y tenerlas húmedas y siempre aplicadas á los tumores..... Se puede obtener una pomada aurífera útil en ciertas adenitis, mezclando un gramo de cada una de las tres trituraciones de oro, ó 5 centígramos de una de sus sales, con 30 ó 60 gramos de manteca ú otro vehículo conveniente.232

BARYTA (Barita).

§ I.—Historia.

Se emplea indistintamente el subcarbonato ó el hidroclorato de barita. Muchas veces esta última sal es mas activa y posee quizá una accion mas pronunciada sobre la piel; tambien debe ser preferida en el tratamiento de las afecciones cutáneas que le son propias; entra en fin en la composicion de varios remedios secretos contra los dartros.

Las sales de barita introducidas en nuestros dias en la materia médica, se han abandonado casi inmediatamente. Se las preconizaba en las afecciones escrofulosas, pero el yodo es al parecer el que las ha reemplazado. Esto no obstante, la barita debe conservar su lugar en la materia médica entre el yodo y el manganeso.

§ II.—Efectos fisiológicos.

Las sales de barita referidas obran particularmente sobre el sistema linfático en general, desde los gánglios hasta la piel. Es uno de los medicamentos que merecen el nombre de alterantes; modifica la grasa de los humores en el sentido del linfatismo y de la produccion de materiales nutritivos menos animalizados.

Todo indica en este medicamento que su esfera de accion no se limita á estados discrásicos, al empobrecimiento de la sangre y á la exageracion del sistema linfático. Entre sus síntomas nerviosos, los dolores son profundos; consisten en tirones acompañados de calosfríos, de sacudidas, de malestar, y seguidos de temblores233 y debilidades paralíticas, que algunas veces vienen precedidas de sobreescitacion de los sentidos. Este medicamento difiere del causticum, por las hinchazones serosas y por sus tumefacciones blandas. El reposo agrava y el movimiento alivia los dolores, así como los demás fenómenos nerviosos de la barita; es necesario agregar, que el lado izquierdo, que es el menos ejercitado, es el mas afectado, lo cual constituye un indicio mas de la naturaleza asténica de sus síntomas.

Esta es la conclusion, que por otra parte debe deducirse de las infiltraciones que siguen al marasmo, de la necesidad de estar sentado ó echado, de la pesadez en todo el cuerpo, de la debilidad intelectual y física, de la sensacion de frio, y de la facilidad á resfriarse.

La fiebre de la barita consiste totalmente en frio; la horripilacion se apodera del enfermo, y recorre todo el cuerpo; molesta mas á la cabeza y el epigastrio, y solo es interrumpida por un calor ligero y pasajero; el sudor se presenta por la noche. Durante esta se presentan ciertos movimientos congestivos ó de efervescencia sanguínea y palpitaciones de corazon con ansiedad; el sueño es agitado.

Lo que aun puede caracterizar á la barita, es una sensacion en el corazon como si estuviera escoriado, la imposibilidad de echarse sobre el lado izquierdo, las palpitaciones violentas, la somnolencia por el dia, la grande impresionabilidad al frio; la debilidad de los sentidos de la vista y del oido, con chispas ó puntos volantes delante de los ojos, y la exaltacion del olfato; las pulsaciones en el oido, sobre todo por la noche; la debilidad de los órganos genitales y del apetito sexual; la odontalgia nocturna, y tumefaccion de las encías antes de la menstruacion; las escoriaciones en la lengua y sequedad234 de la boca, las punzadas y tumefacciones de la laringe y de las amígdalas, la sensacion de un tapon en la garganta; el gusto ágrio, la anorexia ó pronta saciedad, un dolor de escoriacion en el estómago y ano, así como tambien en el escroto; la voz profunda ó la ronquera; la rigidez de la columna vertebral, varios dolores reumáticos que afectan con preferencia los tejidos blancos, los huesos, los vasos y gánglios linfáticos, las sensaciones de picaduras, de quemazon y de escoriacion en la piel; la rebeldía, en fin, á desaparecer las lesiones cutáneas.

Las afecciones de los tejidos radican sobre los vasos y gánglios linfáticos, principalmente en el cuello; hay erupciones húmedas en la cabeza detrás de las orejas, en el periné, con inflamacion crónica de los párpados y de la conjuntiva, y sudores fétidos en los piés.

§ III.—Efectos terapéuticos.

Los efectos terapéuticos emanan de los cuadros sintomáticos que preceden. Se emplea pues con eficacia este medicamento:

1.º En ciertos casos de debilitacion grave, ya de la inervacion, ya de la nutricion, y mas particularmente en la parálisis de la lengua y en la debilidad senil. Un práctico aleman le ha considerado como la panacea de los viejos. Se ha usado en catarros sofocantes, en los accidentes por debilidad del pulmon, en afecciones paralíticas consecutivas á la apoplejía, en fluxiones asténicas, y por lo mismo, en ciertas congestiones cerebrales metastásicas de los viejos.

2.º En los sudores fétidos de los piés en personas escrofulosas, y en la alopecia que sobreviene despues de235 las fiebres graves: usado al esterior, en pomada, es un buen auxiliar del mismo administrado al interior.

3.º En algunos dolores reumáticos, aun en el tic doloroso de la cara, en el lumbago con rigidez muscular, en personas cacoquímicas. El subcarbonato de potasa, el grafito, el yodo, etc..., tienen propiedades análogas. Las relaciones de la barita con el lado izquierdo del cuerpo le hacen mas apto á combatir las afecciones de esta parte, especialmente cuando dominan los calosfríos y el sudor, y que el movimiento y el frio agravan las indisposiciones.

4.º La barita obra tambien sobre la garganta, y la clínica ha sancionado este hecho. Se la ha observado mas eficaz en las amigdalitis subagudas y los infartos crónicos que persisten despues; se opone á la reproduccion de las que proceden por el menor enfriamiento; antes ó despues de este medicamento se puede dar el grafito y el bromo; se ha empleado tambien la barita con resultado en anginas graves con infarto considerable de las parótidas, de las amígdalas, de los gánglios submaxilares, en la escarlatina con sequedad en la garganta y dolor lancinante al tragar: en este caso el sulfuro de cal es el mejor auxiliar; pero si la angina llegase hasta el punto de alterar los tejidos y aun gangrenarlos, la cantárida y el arsénico son los preferibles.

5.º La última série de afecciones propias de la barita están comprendidas en los infartos escrofulosos del cuello, en erupciones de la cabeza, oftalmía escrofulosa con sensacion de quemadura, de presion, con vesículas en la conjuntiva y secrecion sebácea en los párpados; infarto de las glándulas del mesenterio, acompañado de infiltracion general, deposiciones blandas sin diarrea, acidez de los jugos gástricos; los niños son tímidos y236 perezosos; hay sensibilidad en el abdómen. A pesar de la accion de la barita en la tabes mesentérica, es preferible el azufre, el carbonato de cal, la belladona, el sulfuro de cal, el sílice y aun el arsénico; pero en todos los casos tiene la barita un momento oportuno en el tratamiento antiescrofuloso; acaba de desinfartar los gánglios, corrige el desarreglo de vientre que subsiste despues del carbonato de cal, disipa las induraciones que ha dejado la inflamacion, y aun los tumores de carácter escrofuloso que se presentan espontáneamente.

En los casos rebeldes ó mas graves, se prefiere el hidroclorato ó el acetato al subcarbonato de barita. Por otra parte, aun cuando este último tenga aplicaciones mas frecuentes en las afecciones cutáneas, es preciso establecer la distincion que le separa del hidroclorato en sus efectos terapéuticos; el subcarbonato corresponde mejor á los dartros húmedos y exudantes, y el segundo á los secos, que se presentan en las caquexias como síntoma de la falta de materiales nutritivos necesarios á la reparacion y conservacion del tejido cutáneo.

En fin, no creemos inútil volver á indicar que los niños, los viejos y los escrofulosos son los que presentan indicaciones mas frecuentes de este medicamento, cuya accion espresa una pobreza real del sistema sanguíneo y de la hematosis.

Terminarémos emitiendo una opinion que nos ha sugerido este estudio, y que se apoya tambien en hechos particulares de nuestra práctica: se refiere al uso de la barita, y particularmente el hidroclorato, en el tratamiento de las fiebres mucosas de curso lento y en la diátesis verminosa, en la que los jugos gástricos están alterados y dejan á la circulacion materiales imperfectos;237 la hemos administrado con gran resultado en ciertas dispepsias gastrálgicas, con dolores de escoriacion en el epigastrio, en personas que habian abusado de tisanas y agua templada, en algunas diarreas mucosas con tenesmo, en corizas, en irritaciones de la mucosa bucal y en ciertas fiebrecillas y sudores nocturnos, afecciones todas que persisten tenazmente á consecuencia de fiebres mucosas.

Dósis.—La insuficiencia de las dósis, así como su cantidad exagerada, han tenido mucha parte en los reveses atribuidos á la barita y del olvido en que ha caido. Este medicamento nos parece que es del número de aquellos que precisa dársele en general á dósis medias; es decir, á la primera, segunda ó tercera trituracion, en cantidad de uno ó dos gramos divididos en varias dósis para el dia.

BELLADONNA, ATROPA BELLADONNA (Belladona).

§ I.—Historia.

Planta de la familia de las solanáceas, de Jussieu, y de la pentandria monoginia, de Linneo. Al principio de este siglo la belladona estaba casi olvidada, á pesar de la importancia que se la habia dado en la terapéutica. Su poderosa accion fué el motivo que desvió á los médicos de usarla, por no ocurrírseles el atenuar sus dósis. Se limitaba su uso á enfermedades graves y rebeldes, «á aquellas, dice Ratier[34], que exigian recursos farmacológicos usuales.» Sin embargo, algunos médicos ingleses y alemanes, Himly, Greding, Holbrook, Will, Blacket, Herber, Munch, Hufeland, y los franceses238 Ibrélisle, Andrey, Giraudy, Sage, Pauquy, Méglin, Lisfranc, Chaussier, Cruveilhier, publicaron cada uno multitud de observaciones interesantes sobre las diversas propiedades de esta maravillosa solanácea[35], cuando el R. P. Debreyne se esforzó en reunir todos estos trabajos, resumiéndolos de una manera tan ambigua como incompleta, en su monografía sobre la belladona[36].

Muchas escuelas solo han considerado á la belladona como un hipostenizante vascular. Uno de nuestros terapéuticos modernos esplica su virtud preservativa de la escarlatina por el narcotismo. Merat y Delens[37] solo han mencionado una de las menos interesantes observaciones de Hahnemann sobre sus propiedades; nosotros queremos ser justos y verídicos atribuyendo á este último el movimiento que llamó la atencion de todos sobre este poderoso agente terapéutico.

La profilaxis, la preservacion de enfermedades por débiles dósis de medicamento, es una conquista reciente de la ciencia, y la posteridad reconocerá á Hahnemann por su autor, no solo por sus observaciones sobre la profilaxis de la escarlatina[38], sino por los principios que sentó, y por la práctica de los inspirados en la de Hahnemann. La profilaxis, en efecto, no se limita á la escarlatina; comprende enfermedades hereditarias, un buen número de agudas, y hasta el cólera. Esto es lo239 que multitud de hechos permiten hoy confirmar, y lo que armoniza perfectamente con los datos que resultan de las modificaciones fisiológicas y terapéuticas del organismo por la influencia de agentes morbosos ó medicinales. Es posible modificar la vitalidad y sus condiciones fisiológicas en un sentido que hace imposible el desarrollo de una enfermedad, es decir, la modificacion patológica del organismo. Ya recogerémos sobre esto materiales para utilizarlos algun dia si Dios quiere.

§ II.—Generalidades.

Los síntomas recogidos en los casos de intoxicacion y en las esperiencias sobre el hombre sano, están perfectamente acordes para asignar á la belladona una accion electiva sobre el encéfalo, y por consiguiente sobre los sistemas sanguíneo y linfático, como lo prueban por otra parte los hechos clínicos. La belladona tiene una grande analogía de accion con el acónito, si bien la primera obra directamente sobre el sistema nervioso, é indirectamente sobre el sanguíneo; su accion es igualmente espansiva de dentro afuera. Mas, como ya dejamos dicho, y el lector lo confirmará frecuentemente por sí mismo, toda accion espansiva supone otra de concentracion equivalente en el medicamento que la provoca, pero en cierta época de la duracion de su accion y en cierto grado de su intensidad. Los dos puntos estremos de esta accion, sus dos polos, son los centros nerviosos y sus irradiaciones á las superficies interna y esterna; de aquí nace la influencia directa de la belladona, ya sobre los centros nerviosos y sanguíneos, ya sobre la piel y las mucosas, hasta el punto que se ha podido muy bien decir, que uno de los efectos fundamentales240 de este medicamento era un éstasis sanguíneo en la red capilar. Bajo todos los puntos de vista, su esfera de accion es inmensa.

Por su accion espansiva y por su electividad sobre el encéfalo, la belladona se adapta con preferencia á la infancia, á las constituciones linfáticas, á los jóvenes y personas en las que la piel goza aun de grande permeabilidad, y el sistema circulatorio de grande energía. Tambien las constituciones secas y nerviosas, en las que las membranas mucosas tienen, á espensas de la superficie cutánea, mayor suma de actividad y de hiperemia, son igualmente del dominio de la belladona. Esta se adapta tanto mas á una enfermedad dada, cuanto mas manifiesta es la afeccion encefálica, punto de partida de la dolencia, su carácter es mas congestivo, y la persona enferma tiene un cerebro física y psíquicamente mas desarrollado.

La belladona es uno de los medicamentos, en el que es mas difícil determinar sus dósis. Es verdad que el principio general que indica que las mas bajas sean para las enfermedades agudas, es aplicable á la belladona; pero tambien lo es, que ningun medicamento tiene tanta necesidad como este de las variadas dósis de toda la escala posológica. Se la ha visto despertar afecciones simpáticas latentes, suscitar neuralgias, provocar congestiones, y desarrollar rubicundeces en la piel; y esta consideracion la ha valido, en concepto de algunos médicos, el que se la deba contar entre los medicamentos aptos para combatir las enfermedades crónicas y los herpes aun bajo sus formas mas degeneradas. Bien se puede decir que su accion sobre la piel es mas aguda que crónica, y que corresponde á los exantemas escrofulosos y á las lesiones de tejido con hiperemia. El carbonato de241 cal es el medicamento mas análogo á belladona en estas especies de afecciones; el grafito y la staphisagria lo son mas en su accion crónica.

Creemos conveniente omitir la multitud de puntos de contacto y analogía entre la belladona y otros medicamentos, por no ser difusos; pero sí indicarémos, que, alternada con algunos otros, como el acónito ó el mercurio por ejemplo, es útil todos los dias y produce resultados incontestables. El vino y el café son los antídotos generales de la belladona; pero es necesario, en fin, combatir sus síntomas especiales con sustancias de efectos análogos.

Desde la primera impresion del medicamento en la economía, hasta lo mas completo é intenso de su accion, se observan, como en todos los policrestos, estados tan distintos, que permiten dividir los efectos en períodos, prodrómico, agudo, sobreagudo, crónico, y formar grupos que representan diversas afecciones morbosas; pero en este medicamento hemos preferido variar la manera de estudiarle y adoptar otro género de esposicion. Primeramente, sin embargo, vamos á dar una idea general de los efectos de la belladona, enumerando los de su principio activo, la atropina: dilatacion é inmovilidad de la pupila, alteracion de la vision, somnolencia y ofuscacion de las ideas, alucinaciones de la vision, anestesia, sequedad de la boca y de la garganta, pérdida del apetito, palabra difícil, delirio, disfagia, rubicundez de la piel, pesadez y temblor paralítico. Estos síntomas en conjunto pertenecen al sistema cérebro-espinal; al cerebro primero, y despues á la parte que este preside en el sentido de la vista, en el pensamiento y la locucion; á la médula espinal, en la parte que esta tiene en las fibras radiadas del íris, en los constrictores242 de la faringe y los esfínteres, y en fin, sobre los músculos de relacion.

Por medio de la médula espinal, obra poderosamente la belladona en el corazon y los capilares, siendo por lo mismo uno de los principales medicamentos piréticos; y la plenitud, tension de la arteria, prontitud y vivacidad de las pulsaciones, constituyen uno de los caractéres esenciales de su indicacion en las fiebres, aun cuando la postracion se haya estendido al sistema muscular. El pulso miserable y filiforme no impide que la belladona juegue en el último período de las fiebres y de las afecciones graves; pero es preciso en estos casos que haya toda la semejanza posible entre sus efectos sobre el sistema nervioso y la piel. Hé aquí pues los datos prácticos esenciales.

§ III.—Efectos fisiológicos y terapéuticos sobre el sistema nervioso.

A grandes dósis, la belladona escita los sistemas nervioso y sanguíneo; y á mayores aun, debilita primero y paraliza despues los movimientos orgánicos, por lo cual la escuela italiana la ha atribuido una accion hipostenizante. Pero en estos efectos estremos, en esta accion tóxica de la belladona, solo se puede observar la menor parte de su valor terapéutico revelado por las débiles dósis. Con estas, que podriamos llamar especiales, este medicamento desenvuelve un gran número de modificaciones de la sensibilidad y de la contractilidad, modificaciones que constituyen á la belladona en un agente terapéutico precioso y especial.

Se observan dolores variados: unas veces consisten en una exaltacion de la sensibilidad que hace insoportable la menor presion; otras son neuralgias de formas243 diversas que espresan toda especie de dolores, desde los mas agudos hasta el adormecimiento.

Los dolores de la belladona están acompañados ordinariamente de un elemento espasmódico; de contracciones, estremecimientos, sacudidas, pinchazos; se agravan hácia el fin del dia y por la noche; el contacto y el movimiento les agravan tambien por lo que tienen de congestivo.

Sus calambres, sus espasmos, sus convulsiones, no afectan mas que los órganos de la vida de relacion, las fibras musculares que obedecen al encéfalo. Ni el corazon, ni las paredes de los intestinos sufren directamente su accion, porque su punto de partida y de eleccion está en el cerebro y no en el sistema nervioso ganglionar, en lo cual difiere del carbonato de cal, del arsénico é ipecacuana, que obran sobre el último, y de la misma nuez vómica, que se refiere á la médula oblongada.

Los fenómenos nerviosos de la belladona son indirectos ó directos, segun que se presentan en la periferia, ó que se limitan á los centros. Se dividen en dos órdenes: 1.º síntomas nerviosos activos que dependen de una afeccion primitiva esencial del cerebro ó de los nervios; 2.º síntomas nerviosos que dependen de una alteracion de los órganos ó de su estímulo, y que son pasivos ó secundarios, como hemos indicado para el acónito.

Los fenómenos nerviosos atáxicos de las fiebres graves, con los que las virtudes de la belladona tienen relacion terapéutica, son de este número. Consignamos por tanto, que los síntomas atáxicos en cuestion no dependen realmente de la escitacion sanguínea y del delirio activo, sino del último grado de la congestion cerebral,244 y que, en fin, la ataxia propiamente dicha no es tan propia de la belladona como de otros medicamentos, pues sus fenómenos mas graves están siempre acompañados de congestion y se observa en ellos el predominio de la accion del cerebro sobre la de la médula espinal y los nervios de la vida orgánica. Una de las diferencias notables entre el acónito y la belladona, recomendada infundadamente en los síntomas prodrómicos de las fiebres, consiste en que el acónito por su impresion inicial mas fija sobre el sistema nervioso ganglionar, es mas apto para combatir los prodromos que la belladona, cuya accion sobre el encéfalo es mas directa: bajo este punto de vista, la ipecacuana y el arsénico son igualmente preferibles.

Opinamos con Mr. Trousseau[39] que no se debe establecer distincion entre las dósis fuertes de belladona administradas en la pasion ilíaca, la hernia estrangulada, el tétanos y las afecciones de este género, y las dósis muy débiles que se dan en estas mismas afecciones y en las incontinencias de orina, ciertas dismenorreas y algunos espasmos localizados; en el primer caso, se procura la relajacion de la fibra, no por el adormecimiento nervioso y la hipostenia, sino por la accion especial del medicamento como en el segundo caso.

A dósis débiles, y sin desarrollar síntomas accesorios, la belladona provoca y sostiene la dilatacion del orificio uterino, cuando este no se dilata suficientemente con los verdaderos dolores de parto; lo mismo sucede en algunos casos de dismenorrea con eretismo congestivo del útero, y en la incontinencia nocturna de los niños debida á la contraccion activa del esfínter de la vejiga.245 Esta incontinencia cede mejor que la de los viejos debida á una causa opuesta y que requiere la nuez vómica. Por otra parte, cuando el elemento nervioso predomina en una afeccion espasmódica cualquiera, son preferibles á belladona, el beleño, la manzanilla, la ignacia.

Las afecciones histéricas y epilépticas se modifican felizmente con la belladona. Las dósis fuertes no hacen mas que retardar los accesos, mientras que las débiles obran de una manera mas duradera, lo cual es un hecho práctico. En muchos casos se agregan como auxiliares de la belladona, el carbonato de cal, la ignacia, el cobre, etc.

El asma con orgasmo arterial reclama con frecuencia belladona, así como tambien el asma tímico, el de Millar, la angina de pecho, la neuralgia celíaca, el cólico nefrítico, el corea ó baile de San Vito, si bien esta última afeccion exige mas principalmente la nuez vómica. Para que la belladona esté indicada en todas estas enfermedades, debe haber un elemento flogístico ó congestivo, un orgasmo del encéfalo, ya sintomático, ya como pars recipiens. La eclampsia de las embarazadas y el ergotismo están en el mismo caso. Los espasmos, que, en general, se curan con belladona, ocupan con preferencia los músculos flexores y son precedidos de hormigueo.

La disnea constrictiva, producida por la belladona, ha sido la causa de emplearla con resultados ventajosos en la coqueluche; pero para usarla en esta afeccion, es preciso que el elemento espasmódico esté casi enteramente separado del inflamatorio, dirigiéndose antes á este último con acónito ó ipecacuana..... En la coqueluche, además, es necesario á veces combatir la causa246 con la dulcamara ó el amoníaco..... si es catarral, ó con otros medicamentos en lo que ofrezca de particular, si es epidémica. ¿No hemos visto curarse con la cicuta y la ipecacuana la mayor parte de las coqueluches en su segundo período, que han reinado en uno de estos últimos años?

La bola histérica, la pirosis y la gastralgia son generalmente una misma afeccion, procedente de la alteracion de un mismo nervio. Al investigar la relacion de sucesion, se debe determinar primero, si es necesario preferir la belladona, al arsénico y á la nuez vómica.

Las neuralgias de la belladona son hiperémicas, es decir, que están acompañadas de un movimiento congestivo; que se presentan por la tarde, ó por lo menos que se agravan en este momento, así como tambien se aumentan por el tacto y el movimiento. Es difícil apreciar si son mas bien lancinantes que dislacerantes ó de otra forma. Los efectos de muchos medicamentos nos ofrecen dolores análogos, bajo este punto de vista, á los de la belladona; pero el último carácter que puede servir para diferenciarla, es que las neuralgias propias de belladona se alivian por el frio. Pero este carácter es propio tambien de las neuralgias del acónito; mientras que el del mercurio, nuez vómica y stafisagria, es el de mejorarse las neuralgias por el calor. Esto es cuanto podemos decir sin detallar mas las hemicráneas, los tics dolorosos, los dolores reumáticos, las odontalgias..... Consignarémos sin embargo, que aun cuando la compresion y constriccion alivien los dolores intestinales, esto no contraindica la belladona.

Este medicamento, en fin, se emplea útilmente en algunos casos de parálisis de la cara, y aun en la parálisis247 mas ó menos general producida por la hemorragia cerebral, cuando hay afonía, diminucion de las funciones sensoriales, pérdida de movimiento y de sentimiento, salivacion y disfagia. Es pues uno de los medicamentos curativos y preservativos de la apoplejía.

En las enfermedades no febriles, el insomnio, que es análogo al que produce la belladona, depende del orgasmo cerebral con calor en la cara y en la frente. El delirio, que está igualmente en relacion con los efectos de este medicamento, es alegre cuando es infebril, consistiendo mas bien en alucinaciones é ilusiones de los sentidos. Los casos mas crónicos ofrecen el enflaquecimiento, la sequedad de la piel, el color amarillento y espasmos internos con una fiebrecilla con exacerbaciones nocturnas. El eretismo domina la escena, y las neuralgias se agregan frecuentemente á los espasmos.

§ IV.—Efectos fisiológicos y terapéuticos sobre el sistema sanguíneo.

Siendo directa la accion de la belladona sobre el encéfalo, naturalmente sus fiebres y sus flogosis tienen un carácter nervioso que se podria definir por un eretismo sanguíneo; y si bien su accion irradia de los centros á la periferia, puede suceder que el sistema capilar sea el teatro principal de la enfermedad. De aquí resulta que ni la palidez de la cara ó su turgencia, ni los espasmos, ó la resolucion de las fuerzas musculares, ni la impresionabilidad y las alucinaciones, ni la debilidad é insensibilidad, ni el furor ó la apatía, ni aun la misma contraccion de la pupila, ó su dilatacion, tomados aisladamente, pueden ser por sí mismos síntomas característicos de la belladona, sino en su órden de sucesion; la escitacion y los espasmos preceden siempre248 al abatimiento y la postracion. Pero está siempre indicada por la relajacion pasiva de los esfínteres y por las evacuaciones involuntarias, cuando estos síntomas han sido precedidos de escitaciones.

La fiebre de la belladona, en su período de agudeza y de incremento, ofrece casi la misma regularidad que la de acónito; pero tiene una tension mas duradera, debida á la escitacion cerebral que parece como que comprime todos los conductos, y que frecuentemente produce un abundante sudor en la frente. Mas tarde, los fenómenos nerviosos y la afeccion del cerebro la caracterizan eminentemente por el delirio activo, las constricciones dolorosas, en particular en la garganta, las rigideces, los espasmos aun tetánicos, la sensibilidad exagerada de los órganos de los sentidos, las alucinaciones, un pulso lleno y acelerado..... Mas tarde aun, la piel se pone fria, pálida, seca, arrugada, el pulso muy pequeño, el delirio pasivo, la pupila contraida, el calor interno es molesto, las evacuaciones, en fin, son involuntarias.

Las fiebres exantemáticas que afectan la cabeza requieren belladona. Este es el medio curativo de la escarlatina lisa y tambien un preservativo del sarampion, de la erisipela que se estiende en circunferencia con tumefaccion roja, lustrosa, y generalmente con rubicundeces lisas en la piel. La angina de la escarlatina es un indicante de la belladona como el carácter del exantema; tambien juega en otras fiebres en las que la garganta se inflama, á menos que el mercurio que la auxilia tantas veces, no deba administrársele primero. La observacion demuestra que todo exantema cuyos síntomas generales y febriles, no se alivien con la belladona, requiere otro medicamento.249

Es indispensable en la agudeza de las fiebres mucosas y gástricas de las personas jóvenes y linfáticas, y siempre que las superficies mucosas esten flogoseadas con supresion de las secreciones, pulso desarrollado y exacerbacion de la fiebre al anochecer ó por la noche. Generalmente se unen síntomas congestivos en la cabeza. Las indicaciones de la belladona en la fiebre tifoídea y en las fiebres nerviosas corresponden á un estado semejante. Cuando el sistema nervioso ganglionar está escitado por el profundo ataque de la inervacion visceral, este medicamento tiene una corta y momentánea indicacion, y se le debe sustituir por otro mas indicado.

Aun en este período de congestion aguda, se usa la belladona en la meningitis y en muchas inflamaciones con ó sin fiebre. Si despues, los tejidos se alteran en su testura ó en su secrecion, y se forman derrames, falsas membranas, é induraciones, otros deben ser los medios que se elijan para combatir estas alteraciones.

Los síntomas que indican la belladona en una fiebre intermitente, que no puede ser mas que cotidiana ó subcontinua, denotan que el cerebro y el corazon han tomado una participacion casi igual. El dolor de cabeza es atroz y dilatante; hay delirio, visiones terribles, á veces alucinaciones deliciosas, y esta accion exagerada del cerebro prolonga el estadio del calor; los estadios se suceden con cierta irregularidad; el sudor suele presentarse despues del frio, y el calor terminar la fiebre, que generalmente es entonces subintrante ó subcontinua. Para que semejantes fiebres requieran belladona deben presentar el carácter de un dolor circunscrito á la cabeza, un punto neurálgico desarrollado paulatinamente en medio de los accesos indeterminados al principio, y cuyo punto neurálgico persiste en la remision250 ó la apirexia. La belladona se adapta mas á personas sanguíneas, á los adultos y á los niños.

Los accesos se presentan hácia el anochecer. Está frecuentemente indicada en las caquexias palúdicas despues del abuso de la quina y sus sales, de las sales de hierro y aun del arsénico mismo.

La belladona es un recurso poderoso en las fiebres reumáticas caracterizadas por el eretismo y la escitacion cerebral, con tumefacciones rojas, fijas, con dolor lancinante y que se agrava hácia la noche y por la presion. En estos casos el dolor suele calmarse, pero no la tumefaccion.

La importancia de la belladona en el tratamiento de las hemorragias y de la apoplejía misma guarda un término medio entre el acónito y árnica; sus síntomas armonizan con la turgencia de la cara y su tumefaccion de un rojo oscuro, con los espasmos y las alucinaciones del oido y de la vista; corresponde á los prodromos de la hemorragia cerebral y al estado de turgencia y de congestion que son consiguientes.

En toda hemorragia en la que este medicamento es un agente curativo, hay un elemento pletórico ó congestivo por lo menos. La plétora del corazon y el síncope por aflujo de sangre reclaman algunas veces belladona; las palpitaciones son vivas y causan una especie de emocion en el pecho, con pesadez de la cabeza. La dismenorrea espasmódica y las congestiones uterinas cesan á veces con este medicamento, si es que la nuez vómica, la pulsatila ó la ipecacuana, y aun la manzanilla, no están mejor indicadas.

Los síntomas que espresan la accion de la belladona sobre el cerebro son sus mejores indicantes, ya usada sola ó alternada con el acónito, en el delirio agudo, en251 la frenitis, y aun en el delirium tremens y en la manía, ya esencial, ya unida al histerismo, al estado puerperal ó en el corea, con tal que á los fenómenos congestivos se agreguen algunos de los efectos particulares de la belladona, tales como contraccion de la pupila, fotofobia, ambliopia, chispas en el campo de la vision, alucinaciones alegres, sed ardiente, afonía, tialismo ó boca seca, hidrofobia, disfagia, temblores musculares.

Se ha usado la belladona con buenos resultados en afecciones mentales de carácter asténico, y parece obrar mas directamente que otros medicamentos sobre el encéfalo en los desórdenes de las facultades mentales, modificando el orgasmo cerebral. La belladona, en fin (para no repetirlo en el párrafo siguiente), se la ha empleado infundadamente en nuestros dias con mas frecuencia que el eléboro blanco, en el delirio crónico y la demencia. Se ha reconocido entre sus síntomas, fenómenos morales que la recomiendan en el suicidio maniático, y en el mismo por escrúpulos con fenómenos histéricos, llantos involuntarios y olvido de las personas mas queridas.

Las inflamaciones propias de belladona son profundas; ocupan el espesor de los órganos en los que hay punzadas y aun dolores, que tienen un carácter neurálgico. La brionia afecta mas las superficies cutáneas, mucosas y serosas. El mercurio se usa útilmente despues de belladona en las flegmasías subagudas.

Estos dos medicamentos se alternan ventajosamente en el hidrocéfalo agudo y en todas las inflamaciones de las membranas serosas, despues de acónito y antes de brionia. La belladona se alterna igualmente con el mercurio, hasta en el período de las inflamaciones en que se altera la testura de los órganos y se efectúan derrames:252 este dato es aplicable á belladona en el tratamiento de las inflamaciones de los órganos parenquimatosos, de las glándulas, de las membranas mucosas, del tejido celular, del periostio mismo; se auxilia ó se completa la accion de belladona con los medicamentos convenientes al sitio, carácter y período de la inflamacion, porque esta solanácea solo conviene, por punto general, en el momento de la agudeza, en la violencia de la afeccion.

Debemos, sin embargo, consignar que en semejantes casos los síntomas mas notables por la gravedad, reclaman muchas veces el arsénico, como en la pericarditis, por ejemplo, cuando la ansiedad estremada, la sed ardiente, los dolores lancinantes y la dilatacion de las pupilas no ceden pronto á la accion de acónito ó belladona, si es que están indicados. Cuando la metritis pasa á metro-peritonitis deben administrarse prontamente brionia, mercurio ó arsénico, en vez de belladona, para combatir los síntomas de una violenta concentracion en el bajo vientre, con grave reaccion sobre el cerebro y corazon.

La belladona y la pulsatila se disputan la preeminencia en el tratamiento de la otitis aguda, pero la primera se adapta mejor á la otitis interna; en cualquiera otra flegmasía la pulsatila se dirige á un período menos agudo de la afeccion.

Lo mismo sucede en la angina respecto al uso de belladona ó mercurio despues de acónito; el mercurio corresponde á un estado mas local y menos agudo. La agudeza de las flegmasías esternas é internas propias de belladona carece de tendencia maligna y de fenómenos nerviosos graves, pudiendo elevarse hasta los síntomas siguientes: dolor vivo, tension, grande sensibilidad, síntomas generales nerviosos; cuando el tumor está situado al esterior, está caliente y la rubicundez no se253 circunscribe al mismo. Una de las flegmasías en la que mas ventajosamente juega la belladona es la oftalmía con movimientos congestivos, dolores violentos, grande fotofobia, inyeccion rojo-oscura, aunque sea gonorréica, seca ó purulenta; el mercurio viene despues, como en los casos ordinarios. La accion de la belladona en la pupila debe decidir á emplearla con fundamento en la retinitis y en la iritis. Es notable que la dilatacion del íris en esta última afeccion se presente despues del alivio de los síntomas inflamatorios.

Hemos hablado, en general, de la eficacia de la belladona en las flegmasías de las membranas mucosas, y ciertamente no hay una, aguda, en la que este medicamento no tenga su momento de oportunidad. Pero en estas, como en cualquiera otra flegmasía, el estado subagudo y aun crónico está caracterizado por momentos de agravacion que, aunque menos agudos sus síntomas, se acomodan muy bien á belladona sola ó alternada con otros mas propios, para dar á los tejidos su tonicidad debilitada, como el borax, el carbonato de amoníaco, la quina y el azufre. La vaginitis sin leucorrea, es decir, en su período crítico, es propia de belladona; pero la manifestacion del flujo la escluye, y requiere mas bien el mercurio.

La utilidad de la belladona es, sin embargo, incontestable en las metrorragias, los loquios escesivos y las leucorreas inflamatorias, cuando se observa plétora, sensacion de presion de arriba abajo con un movimiento de dilatacion del útero, como si fuera á salirse.

La belladona, por último, es con el acónito, la manzanilla, y el mercurio uno de los mas grandes antiflogísticos de la infancia, en la que las enfermedades presentan tantas veces la somnolencia, las convulsiones y la254 agravacion febril por la tarde y por la noche. No mencionarémos enfermedad alguna en particular, pero recordarémos para terminar este párrafo la estremada pobreza que en antiflogísticos ha estado hasta ahora esa terapéutica, en la que los tratados ex-professo no dan como tales mas que el malvavisco y las bebidas acuosas, á pesar de que la ciencia proclama hace mucho tiempo, y en todas partes, medicamentos tan eficaces como estos, pero á dósis convenientes, segun el efecto que se desea.

§ V.—Efectos fisiológicos y terapéuticos en las afecciones del sistema linfático.

A propósito del uso de la belladona en las enfermedades crónicas, y mas generalmente en las afecciones de los tejidos y en las alteraciones plásticas y humorales, es necesario tener presente que toda escitacion prolongada conduce á la astenia y á cierta discrasia: la belladona, que en su accion sobre las esferas nerviosa y sanguínea produce fenómenos de escitacion que se elevan hasta la opresion de las fuerzas, tiende igualmente por la continuidad de su accion á un estado discrásico que conserva el carácter de su accion y de las diversas modificaciones de los tejidos.

Así, pues, aun cuando no se trata ahora de la agudeza y del orgasmo, ó de si estos estados solo son accidentales en las enfermedades crónicas, no por eso carece de eficacia la belladona en estas afecciones, ni deja de estar indicada por su estado diatésico. En nuestro concepto, la accion de la belladona sobre el sistema linfático y sobre la plasticidad consiste en la influencia que este medicamento ejerce en la inervacion cérebro-espinal255 y en la circulacion, ataque é influencia que los hechos clínicos comprueban.

La escrófula necesita siempre de la belladona en distintas épocas de su duracion y en sus diversas formas. Al principio de esta, cuando se observa epistaxis, hinchazon de la nariz ó de los labios, eritemas, erisipelas habituales, anginas repetidas, oftalmías frecuentes, inflamaciones de vientre, linfatismo con plétoras parciales, ó bien enflaquecimiento continuo en medio de estos síntomas, haya ó no adenitis, la belladona puede emplearse sin perjuicio del mercurio, del azufre, del carbonato de cal, especialmente en los niños y los jóvenes. Un estado un poco mas crónico, con mas flacidez en la piel, el aspecto mas enfermizo y con menos fenómenos congestivos, y menos recrudescencias flegmásicas, constituyen las indicaciones mas claras del aceite de hígado de bacalao.

Los infartos de los gánglios del cuello y de otras partes, ciertas hepatitis crónicas, el infarto linfático del útero y de su cuello, y la induracion de las glándulas, no pueden menos de requerir belladona, si hay eretismo, sequedad de la piel ó simplemente aumento de calor por la noche y la tarde, y agravacion á veces de los fenómenos inflamatorios locales.

La belladona tiene propiedades recomendables para tratar las úlceras corrosivas, el lupus vorax y las afecciones ulcerosas que suceden á las induraciones linfáticas, aun en el cuello del útero, lo cual ha hecho que se la recomiende en el cáncer de la matriz. En todos estos casos los bordes están endurecidos, sensibles y rubicundos, y la rubicundez se estiende y desaparece gradualmente. El arsénico, el mercurio, el oro y el azufre..... son los auxiliares mas frecuentes. Las periostitis256 y las inflamaciones de los huesos exigen la belladona entre otros medios curativos; y los mejores auxiliares de esta son: el mercurio, la plata, la asafétida, el carbonato de cal....; lo mismo sucede en el tratamiento de las luxaciones espontáneas del fémur, y en los tumores blancos articulares. En todas estas lesiones no procedemos, como lo han hecho algunos terapeutistas, atribuyendo á la belladona una accion curativa especial y directa; solo vemos en ella un medio de destruir el orgasmo linfático, de disipar el eretismo, de modificar la induracion y la lesion, hasta tal punto, que la reduccion se simplifique, facilitando despues la curacion con medicamentos mas especiales.

La oftalmía escrofulosa no se cura sin belladona; la angioleucitis y la leucoflegmasía, así como tambien algunos derrames pleuríticos con orgasmo local, y varios accidentes ó formas de la clorosis, de la ascitis, y de los edemas renitentes, se modifican ventajosamente con este medicamento.

Corresponde belladona á todas las variedades del pénfigo de los niños, en su principio, pero sin olvidar que merecerá la preferencia la dulcamara, si las vesículas son simples, sin irritacion en la piel; que lo será el zumaque, si las vesículas están rodeadas de una auréola rosácea, y el azufre, ó el mezereum, cuando dejan una escoriacion con costra. Está tambien indicada la belladona, aunque solo como auxiliar, en la pitiriasis con rubicundez, y en ciertas erupciones liquenóides, papulosas, eritematosas.

El lector, en fin, distinguirá fácilmente los casos de salivacion espontánea ó mercurial en los que conviene belladona, y suplirá con la ayuda de todos los caractéres de la accion de este medicamento las indicaciones257 que omitimos y ni aun designamos. No queremos sin embargo dejar de mencionar la utilidad de la belladona en la hidrofobia, cuyos síntomas se ajustan tan exactamente á sus efectos fisiológicos; hablamos, es verdad, bajo la fé de otros, pero tambien lo es que consta de testimonios muy respetables. El beleño, el estramonio y la cantárida participan igualmente, al parecer, de esta propiedad. Se ha empleado la belladona como preservativa de la rabia, y nosotros creemos tener hechos que lo prueban.

Há ya mucho tiempo que la primera de estas propiedades está reconocida; la segunda se deduce tan naturalmente, que es de admirar no se la haya utilizado fuera de la escuela hahnemanniana. ¿No ha indicado ya la esperiencia como medios preservativos del cólera, de la escarlatina y de ciertas fiebres, á los medicamentos que las curan? Fácil es, pues, presentir las numerosas conquistas que aun restan.

Dósis.—En general, las afecciones febriles y flegmásicas soportan mejor las primeras atenuaciones que las afecciones nerviosas; las neuralgias, sin embargo, son las que al parecer exigen el uso de una ó dos gotas, por ejemplo, de la primera atenuacion, ó varias de la misma tintura en agua. Ultimamente, cuanto mayor sea la irritabilidad, mas débil debe ser la dósis, y aun pasar de la trigésima atenuacion, lo mismo en las fiebres que en las neuralgias. Las enfermedades crónicas están en el mismo caso, cuando consisten principalmente en lesiones funcionales; y en muchas ocasiones, como en la de los espasmos de los esfínteres, es conveniente aumentar la dósis y recurrir aun á la tintura misma, pudiéndose emplear hasta veinte gotas en veinticuatro horas, usar tambien pomadas compuestas con belladona258 ó unturas con el estracto de la misma, loco dolenti, pudiéndose obrar del mismo modo en algunos infartos linfáticos. Si se alterna con la belladona algun otro medicamento como el mercurio, es necesario elevar proporcionalmente las dósis de este, sin necesitarse casi nunca mas que las trituraciones dadas al interior. Pocos medicamentos hay en los que sea mas necesario variar la potencia de las dósis en los diversos casos morbosos, que en la belladona, unas veces segun la naturaleza de la enfermedad, otras segun la impresionabilidad del enfermo, ó en fin, por la analogía mas ó menos perfecta entre la enfermedad y el medicamento.

BISMUTHUM NITRICUM (Bismuto).

§ I.—Historia.

El subnitrato de bismuto de que nos vamos á ocupar no se le empleó en su principio mas que al esterior y en calidad de cosmético. Su uso interno como medicamento corresponde al fin del siglo pasado, en cuya época fué recomendado por Odier y casi inmediatamente olvidado. El lugar que los terapéuticos modernos le han dado en la materia médica, no es ciertamente usurpado, pero sí muy indeterminado. ¡Qué mas! Un profesor ha hecho de él un tónico astringente, y sin embargo se ha usado en fiebres intermitentes, en el tialismo, en los vómitos rebeldes y hasta en el cólera; pero mas particularmente en afecciones gástricas y diarreas crónicas. En nuestros días se le ha empleado felizmente en neuralgias agravadas por la aplicacion del agua fria. El papel que le hace jugar el profesor de Pádua con el título de hipostenizante gástrico, no arroja luz alguna sobre sus propiedades reales.259

§ II.—Efectos fisiológico y terapéuticos.

Las propiedades antigastrálgicas son hoy las mejor conocidas; ¿pero cuál es el carácter de esta gastralgia? Se puede responder, que es calambroídea, complicada con atonía, y acompañada de náuseas, vómitos, flatuosidades y endolorimiento del epigastrio ó del vientre. Esta sensibilidad y la gastralgia aparecen ó se agravan despues de haber comido.

En cuanto á los síntomas que pueden conducir á apreciar la accion del bismuto y conocer sus indicaciones, son los dolores calambróides y presivos en diversos puntos, contracciones quemantes seguidas de temblores ó de debilidad, palpitaciones con decaimiento de la circulacion, pesadez de cabeza y vértigos con alteracion del estómago, y orinas frecuentes y acuosas. Se ha observado tambien escozores y prurito en la piel, vegetaciones verrugosas, cara pálida y empañada, rubicundez de la conjuntiva, legañas en los párpados, tumefaccion y dolor de escoriacion en las encías.

El bismuto, segun los datos clínicos, es el mejor medicamento para combatir los dolores calmados por el agua fria, y las gastralgias con calambres y estremecimientos musculares. Ciertas palpitaciones nocturnas en particular, y mas ó menos unidas con padecimientos del estómago, se curan con este medicamento, cuyas relaciones con el nervio neumogástrico están bien justificadas. Estas relaciones esplican la afeccion de las funciones digestivas en el sentido asténico y la lesion de la plasticidad, y mas especialmente una hipersecrecion intestinal que constituye una diarrea mucosa; de las mismas se deduce igualmente, que la facilidad de las deposiciones ó la diarrea, las orinas abundantes y frecuentes y un aumento260 de saliva, son los síntomas que acompañan siempre sus indicaciones, ó las constituyen.

Dósis.—Suele ser insuficiente una centésima parte de una de las tres primeras trituraciones, pudiéndose dar entonces una vigésima; mas en ciertos casos de gastralgia y otras neuralgias, es preferible una sola gota de la sesta.

BORAX.—NATRUM BORACICUM. (Borax.—Subborato de sosa).

§ I.—Historia.

El borax es un medicamento que, á pesar de las esperiencias bastante numerosas que se han verificado, es de un uso poco frecuente, si bien algunos autores le han recomendado en las fiebres inflamatorias, las hemorragias, los espasmos, la epilepsia, y se le tiene por un hipostenizante vascular. Este compuesto de sosa y ácido borácico tiene una esfera de accion mas limitada que la que podria suponerse, á juzgar por la del hidroclorato de sosa, que es estensa: el uso clínico no es grande, y sus efectos fisiológicos, que indican muchos puntos de analogía entre los dos medicamentos, no han sufrido la prueba práctica, sin la que los medicamentos permanecen en la region del olvido.

§ II.—Efectos fisiológicos.

Todos los efectos del borax llevan el sello de la astenia. El frio domina en la fiebre, y si hay calor se reproduce por poco que se descubra. Hay somnolencia, y si el sueño es inquieto lo es por calores incómodos y otros varios padecimientos. La ansiedad, el susto y la261 irritabilidad caracterizan el estado moral. La cefalalgia ofrece una sensacion de plenitud, de congestion; se observan vértigos que se elevan hasta producir náuseas ó desvanecimiento. Los ojos, la nariz, los labios, la vulva, ofrecen algunos dolores de escoriacion y sensaciones de ardor; hay á veces espectoracion sanguinolenta y epistaxis, algunas fluxiones subagudas en las mejillas, en la boca, é irritaciones inflamatorias en los ojos, en la nariz, en la boca, con costras, hemorragia, secrecion mucosa.

Los dolores son lancinantes y tractivos en general, quemantes algunas veces en los dedos de los piés y de las manos, y en este caso hay calor y rubicundez. Los dolores propios del borax son tenaces, y se agravan en tiempo húmedo, y están acompañados de palidez y debilidad, particularmente en las articulaciones.

La palidez de la cara es sucia, las fuerzas están disminuidas, las secreciones aumentadas, escepto el sudor; hay á veces irritacion de la uretra, que produce disuria; la diarrea es persistente, frecuentemente con irritacion en el ano y espulsion de líquidos sanguinolentos ó espumosos.

Uno de los fenómenos mas notables de la accion del borax es la lesion superficial de los tejidos, la facilidad á renovarse las heridas, y la piel á irritarse y ulcerarse, como si la astenia se dirigiese principalmente á la plasticidad y á la inervacion orgánica. Consignarémos al efecto los siguientes síntomas: inflamacion y erosion del borde libre de los párpados y de los ángulos, con mucosidades palpebrales; la otitis subaguda con flujo abundante; ulceracion de las narices; costras en la nariz y mucosidades nasales en mayor cantidad; granos en la cara, en la nariz, en los labios, en las nalgas; sabañones,262 inflamaciones erisipelatosas en las piernas y otras partes; síntomas escorbúticos y aftas en la boca, leucorreas corrosivas; vesículas, en fin, purulentas y corrosivas, erupciones herpéticas.

El apetito es nulo ó pervertido; hay náuseas, digestiones difíciles; la de las frutas es laboriosa y se desarrollan gases; el estómago y el vientre están lánguidos, doloridos, timpanizados, con acedías.

La tos es seca, y los pocos esputos que se presentan tienen un olor como de moho. Aun cuando los síntomas torácicos no sean inflamatorios, hay, sin embargo, opresion, punzadas, disnea al subir una elevacion, dolores lancinantes al bostezar, al toser, al moverse; el decúbito alivia.

El borax es, pues, un medicamento que dirige su accion electivamente á las membranas mucosas y á la piel. Esta accion tiene un carácter asténico: disminuye la actividad moral, circulatoria y digestiva; retarda la nutricion, y parece antiplástico, corrosivo, destructor de los tejidos superficiales, pero sin malignidad.

§ III.—Efectos terapéuticos.

Se ha usado este medicamento con éxito en la gastro-enteritis de los niños; sus signos característicos son: deposiciones diarréicas en forma de papilla ó acuosas, borborigmos y cólicos con violento tenesmo; retraccion del vientre en el centro, lengua seca y encendida, calor en la cabeza, orinas escasas, boca quemante y aparicion de vesículas en distintos puntos de esta cavidad.

Cuando el mercurio, y sobre todo el cinabrio, no han curado las aftas de los niños y el muguet, enfermedad que se propaga de la mucosa bucal á la intestinal, es263 necesario emplear el borax, que, además de ser el mas indicado, completa la curacion. El estado general que en los niños se confunde muy fácilmente con el que caracteriza á otras enfermedades, presenta síntomas que diferencian al mercurio del borax.

En este, hay ardor y sequedad en la boca, que sangra fácilmente; en el mercurio, aftas confluentes y salivacion. En muchos casos es preciso elegir otros medicamentos, tales como ácido clorhídrico, arsénico, thuya, ácido azótico..... respecto á las aftas en los adultos.

El borax es muy eficaz en la oftalmía crónica con alteracion del borde libre de los párpados é inversion de las pestañas, y en las fluxiones asténicas de las mucosas, cuando se observa la inactividad del sistema linfático con secreciones aumentadas, hemorróides mucosas, pérdida del apetito, digestiones difíciles, disposicion á la diarrea, incomodidad en el pecho.

Es igualmente eficaz en las irritaciones asténicas de las mucosas con placas rojizas, color oscuro como de vino, aftas que se reproducen incesantemente, y reblandecimiento de la mucosa bronquial ó intestinal, con diarrea espumosa: estos casos se presentan frecuentemente despues de largas enfermedades febriles con afeccion de las mucosas, ó á consecuencia de repetidas recidivas de bronquitis ó gastritis.

El uso antiguo del borax en obstetricia y en afecciones del sistema uterino ha caido en el olvido mas completo. Se le puede hoy recomendar justamente en los infartos de la matriz, la dismenorrea, en la inercia de aquella para espulsar la placenta ó presentarse los loquios, y en los casos en que las contracciones de la matriz para la espulsion del feto son irregulares, impotentes ó muy dolorosas. La accion electiva del centeno cornezuelo264 y del borax sobre el útero, se diferencia por la astenia pura, simple, por la relajacion de la fibra en el centeno cornezuelo, y por la astenia irritativa con lesion de la plasticidad, y por fluxiones linfáticas en el borax.

Dósis.—Las dósis del borax son las mismas que para el hierro, el subcarbonato de potasa.....

BROMUM (Bromo).

§ I.—Historia.

Este cuerpo simple, que tanto se aproxima al cloro, se descubrió en 1826. La escasez del yodo inclinó á algunos médicos á buscar un sucedáneo, y creyeron haberle hallado en el bromo. Las esperiencias de Barthez[40], de Lembke y de Hering suministraron las primeras nociones de su accion fisiológica. Los trabajos del doctor Kournet, de Kussmann, de Huette, de Glower, Ozanam[41] y otros han descubierto en él mucha actividad. Giacomini, que invitaba á los médicos á estudiar su accion en el hombre sano, se limitó á referir algunos de sus efectos tóxicos, que en todos ó casi todos los medicamentos se reducen á desórdenes gástricos y á efectos eliminadores que oscurecen su accion especial. Se reconoce, en general, en el bromo una analogía notable con el yodo y el cloro; se da al primero una accion especial sobre los ojos, el pulmon y el corazon; pero se le cree inferior al yodo en las afecciones escrofulosas. Es análogo del fósforo en las neumonías en el período265 de hepatizacion, y goza de propiedades notables en la tuberculizacion y desarrollo de las falsas membranas. Es muy probable, en fin, que la mayor parte de los efectos fisiológicos del bromo, tomado á débiles dósis, sean debidos al mismo alterado ó combinado con los ácidos; opinamos tambien con algunos, de que se empleen sus sales para tener una preparacion mas fija.

El bromuro de potasio, entre otras, seria quizá la que menos difiriese del bromo. Nosotros agregamos que este parece gozar de una propiedad anticontagiosa igual á la del cloro, y el doctor Ozanam no duda en aconsejarle como preservativo de la influencia contagiosa de las seudo-membranas y de las afecciones diftéricas; se le usa igualmente en la curacion de las mismas.

§ II.—Efectos fisiológicos.

El bromo, tomado á dósis fuertes, desarrolla ciertos fenómenos análogos á los del yodo sobre el cerebro, y que se conocen con el nombre de iodismo. El bromo produce una sedacion que se puede denominar anestesia, pero sin influencia en la terapéutica, á no ser que la esperiencia confirme esta accion y la establezca sobre datos prácticos.

El bromo obra poderosamente sobre la vida vegetativa, pues por una parte se ha justificado que por su influencia la grasa aumenta, y por otra se ha observado una gran palidez, infartos escrofulosos y muchas veces un enflaquecimiento escesivo. La actividad del sistema sanguíneo está deprimida. Todos los síntomas febriles consisten en calosfríos y en frio; el calor de las estremidades apenas indica la reaccion, y muchas veces consiste tan solo en una sensacion. El pulso es generalmente266 lento, duro, y si es acelerado, es pequeño é insensible.

Los síntomas tienen un carácter de astenia pronunciada. El aire libre y el movimiento alivian los padecimientos; hay rigidez y temblor de las estremidades, debilidad general, temblor de todo el cuerpo, el menor movimiento hace transpirar; el moral presenta el carácter de aburrimiento, de tristeza, de error de los sentidos y de escitacion; el sueño no es reparador.

La fiebre está acompañada de sensacion de ardor, congestion irritativa en los ojos, en el oido, en el labio, en la garganta, estómago, uretra, y algunos dolores reumáticos: estas sensaciones tienen la misma importancia que las de escoriacion en las membranas mucosas de los órganos de los sentidos, y aun en la piel y en la region renal.

Los dolores en los miembros superiores son dislacerantes y lancinantes, algunas veces sordos y con sensacion de constriccion; tambien se observa rigidez, debilidad, chasquido é infartos artríticos. Estas ingurgitaciones se presentan con preferencia en los miembros inferiores, en los que los dolores son reemplazados por la rigidez, hormigueo, debilidad paralítica, latidos, calor, sensacion de frio en el dedo gordo del pié, y temblor. Los dolores viscerales son presivos y constrictivos con movimientos congestivos, y el vértigo se agrava por el tiempo húmedo.

Las lesiones de los tejidos y las flegmasías consisten, para los ojos, en ulceraciones, escoriaciones de la conjuntiva, oftalmía, dolores lancinantes, fotofobia, lagrimeo; para los oidos, en latidos, congestion, calor, tumefaccion; se observa epistaxis, escoriacion de las narices, coriza fluente, con mucosidades abundantes; para267 la boca, en salivacion, odontalgia con latido, granos en la lengua; para la garganta, la laringe y la tráquearteria, en inflamacion, quemazon, tumefaccion de las amígdalas, exudaciones plásticas, dolor de escoriacion, deglucion difícil, rubicundez oscura, ronquera ó afonía, sensacion de constriccion, tos ronca, espasmódica, sibilante, crupal, con disnea y estornudos, tos con vomituricion, accesos de tos con sofocacion.

El pecho presenta síntomas congestivos, inflamatorios y hasta los de hepatizacion y supuracion del pulmon, de la carditis y de la hipertrofia del corazon. Ofrece, por último, respiracion difícil con necesidad continua de inspirar, opresion violenta, sensacion como si la respiracion se suspendiese; dificultad de respirar acompañada de lagrimeo, de vómitos espumosos, quejidos, palpitaciones de corazon, postracion y temblores; la boca y la nariz se llenan de saliva: estos síntomas completan el cuadro de las afecciones crupales.

El estómago espresa la atonía, las mucosidades abundan; los fenómenos de inflamacion y ulceracion de esta víscera son el efecto de dósis tóxicas. El infarto del hígado y del bazo puede existir sin inflamacion ostensible; la inflamacion del peritóneo es seguida de engrasamiento y desarrollo de falsas membranas ó de exudacion serosa. El estreñimiento es un síntoma de los primeros dias, pues por poco que persista la accion del medicamento, se declara la diarrea aun con tenesmo, y el producto es mucoso, negruzco, ó líquido, con estrías sanguinolentas.

La secrecion de la orina es la única que disminuye. Hay irritacion de la uretra; la actividad de los testículos se aumenta y están como infartados. No faltan síntomas de inflamacion de la vagina; las reglas son abundantes ó anticipadas.268

Podemos, pues, deducir, que la accion del bromo se dirige particularmente á la laringe y la garganta, á las membranas mucosas y serosas, á la vida vegetativa y á todo el sistema linfático.

§ III.—Efectos terapéuticos.

El bromo empezó á usarse en el crup por los doctores Noack y Trinks; y siguieron despues varios médicos que publicaron sus observaciones. El doctor Ozanam, en fin, presentó en 1856 una memoria sobre este asunto á la Academia de las ciencias[42], y, por consiguiente, este medicamento llamó sériamente la atencion. No hay medicamentos, inclusos el azufre, la cal y la esponja, que presenten tanta semejanza en sus efectos con los síntomas del crup.

¿Es esto decir que las indicaciones del bromo se limitan al crup? Es indudable, y la esperiencia ha empezado á confirmar, que este medicamento es eficaz en los infartos del hígado y del bazo, en las peritonitis y pericarditis subagudas y crónicas, en las irritaciones ulcerosas ó flegmorrágicas de la nariz, de los ojos, de la vagina y de la uretra, cuando la diminucion de la actividad del sistema sanguíneo coincide con los síntomas que acabamos de referir.

Dósis.—La posologia del bromo es la misma que la del yodo; desde 2 á 3 gotas de la primera atenuacion dadas en veinticuatro horas, hasta la menor fraccion de la sesta y duodécima atenuacion.

Bromuro de potasio.—De todas las sales de bromo,269 tales como el bromuro de hierro y el bromuro de mercurio, solo nos ocuparémos de la primera, ó sea del de potasio. Esta sal solo es conocida hasta ahora por los apuntes de algunos médicos alemanes y por la memoria del doctor Huette. Aun cuando no se le dan las mismas propiedades del bromo, y se le cree análogo al yoduro potásico, es necesario reconocer que no están aun bastante apreciados sus efectos para formar una idea justa de su accion electiva y de sus caractéres diferenciales. Se ha observado que por la influencia del bromuro de potasio, se desarrollan dolores sordos, presivos, con vértigos; esta cefalalgia difiere de la del yodo, en que se fija en los senos frontales y consiste en punzadas. Hay somnolencia, adormecimiento, cierto estado de embriaguez, de atontamiento con abatimiento moral, y muchas veces, una irritabilidad de los sentidos y del cerebro con aberraciones y delirio inquieto. El aumento de la sensibilidad es momentáneo y precede el estado contrario que antes hemos señalado. La diminucion de la sensibilidad se estiende á los órganos todos de la vida de relacion, á la laringe y órganos genitales. La anestesia es simultánea con la debilidad muscular.

Se ha observado una irritacion subaguda, humoral, de las mucosas de los órganos de los sentidos, con flegmorragia, y precedida con frecuencia de una irritabilidad que disminuye las secreciones. Esta sucesion de efectos es notable con particularidad en los órganos genitales, la laringe y el tubo digestivo. En el fondo, la astenia es la que domina, puesto que las digestiones son lentas, fatigosas, el apetito venéreo está disminuido, y debilitada la circulacion de la sangre.

Los ensayos hechos con el bromuro de potasio en las afecciones sifilíticas aun en las terciarias, no han dado270 resultados satisfactorios; lo mismo ha sucedido en algunos casos de cáries escrofulosa, de escirro ó de induracion glandular; pero es probable que se obtengan buenos resultados, en casos de debilidad general ó parcial, con empobrecimiento de la sangre y algunos puntos flegmásicos crónicos con secrecion sero-mucosa. La esperiencia dirá lo demás; mas no es dable pueda ser útil en calidad de narcótico, como no se le administre á dósis tóxicas.

Dósis.—Es un error creer que se obtienen mas efectos terapéuticos con dósis fuertes. Algunas gotas de una de las mas bajas atenuaciones ó de la primera para un dia, y repetidas por el tiempo necesario, es lo suficiente generalmente. Habrá casos en los que se deba elevar las dósis hasta varios decígramos disueltos para tomar en el dia, pero con tales dósis desarrolla el medicamento pocos efectos especiales como lo prueba la observacion en la mayoría de ellos.

BRYONIA ALBA (Brionia).

§ I.—Historia.

Hahnemann ha sacado á este medicamento del olvido en que habia caido por el escasísimo conocimiento que de sus propiedades se tenia hace medio siglo. Le pertenece sin disputa por completo, la gloria de haber enriquecido la materia médica con uno de sus mas poderosos agentes. Bien se puede dudar que, sin sus esperimentaciones sobre la brionia, se hubiese pensado jamás en emplearle como se ha hecho otras veces en las fiebres biliosas, gástricas ó intermitentes, en los vómitos, cólicos, flujos de vientre, hidrotorax. Ratier[43] no reconocia271 en él mas que una propiedad drástica, y concluyó por limitar su uso á la aplicacion de la pulpa de su raiz, en la tumefaccion inflamatoria de las articulaciones, modo y forma de usarle, que, aunque empírico al principio, se hizo racional, como se verá á la conclusion de este estudio. Mr. Trousseau[44] mismo no tuvo el valor de dar á la brionia el rango eminente que debe ocupar en terapéutica, y se detuvo en el punto de Ratier, contentándose con colocarle entre los evacuantes al lado del elaterium y de la coloquíntida. Sin embargo, pocos medicamentos han hecho sus pruebas como la brionia en una multitud de afecciones febriles, flegmásicas, reumáticas. Se puede afirmar, volviendo al objeto, que nada hay nuevo sub-sole, y que el arte moderno no hace mas que volver á hallar los datos del primitivo tan pronto olvidado y aun desconocido hoy por los mismos que deben marchar á la cabeza del progreso. Se halla en Plinio[45] algunas propiedades de la brionia, y Dioscórides[46] la cree eficaz en varias afecciones pulmonales y en la pleuresía: oppressis, tussientibus, latere dolentibus datur.

A los recientes trabajos del doctor Curie, á sus esperiencias fisiológicas y á sus observaciones prácticas, debemos, por una parte, el conocer la propiedad de la brionia de desarrollar falsas membranas y exudaciones plásticas en la laringe, en la boca y otros puntos, alteraciones que ya Teste[47] habia indicado y que Orfila justificó para el intestino recto; á Curie se debe tambien272 el que la brionia cure el crup y la angina pseudo-membranosa en doce horas, á la dósis de 6 á 8 gotas de la tintura. Estas afecciones se contienen generalmente á las doce horas, y la curacion se verifica en las cuarenta y ocho ó setenta y dos, segun el grado de gravedad.

§ II.—Estado prodrómico.—Efectos fisiológicos y terapéuticos.

Generalidades sobre la accion fisiológica de la brionia.—El conjunto de fenómenos producidos por la brionia en el hombre sano, espresa un incremento de actividad sanguínea y nerviosa, y permite establecer su electividad sobre los órganos membranosos provistos de tejido celular abundante y de gran número de vasos capilares. Hartmann[48] dijo ya en 1836 que la brionia «conviene con preferencia al temperamento sanguíneo nervioso.» La esperiencia clínica ha justificado plenamente lo que la accion fisiológica de este medicamento habia hecho presentir á los primeros esperimentadores. Doleus dijo en el siglo XVII, que «la brionia convenia á las personas robustas.»

Poseemos ciertamente en la brionia un poderoso modificador de los sistemas nervioso y sanguíneo, bajo el punto de vista de las fluxiones y congestiones activas de la piel, las membranas mucosas, las serosas, las sinoviales de todo el organismo. Tampoco se puede decir que su accion electiva se dirija mas á los órganos gástricos que á las meninges encefálicas, y á la pleura, con preferencia al intrincado laberinto de celdillas pulmonales, y á los bronquios mejor que al peritóneo y las articulaciones.273

La brionia produce efectos análogos en el moral; está en armonía con la irritabilidad de la fibra; hay aumento de actividad moral é intelectual, hasta la irascibilidad y el delirio, hasta los pesares desesperados, y aun hasta el abatimiento, como término de la irritabilidad exagerada. La disposicion moral irascible de los temperamentos musculosos, nerviosos, sanguíneos, es análoga á la accion de la brionia.

Obra con menos especialidad que el acónito en los fenómenos nerviosos prodrómicos y primitivos, pero es superior en las erupciones agudas y las fiebres exantemáticas, para facilitar la erupcion y calmar el eretismo; y aparte de esto seria necesario darla la superioridad en las flegmasías y las fiebres que empiezan con esta irritabilidad, con esa tension del pulso y ese eretismo que tanto caracterizan su accion.

La brionia se dirige á la flogosis y á la fiebre completamente desarrollada con todas sus sinergias. No tiene la misma accion electiva que la belladona sobre el encéfalo, ni sobre las mucosas, pero es superior en las serosas y en las mismas mucosas con eretismo. Se adapta á las mismas personas que la nuez vómica, con menos electividad sobre los sistemas gástrico y raquidiano, pero con mas en los órganos respiratorios y los tejidos fibrosos. Semejante al zumaque, en cuanto á los órganos afectados, difiere, sin embargo, por la astenia y la agudeza que la caracterizan. Tiene alguna analogía con árnica, en cuanto á la irritabilidad de la fibra, y guarda un término medio entre esta y el zumaque.

Eminentemente activa y flogística, así como nerviosa, la accion de la brionia corresponde á las afecciones enteramente desenvueltas, á las fiebres que han llegado á la plenitud de su manifestacion, á no ser que el estado274 inicial espasmódico sea el efecto de una causa moral, como la cólera, y que la espansion esté como comprimida por la tension de la fibra, por el espasmo. En este caso es cuando principalmente se observa la cefalalgia frontal y supra-orbitaria apropiada á la brionia en el mas alto grado de su accion. Hay además en este medicamento una alternativa de calosfríos y calor, que sin la cefalalgia, se confundirian sus indicaciones con las de la nuez vómica, tanto mas, cuanto que en estos casos el pulso es menos lleno, menos duro y poco frecuente, mientras que en cualquiera otro estado febril el pulso de la brionia es duro, fuerte y frecuente.

Su accion especial en las membranas serosas la da una influencia muy importante en sus secreciones, resultando de lo mismo su indicacion particular en las inflamaciones llegadas ya hasta el punto en que la alteracion del sostenimiento y del estímulo llega á producir exudaciones plásticas, trasudaciones serosas mas ó menos graves. Esta especialidad de la brionia, bien reconocida en cuanto á las membranas serosas y sinoviales, no es al parecer menos ostensible en las membranas mucosas: los que la creen demostrada aconsejan la brionia en las inflamaciones mucosas con exudaciones y seudo-membranas, sobre todo en el crup, afeccion para la cual la alternan con la ipecacuana. Nuestra esperiencia no nos permite apoyar ó rechazar esta medicacion.

Mas sea de esto lo que quiera, la brionia, repetimos, goza de una accion esténica electiva sobre el sistema nervioso periférico, sobre las membranas, los tejidos fibrosos y el sistema capilar, y de un modo secundario sobre los sistemas absorbente, exhalante y gástrico. Nosotros le atribuímos el elemento inflamatorio en sus formas sanguínea, catarral, reumática, gástrica y nerviosa275 grave. La brionia es, en una palabra, un antiflogístico especial de los mas poderosos.

Hay en las enfermedades momentos de agravacion ó de mejoría, que sirven frecuentemente para diferenciar muchas veces las de una misma naturaleza. Esta misma observacion se ha hecho y confirmado por la esperiencia en los efectos de los medicamentos, que se agravan ó disminuyen en circunstancias determinadas y por accidentes conocidos. Pero, segun los datos de la etiología, no hay ninguna tan importante como la que resulta de las variedades del ritmo de los fenómenos morbosos. Así es que para la brionia los síntomas neurálgicos se agravan por el movimiento, al aire libre, por la presion, así como tambien despues de la comida y hácia media noche. Desde que un dolor, una tos, esperimenten sus modificaciones en las mismas circunstancias, requieren el uso de la brionia, aun cuando otros medicamentos ofrezcan condiciones de analogía é indicaciones sintomáticas exactas bajo otro aspecto. Los lectores hallarán ejemplos notables de la importancia de estos datos en la nuez vómica, la pulsatila, el zumaque venenoso y el mercurio.

§ III.—Estado agudo.—Efectos fisiológicos y terapéuticos.

Sea cual quiera el número de fenómenos nerviosos inscritos entre los efectos fisiológicos de la brionia, se puede realmente decir que este medicamento se adapta poco á los prodromos de las fiebres, y menos aun á los de las flegmasías. Es necesario que por lo menos domine el frio al estado febril inicial: esta circunstancia es la única que puede probar la exactitud de la asercion de Hahnemann cuando dice: «La fiebre de la brionia consiste276 principalmente en frio;» porque, lo repetimos, este medicamento es el mas indicado en el estado febril completo, en la congestion consumada, en la afeccion ya desarrollada y en toda su agudeza, pues por ardiente y general que sea el calor febril, se observa interrumpido por calosfríos. Se ha notado que el frio afecta mas particularmente la parte derecha del cuerpo; en el zumaque sucede lo contrario, pues el frio se dirige con preferencia al lado izquierdo.

Pocas fiebres habrá en las que la brionia no tenga indicacion en un momento dado. Su uso, en general, está fundado en la alternativa de calosfríos y calor, en un calor violento, en la irritacion de los bronquios, el deseo de bebidas frias, pulso fuerte y frecuente, cefalalgia frontal y temporal, con tension, irritabilidad moral, agravacion á la mitad de la noche, y sudores abundantes, ácidos y nocturnos, ó mas bien matinales.

A. Fiebres intermitente, remitente y biliosa.—La fiebre intermitente de la brionia reconoce ordinariamente por causa el calor del estío, y está acompañada siempre de un elemento gástrico ó reumático, de suerte que mas bien es una remitente gástrica. En esta fiebre se observa una sed mas viva que lo que indican los demás síntomas, como acumulacion de agua en la boca, náuseas y frecuentes calosfríos, que exigirian pulsatila. En este caso, la fiebre sínoca, y aun la mucosa y la biliosa, están caracterizadas por la sensacion de plenitud en el estómago y el dolor frontal infra-orbitario. La fiebre biliosa reconoce ordinariamente por causa una emocion violenta, un acceso de cólera: es debida tambien á una indignacion, á la insolacion, y á veces á un enfriamiento despues de un violento calor, y presenta una fuerte escitacion sanguínea y nerviosa sin remision,277 pero con vómitos biliosos. Cuando la fiebre mucosa ha llegado á su mayor altura, la brionia calma el estado nervioso casi entorpecido y la cefalalgia supra-orbitaria violenta.

B. Fiebres nerviosas graves.—En las fiebres nerviosas, el estado congestivo de las meninges, el delirio activo, los gritos durmiendo, el despertar sobresaltado, y los dolores lancinantes y dislacerantes son propios de brionia.

Hay calor, pero no turgencia de la cara como en la belladona; hay, en fin, alternativas de calosfríos y calor, pero sin intermision.

El carácter nervioso sanguíneo de la brionia parece justificar plenamente la práctica de Flinchmann en su hospital de Viena. Este profesor empieza por brionia en el tratamiento de casi todos los casos de fiebre tifoídea, á no ser que esté muy avanzada, y exija imperiosamente arsénico ó ácido fosfórico, medicamentos que considera en cierto modo como específicos en estas fiebres.

Es evidente que la brionia solo debe jugar en las fiebres tifoídeas y en todas las nerviosas graves, en el período de agudeza, cuando el estupor y la ataxia no están manifiestamente declaradas. Esta la escluye formalmente. La brionia favorece la accion de los medicamentos indicados en estos elementos morbosos, y corresponde á la agravacion remitente en union con otras indicaciones.

Se observa muchas veces en el curso de estas fiebres ó en su declinacion, y despues de la desaparicion de los fenómenos tifoídeos, el enfisema de los lóbulos inferiores del pulmon por el decúbito prolongado. Este caso es frecuente en los jóvenes, pero no constituye en ellos278 el neumotifismo, y aun no debe confundirse con él, porque la brionia, alternada con el mercurio, basta á disipar este accidente, mientras que el zumaque es preferible en el neumotifismo, salvo la conveniencia de medicamentos mejor adaptados al estado general y á esta forma de la afeccion tifoídea.

C. Fiebres reumáticas.—En estas fiebres, en las que las membranas serosas y las partes fibrosas de las articulaciones son el sitio de violentos dolores, de tumefaccion roja y lustrosa, con grande escitacion de los sistemas vascular y nervioso, rigidez de las partes y constancia de las tumefacciones inflamatorias, la brionia es soberanamente benéfica, y sus efectos, además, son perfectamente análogos.

D. Fiebre puerperal.—La fiebre puerperal, especialmente si la causa determinante es una contrariedad ó la cólera, requiere brionia, con la condicion de que la agudeza no haya aun desarrollado fenómenos nerviosos consecutivos, y que el peritoneo esté particularmente afectado. Brionia es, con el mercurio, el modificador mas útil en este período en que la sensibilidad del hipogastrio es escesiva, la hinchazon considerable, con ó sin diarrea, eretismo, fiebre violenta, sed ardiente y alternativas de calosfríos y calor. En varios de estos casos se la alterna con belladona. Cuando la escena pasa principalmente en la mucosa del útero, no es la brionia, sino el zumaque ó el arsénico..... Esto es justamente lo que el doctor Roth[49] ha combatido en el tratamiento de esta afeccion, porque brionia no corresponde á los fenómenos generales, ni tampoco á los locales de putridez, de astenia prolongada, de piogenia.279

E. Meningitis y mielitis.—Las afecciones del cerebro cuyos síntomas armonizan con los de la brionia, consisten en la inflamacion. Es útil en la aracnoiditis despues de belladona, para impedir el derrame ó la exudacion. Tambien se la alterna con mercurio y quizá con el bromo. Es utilísima en union con la digital ó árnica, el eléboro y el azufre en las irritaciones subagudas de las meninges, consecutivas de las fiebres graves. Aun cuando la belladona y aun el mercurio ó el carbonato de cal merecen la preferencia en el tratamiento del hidrocéfalo agudo, es necesario no olvidar la brionia, pero antes del estado comatoso, pues se dirige su accion para combatir el derrame seroso y las demás alteraciones meningíticas. Está tambien muy indicada en los niños al principio de las enfermedades del cerebro, ó mas bien en las afecciones del mismo que se desarrollan con lentitud, cuando el curso es irregular, el carácter variable, hay obnubilacion, cambio frecuente del color de la cara y dolores en los miembros, síntomas que indican que la trasudacion seudo-membranosa es inminente. Con frecuencia en estos casos, es muy útil antes y despues de zinc y aun quizá de indigo.

La nuez vómica no es siempre el mejor medicamento en las afecciones de la médula espinal. La mielitis aguda, en particular, reclama muchas veces la brionia, no solo por la agudeza y el eretismo de la fiebre, sino por la afeccion de las membranas que envuelven la médula y que hacen á este medicamento apto á modificarla. En la accion de la brionia sobre los nervios, se puede apreciar la que ejerce en los neurilemas, manifestándose así la diferencia de la nuez vómica, y mas aun del fósforo, que obra sobre la pulpa nerviosa.

F. Fiebres eruptivas.—La especialidad que se atribuye280 á la brionia de activar la salida del sarampion ó de impedir que su supresion tenga fatales consecuencias, consiste en su apropiacion exacta á los casos de fiebres con eretismo, bronquitis intensa y aun la congestion pulmonal. Cualquier otro medicamento puede en los mismos casos, pero en otras circunstancias, llenar la indicacion principal, sobre todo arsénico, á causa de los síntomas graves que sobrevienen ordinariamente. Esta observacion se refiere al mayor número de exantemas agudos y de fiebres exantemáticas. La brionia tiene tambien su indicacion en ciertos casos de fiebre miliar, en las mujeres paridas, con angustia, opresion, suspiros, y especialmente síntomas de afeccion uterina. La manzanilla, la ipecacuana, el arsénico, son generalmente convenientes.

G. Pleuresía y neumonía.—Desde que el doctor Gross publicó en 1822 la primera observacion de pleuresía franca tratada y curada con brionia, se han agregado muchos medicamentos á la lista de los que convienen á esta enfermedad en diversas circunstancias. Ya se ha visto el papel que juegan el acónito y el árnica; ahora dirémos el partido que se puede sacar de algunos otros; pero la brionia es el medicamento por escelencia en los casos agudos. La pleura y las células pulmonales son el sitio principal de su accion, pero congestionadas y flogoseadas. La brionia corresponde igualmente al período de la pleuresía en que se efectúa la exudacion plástica, para el que, el mercurio, la digital, el azufre..... son medios útiles y muchas veces indispensables. La hiperemia de las pleuras, cuando el pulmon no está interesado, se sostiene con el acónito y cede directamente con brionia, sea cual quiera la fiebre concomitante. Es preciso hacer constar respecto á este281 punto, que si este medicamento conviene en el período de agudeza ó en el principio de la formacion seudo-membranosa, cesa de ser oportuno cuando la fiebre termina, á no ser que se le alterne con el azufre; es ineficaz en los derrames serosos con fiebre moderada ó sin ella, y con empobrecimiento de la sangre.

La brionia está aun indicada en toda la agudeza de una neumonía, y con mas razon á la de una pleuro-neumonía. En este período, la congestion se ha realizado, hay hepatizacion, exudacion plástica, incipiente al menos, esputos herrumbrosos y aun estriados de sangre: es el segundo grado de la neumonía. Bien se puede afirmar, comparados los síntomas de la brionia y del fósforo, que este obra mas sobre el parénquima del pulmon, y la primera sobre las partes membranosas; el fósforo corresponde, como veremos cuando nos ocupemos de él, en el tercer grado de la neumonía. La resolucion de la inflamacion pulmonal se obtiene frecuentemente con la brionia, repetida por tanto tiempo como convenga á la intensidad y duracion del período á que la inflamacion corresponde. La sangre desaparece de los esputos, el sonido observado por la percusion se hace menos mate y concluye por ser claro, la broncofonía es reemplazada por el ruido crepitante, este por el mucoso, y este, en fin, por la respiracion vesicular y normal.

La brionia, sin embargo, está poco indicada en la neumonía de los niños, aun cuando haya dolor, lo cual es raro. La flexibilidad de los tejidos en esta edad parece escluir el eretismo propio de este medicamento; la ipecacuana, la manzanilla, la belladona, el mercurio y la sal de nitro le reemplazan ventajosamente.

H. Tísis tuberculosa.—Gran número de medicamentos tienen una accion congestiva sobre el pulmon;282 se pueden citar la ipecacuana, el azafran, el opio, el zumaque, la digital, la scila, la gibia, el fósforo, el azufre, la cicuta, el mercurio, el licopodio, el hierro..., sustancias que pueden jugar en el tratamiento de la tísis tuberculosa, en su principio, y en particular en sus prodromos; pero la brionia es la que, entre todos esos medicamentos, ofrece mas síntomas análogos al período en que los tubérculos empiezan á irritar el tejido pulmonal que le sirve como de ganga, y á provocar la tos, la opresion, el calor, los esputos de sangre; brionia es incomparablemente mas útil que las sangrías cortas y repetidas con las que tanto se ha molestado á los enfermos.

I. Bronquitis; crup.—La bronquitis propia de brionia tiene una tos por accesos, especialmente por la mañana, por la tarde, á media noche; es seca con esputos escasos, viscosos y aun sanguinolentos. Hay dolores lancinantes, una opresion que puede ser muy fuerte, y mucho eretismo y fiebre; la opresion, en fin, es intensa y vesicular.

La scila, el tártaro estibiado y otros medicamentos son mas á propósito en el estado menos agudo, ó cuando cesa la tension, y cuando empieza la espectoracion con sus matices y colores diversos. Todo lo que hasta aquí hemos dicho parece confirmar las propiedades de la brionia en el crup y la angina membranosa. Estas afecciones de la sangre que aguardan aun la solucion de las dudas que pueden suscitar bajo este aspecto, se han llevado á feliz término con el acónito, el mercurio, la esponja quemada, el bromo y el sulfuro de cal, escepto para los médicos sistemáticos que solo acuden aun hoy á los medios rutinarios y á las prácticas irracionales de los derivativos y de la traqueotomía.283

J. Pericarditis.—Los fenómenos agudísimos de la brionia relativos al corazon, corresponden á la pericarditis, que casi siempre es en estos casos producida por la emocion de la cólera, por el reumatismo ó la artritis. Los movimientos del corazon son mas regulares y menos tumultuosos que en el acónito y la belladona. No hay, no, el orgasmo sanguíneo de este último medicamento; pero en cambio existen dolores atroces, tension precordial, síncopes, al menos inminentes, y un conmemorativo artrítico.

K. Hepatitis.—En la hepatitis, la brionia está indicada cuando hay ictericia, estreñimiento, accidentes asmáticos, fiebre violenta erética y agravacion nocturna. Se dirige, pues, mas bien á la afeccion de la cara superior del hígado, ó de su superficie peritoneal, mientras que la pulsatila lo hace en la hepatitis profunda, en la inflamacion de la porcion vascular y gástrica de esta víscera, con angustias, conatos al vómito, salivacion abundante, deposiciones copiosas, etc..... La belladona parece mas indicada en la flogosis parenquimatosa del hígado, con mayor sensibilidad, fiebre con delirio....; el mercurio es muchas veces un auxiliar indispensable de estos tres medicamentos, aun cuando la hepatitis reconozca por causa un acceso de cólera, lo que, en todos casos, reclama brionia, y á veces acónito y manzanilla despues de aquella.

La brionia es poco útil en la hepatitis crónica, á no ser que haya recrudescencias, ó que deba asociársela al azufre y al mercurio. Es por regla general en las flogosis agudas en las que está indicada la brionia, en el momento en que los tejidos van á sufrir una alteracion piogénica, como en la otitis reumática, la metritis, la ovaritis, la inflamacion roja y nudosa de los pechos en284 las nodrizas, en la oftalmía reumática y artrítica; pero en este caso, el zumaque y el cólchico..... son ayudantes muy útiles. El fósforo le sucede con preferencia en la inflamacion de las mamas.

L. Flegmasías esternas.—Todas las inflamaciones esternas de la brionia tienen tumefaccion, calor vivo, tension y rubicundez lustrosa y circunscrita. El dolor es grande y dislacerante con mucha tirantez y agravacion al menor movimiento. En general estas inflamaciones son fijas, y este es el carácter de la erisipela que se observa alrededor de las articulaciones, y en la que conviene la brionia. Tambien se adapta muy bien á los forúnculos y gánglios muy inflamados, en los sabañones con hinchazon muy caliente y dolorosa, y en las úlceras antiguas cuyos bordes están ardorosos, tumefactos, tirantes y rodeados de un círculo rubicundo y lustroso. La belladona y el mercurio son los medicamentos mas análogos de la brionia en estas circunstancias; lo son despues, el fósforo, que está indicado en el momento en que se observa un principio de alteracion en los sólidos y líquidos del tumor inflamatorio; el arsénico, que tiene su momento de oportunidad, cuando el esceso de la flogosis y la ingurgitacion de los vasos producen la tension y el éstasis que preceden á la gangrena y que caracterizan el calor quemante.

Siempre que las tumefacciones artríticas revistan los caractéres de las inflamaciones reumáticas articulares, como la inmovilidad, la rubicundez lustrosa menos circunscrita á las articulaciones, tension, pesadez, rigidez del miembro y sensibilidad al tacto, la brionia es un medicamento heróico; lo es en general en las inflamaciones de los tejidos blancos, con fiebre, eretismo y estreñimiento.285

§ IV.—Estado crónico.—Efectos fisiológicos y terapéuticos.

Las modificaciones producidas en la economía por el uso de la brionia se dirigen mas al sistema nervioso y sanguíneo que á la constitucion química del cuerpo; modifica la sangre, pero no entran en su esfera de accion las lesiones orgánicas y las enfermedades del sistema linfático ó nutritivo, sin inflamacion erética. Sin embargo, el color amarillento de la piel, los sudores viscosos, los cabellos grasientos, las erupciones urticarias y miliares, el prurito y los dartros furfuráceos, justifican que tiene la brionia alguna accion sobre el sistema cutáneo y en la vida nutritiva.

A. Hidropesías.—La brionia se usa poco en el tratamiento de los derrames serosos, de los edemas, y por consiguiente en la hidropericarditis y el hidrotorax crónicos ó solamente subagudos. Es necesario, para que sea útil, que los fenómenos inflamatorios exacerben estas afecciones, del mismo modo que las adenitis, las úlceras, etc....., en la esfera de su accion aguda.

B. Asma, histerismo.—Los accesos nocturnos del asma, ciertos espasmos histéricos y otros padecimientos uterinos siempre presentan un elemento erético y de irritacion, que forman en casos dados una indicacion de la brionia.

C. Dispepsia, estreñimiento, diarrea.—La brionia es un escelente remedio en las dispepsias del estío ó las producidas por esceso de calor, así como tambien en el estreñimiento ó la diarrea con escrecion difícil, en el de los niños con acedías del estómago y calor frontal, y en las disenterías con materias ácidas. Es análoga á la nuez vómica por su electividad sobre el tubo intestinal, por lo cual se usa con tanta frecuencia como286 esta, y es infundado el imputarla que no cura ciertas gastralgias y gastropatías si no se repiten instantáneamente sus dósis.

D. Neuralgias, reumatismo.—La preeminencia de la brionia en el tratamiento de las afecciones infebriles reside en sus relaciones con los elementos artrítico y reumático. El dolor esencial y puramente nervioso rara vez le corresponde, siendo preferibles el acónito, la belladona, la spigelia, etc. Los dolores de la brionia son congestivos, irritativos y ocupan con preferencia las aponeurosis, los tejidos blancos, las membranas sinoviales y serosas, las envolturas del corazón y las túnicas musculares del estómago é intestino; son lancinantes, dislacerantes, violentos unas veces, y otras con ardor quemante exacerbado por el movimiento y el tacto, y aumentado por la noche.

Es muy difícil á veces distinguir los dolores de la brionia de los de la nuez vómica, del zumaque, etc.; es necesario para esto recurrir á la diferencia de su ritmo, segun las observaciones que hemos hecho antes. Agregarémos, sin embargo, que el dolor de la nuez vómica tiene algo de mas periódico en su intermitencia, y que el dolor de la brionia, que reside en los miembros, se fija á veces por algun tiempo en las cavidades, sobre las envolturas del corazon, en los intestinos, etc..... Además, las partes no afectadas están rígidas, y su movimiento agrava el dolor, que puede casi siempre referirse á la gota, al reumatismo y á las causas reumáticas. Por lo espuesto y por los signos distintivos de este género es como se llega á determinar las neuralgias tratadas con éxito por la brionia, tales como odontalgia, clavo histérico, cefalalgia, ciática, lumbago, gastrodinia, metralgia, pleurodinia, neuralgias del corazon....287

E. Flegmasías crónicas.—No insistirémos en la utilidad de la brionia, sola ó alternada con el mercurio ú otros medicamentos, en el tratamiento de la hepatitis subaguda y crónica, y en ciertos infartos glandulares ó del tejido celular; pero debemos completar lo dicho indicando sus escelentes efectos en la hinchazon de los miembros, la leucoflegmasía en particular, en la phlegmasia alba dolens, en el enfisema subagudo y crónico del pulmon, y en los focos de hepatizacion diseminados y simulando la tísis; en estos casos, haya ó no fiebre, la brionia alternada con el mercurio, este por la mañana y aquella por la tarde, á la tercera, segunda y aun primera atenuacion, y á la dósis de 2 ó 3 gotas ó de 10 á 15 centígramos, producen maravillosos efectos.

Dósis.—Las afecciones febriles exigen las dósis mayores; una ó varias gotas de la tintura ó de la primera y segunda atenuacion. Pero estas dósis son muy fuertes en los casos en que hay fiebre y flegmasía con eretismo. Entonces, como en la mayor parte de las neuralgias propias de la brionia, es necesario, segun la constitucion mas ó menos irritable del enfermo, dar atenuaciones elevadas, de la tercera á la trigésima. Algunas afecciones locales reumáticas ó flegmásicas exigen aplicaciones de compresas empapadas en una mezcla de 4 á 6 gotas de la tintura por vaso de agua pura, ó una aplicacion de la pulpa de la raiz de brionia mezclada con el salvado ó harina de linaza. Pero la solucion que designamos es un poco superior á las cataplasmas, aun las compuestas con la pulpa.288

CALCAREA CARBONICA (Subcarbonato de cal).

§ I.—Historia.

Esta sustancia la suministra la concha de la ostra, y se prepara por una estremada division con el intermedio de un vehículo inerte, del mismo modo que las demás sustancias secas ó salinas. El carbonato de cal obtenido de la concha de la ostra no está, es verdad, rigurosamente puro; pero como es el que se ha esperimentado, merece, por consiguiente, la preferencia.

Los que solo ven en el carbonato de cal una sustancia inerte se admirarán del lugar que ocupa en esta materia médica. Sin embargo, es forzoso aceptar el imperioso lenguaje de los hechos, y este estudio, por imperfecto que sea, pondrá en disposicion de juzgar de la actividad de las sales de cal, y de su eficacia en casos determinados. Estas sustancias, además, se han empleado en todos tiempos, tales como el polvo del coral, de los huesos, de la nácar de perla, de las cáscaras de huevos, de las conchas de ostra, de diversas concreciones, de los ojos de cangrejo y el agua de cal, atribuyéndolas antiguamente eficacia en un gran número de enfermedades, cuales son: fiebres intermitentes con hinchazon mas bien edematosa del hígado y bazo, leucoflegmasías, escorbuto, dartros, sarna, úlceras atónicas, escrófulas, infartos lácteos, leucorreas y enfermedades del útero, edemas, cánceres, infartos articulares, artritis, coqueluche, hidrofobia, cálculos vesicales, acedías del estómago, marasmo, fiebre verminosa y gonorrea antigua. La aplicacion que Mr. Bretonneau acaba de hacer del agua de cal en las diarreas antiguas con ulceraciones, solo es la renovacion de un procedimiento de Hipócrates, ó tomado de Hahnemann.289

§ II.—Efectos fisiológicos.

Debemos indicar ante todo que los efectos fisiológicos desarrollados por la cal en las personas espuestas á sus emanaciones, por ejemplo, ó viviendo en habitaciones recientemente blanqueadas ó construidas, están en perfecta armonía con los observados en los ensayos sobre el hombre sano, referidos por Desbois (de Rochefort)[50], y que no pueden atribuirse á la humedad, tales son: estornudo, tos frecuente, ligeras incomodidades en la garganta, con constriccion, conatos á vomitar, cólicos, diarrea, disentería, sensacion de apretamiento en el pecho, parálisis, abscesos frios. Romazini enumera los efectos de las sales de cal y de las sustancias calcáreas, en los que las manejan del modo siguiente: concreciones tuberculosas en los pulmones, cólicos violentos de estómago é intestinos, sequedad de la boca, temblores, parálisis, estreñimiento pertinaz de la garganta, diarrea, dificultad de orinar, escozor, sequedad en la piel.

La accion del carbonato de cal tiende á la astenia, á la depresion de la vitalidad, á la desunion de los elementos orgánicos. Está en relacion con la vida nutritiva; la esfera vegetativa es de su dominio; los órganos todos sienten su influencia, pero mas especialmente el tejido celular y los sistemas linfático y venoso. Su carácter esencial es el empobrecimiento de la sangre y de la linfa, así como tambien la aberracion del tipo nutritivo. De esto resultan las colecciones serosas, la debilitacion del sistema nervioso y del calor animal, los flujos mucosos y las hipersecreciones, las hipertrofias y las atrofias,290 las vegetaciones y ulceraciones, el infarto venoso, las irritaciones y las flegmasías crónicas.....

Desde luego se advierte que el carbonato de cal está en íntima relacion con las constituciones escrofulosas, caquécticas, con la edad del crecimiento y con los temperamentos pletóricos ó venosos. Se adapta, pues, á la obesidad, al marasmo y á la atrofia. La infancia reclama particularmente la accion benéfica de este medicamento, ya sobre las fuerzas espansivas de una nutricion exuberante, ya en un estado morboso en el que la vida vegetativa está afectada. La vejez halla tambien en la calcárea un medio de atenuar la descomposicion que la agobia, de moderar sus pérdidas, y de exaltar el poder de reconstitucion. Mas si el uso del carbonato de cal no está limitado ni á edades determinadas ni á constituciones dadas, es preciso reconocer que su accion no puede ser útil si no hay astenia, decaimiento de la nutricion ó suspension, es decir, secreciones libres y alguna diminucion del calor animal y de la escitacion nerviosa.

Comparando la discrasia y el estado caquéctico producido por el carbonato de cal y los alcalinos en general, con la caquexia que determinan los ácidos minerales, se halla grande analogía entre los síntomas del uno y los del otro; pero un exámen atento de los efectos por aparatos y funciones, nos presenta cuatro caractéres diferenciales muy importantes: 1.º los alcalinos obran sobre el sistema linfático y hacen á los líquidos mas serosos; alteran la nutricion por la disolucion de la sangre y de la linfa; los ácidos producen el mismo efecto por esceso de animalizacion de las sustancias alibiles y de los humores; 2.º los alcalinos producen la relajacion, la flojedad, la palidez de los tejidos, infartos linfáticos,291 depósitos serosos, flujos; los ácidos desecan los tejidos, les acortan, reducen la trama ó masa; los humores descompuestos sufren una diminucion por la transpiracion insensible, cutánea y pulmonal, por una especie de evaporacion, y los derrames serosos, mas lentos, son el último grado de la lucha; 3.º los alcalinos disminuyen considerablemente el calor animal, producen grande impresionabilidad al frio, y la fiebre lenta está caracterizada por el predominio del mismo y de los flujos mucosos y escrementicios; los ácidos aumentan el calor animal, y la fiebre lenta que provocan es notable por el predominio del calor, y por el estado de tension que no escluye las secreciones; 4.º los alcalinos, en fin, afectan la plasticidad, producen aberraciones hipertróficas y vegetativas, mientras que los ácidos tienen una accion descomponente mas directa, y desarrollan ulceraciones, pérdidas de sustancia, erosiones. El ácido azótico es el único que cuenta entre sus efectos las vegetaciones ficoides en las membranas mucosas y las producciones carnosas en las úlceras. Y, cosa notable, el ácido azótico es precisamente el mejor antídoto del carbonato de cal, especialmente en las lesiones de tejido.

Algo más es, pues, necesario investigar en los alcalinos que lo de simples neutralizantes de los ácidos, y en estos, alguna otra cosa que la de meros medios de neutralizar los primeros. En efecto, así los alcalinos como los ácidos, y es una condenacion esplícita de la quimiatría por el mismo profesor Trousseau, gozan de propiedades dinámicas que les adaptan perfectamente y con buenos resultados á los estados caquécticos, en razon de su analogía con los que son capaces de producir. Por esta razon, el profesor que acabamos de citar, dice que es necesario «dar á los indivíduos en los que la292 sangre, por su estado de disolucion, les predispone tanto á las hidropesías, el medicamento reputado como el disolvente por escelencia de la misma.»

Los padecimientos ocasionados por el carbonato de cal, se agravan en el tiempo húmedo, por la esposicion al aire libre, por la presion en los puntos dolorosos, y tambien despues de comer, estando sentado ó acostado, y en fin, por la noche y por la mañana.

Los síntomas distintivos de este medicamento están en armonía completa con lo que hemos dicho de los efectos de los alcalinos en general, como se ve por los siguientes: calor escaso, grande sensibilidad al frio, vómitos de sangre, movimientos congestivos en diversos órganos con sensacion de frio que sigue por lo menos la direccion del calor, debilidad muscular, temblores paralíticos, atonía nerviosa, vértigos, palpitaciones y sensaciones de frio interior, así como tambien en personas de una nutricion aparentemente buena, de aspecto pálido, hinchado; edemas parciales, obesidad ó enflaquecimiento, piel dispuesta á irritarse y supurar, irregularidad de la nutricion y desarrollo de verrugas, de kistes, de hipertrofias; aumento de las secreciones y de las mucosidades, flujos crónicos.

Es un hecho observado que todas las sustancias que, en proporciones apreciables, forman parte del cuerpo humano, gozan, como medicamentos, de una accion profunda y persistente quizá en mayor grado que cualquiera otra; pero consta tambien de la observacion, que no ejercen su poderosa influencia en el organismo, sino en dósis de una atenuacion prodigiosa. El práctico puede convencerse todos los dias con el hierro, el fósforo, el azufre, la sal marina y el carbonato de cal en particular, que entra en grande proporcion en la composicion293 de nuestros órganos, que existe en nuestros alimentos y bebidas, y que sin embargo es uno de los mas poderosos modificadores terapéuticos en todas las edades, y el medicamento indispensable de la infancia.

Las otras sales de cal, como el acetato, el fosfato, el sulfato, el muriato, y aun la misma cal viva, están menos estudiadas y administradas con menos exactitud aun, y por consiguiente menos conocidas. Tienen no obstante un fondo de accion análoga á la del carbonato de cal, si bien mas ó menos pronunciada en este ó en aquel sentido. Algun dia utilizará la terapéutica estas diferencias; y ya hoy mismo se puede preferir el acetato de cal en las afecciones asmáticas con caquexia serosa, porque posee una accion electiva sobre el neumogástrico y sobre el pulmon; el muriato de cal dirige al parecer á las membranas mucosas y los vasos capilares la accion disolvente y la aberracion plástica de la cal.

El fosfato de cal, cuya preparacion debe ser idéntica á la de Hering, su principal esperimentador, obra mas especialmente en el sistema nervioso cuya sensibilidad exalta, por los desórdenes de la nutricion, mas que por una accion directa. Ultimamente, todas estas sales de cal obran siempre en sentido de la astenia, de la disolucion de los humores y de la aberracion de la plasticidad.

La quina, el mercurio, el sílice, el causticum, la pulsatila, el ácido azótico, el fósforo y la belladona son los medicamentos que tienen mas analogía con la accion fisiológica y terapéutica del carbonato de cal, y los mas frecuentemente indicados con él en el curso del tratamiento de una misma enfermedad crónica.294

§ III.—Efectos terapéuticos.

A. Afecciones nerviosas.—Los fenómenos nerviosos y morales del carbonato de cal manifiestan un estado de padecimientos crónicos y de nutricion enfermiza; el moral le espresa por la ansiedad, la impaciencia, abatimiento, tristeza, sustos, hipocondría, indiferencia, falta de memoria y de voluntad. El delirio no se presenta sino á consecuencia de cefalalgias congestivas sostenidas por mucho tiempo; pero lo que sí se ha observado, es la enajenacion mental con visiones espantosas y desesperacion.

Los dolores, aunque variados, son generalmente tractivos con endolorimiento ó sensacion de contusion; los calambres, las convulsiones y el adormecimiento no son estraños á este medicamento, y casi siempre se han observado movimientos congestivos, grande debilidad y síncopes ó disposicion á los mismos. Los espasmos están acompañados de bocanadas de calor y palpitaciones, con frio algunas veces, y seguidos de fatiga y de una sensacion de magullamiento.

Se cree eficaz á este medicamento en el corea, pero es en el que se presenta en la edad de desarrollo enfermizo en la que esta afeccion espasmódica es menos probable sea producida por la irritacion directa de la médula espinal. Se reconoce en la calcarea una accion innegable en las epilepsias y accesos epileptiformes, ya en los niños, ya en constituciones deterioradas, y ya en sugetos hemorroidarios, escrofulosos ú obesos. Su accion, en estos casos, es mas pronunciada en los accesos nocturnos. Bœninghaussen la alterna con la belladona. El causticum es algunas veces su mejor auxiliar. La mielitis y ciertas irritaciones crónicas de la médula295 espinal reclaman su uso si hay las condiciones de escrófulas y marasmo, en cuyo caso el sílice es tambien muy útil.

Las hemicráneas, las cefalalgias crónicas con presion, plenitud, pesadez, vértigos, oscurecimiento de la vista, náuseas, pertenecen á la esfera de accion de este medicamento; se ha observado que la hemicránea del lado derecho cede mejor con el carbonato de cal, y la del izquierdo con mercurio. Estas afecciones y las neuralgias en general y las neuroses del carbonato de cal, están acompañadas de una sensacion de frio como las de agárico y eléboro blanco, y dependen de su éstasis venoso ó linfático, de la escrófula, de la debilidad nerviosa y vegetativa, de los trabajos intelectuales y de otras causas debilitantes, sin que sea preciso que la debilitacion esté desarrollada.

La calcarea carbonica es uno de los medios curativos en las afecciones paralíticas que dependen de una discrasia, de una caquexia análogas á las del medicamento. Tambien se la ha empleado en la atonía de los órganos respiratorios, en la parálisis incipiente del pulmon á consecuencia de bronquitis repetidas y de una hematosis insuficiente. Su utilidad en las afecciones asmáticas y en el catarro sofocativo crónico es indudable; su indicacion en estos casos es la misma, y procede tambien de la flegmorragia y la sensacion de apretamiento en la base del pecho que acompañan á estas afecciones.

La influencia, en fin, del carbonato de cal en las enfermedades nerviosas se estiende á ciertas gastralgias, en las que el grafito le disputa su eficacia; pero se observa en estos casos el mal estado de la nutricion y el desprendimiento de gases intestinales, como en las cefalalgias y otras neuralgias de este carácter.296

B. Afecciones del sistema circulatorio.—El carbonato de cal juega rarísima vez en las afecciones febriles, porque no le pertenece el elemento inflamatorio agudo, ni las flegmasías francas, aun en su período de declinacion y terminacion. Esto no obstante, no se debe despreciar el recurrir á él en ciertas fiebres mucosas en su período de flojedad, en fiebres intermitentes crónicas, con caquexia serosa, obstrucciones abdominales y flujo de orina, diarrea, sudores fáciles y abundantes; en algunas fiebres hécticas con hinchazones edematosas y secreciones aumentadas, y en fiebres exantemáticas que se prolongan hasta despues de la desecacion. Este medicamento es tambien útil aun en afecciones febriles de niños enfermizos ó cacoquímicos, cuando la fiebre aparece ó se agrava por la noche y por la mañana. En todos estos casos de fiebres y de enfermedades febriles, con ó sin lesion orgánica ó flegmasía crónica constante, el carbonato de cal requiere el predominio del frio, la debilidad muscular, bocanadas frecuentes de calor, sudores nocturnos ó matutinales, edema, enflaquecimiento ó polisarcia, aspecto pálido y exacerbaciones que remiten por la tarde, sin calosfríos antes del calor, pero con frio en las estremidades durante el calor, grande sensibilidad al frio y dolores contusivos. El azufre y el mercurio, la quina y el sílice son los mas análogos en todas estas circunstancias.

Algunos de los síntomas del carbonato de cal se refieren al aneurisma del corazon ó de los grandes vasos. Curaciones admirables se han obtenido con este medicamento en casos casi desesperados de este género, en personas debilitadas, linfáticas y jóvenes. A su electividad sobre la nutricion y á su poderosa influencia para corregir las aberraciones de la plasticidad, se deben los297 resultados de su administracion en la hipertrofia del corazon. La estancacion de sangre venosa, aun con dilatacion de los vasos capilares, reclama igualmente su uso. En todas estas afecciones se asocian con ventaja, segun los casos, el licopodio, el carbon vegetal y la pulsatila.

C. Afecciones gastro-pulmonales.—La accion especial del carbonato de cal sobre la vida vegetativa y la nutricion intersticial, no la permite influir directamente en las afecciones nerviosas, sanguíneas y mucosas, sin sitio de predileccion. Es útil, sin embargo, en las afecciones gastro-pulmonales y en las del sistema nervioso y linfático, cuando la nutricion se altera, ó que las fiebres graves se elevan hasta la adinamia, que se manifiestan diarreas y disenterías crónicas con ó sin deposiciones purulentas y estrías de sangre, picotazos abdominales, ulceraciones ó simples flujos mucosos ó muco-purulentos. Es el remedio por escelencia de ciertas lienterías por atonía del tubo digestivo, cuando la quina, el hierro, el laurel-cerezo y el azufre no están indicados, ó que su uso no ha modificado el estado de los intestinos en el sentido de su accion. El carbonato de cal corresponde á la lientería, en la que, si bien las deposiciones son duras muchas veces, no están digeridas las sustancias, y son blanquecinas ó diarréicas, espumosas, de olor ágrio, con retortijones por la noche y despues de comer; está acompañada de tabes mesentérica, con infartos mesentéricos, esplénicos ó hipertrofia de las criptas mucosas de los intestinos.

El carbonato de cal es, con el arsénico, la pulsatila y el ácido fosfórico, el principal medicamento de las diarreas rebeldes de los niños. Por último, ciertas dispepsias y gastro-atonías con pirosis, desarrollo de gases298 despues de la comida, agravacion por la leche, salivacion y calor en el vientre, pueden tratarse con éxito con la calcarea.

Hemos hablado de sus indicaciones en el asma y la bronquitis con carácter nervioso, aun cuando estas mismas afecciones pueden reclamar su uso por una índole mas bien asténica y humoral. Ahora agregarémos que las irritaciones de la garganta con salivacion, sensacion de constriccion, rubicundez con tumefaccion de las amígdalas y erupcion de vesículas en la superficie faríngea, ceden á este medicamento, especialmente en los niños, y despues del uso del mercurio; en estos casos, sin embargo, son preferibles el bromo y el sulfuro de cal, si hay, por lo menos, astenia y linfatismo.

D. Afecciones del aparato génito-urinario.—Ninguno de los síntomas del carbonato de cal relativos á la vejiga, al útero y sus dependencias, tiene el carácter de la inflamacion franca; todos los síntomas de este medicamento espresan una irritacion mas ó menos viva, pero asociada siempre á la astenia con fluxion humoral y flojedad.

Si bien hay exaltacion del apetito venéreo y de los órganos, el cóito fatiga siempre sin embargo, aniquila y produce pesadez de cabeza, y existe alguna de las circunstancias siguientes: ereccion insuficiente, emision seminal tardía y débil, falta de deseos.

El carbonato de cal corresponde á las menstruaciones escesivas, frecuentes, á las pérdidas en la época catamenial, siendo este precisamente el principal carácter de su accion congestiva y asténica. Corresponde tambien á la amenorrea completa ó á las menstruaciones retardadas, á la dismenorrea en las mujeres obesas ó simplemente pletóricas, sin eretismo, pero sí con insuficiencia299 del flujo menstrual. Bajo estos dos aspectos se adapta á las jóvenes en la época de la pubertad, á las mujeres en la edad crítica, ya por su efectividad sobre el sistema plástico y el desarrollo material del organismo, ya por su accion no menos especial en los capilares venosos, en la época de la vida en que el útero va á perder su influencia; se adapta igualmente por estos dos estados al embarazo, y muchos prácticos quieren que este medicamento remedie la mayor parte de las incomodidades de la gestacion, deseo al que los síntomas les autoriza perfectamente, y que tienen mucha analogía con los de la sepia.

Otros muchos medicamentos tienen en sus patogenesias los síntomas de menstruacion escesiva y pérdidas muy frecuentes, pero los unos, como la belladona, obran activamente; otros, como la ipecacuana, congestionan espasmódicamente; el carbon vegetal y el centeno cornezuelo determinan un éstasis venoso con congestion capilar, mientras que el platino obra por escitacion nerviosa; el carbonato de cal es análogo á la magnesia y subcarbonato de potasa por su congestion venosa asténica y porque se dirige mas que estos al fondo del útero, privando á los vasos de su tonicidad ó entorpeciendo la nutricion, y empobreciendo, por consiguiente, la sangre; se observan al mismo tiempo en el carbonato de cal, cefalalgias, odontalgias, infartos sensibles de los pechos. La mucosa vaginal además está congestionada, irritada; hay por lo mismo várices, escrescencias poliposas en el cuello, y casi siempre leucorreas y flujos acres ó escoriantes. Se ha empleado con fundamento este medicamento en ciertas gonorreas virulentas y cuyo flujo no habia cedido á un tratamiento especial; se le dirigia entonces á combatir el estado de la mucosa uretral, por300 una parte, y el humoral del organismo por otra, y estas condiciones le dan una importancia notable en el tratamiento de algunos catarros vesicales.

Debemos aun mencionar la curacion de ciertos pólipos y vegetaciones del cuello uterino ó de los labios por el carbonato de cal. Alternado con la pulsatila ha modificado tan favorablemente el estado varicoso de los órganos de la gestacion, del que procede el aborto, que en muchas ocasiones ha podido prevenir este accidente; la calcarea y pulsatila, en fin, tienen una eficacia innegable en las recien paridas, para disipar ciertos fenómenos febriles debidos á la metástasis láctea ó á la supresion de la leche.

E. Afecciones del sistema cutáneo.—Las erupciones secas son las en que mas indicada está la calcarea. La superficie cutánea parece carecer de jugos reparadores; pero aun hay otra razon no menos fundada para que las erupciones húmedas no sean estrañas á este medicamento, y es la abundancia de jugos mal elaborados, máxime si la astenia cutánea favorece la estancacion de los mismos.

Generalmente basta este medicamento para hacer desaparecer las manchas rojizas que subsisten despues de la curacion de algunos exantemas; las rubicundeces eritematosas y las naturales del acné rosáceo ceden tambien con el carbonato de cal. Las pústulas del acné se tratan mejor con este medicamento, seguido ó precedido de la nuez vómica y del arsénico. Las diversas formas del impétigo reclaman la calcarea en primera línea, pero algunas veces solo ceden con fósforo, licopodio, sílice....

El elemento papuloso de las erupciones crónicas exige el uso del carbonato de cal; pero el prúrigo se acomoda301 tambien al arsénico. La calcarea se adapta esencialmente al herpes escrofuloso en todas sus formas; á la tiña, y en particular al favus mucoso, á la costra láctea de carácter serpiginoso, y á ciertas sifílides rebeldes. Mas todas estas afecciones, generalmente rebeldes, exigen un tratamiento largo, y el que pueden jugar otros varios medicamentos; se hará bien en preceder á la calcarea, el azufre ó el ácido azótico, segun que se trate de erupciones pruritosas, secas, escrofulosas, húmedas y escamosas, ó de otras que presenten escrescencias, erupciones con fungosidades, exudaciones sanguíneas ó un orígen sifilítico. En estos tratamientos, con la perseverancia y la eleccion de medicamentos bien indicados, se obtienen resultados mejores y aun superiores á las medicaciones mas acreditadas por la rutina.

F. Afecciones del sistema linfático.—La simple diátesis escrofulosa en personas bien constituidas, no es del recurso del carbonato de cal, pues este medicamento se adapta mejor á la caquexia escrofulosa con agravacion febril, principalmente por la mañana; el licopodio la presenta por la tarde.

El carbonato de cal está indicado en el tratamiento de las afecciones escrofulosas de todas las edades, pero mas especialmente en la infancia y hasta la edad del completo desarrollo orgánico. Sus caractéres principales en los niños son: lentitud en la osificacion, retardo en osificarse las fontanelas, cabeza voluminosa, huesos blandos, flexibles; en los niños, como en los jóvenes, venas abultadas, ojos tristes y con ojeras azuladas, desarrollo exagerado del sistema linfático, apetito voraz, adipsia, grande impresionabilidad al frio, movimientos congestivos en las partes superiores, vértigos frecuentes, debilidad muscular, apatía.302

Es uno de los principales medicamentos de la tabes mesentérica, y aun puede ser suficiente para curarla, administrado despues del azufre. El arsénico, en una afeccion análoga, no tiene los mismos movimientos congestivos en la cabeza y la misma persistencia; pero hay mas calor ácre, mas sequedad en la piel y mayor postracion.

El raquitismo es indudablemente una de las enfermedades en la que es mas eficaz el carbonato de cal; es el medicamento mas á propósito para fortificar, enderezar, consolidar el sistema óseo, dirigir su desarrollo normal y regularizar la nutricion, aun cuando se trate de la denticion.

La accion de la calcarea se activa y hace mas eficaz muchas veces con el uso anterior del azufre ó del ácido azótico, sobre todo, en las enfermedades de los huesos, en la tabes mesentérica y en los infartos de los gánglios linfáticos. El carbonato de cal no está indicado en el momento de la supuracion de los abscesos, de las ulceraciones, los exantemas, las glándulas y los tumores blancos, pero es casi necesario antes de este momento y cuando la supuracion ha cesado ó se ha hecho crónica por degeneracion.

La oftalmía escrofulosa es la afeccion de este género, en la que este medicamento es indispensable. Primeramente en la de los recien nacidos, cuando su abundante secrecion se ha resistido al azufre y que el mercurio no está indicado; despues, en todas las enfermedades del ojo y sus dependencias, cuando tienen el carácter escrofuloso. Los fenómenos inflamatorios requieren primero belladona y mercurio; despues de los cuales, produce escelentes resultados el carbonato de cal, especialmente cuando hay una abundante secrecion303 mucoso-purulenta. Ultimamente el sílice y el causticum juegan en el tratamiento de las afecciones complejas, que ceden á veces al azufre y á la calcarea carbonica alternados y á bajas atenuaciones.

G. Afecciones de la plasticidad.—Tan pronunciada es la accion del carbonato de cal, de alterar la cohesion químico-vital de los sólidos y líquidos del organismo, como su tendencia á las aberraciones nutritivas y á la exuberancia vegetativa sobre ciertos puntos, de lo que resulta su propiedad reconstitutiva y su aptitud de volver el nisus formativus y la plasticidad á su tipo normal.

A esta propiedad, pues, debe la calcarea el poder prestar señalados servicios en ciertas atrofias y en algunos casos de obesidad y de hipertrofia. Igualmente se utilizan sus propiedades en las induraciones en que terminan ciertas inflamaciones, y en los infartos abdominales resultado de ciertas fiebres, en las manchas y oscurecimiento de la córnea y del cristalino á consecuencia de oftalmías, y hasta la deformidad de la pupila. El carbonato de cal activa la denticion, consolida y afirma el tejido óseo; es el medicamento principal de las llamadas glándulas de crecimiento, y cuyos accidentes atenúan el ácido fosfórico y el sílice. El carbonato de cal corresponde mas al reblandecimiento de los huesos por la insuficiencia de las sales calcáreas en los tejidos, mientras que el cystus canadensis, el sílice y el mismo grafito se adaptan mejor á las lesiones supurantes del tejido óseo, así como la belladona y el mercurio se dirigen á su inflamacion.

La calcarea carbonica remedia la falta de elementos nutritivos de la piel, y devolviendo la vitalidad y los jugos nutritivos, cura las fisuras superficiales, secas, escamosas: difiere del licopodio, en que este cubre mejor304 los rágades profundos y callosos; del sílice, porque sus fisuras son sangrantes; del grafito, porque se dirige con principalidad á los rágades de las pequeñas articulaciones y de los mamelones; de la ignacia, de la sal marina, del fósforo, del zinc, porque sus fisuras ocupan con preferencia los labios, el ano, el prepucio. Pero ninguno es mas eficaz que el carbonato de cal para devolver á la piel arrugada su flexibilidad y su suavidad, y al cuero cabelludo los cabellos que se caen. Esto no obstante, la alopecia por pérdida de humores y aniquilamiento de las fuerzas, reclama mas bien la sepia, el mercurio, la sal marina y la barita carbónica, así como la alopecia dependiente del mal estado de los vasos capilares es mas propia del carbon vegetal.

Los sudores fétidos de los piés y el oleaginoso de las palmas de las manos son del dominio de calcarea, del mismo modo que las orinas sedimentosas que se descomponen fácilmente, y la ozena, considerada como vicio de secrecion.

El carbonato de cal, en fin, goza de una accion especial en las verrugas lisas, ayudado algunas veces del causticum y la dulcamara; obra tambien en ciertos kistes de los párpados y del cuero cabelludo; en las escrescencias en forma de frambuesa, especie de ficus esponjoso, sanguíneo; en ciertas vegetaciones ficoides, rojas, y aun erectiles de los niños; en los pólipos de la nariz, de los oidos, de la matriz, cuando son mucosos y lisos. Todas estas producciones exuberantes exigen generalmente otros medicamentos, tales como sílice, ácido azótico, licopodio, causticum, fósforo.

Dósis.—Para las sustancias cuya actividad depende de su estremada division, y para el carbonato de cal en particular, las atenuaciones mas altas, son las curativas305 con mas seguridad. Se prescribe ordinariamente la calcarea á la dósis de una gota ó de algunos glóbulos de la sesta á la trigésima atenuacion; sin embargo, en algunas afecciones locales flegmásicas, así como en ciertos casos de oftalmía escrofulosa, la segunda y tercera trituracion son muy eficaces, ya se de 1 ó 2 decígramos en varias veces al dia, ó ya se use como colirio hecho con la misma cantidad de medicamento para 60 gramos de agua destilada.

CAMPHORA (Alcanfor).

§ I.—Historia.

Esta sustancia tan conocida, es un aceite esencial, sólido y volátil, que procede del laurus camphora, de la familia de los laureles, Jussieu.—De la eneandria monoginia, de Linneo.

El alcanfor ha sido siempre juzgado con tanta diversidad, que ni aun las esperiencias de Hahnemann posteriores á otras muchas, repetidas igualmente despues de él, han terminado los debates ni resuelto la cuestion.

Los que creen que es un escitante, como los que le consideran como un hipostenizante, han juzgado los efectos del alcanfor bajo un punto de vista diferente: unos y otros tienen razon.

Ya lo hemos dicho, los medicamentos gozan en mas ó menos grado, ya directa, ya indirectamente, de dos acciones distintas, espansiva y concentrante, esténica y asténica, escitante y debilitante: esto es un hecho demostrado, sobre todo en el alcanfor. Aun volverémos á tratar este punto á propósito de otros medicamentos, del opio particularmente; esta cuestion es propia de cada sustancia y se resuelve siempre por la esperimentacion306 y la clínica, en favor de la doble accion; pero además se observan fenómenos sucesivos y no alternantes manifestados por un efecto directo ó indirecto del medicamento.

Mas, en tanto que la mayor parte de los medicamentos que tienen una accion de duracion mas larga, mas fija, mas permanente, mas profunda, desarrollan las dos acciones lentamente, con regularidad y segun el grado de sensibilidad del organismo; el alcanfor, sustancia muy volátil, cuya accion es de duracion corta, efémera, las desarrolla rápidamente y con poca regularidad. Sus efectos pueden compararse á los de un acceso de cólera que escita tumultuosamente, pero que abate despues sin medida.

§ II.—Efectos fisiológicos.

La accion del alcanfor se espresa del modo siguiente: sensacion de calor precedida de una sensacion de frescura, ligera escitacion precedida de algun abatimiento, calor como por bocanadas hácia el corazon, el cerebro y la médula espinal (este último síntoma ha sido principalmente observado por nosotros, y con no menos constancia que los demás, en los ensayos que hemos hecho para la obra que publicamos); calor general, pulsaciones en las vísceras y en la cabeza, palpitacion de corazon, ardor y rubicundez en la cara y en toda la superficie cutánea; sobreescitacion de los sentidos, de la vista en particular, sensibilidad exagerada de la piel, congestiones de las mucosas y de las vísceras, de donde resulta ardor al orinar, disuria, romadizo, náuseas, opresion, dolores congestivos, exaltacion de la inteligencia. Estos son los síntomas menos constantes,307 síntomas que son seguidos de un estado espasmódico y de la astenia que es mas durable, y que conduce á la relajacion, al abatimiento, á la postracion, y que ordinariamente son los siguientes: flujo de orina, diarrea, sudor, vómito, diminucion del pulso y del calor, convulsiones tetánicas y epileptiformes, cefalalgia gravativa, pesadez de los miembros, abatimiento moral, embotamiento de los sentidos, temblor, síncope, parálisis.

Durante este período asténico, el frio que primeramente se presenta, aumenta rápidamente y se hace glacial. La sensacion de frescura sentida desde el principio, y apenas indicada por algunos esperimentadores, es, con algunas ligeras indisposiciones, el indicio de la impresion del medicamento sobre el sistema nervioso; y la escitacion fugaz é intermediaria del sistema sanguíneo que precede al período espasmódico, no puede ser debida mas que á la rápida absorcion del alcanfor y á su accion difusible; pero el estado nervioso recobra el dominio y se atribuye toda la accion de este medicamento, porque el sistema sanguíneo solo la espresa por una debilidad, que la astenia nerviosa y la inercia cérebro-espinal oscurecen.

La accion espasmódica del alcanfor es directa, y, sin embargo, ha sido negada por Giacomini, alegando precisamente la larga cita de la esperiencia de Alexandre, que arriesgó perder la vida por esperimentar los efectos espasmódicos y las convulsiones epileptiformes. Esta accion espasmódica del alcanfor es esencial y no inflamatoria, directa y no consecutiva de la alteracion de los líquidos y sólidos. Lo singular que ofrece la doctrina del profesor de Pádua, es que hace del alcanfor un medicamento hipostenizante cardíaco-vascular y espinal, lo cual es exacto, así como por una de sus peculiares308 contradicciones afirma indirectamente sus efectos espasmódicos.

Mr. Trousseau se admira de las enormes contradicciones de sus antepasados, y busca un vínculo natural que les una. Cree haberle hallado en la esposicion difusa de tres órdenes de fenómenos, en los que la accion química y mecánica juega un gran papel. El lector juzgará, pero es conveniente que lea el largo y erudito artículo del profesor de Paris, y la cuestion entonces quedará reducida á sacar una conclusion práctica.

La tésis que sostenemos está demostrada, no solo por los efectos fisiológicos de este medicamento, sino tambien por sus efectos clínicos, y seria supérfluo pretender establecer otra opinion sobre su electividad, objetando la versatilidad de sus efectos y los casos de envenenamiento producidos en un órden no diferente del que hemos indicado, pero sí mas irregular. Las propiedades del alcanfor manifestadas por las curaciones obtenidas están todas basadas en sus efectos espasmódicos, nerviosos é hipostenizantes, como lo hemos hecho ver.

§ III.—Efectos terapéuticos.

Tan eficaz como es el alcanfor en el frio mas intenso del estado prodrómico de una afeccion nerviosa ó de una fiebre grave, tanto mas impotente es en el frio que resulta de la cesacion de la reaccion, á no ser que la ataxia domine. La agudeza y la rapidez de su accion le hacen generalmente impropio al tratamiento de una enfermedad crónica, y en particular orgánica; su mayor utilidad consiste en su importancia como medio abortivo, á la dósis de 2 á 3 gotas de la tintura (espíritu de alcanfor), repetida varias veces, aun cada cinco minutos,309 hasta que empiece la sedacion ó la reaccion. Su efecto es resolver los espasmos, regularizar la calorificacion, reanimar la periferia, hacer cesar las evacuaciones peligrosas, producir la diaforesis y bienestar general, seguido de un sueño reparador que se le puede considerar como crítico.

Los síntomas que constituyen su indicacion son: invasion brusca, frio violento y glacial, desfallecimiento, calor interior, cólico, náuseas, vómito, diarrea acuosa, supresion de orinas ó frecuente emision de estas muy claras, calosfríos, calambres en los miembros y aun en las vísceras, cefalalgia constrictiva, espasmos y convulsiones distintas, neuralgias terribles, sed, éstasis sanguíneo en los capilares subcutáneos, y azulamiento de los dedos de las manos, que están helados, piel fria y viscosa, relajacion de los esfínteres y deposiciones acuosas involuntarias, sudores frios, postracion paralítica, pulso pequeño y duro, ansiedad moral y orgánica.

El frio es el síntoma constante de las afecciones graves espresadas en el cuadro sintomático que precede. Así, pues, el cólera, desde su principio, cuando no es fulminante, es la principal afeccion que cede con el alcanfor; se le emplea tambien con igual resultado desde el principio de un acceso de fiebre álgida, en la fiebre atáxica, tifoídea, pestilencial, cuyos prodromos presentan los principales caractéres de la accion del alcanfor. Esta medicacion es tanto mas oportuna; cuanto que se emplean muy pocos medios en estas circunstancias.

Un acceso de neuralgia, una brusca invasion de espasmos, ya muscular, ya del estómago, de la vejiga, del pulmon, un acceso de epilepsia, un ataque de asma, un flujo colicuativo agudo, disentérico por ejemplo, que aparece repentinamente, empezando con una gravedad310 y cuyos síntomas se hallan en el cuadro que hemos presentado mas arriba, indican indispensablemente el alcanfor á dósis débiles y repetidas.

La esperiencia ha probado que es el antídoto de casi todas las sustancias vegetales, y de la mayor parte de las minerales. Si se agrega á este hecho el de su poder abortivo y no preventivo, de las enfermedades mas graves, de las que atacan profundamente el sistema nervioso, se comprenderá fácilmente el abuso que comete la medicina popular, y la confianza que inspira un medicamento que ha prestado servicios tan positivos, servicios que no se pueden negar.

No aceptamos la propiedad antimiasmática del alcanfor, en el sentido que destruya los animalillos, el miasma animado, productores de enfermedades graves; por otra parte, sus efectos en el cuerpo humano, su electividad sobre el corazon, el cerebro y la médula oblongada, nos esplican racionalmente sus propiedades, tales como las hemos indicado. Pero podemos concluir de todo lo espuesto, que quizá los médicos descuidan algo este medicamento. Nosotros mismos nos hemos dirigido esta inculpacion por los estudios especiales á que hemos debido dedicarnos, felicitándonos despues por haber recurrido tantas veces á él, en atencion á los datos que acabamos de esponer.

Pero el alcanfor no solo está indicado en los prodromos nerviosos por su propiedad abortiva, sino que corresponde igualmente á ciertas irritaciones efémeras de la piel, con rubicundez, especialmente en la erisipela, desde el principio, y antes que la congestion y la rubicundez se hayan desarrollado. Despues de este momento no es de utilidad alguna. Es preciso estender su uso á algunas congestiones ó fluxiones internas con predominio del311 elemento nervioso, y antes de su fijacion y desarrollo completo; así es como el alcanfor disipa incomodidades de cabeza que tienen este orígen, ciertas irritaciones ó sobreescitaciones eréticas de los órganos genitales, inflamaciones de la mejilla, odontalgias incipientes.

Su accion sobre la fibra, que no nos atrevemos á comparar mas que con la del opio y la de la nuez vómica, produce una sedacion, una relajacion que le pone en aptitud de combatir, ó por lo menos aliviar, paliando ciertas irritaciones intestinales ó de otro punto, que desarrollan el estreñimiento nervioso, vomituriciones, disuria, dismenorrea. Esta accion sedativa del alcanfor puede prestar servicios reales, á pesar de la corta duracion de su accion, en las fiebres nerviosas graves, cuando se trata de obtener una diminucion de la irritabilidad, al abrigo de la cual el organismo se deja modificar mas fácilmente por los medicamentos curativos.

El alcanfor tiene otra indicacion en las fiebres nerviosas con diminucion del calor, embotamiento de la sensibilidad, abatimiento de las fuerzas: este medicamento á fuertes dósis y el espíritu de nitro dulce, son los mejores medios para escitar la inervacion y dar lugar al uso de otros medicamentos. La utilidad del alcanfor es grande bajo este concepto, en algunos casos de erupciones repercutidas, con ataxo-adinamia y en el peligroso hundimiento de la cara en la viruela.

El alcanfor, en fin, es útil, á título de medio perturbador, en el elemento natural de las enfermedades nerviosas, en las prolongadas y frecuentes impresiones afectivas que han modificado la inervacion, la sensibilidad; que asimismo han conducido á fiebres lentas nerviosas, á neurosis, á neuralgias con alteracion de la312 hematosis y de la nutricion general. En estos casos es superior al opio.

Dósis.—Se emplea el alcanfor en polvo, mezclado con azúcar, á la dósis de algunos centígramos que se pueden repetir, aun cada cinco minutos, hasta ocho y diez veces. Pero es mas cómodo usar dos ó tres gotas de la tintura ó espíritu de alcanfor en un terron de azúcar. Estos modos de administrarle y estas dósis convienen especialmente cuando se le emplea como abortivo y en las fiebres graves, ó como escitante momentáneo y perturbador. Rara vez se ha recurrido á atenuaciones mas altas que la tercera, y precisamente ha sido en casos muy especiales, que no estamos en estado de particularizar, pero que se observan con preferencia en sugetos irritables.

CANTHARIS MELOE VESICATORIA (Cantárida).

§ I.—Historia.

La cantárida es un insecto coleóptero, conocido de los antiguos, que designaban á muchos escarabajos ó insectos con el nombre de cantharis. Aun hoy está siendo este medicamento objeto de muchas divergencias en la apreciacion de sus efectos. No nos proponemos esponer su historia terapéutica, ni estudiarle en su accion mecánica ó como vesicatorio, accion con la que se cubren las indicaciones de los métodos derivativos, revulsivos, y que con mas frecuencia quizá produce efectos especiales por su accion dinámica.

Conveniente es, sin embargo, consignar, tratándose de un medicamento casi universalmente limitado hoy á313 usos esternos, que muchos médicos le han considerado de un modo muy distinto.

Independientemente de la electividad especial que todos la han reconocido sobre los órganos génito-urinarios, se la dan igualmente en la albuminuria, la cistitis, la nefritis y la metritis, por los señores Bouillaud, Rayer[51], Fabre, Morel-Lavallée, Trousseau y Pidoux, etc., fundados en sus propias observaciones y en las de sus predecesores, que han consignado en sus obras; el catarro vesical, la blenorragia, aun la virulenta, la hematuria y la disuria, han sido tratadas con la cantárida, segun Merat y Delens, y por Werlhoff, Rayer, Valleix. Aparte de estas observaciones, es necesario indicar que en estas afecciones y otras varias se ha usado frecuentemente la cantárida al interior, especialmente por médicos antiguos.

El doctor Fabre considera la accion general ó interna de las cantáridas como idéntica á su accion local. Hipólito Cloquet queria que se distinguiese le preparacion, y preferia, siguiendo á Lange, Maza, Baumès, la tintura á la administracion interior del polvo de la sustancia.

Pero sea la que quiera la propiedad escitante é inflamatoria de la cantárida, se ha usado tanto y con tanta frecuencia en afecciones esténicas y flegmásicas, que, ignorando los médicos las ideas hahnemannianas, comprenden poco sus resoluciones. Mr. Trousseau ha salido felizmente en su auxilio con el descubrimiento del método sustitutivo; y el doctor Fabre no ha podido disimular su opinion sobre la sustitucion, diciendo con sinceridad que la doctrina de la accion sustitutiva se aproxima314 bastante á la doctrina de los semejantes de Hahnemann.

Quiera Dios, y Mr. Trousseau tambien, que no esté distante el momento en que desaparezcan las singulares denominaciones de homeópatas y alópatas, para quedar tan solo la natural de médico, de hombre instruido en el arte de curar.

§ II.—Generalidades sobre su accion fisiológica.

La primera impresion de la cantárida sobre el sistema nervioso es la de producir, como otros varios medicamentos, una sedacion notable y apreciada por los síntomas siguientes: decaimiento del pulso, abatimiento, frio, incomodidad, orinas abundantes; pero este estado dura poco, y le reemplazan fenómenos de escitacion sanguínea que conservan el carácter nervioso, espasmódico; afecta despues el medicamento al sistema nervioso de un modo mas profundo; su accion se hace hipostenizante, franca, propagándose electivamente al sistema circulatorio, especialmente á los vasos capilares, á los que ataca con preferencia á medida que se prolonga su accion, y que aun se hace crónica hasta el punto de alterar la nutricion y los sistemas exhalantes y absorbentes.

Se comprende bien, y ya lo hemos indicado, que las tres esferas orgánicas no puedan recibir simultáneamente la influencia del medicamento, y que obre primero sobre la nerviosa, despues sobre la sanguínea, y por último sobre la vegetativa, de la que procede su accion consecutiva y sintomática sobre el sistema nervioso. Esta es tambien, segun hemos manifestado, la marcha que siguen las causas morbosas en la economía animal, hasta el desarrollo completo de su accion.315

Los autores que, como Giacomini, tan solo han reconocido, la accion hipostenizante en la cantárida, sacrifican una parte de las propiedades del medicamento y atribuyen los efectos de escitacion nerviosa y sanguínea, es decir, los efectos dinámicos de la primera impresion, á una accion mecánica y química, que, aunque verdadera en la vesicacion que produce, es impotente para esplicar los efectos de escitacion especial, tales como fiebre, espasmos y flogosis, que tambien se desenvuelven por las dósis débiles de la cantárida, tomada al interior, sin acompañamiento de efectos mecánicos.

Solo con el estudio completo de este medicamento se puede reunir en un cuadro sucinto el conjunto de los efectos que comprende toda su esfera de accion: diminucion del pulso y del calor, postracion, melancolía, aumento de las orinas y de la saliva, espasmo de la glotis y del cuello vesical, sequedad de la boca, calor, sudores, gran sed, fiebre ardiente, delirio, incomodidad general, vómito, disentería, hematuria, tenesmo, angustia, lascivia, dolores dislacerantes y quemantes en los miembros, convulsiones, ninfomanía, postracion.

§ III.—Efectos fisiológicos y terapéuticos.

Las afecciones nerviosas propias de la cantárida son neurálgicas y espasmódicas. Está indicada en las neuralgias antiguas, reumáticas, quemantes, dislacerantes, en la que se ha llamado reumatismo gonorréico, y tambien se ha observado que en la ciática de la cantárida hay disuria. Por último, las convulsiones que caracterizan la accion de este medicamento y que se elevan hasta la forma tetánica, indican su influencia especial sobre la médula espinal, influencia que la pone en aptitud316 de ser útil despues de arsénico y nuez vómica en las afecciones de esta parte; pero cuando la irritacion espinal dependa, por regla general, de un eretismo actual ó pasado, ó proceda de escesos venéreos.

Las afecciones espasmódicas particulares á las que corresponde este medicamento, se limitan al espasmo del exófago y á las convulsiones hidrofóbicas, acompañadas siempre de inflamacion de la garganta, ninfomanía, priapismo y movimiento convulsivo de los ojos que están brillantes. Desde una época remota se ha preconizado la cantárida contra la rabia, constituyendo la base de muchos remedios secretos ó conocidos para esta implacable enfermedad. Quizá el empleo sucesivo de la belladona, del stramonium y de la cantárida constituya una buena medicacion contra la hidrofobia.

La fiebre de la cantárida es inflamatoria, con prolongados y violentos calosfríos al principio; está caracterizada por un calor acre y vivo, por la rubicundez cutánea y por una sed violenta y sequedad de la boca; el predominio del eretismo cutáneo y mucoso produce grande inquietud y un delirio molesto por la fijeza de las ideas.

La cantárida está poco indicada en la inflamacion de las glándulas, aun cuando puede tener un momento de oportunidad en el tratamiento de la hepatitis aguda con la quina y el antimonio, despues del uso de los medicamentos mas á propósito para combatir la flogosis y cuando esta se prolonga. La sensibilidad, la tumefaccion y los dolores quemantes en la region del hígado, y su agravacion por el acto respiratorio, son síntomas dignos de consideracion; las membranas son las partes preferentemente afectadas en la hepatitis propia de cantárida. La accion de este medicamento sobre las mucosas en particular, es digna de tenerse en cuenta.317 Desarrolla una inflamacion generalmente intensa, que produce unas veces flujo de sangre; otras, falsas membranas y secreciones muco-purulentas, ó ya la espulsion del epitelio, lo cual esplica la sensacion de escoriacion que acompaña á sus flegmasías mucosas. Suele tambien producir un flujo mucoso, sin reaccion general, pero sí con irritacion crónica, como se observa, por ejemplo, en la salivacion y en la diarrea que les son propias.

No hay ciertamente flegmasía alguna de las membranas mucosas estraña á la cantárida, desde la del exófago y de la faringe, que simula la hidrofobia, aun con encefalitis, hasta las inflamaciones mucosas de los riñones, de los intestinos, del estómago, de la vejiga y de la uretra. Todas estas flegmasías exigen la cantárida, aun en su estado crónico con las condiciones de eretismo, que es el fondo de la accion de la cantárida, aun en el último grado de la astenia. La hematuria y la hematémesis, el tenesmo vesical y los vómitos nerviosos mas incómodos, son propios de este medicamento; así como tambien ciertos estreñimientos ó disenterías, con deposiciones como rizadas, mucosas ó con falsas membranas. La influencia de la cantárida en la gonorrea sifilítica misma, aun en su mayor agudeza, hace desaparecer la estranguria y la miccion sanguinolenta; igualmente desaparecen por su accion el catarro vesical, los dolores quemantes, el tenesmo, y la gonorrea catarral y las erecciones dolorosas.

Algunos síntomas de la cantárida indican á la inflamacion de las membranas serosas, por los cuales puede usarse despues la brionia, cuando se forman exudaciones. No se debe, pues, despreciar la cantárida, aun en las peritonitis y algunas inflamaciones articulares.318 Pero cuando mas principalmente puede usarse despues de la brionia, es en la pleuritis, y su utilidad en este caso está en poder prevenir ó combatir el derrame ó la exudacion plástica, en disipar el dolor y restablecer, por consiguiente, el estado normal. Esta propiedad de la cantárida es la que ha dado lugar á decir que aumenta la sensibilidad y escita las secreciones.

Es cierto que sus síntomas la dan una influencia marcada sobre el sistema capilar y sobre los exhalantes y absorbentes, por las alteraciones que induce en las secreciones, y que la clínica ha probado su eficacia en ciertos edemas, en algunas hidropesías locales, en la ascitis con irritabilidad de la fibra, mas bien por una afeccion de los vasos exhalantes y absorbentes, que por una diátesis serosa ó por el empobrecimiento de la sangre. La accion benéfica de la cantárida, como vesicatoria, no puede de otro modo esplicarse en una multitud de casos de este género y de irritaciones, en las que muchos prácticos la dan al interior en lugar de usarla ó aplicarla en vejigatorios.

Hemos llegado á los efectos de la cantárida que caracterizan la afeccion de los vasos capilares, en la quemadura con el simple desprendimiento del epidérmis y la rubicundez; en el sabañon, con estancacion y vesicacion; en las úlceras psóricas, de un rojo oscuro, caseosas, de mal aspecto; en la pitiriasis ó herpe furfuráceo que cubre la piel edematosa; en todas estas afecciones presta la cantárida servicios innegables.

Dósis.—Aparte del uso esterno de la cantárida como vejigatorio, lo mas comun y regular es emplear una ó dos gotas de la primera á la sesta atenuacion; en algunos casos de úlceras, de quemaduras, de irritaciones mucosas antiguas, de lesiones de tejido, de edemas,319 puede darse igual dósis de la tintura, y aumentarla hasta 5 ó 6 gotas en agua para veinticuatro horas; tambien se emplea en algunos casos la misma sustancia al esterior, en lociones ó pomada, en la proporcion de 4 á 5 gotas por 30 gramos de manteca ó de líquido.

CARBO VEGETABILIS.—CARBO ANIMALIS (Carbon).

§ I.—Historia.

El carbon se convierte en medicamento, como se va á ver bien pronto, cuando se le divide al infinito por trituraciones sucesivas con el azúcar de leche. El carbon vegetal y el animal son dos sustancias que pueden pasar por un solo y mismo medicamento. Hay no obstante algunas diferencias en sus efectos, pudiéndose reservar el carbon animal para el tratamiento de algunos infartos glandulares y ciertas afecciones nerviosas, que tambien son propias del carbon vegetal, pero cuyas agravaciones se presentan por la mañana ó despues de la comida. Hablarémos con preferencia de este, porque está mejor estudiado y su uso es muchísimo mas frecuente. El carbon vegetal es un medicamento que probaria por sí solo, si fuese necesario, la escelencia de la esperimentacion pura para constituir la materia médica. Es el medio principal dado al hombre para reconocer la virtud oculta de las sustancias que pueden servirle de remedios; el carbon, perfectamente triturado y dividido, ha revelado propiedades que nos permiten señalarle como uno de los mas importantes medicamentos, debido á las esperiencias de Hahnemann, y que el doctor Belloc ha desprestigiado por el uso empírico é inexacto que del mismo ha hecho.320

§ II.—Reseña general de la accion de este medicamento.

Los efectos del carbon representan un estado de astenia, en la que la inervacion cérebro-espinal y los nervios trisplánicos están afectados de inercia; el movimiento nutritivo, la plasticidad, las funciones de los órganos circulatorios y secretorios están debilitadas, suspendidas; hay atonía general, adinamia, estancacion de sangre en los capilares, lentitud pasiva en la circulacion venosa, en particular de la vena-porta.

Este estado grave es precedido de ansiedad, de timidez, de irresolucion, aversion al trabajo, desesperacion, deseo de la muerte é irascibilidad á veces. Hay vértigos, atolondramiento; se observan dolores tensivos, congestivos, quemantes en la cabeza y otros puntos, con agravacion por la noche, por la tarde, al aire libre y por el frio. El sueño no es reparador, y los fenómenos dependientes de la calorificacion y de la miotilidad se agravan por la mañana. Los síntomas de irritacion tienen un carácter erético y congestivo poco persistente, aproximándose á la accion del arsénico por la sensacion de quemadura que acompaña á las congestiones y á los dolores, por la desazon general, por el decaimiento rápido de las fuerzas, por el prurito en la piel y la irritacion de las mucosas de los sentidos, por ciertas erupciones petequiales, por el aniquilamiento de las fuerzas musculares, por la facilidad, en fin, á resfriarse, en el momento en que la inflamacion parece dominar. La debilidad paralítica, la insensibilidad, las convulsiones, el aliento frio, la consuncion rápida de la cara, el hundimiento de los ojos en sus órbitas, el color oscuro de la piel, la falta de pulso, la cara hipocrática, las hemorragias pasivas, y los flujos involuntarios, son el321 último grado de la accion del carbon. El físico como el moral están igualmente inertes. Pocos medicamentos prestan servicios mas eminentes en el último período de las enfermedades con estancacion de la sangre en los capilares.

El carbon comprende á todos los sistemas orgánicos en su esfera de accion, por su influencia en los nervios ganglionares y en el sistema capilar venoso; porque está en relacion especial con los nervios de la vida orgánica, las estremidades de los vasos sanguíneos y con la sangre misma; su accion sobre los centros es una consecuencia de estas relaciones y de la atonía general, así como de la estancacion que resulta.

Se puede comparar su accion sobre el sistema capilar venoso á la del mercurio sobre el sistema linfático y sus capilares, y á la del fósforo sobre los capilares arteriales. La accion del carbon vegetal está caracterizada, como la del arsénico, por la ataxia é infiltracion sanguínea violenta, que conduce á la gangrena en los efectos de este, y á la asfixia en los del carbon. Si en la putridez, efecto del arsénico, la reaccion es tumultuosa, la languidez de la circulacion y la inercia nerviosa diferencian entonces la accion del carbon; su pulso es pequeño y mas bien raro que frecuente.

Por su accion sobre los capilares de las estremidades, el carbon disputa al centeno cornezuelo su indicacion, por la hinchazon lívida de los dedos de los piés, y por los éstasis asténicos de la sangre; tambien se la disputa al causticum, porque las estancaciones de este tienen un carácter seroso, mientras que las del carbon son venosas. Por esta razon, su accion electiva sobre la sangre es mucho mas especial, ya porque obra directamente sobre este líquido, modificando su vitalidad en322 un sentido opuesto á la accion descomponente del causticum, ya porque modifica la hematosis por la asfixia lenta que determina.

Bajo todos estos aspectos, el carbon es eminentemente asténico; es el opuesto al acónito en su accion sobre el sistema sanguíneo, y á la nuez vómica sobre el sistema nervioso. Acaso se le ha recomendado en el tratamiento de las fiebres pútridas y adinámicas, porque su accion sobre los centros nerviosos es indirecta; pero está mas racionalmente indicado en la postracion y la adinamia procedentes de un estado asfítico; asimismo está indicado en la timpanitis y en el desarrollo de gases producido por el decaimiento de la inervacion, y tambien en los calambres y las convulsiones, cuando son el resultado del adormecimiento é insensibilidad de la fibra, bien diferentes de los calambres y convulsiones activas. La accion curativa del carbon corrobora estas apreciaciones, porque amortigua la actividad orgánica y la sensibilidad, empezando por la circulacion.

El carbon, por su accion dinámica, es un medicamento nuevo, y el doctor Belloc es el primero, despues de Hahnemann, que ha hecho de él una aplicacion terapéutica en afecciones dinámicas.

Sin embargo los efectos tan poderosos y tan estensos de este medicamento se circunscriben de tal modo por la imperfeccion de la preparacion, que su utilidad es muchas veces problemática, sin contar con que lo vago de sus indicaciones acarrea á los prácticos reveses que les desalientan para proseguir esta medicacion en circunstancias en que los mismos enfermos la tolerarian sin gran repugnancia.323

§ III.—Efectos fisiológicos y terapéuticos.

A. Afecciones agudas, cólera.—Los fenómenos febriles del carbon no pueden interpretarse ni en el sentido de una reaccion legítima, ni el de la ataxia, pues llevan en sí el carácter de la astenia. El frio y el enfriamiento son largos y penosos; sobrevienen despues del sudor, hay digitaciones y azulamiento de los dedos de las manos con sed ardiente. Esta sed desaparece á medida que el calor se manifiesta; los accesos ó exacerbaciones tienen lugar por la tarde, y solo en esta época, ó en momentos dados, el calor se hace general y aun urente, pero con abatimiento estraordinario de las fuerzas musculares, con somnolencia, atontamiento, sudores como colicuativos que no alivian por lo general y que se presentan con preferencia por la noche.

Por regla general, esta fiebre se desarrolla á espensas de un estado caquéctico con tumefaccion del tejido celular subcutáneo, piel sin elasticidad, é inercia de la vida vegetativa. En el calor de la fiebre, la cara se pone vultuosa, el moral recobra la energía que solo tiene durante el calor, y los dolores quemantes que el enfermo siente en lo mas profundo de los miembros, dan lugar á un bienestar, y con mas frecuencia á una incomodidad general.

La fiebre tiene la remitencia de las fiebres hécticas en general. Sus caractéres son: grande postracion, sudores frios, timpanitis ó flatuosidades abundantes, estancacion de los vasos capilares con azulamiento de la piel por placas como jaspeadas, insensibilidad ó debilidad del pulso que se estingue poco á poco. Esta es la tendencia fatal, á no ser que la fiebre se prolongue bajo la forma adinámica de las fiebres graves que no conducen á crísis324 y que parecen perpetuarse por el aniquilamiento de las fuerzas.

El carbon difiere en estos casos del arsénico por la falta del subdelirium. Si el enfermo está sin conocimiento, es mas bien por falta de vitalidad; sucede igualmente que las congestiones pasivas suspenden la inervacion é imposibilitan el ejercicio de las facultades. Los autores le atribuyen una accion particular sobre la sangre por la cual deja de ser coagulable y no estimula los órganos. En este grado del estado tifoídeo, adinámico ó de postracion, es en el que la sangre se hace impropia para la escitacion vital, y en el que se observa la resolucion de las fuerzas musculares, la adipsia, la sequedad de la lengua, la respiracion débil, lenta, pero tranquila, el aliento frio, la insensibilidad casi absoluta, las hemorragias pasivas, el olor cadavérico, las petequias, los equímosis, los sudores viscosos y frios, el decúbito dorsal, el pulso casi nulo y el aspecto ciánico de la piel por la cesacion de la circulacion capilar; en este caso, repetimos, es cuando el carbon puede todavía prestar un auxilio casi maravilloso, y compararse, en su accion terapéutica, con los ácidos minerales, tales como el hidroclórico y el fosfórico, á los que es muchas veces superior, porque aquellos presentan, en sus últimos períodos del estado febril, un pulso frecuente, aunque débil, un calor vivo al esterior, con frio al interior y subsultus tendinum. El método terapéutico que recurre al éter, al espíritu de nitro y al almizcle, en un estado que, como el que acabamos de señalar, es de indicacion del carbon por el método de la semejanza y de la analogía, no da los mismos resultados. Es por lo tanto discutible si se debe rechazar en principio el uso de los estimulantes difusivos en algunos325 casos, cuestion que no nos determinamos á resolver.

EL carbon desplega su mas admirable eficacia en el cólera asiático, cuando ha llegado al período álgido, cianítico y asfítico; cuando el pulso se va estinguiendo, que la respiracion se hace cada vez mas rara, y cuando la piel azulada y aun negruzca está marchita, fria, sin vitalidad. Tiene casi iguales indicaciones que el arsénico, pero no corresponde tanto como el último á la sensacion de quemazon en el epigastrio, sensacion tan notable en esta cruel enfermedad. Se puede á veces alternar con buenos resultados los dos medicamentos en estos estados casi desesperados, y con tanta frecuencia aliviados maravillosamente por ellos. No cansarémos á nuestros lectores en discutir teórica y estadísticamente este punto de práctica, resuelto ya por muchos médicos alemanes, ingleses y franceses, en sus obras especiales.

B. Estados diatésicos resultantes de afecciones agudas.—La influencia del carbon vegetal sobre la vida y su principio, conduce á presumir fácilmente cuáles serán los estados diatésicos generales, consecutivos de fiebres graves y de afecciones profundas de la vida vegetativa en que está indicado este medicamento. Estos, pues, son: los derrames serosos, especialmente pleuríticos con fiebre héctica y exacerbacion vespertina, y algunas exudaciones seudo-membranosas de poca estension; las colecciones purulentas y plásticas no son de su dominio, sino del arsénico, del azufre, del sulfuro de cal..... Tambien está indicado en la diátesis palúdica, cuando la hinchazon de la piel presenta una palidez mate á consecuencia de la infiltracion serosa difundida en las mallas del tejido celular, y que la nutricion326 es nula y las funciones están inertes. Pero en este caso, el subcarbonato de cal, el mercurio, la sal marina y el azufre pueden disputarle la preeminencia en el tratamiento.

Se puede, en fin, utilizar las propiedades del carbon en la diátesis escorbútica, en la ictericia crónica procedente de un estado congestivo del sistema de la vena-porta, y en ciertos estados caquécticos, resultado del abuso de medicamentos llamados alterantes, de grandes pérdidas humorales, sobre todo por purgantes, y tambien de enfermedades graves.

C. Afecciones del sistema venoso.—Es un hecho comprobado por la esperimentacion pura y por la clínica, que el carbon ejerce una influencia especial sobre el sistema venoso en general, y en el de la vena-porta y capilares venosos en particular. Los síntomas que manifiestan esta accion, espresan perfectamente los padecimientos hemorroidales y uterinos, diversos éstasis venosos en el abdómen y otras cavidades esplánicas, las estancaciones sanguíneas de los capilares cutáneos y viscerales, como por ejemplo, las inyecciones pasivas, las estrías oscuras, las redes varicosas, los sabañones, las sensaciones de ardor, los dolores quemantes, el prurito, la lentitud, el adormecimiento, los latidos, las hemorragias, las exhalaciones sanguíneas por diversos puntos de las membranas mucosas esternas ó internas.

El aborto por plétora venosa abdominal, con flatulencia, hipocondría, várices internas, puede hallar en el carbon un poderoso medio preventivo, y no menos útil en su esfera de accion que el centeno cornezuelo, la sabina, el fósforo, la sepia.....

El carbon vegetal está perfectamente indicado en las menstruaciones casi menorrágicas ó cuya aparicion es327 muy frecuente; si el flujo es precedido de calambres, pesadez con calor quemante; cuando la sangre es pálida, la mucosa vaginal está ardorosa, tumefacta, y que presenta aftas y una especie de leucorrea corrosiva. Este flujo sero-mucoso, amarillento, que precede á las reglas con sensacion de escoriacion ó de ardor, cede al carbon, positis ponendis. La pulsatila, la magnesia y la manzanilla son necesariamente sus mejores auxiliares.

El carbon corresponde mejor en los cólicos hemorroidales que en el flujo mismo, el cual exige mas generalmente la nuez vómica y el azufre. El capsicum annuum, el acíbar y la pulsatila obran en este caso en el mismo sentido que el carbon, que tambien presenta un pequeño flujo sanguíneo antes de las deposiciones, pero con mas frecuencia flujo de una serosidad viscosa, prurito, ligeras punzadas y exudacion en el periné.

La importancia del carbon es mayor en el tratamiento de las afecciones varicosas esternas ó internas, y combate con especialidad los éstasis sanguíneos de carácter venoso. En las redes varicosas que existen en la base del cráneo, con los vértigos característicos, ó en otras cavidades, con sensacion de calor incómodo, de escoriacion, pesadez, plenitud, es el carbon el mas á propósito para escitar la reaccion de los tejidos, á fin de disipar esas especies de congestiones varicosas, con el auxilio de los medicamentos apropiados á ciertos órganos y á ciertas fases de la afeccion. Los sabañones que exigen el carbon están en esta categoría, del mismo modo que el estado aploplético producido por el éstasis venoso cerebral ó pulmonal, á consecuencia de enfermedades graves, ó que se desarrollan gradualmente por congestiones ó somnolencias habituales, por plétora venosa;328 el carbon combate en este caso el entorpecimiento y la especie de asfixia capilar.

Bajo el mismo punto de vista debe considerarse la utilidad del carbon en la hemoptísis, unida á la plétora venosa abdominal ó pulmonal, ó á una pars mandans hemorroidal. Sin embargo, el uso del carbon despues de acónito, árnica y brionia en la espectoracion sanguinolenta, efecto de la presencia de tubérculos, es de utilidad incontestable; quizá sea necesario distinguir un elemento venoso, segun la edad y la constitucion; hé aquí un punto de práctica que puede ayudar á resolver el hecho de si la espectoracion sanguinolenta propia del carbon debe ser crónica y acompañada de sofocaciones y calor quemante al interior.

Varias hemorragias, completamente venosas y pasivas, pertenecen tambien á este medicamento, como la de los ojos, de la nariz, de las encías, el vómito de sangre, las deposiciones y orinas sanguinolentas, la exudacion, en fin, de la sangre en la superficie de las úlceras; en todos estos casos se debe tener en cuenta los síntomas generales ó locales que caracterizan la accion del carbon.

D. Afecciones de los órganos de los sentidos, del pecho y del vientre.—Corresponde al carbon la irritacion crónica de los ojos, agravada por la lectura ó un trabajo intelectual, con prurito, ardor, aglutinacion de los párpados por la mañana, tumefaccion roja ó pálida de la conjuntiva, exudacion sanguínea y aun hemorragia, particularmente en personas de constitucion delicada que han abusado de la mesa.

Fenómenos semejantes se observan en la nariz y fosas nasales; cuando hay comezon y costras, flujo de serosidad ó de sangre, obturacion, coriza fluente, exigen329 tambien el carbon; estos síntomas se agravan ó aparecen despues de esfuerzos que agolpan la sangre á la cara. Cierta rubicundez con un poco de hinchazon de la nariz pertenece con especialidad al carbon animal.

La boca y la garganta ofrecen síntomas análogos; los dientes vacilan; las encías, tumefactas ó no, se esfolían y sangran, y están á veces escoriadas. Generalmente hay salivacion y abundancia de mucosidades, y el dolor de la garganta es quemante; no falta la sensacion de arañamiento, de escoriacion y de estorbo, como por hinchazon ó apretamiento. La euphrasia, la staphisagria y el fósforo son los medicamentos cuya accion se aproxima mas á la del carbon en las irritaciones crónicas y venosas de los ojos, de la nariz y de la boca.

En la angina gangrenosa, ó mas bien que amenaza ser tal, por la astenia y congestion sanguínea negruzca, el carbon está tan indicado como el ácido clorhídrico; ambos son preferibles á la quina en la afeccion profunda de la garganta, cuando el arsénico no está indicado ó que ha sido ineficaz. El carbon es conveniente en las laringitis con la sensacion de arañamiento, de escoriacion ó de ardor quemante en la laringe, con la ronquera mas pronunciada por la tarde, y por una especie de hormigueo que provoca una tos calambroidea seca ó con espectoracion verdosa.

Es el principal medicamento de la ronquera agravada por hablar, pero casi únicamente en los adultos y en la edad madura, cuando el sistema venoso abdominal goza de toda su actividad.

El carácter venoso y de congestion se halla en las afecciones torácicas propias del carbon. Este es, despues del arsénico, el principal remedio de la bronquitis crónica, del catarro sofocante y del de los viejos. Es un recurso330 poderoso en las personas debilitadas, enervadas y que esperimentan dificultad para espectorar. Con el carbon se ayuda á fortificar las mucosas relajadas. El tártaro estibiado tiene sus indicaciones diferenciales, tales como abundancia estraordinaria y asfixiante de las mucosidades, alteracion directa de la inervacion, parálisis inminente del pulmon.

La espectoracion no es un efecto característico entre los del carbon, pues es variable y aun nula. La respiracion es muy difícil; los accesos de sofocacion son debidos á calambres ó á gases; hay necesidad de respirar profundamente, y se observa siempre opresion, sensacion de plenitud, de ansiedad, de escoriacion, de calor quemante. Los movimientos congestivos en el corazon se espresan con las mismas sensaciones y con palpitaciones que reflejan en la vena cava.

Se ha dado el carbon como un medio de impedir el que la coqueluche pase al período convulsivo; pero su accion es mas eficaz despues del semen contra y de la drosera, y cuando la tos parece perpetuarse, con ronquera, angustia, congestiones á la cabeza y azulamiento de la cara.

La accion electiva del carbon sobre el estómago y los intestinos es un hecho generalmente conocido, que emana de su electividad sobre los mismos capilares venosos y sobre el sistema nervioso ganglionar. Esta accion se dirige mas especialmente á los órganos digestivos, porque están mas dispuestos á entorpecerse, en atencion á que su actividad vital es inferior ó susceptible de ser disminuida y alterada por mayor número de causas. Así pues, el carbon es, despues del arsénico, el medio mejor de escitar esta vitalidad, cuando la ingestion de alimentos frios, de agua fria y aun el hielo, la331 han rebajado hasta el punto que la reaccion local no puede reanimarla con el calor; los calambres, los dolores quemantes y la ansiedad, son la consecuencia de este estado, á menos que no revista una marcha menos aguda, pero que no por eso es menos eficazmente combatida por el carbon.

Los calambres, los dolores quemantes, el meteorismo, la sensibilidad de los tegumentos del vientre, la sensacion de contusion, de pesadez, de plenitud; los cólicos calambroídeos; la agravacion de estos síntomas por la menor ingestion de alimentos, por el frio, por la noche, caracterizan la accion del carbon en las vías gastro-intestinales, y hacen de él un medicamento escelente en los calambres de estómago; en la gastralgia y la pirosis con eructos ácidos; en ciertas disenterías pútridas, despues del período de congestion activa; en la inercia de los vasos abdominales con estancacion del sistema de la vena-porta, tension de los hipocondrios y de la region hepática, dolores en los riñones y el sacro, hemorróides pasivas con ó sin hemorragia, estreñimiento ó irregularidad de las deposiciones.

El carbon animal no presenta en las neuralgias y neuropatías el dolor quemante tan marcado como el carbon vegetal. Estas afecciones, en su principio, tienen pocos caractéres dominantes, y el estado general de los enfermos está poco modificado; pero ya crónicas, con mayor ó menor debilitacion, suponen, en general, sugetos irascibles, susceptibles, y alterándose mas con los cambios del tiempo, del bueno y apacible al húmedo y frio; son hipocondríacos, caquécticos, debilitados por los escesos de la mesa; de aspecto amarillo pálido, que se resfrian con facilidad y carecen de energía vital.

E. Afecciones de los sistemas cutáneo y linfático.332Aunque el carbon altera la piel de diversos modos, domina siempre el carácter pasivo y asténico, la estancacion en los capilares, el prurito, la sensacion quemante, como se observa en la alopecia que cura ó detiene cuando procede de congestiones, de irritaciones repetidas del cuero cabelludo, como el eritema, la erisipela. Lo mismo sucede en las erupciones psóricas ó escamosas, en el eczema, en las erupciones vesiculosas de la urticaria y de la miliar crónica, que se reproducen con ardor y prurito; en todos estos casos, si no es el medicamento curativo, es por lo menos muy importante en el tratamiento, que exige tambien el mercurio, el arsénico, la sal marina; y para la miliar, la clemátida, la zarzaparrilla y la stafisagria.

El carbon vegetal, y mejor aun el animal, está indicado en el acné rosáceo y granular de la cara, particularmente de la nariz, y una especie de acné con ardor quemante. Estas afecciones, cuando son propias de arsénico, presentan un aspecto menos venoso; las del ácido azótico tienen menos granos; las del fósforo se limitan á las mejillas.....

El carbon, despues del azufre, es el mas eficaz en ciertas erupciones psóricas, en sarnas inveteradas ó degeneradas, cuyas vesículas aparecen en todos los miembros, se suceden y se reproducen aquí y acullá, cambiando de aspecto, pero persistiendo en ser pruritosas.

Las úlceras dolorosas, que sangran fácilmente, con sensacion de quemadura, en personas debilitadas, apáticas, se combaten bien con el carbon; tambien es útil en las lesiones cutáneas y mucosas, como las aftas y úlceras, cuya atonía da lugar á una hinchazon pútrida, próxima á la gangrena. La quina y el ácido clorhídrico333 están muchas veces indicados en estos casos. Si el carbon es eficaz en estas afecciones, no es como desinfectante, aun cuando se espolvoree la superficie, sino por su accion dinámica, administrándole al efecto á diversos grados de atenuacion y division, hasta en las placas gangrenosas ocasionadas por el decúbito prolongado en las fiebres graves. La quina, el arsénico y el sílice, segun los casos, están indicados cuando se ha alterado el hueso subyacente, dados siempre al interior; su aplicacion tópica, como la del carbon, no es esencial al tratamiento.

El carbon reemplaza al azufre en la medicacion y cura de las úlceras varicosas, y al arsénico en las fagedénicas y de mal carácter situadas en las piernas, y ordinariamente con caquexia serosa.

Los abscesos tuberculosos, hemorroidales ó profundos en la márgen del ano, y en las fisuras de esta region, se combaten bien con el carbon animal cuando el calomelano ha sido ineficaz ó no está indicado; no es menos útil el cyclamen y aun preferible á causticum, si en lugar de disiparse la induracion, tiende á formar senos y trazar un trayecto fistuloso; la nuez vómica, en fin, y otros varios medicamentos forman á veces el tratamiento de estos abscesos ó de algunos de sus accidentes.

El doctor Gaspari ha sido el primero en preconizar el carbon animal en el bubon indurado. Este mismo medicamento ha evitado muchas veces la supuracion y su abertura, ó el orígen purulento de los bordes endurecidos, en circunstancias en que el mercurio habia concluido su indicacion ó se le habia dado con esceso. El clematis tiene propiedades análogas que puede ser conveniente utilizar. Ya se ha empleado el carbon, especialmente334 el animal, en el infarto de las glándulas mamarias, en toda induracion glandular, aun la reputada por escirrosa; como paliativo en el cáncer uterino para calmar los grandes dolores, ya antes, ya despues de otros medicamentos, tales como, la clemátida, el oro, la thuya.

Dósis.—Las afecciones que corresponden al carbon exigen dósis tanto mas fuertes, si bien estremadamente divididas, cuanto mayor es la inercia. La segunda atenuacion por fracciones de un decígramo cada media hora, es preferible en la adinamia y el período ciánico del cólera. En los casos de postracion profunda, se puede depositar la dósis sobre la lengua. El tratamiento de las afecciones combatidas por el carbon, requieren el uso de todas las atenuaciones hasta la trigésima, que es la que mejor se adapta á los casos mas especiales de caquexia ó de lesiones de la sensibilidad y de la circulacion. La dósis es siempre de una ó varias gotas ó de algunos glóbulos en agua para uno ó mas dias.

CAUSTICUM.

§ I.—Historia.

La preparacion obtenida destilando una masa de cal viva, de bisulfato de potasa y de agua, se la ha designado con el nombre de principio cáustico de la cal viva, y el de causticum por Hahnemann, que es el que ha enriquecido la materia médica con esta sustancia. Hé aquí, pues, otro medicamento nuevo, cuyas propiedades, por notables que sean, no es de estrañar hayan pasado desapercibidas de los terapeutistas.335

§ II.—Generalidades sobre su accion fisiológica.

El causticum es quizá el único medicamento que, teniendo una esfera de accion muy estensa, solo posee efectos deprimentes y asténicos, y no juega en el tratamiento de las afecciones agudas. Los ensayos repetidos no han variado lo mas mínimo esta opinion, primer resultado del estudio y comparacion que hemos hecho de sus efectos patogenéticos. La escitacion sanguínea no es propia de este medicamento. De mas de treinta síntomas que espresan de la manera mas variada el frio y el calosfrío, solo dos ó tres manifiestan calor en la frente ó en la cara, y uno solo, un calor general sin sed, que se estingue sin sudor y le reemplaza una sensacion de frescura. Además, algunos síntomas indican el sudor sin calor, y sudores que se presentan por la noche, sin otro accidente. El frio se siente en las estremidades, con calor interior algunas veces; es raro que sea interno y esterno simultáneamente; afecta con particularidad el lado izquierdo, mientras que el calosfrío suele afectar el derecho. Este estado denota la astenia nerviosa especial del causticum confirmada por el carácter de los calosfríos que empezando en el dorso, se estienden á lo largo de la espina dorsal, irradiando despues á los miembros superiores ó inferiores, hasta que al fin se fijan entre las escápulas con la sensacion como si un viento frio soplase desde este último espacio.

El conjunto de los efectos del causticum fija el punto de partida en los nervios ganglionares, opinion emitida hace mucho tiempo por el doctor Kalbenback[52].

Obra electivamente sobre la hematosis, la plasticidad336 y la piel. Es análogo al subcarbonato de cal y las sustancias alcalinas. Pero debe reconocérsele, aparte de la accion descomponente, otra alterante en la pulpa nerviosa, análoga quizá á la del fósforo, ó una propiedad antiherpética, que ataca el herpes hasta la profundidad de los tejidos, como el azufre.

Es preciso notar en efecto, que el carácter de sus incomodidades en la cabeza indica una accion profunda en el cerebro, accion que se reproduce en la columna vertebral, en la médula oblongada, que su patogenesia abunda en dolores que conducen al temblor, á las sacudidas, á los movimientos convulsivos, á las contracturas, á los padecimientos semi-laterales, á la debilidad paralítica.

Sus dolores, bastante semejantes por el ritmo y su cualidad, á los de la nuez vómica, se distinguen por la rigidez muscular, por el acortamiento de los tendones, en que se agravan por la tarde, por el movimiento y la menor impresion de frio; circunstancias que anuncian el padecimiento del sistema nutritivo y la astenia. Se cree fundado atribuir las neuropatías del causticum á la atrofia nerviosa, y la clínica corrobora esta opinion: estas neuropatías son distintas de las del subcarbonato de cal que proceden de una atrofia plástica. Es preciso, en fin, no confundir el acortamiento fibroso y las contracturas del causticum, con las de la coloquíntida que son simplemente espasmódicas sin insidiosidad, mientras que la accion del causticum es esencialmente lenta, crónica y profunda. No siempre es fácil distinguir su accion sobre la plasticidad, de la del subcarbonato de cal, del carbon, del sílice..... porque la diátesis serosa, los derrames, y las seudo-membranas son tambien propias del causticum. Sus síntomas denotan una falta337 de jugos nutritivos y el predominio del sistema absorbente sobre el exhalante. Su accion, por último, sobre la piel es de las mas notables y especiales, pues indica mas bien la inercia vegetativa que la exuberancia plástica, y es análogo al mercurio, la sepia y el grafito, por sus grandes relaciones de accion antipsórica, si bien lo es mas con el fósforo y el sílice.

§ III.—Efectos fisiológicos y terapéuticos sobre el sistema nervioso.

Los efectos generales de los padecimientos nerviosos del causticum son: dolores dislacerantes, tirones dolorosos articulares; sacudidas, contracciones y movimientos convulsivos; convulsiones epileptiformes, con orinas involuntarias ó frecuentes; rigideces, presiones, inquietudes y agitaciones musculares; abatimientos, temblores é irregularidad de los movimientos; entorpecimiento y debilidad paralítica. Estos padecimientos se alivian considerablemente en la cama y con el calor; se agravan con el agua fria, el aire libre, con el frio y por la tarde; están en fin acompañados de adormecimientos y rigideces musculares; los sugetos son muy impresionables al frio.

El causticum está muy indicado en ciertas rigideces tetánicas, en convulsiones generales y parciales de los miembros, cuando hay frio habitual y temblor. Con estas condiciones es como puede combatir el lumbago despues de la quina y la coca de Levante, mientras que otros remedios de esta afeccion se adaptan mejor á un estado mas agudo ó mas reciente.

Las afecciones de la cabeza propias del causticum están caracterizadas por el peso y un vértigo como por embriaguez; hay sensacion de debilidad en la cabeza, de338 contusion interior; á las punzadas acompañan rigidez, y muchas veces movimientos congestivos y agravacion por la noche ó por la mañana al levantarse. La odontalgia de este medicamento, como la de la sepia, reconoce por causa la impresion del aire esterior en la boca, que el dolor es tirante, y depende frecuentemente del mal estado de las encías que están sensibles, ulceradas, y sangran con facilidad.

El causticum es muy recomendable en las neuralgias reumáticas y artríticas crónicas. Bœninghausen[53] le atribuye una accion especial en los dolores y parálisis de los músculos flexores; el hidroclorato de sosa tiene, respecto á esto, analogía con causticum. Se puede indicar que es el opuesto del cobre y el plomo, puesto que estos afectan con preferencia los músculos estensores.

Los dolores reumáticos del causticum están relacionados con un mal estado de la nutricion; se distinguen por un adormecimiento de la parte y por un temblor del miembro; tambien hay con frecuencia retraccion de los tendones y rigidez de las fibras musculares. Los dolores se sitúan generalmente en las articulaciones, aun cuando haya nudosidades artríticas. Alternado con el subcarbonato de cal ó el lachesis, es muchas veces mas eficaz. Se le puede emplear de esta manera con medicamentos de accion aguda y pirética. Los dolores reumáticos ocasionados por el frio, y que se hacen crónicos, son mas análogos á causticum. En general, los dolores reumáticos que reclaman su uso, son los que se presentan en personas de movimiento vacilante, que tienen habitualmente frio y padecen incontinencia de339 orina. El temblor paralítico y el de los viejos son propios de causticum. Hay mas pasibilidad que en el temblor de la cicuta, el cual es espasmódico; el de causticum depende mas bien de la debilidad del influjo nervioso y de una especie de sequedad de la fibra, de una atrofia muscular; conviene tambien en las parálisis parciales, cuando el temblor se presenta especialmente en el momento en que el enfermo se levanta ó empieza á moverse. Es igualmente útil en parálisis procedentes de neuralgias y de un esceso de sensibilidad de las partes afectas; está sobre todo indicado en las parálisis de la cara, precedidas de neurosis antiguas, notándose en este caso una falta particular de armonía entre las contracciones y las retracciones musculares de la cara. No se le debe desatender en las hemiplejias por apoplejía, ni en las parálisis reumáticas. Es esencial en las de la lengua, en cuya afeccion es muy útil la barita carbónica.

§ IV.—Efectos fisiológicos y terapéuticos sobre los órganos de los sentidos y aparatos gastro-pulmonales.

Las afecciones de los ojos, en las que se observa una sensacion de presion y como de arena entre los párpados y el globo del ojo, una inflamacion crónica de la conjuntiva, con inyeccion venosa, aglutinacion de los párpados por la mañana, se curan bien y pronto con causticum y el oro. La tumefaccion del pabellon de la oreja con calor quemante, zumbido y ruido batiente, con otorrea fétida, exigen tambien el causticum. La sepia no es tan eficaz como aquel en la otorrea escrofulosa complicada con dartros. La epistaxis ligera, la pérdida del olfato, el flujo de mucosidades fétidas por la nariz y el coriza fluente con bronquitis, son propios de causticum.340

Corresponde á las fluxiones de la cara en personas venosas, varicosas, melancólicas y en las que la piel está amarillenta y seca; que esperimentan movimientos congestivos en la cabeza, con dolores lancinantes y sensacion de ardor en la cara, y se observa tambien granos rojos, negruzcos y escoriacion de los labios. En general, las tumefacciones inflamatorias del causticum son subagudas, no despiertan simpatías del corazon, y tienen el carácter venoso de estancacion y la sensacion caliente y quemante. Las fluxiones que se manifiestan en las membranas mucosas de la boca y de los sentidos tienen aquella sensacion ó la de escoriacion; son mas crónicas y presentan ulceraciones, aftas dolorosas y aun sangrantes. Las escrescencias rebeldes de las encías requieren tambien el causticum.

Las afecciones de la garganta, y en particular la laringitis, están caracterizadas para el causticum, por el estertor mucoso, por el dolor de escoriacion y aun quemante, por la ronquera y la afonía paralítica algunas veces; hay necesidad frecuente de deglutir, y dolor lancinante, con sensacion de hinchazon y de estrechez del istmo de la garganta. La sensacion de ardor quemante no escluye una especie de escalofrío y de frio, que asciende hasta la garganta. La tos se reproduce por la palabra, por el frio, por el cosquilleo en la faringe; es corta, conmovente, seca, con sensacion de escoriacion en el pecho.

Esta cavidad es el sitio de una opresion nerviosa, como por aniquilamiento de las fuerzas. La respiracion es corta; hay accesos de asma y espasmos, movimientos congestivos que oprimen y producen palpitaciones, sensaciones de constriccion y punzadas en el pulmon y el corazon.341

Los padecimientos gástricos que reclaman el causticum son numerosos: gastro-atonía, dispepsia nerviosa, cólicos gaseosos, vómitos ácidos ó de alimentos, indisposiciones gástricas aliviadas por el decúbito y el calor; congestiones pasivas en los hipocondrios y en las hemorróides, con prurito en el ano. Está indicado, como la ignacia y la nuez vómica, en las afecciones del bajo vientre con fenómenos nerviosos, que tienen su orígen en el plexo solar, con la sola diferencia de que hay mas astenia y palidez de los tejidos para el causticum. El estreñimiento rebelde por atonía nerviosa y nutritiva, con palidez de la cara, dolores y ansiedad, asimismo que la diarrea crónica, son propios de causticum: esta es mas pronunciada por la noche y la forman sustancias viscosas, grasientas, pálidas. En el estreñimiento y la diarrea hay prurito en el ano, palpitaciones y angustias; el primero, además, se trasforma en diarrea, y esta se agrava por la impresion de frio en el vientre.

El molimen hemorroidal que es propio de causticum, produce mucha irritacion y aflujo de humores, con exudacion serosa, pareciéndose en cierto modo al molimen menstrual; los dos escitan simpatías dolorosas hácia las partes superiores. En la menstruacion hay incomodidad renal, calambres uterinos y debilidad.

La accion de causticum en los órganos génito-urinarios es asténica y nerviosa; las orinas, frecuentes y abundantes, se aumentan hasta la incontinencia por el dia y por la noche; la irritacion pasiva de las mucosas despierta deseos venéreos sin ereccion, la eyaculacion de un esperma no elaborado, pérdidas seminales, y en la mujer repugnancia al cóito. Se observa en el hombre un flujo de licor prostático despues de las deposiciones,342 sensacion de ardor quemante al orinar, úlceras y prurito en el prepucio y en el glande, y una secrecion abundante sebácea alrededor de este.

En atencion á lo espuesto, se le ha prescrito con ventaja en la incontinencia de orina de los viejos y de personas debilitadas, en la dismenorrea y en las menstruaciones retardadas, en las irritaciones de los órganos genitales con impotencia ó debilidad, en el prurito de la vagina, del glande, del ano, con ó sin exudacion; en el histerismo asociado á síntomas paralíticos ó á una astenia nerviosa de las membranas sinoviales articulares, y en algunos infartos glandulares indolentes.

§ VI.—Efectos fisiológicos y terapéuticos en el sistema cutáneo.

Los hechos clínicos dan cada dia mas importancia al hecho general de los vírus hereditarios ó adquiridos con sus variadas formas en los diversos tejidos y en las distintas épocas de su evolucion. Que el herpe en su forma primitiva, ó mas bien en su período primario, afecte la superficie cutánea, lo general es que los individuos que le padecen gozan de buena salud; pero que abandone el herpe esta superficie, que se estienda á las membranas mucosas, que se fije sobre cualquier punto de su estensa superficie, y se verá que inmediatamente se altera la salud y sufre ataques de una gravedad relativa, ó por lo menos de grande tenacidad y rebeldía. ¿No puede el herpe, en ciertos indivíduos dotados de disposiciones dadas, atacar la profundidad del organismo, fijarse en las membranas serosas, en el neurilema, en las meninges, en el periostio? ¿No puede atacar las vísceras, el parénquima de los huesos, la médula espinal, etc?343

Há ya medio siglo que muchos médicos lo han observado, y de cuantos en nuestros dias se han dedicado á su estudio con mas entusiasmo, preciso es reconocer que el profesor Trousseau merece la preferencia. Al hablar de este asunto, nos hemos propuesto determinar mejor la esfera de accion del causticum en las enfermedades de la piel, y esplicar cómo este medicamento, que es uno de los principales antipsóricos, tiene el privilegio de estender su accion terapéutica hasta los tejidos afectados por el herpe en sus períodos secundario y terciario.

Así pues, cuando el causticum ni alivia ni cura, ignoramos si existe un desórden funcional ú orgánico, procedente del retroceso de una erupcion crónica de la piel con neuro-astenia. Es, por lo tanto, una de sus especialidades en el tratamiento de los reumatismos crónicos, de las convulsiones y de la corea, de las parálisis de un lado del cuerpo y de la cara, de los tics dolorosos, de las hemicráneas, de las oftalmías antiguas, de los corizas, de las laringitis, de las vaginitis, de las otitis, de las estomatitis, de las gastralgias, de los estreñimientos y diarreas interminables, del asma y de las afecciones del corazon, el que estas enfermedades procedan de uno de esos vicios que no indicamos, de un herpe si se quiere, que ha llegado al período secundario ó terciario; es decir, que habiendo abandonado total ó parcialmente su sitio original, la piel, se ha fijado en los tejidos mucosos, serosos, musculares, fibrosos, óseos.

Es, pues, en personas herpéticas y afectadas profundamente y por mucho tiempo de esta diátesis, en las que obra con preferencia el causticum por su accion electiva sobre la piel. La afeccion de esta superficie, sumamente344 modificada, alterada en su vitalidad, en su tejido, en sus funciones, basta para esplicar una multitud de afecciones internas, ya se presenten bajo la forma de neuralgias, de neurosis, de irritaciones mucosas, ó ya se desarrollen con estremada lentitud, empobreciendo la sangre ó disminuyendo la energía vital y la actividad nutritiva. Un violento prurito, parcial ó general, que no se limita á la piel, sino que ataca á las mucosas que están en contacto con ella; la piel amarilla y arrugada; las erupciones miliares y urticarias; las aftas, las ulceraciones, las erosiones en las mucosas y la piel; los dartros pruritosos, que generalmente son húmedos, exudantes, las vesículas ó el prurito, que se trasforma en dolor de escozor ó corrosion; los dolores escoriantes y quemantes en las mucosas, hé aquí los efectos del causticum, á los que es necesario agregar el endolorimiento de los callos y clavos, y de las várices, el desarrollo de verrugas y de inflamaciones limitadas á las estremidades de los dedos de los piés y de las manos.

La clínica ha estendido el valor de estos síntomas, porque se ha curado con el causticum, así como con la sal marina y el subcarbonato de potasa, afecciones liquenoides, y porque se le ha usado con éxito en el pénfigo y los efélides, como el arsénico y el petróleo. Con el causticum, y algunas veces con el oro, la staphisagria, el azufre y el ácido fosfórico, se han curado chancros corrosivos, de carácter sifilítico ó mercurial, cuando el mercurio no ha podido triunfar ó que habia contribuido á cambiar la forma primitiva.

No se han tratado afecciones procedentes de una sarna mal curada ó degenerada sin que se haya empleado el causticum, no obstante el uso del azufre, la345 sepia, la clematida y otros medicamentos. Estas afecciones entran naturalmente, ya por sí mismas, ya por los efectos generales que determinan, en la esfera de accion del causticum.

El intertrigo, ó sea una especie de eritema que se sitúa en las articulaciones, cede al causticum ó á grafito..... Los casos mas simples y que no se refieren tan particularmente á una afeccion antigua, tienen suficiente con la manzanilla, la ignacia y el mercurio. El causticum con el subcarbonato de potasa, el carbon vegetal y el centeno cornezuelo, es el mejor medicamento en los sabañones, las tumefacciones lívidas, y las hinchazones venosas asténicas de los dedos de los piés y de las manos.

Se usa el causticum con preferencia á la sepia, y antes y despues de este medicamento, en las costras espesas, pruriginosas, situadas en las partes laterales é inferiores de la cara. Se le usa tambien en el acné despues de nuez vómica, cuando el arsénico y el subcarbonato de cal no están mejor indicados. Despues del arsénico, es causticum el primer medicamento que se debe elegir en el tratamiento de la zona. El grafito, el zumaque y el mercurio tienen la misma indicacion en esta afeccion.

Los dartros en general, y las erupciones vesiculosas en particular, son propias del causticum. Es sabido que las dificultades que suscita el tratamiento de las afecciones cutáneas, conducen á poner en juego otros medicamentos como el mercurio, la sal marina, el zumaque, que afectan tener en estos casos una accion análoga á la del causticum. Este es tambien útil en la frambuesa, especie de ficus esponjoso sanguíneo, y para el que puede usarse el carbonato de cal. Las verrugas346 ceden mejor al causticum, y el prúrigo reclama este mismo ó el mercurio.

Debemos indicar la utilidad del causticum en la viruela en union con el mercurio corrosivo. Esta medicacion, recomendada por el doctor Teste[54], que aconseja administrar el primero por la mañana y el segundo por la tarde, desde las primeras pústulas, está ya indicada en parte por Hahnemann y autorizada por los ensayos hechos con el causticum por el doctor Dufresne en 1833, como se ve por los síntomas siguientes: «en las manos: granos trasparentes, cristalinos, redondos en su vértice, pruritosos, sin auréola; al dia siguiente están rodeados de una auréola roja y llenos de una agua lechosa; al tercer dia se llenan de pus, algunos se ulceran; en el cuarto, los que están aislados, se secan[55]

El doctor Teste ignora probablemente estos síntomas que no se han insertado en la patogenesia del causticum publicada posteriormente.

Nos resta indicar su eficacia en las fístulas del ano y en los abscesos de la márgen del mismo. Para este último caso, el mercurio dulce, el cyclamen y el carbon animal son medicamentos de una utilidad superior á causticum. Hé aquí algunas afecciones en las que la esperiencia hablará quizá en favor de causticum: ambliopia amaurótica, catarata y la misma blefaroftalmía. El causticum ha sido eficaz algunas veces en ciertos casos de escoriaciones de los niños y de los pezones de las nodrizas; pero en el primer caso se debe preferir el azufre, la stafisagria y la manzanilla; en el segundo,347 están mejor indicados el azufre y el árnica, y aun el grafito.

Dósis.—Quizá no se cite un caso en que este medicamento haya sido útil á mas dósis que la de una gota de la sustancia pura tomada en varias veces al dia, mientras que la clínica registra en sus anales multitud de hechos curados con dósis de una gota ó de algunos glóbulos de la sesta hasta la trigésima atenuacion, administradas á largos intérvalos, por ejemplo una dósis por semana, ó ya con insistencia á dósis diarias por quince ó mas dias.

CHAMOMILLA.—MATRICARIA CHAMOMILLA (Manzanilla).

§ I.—Historia.

La manzanilla comun ó chamomilla matricaria es hoy uno de los medicamentos mas importantes; es hasta indispensable en un gran número de enfermedades de los niños[56]. Esta planta es de la familia de las corimbíferas, Jussieu.—De la singenesia poliandria, Linneo.

Al leer este capítulo sobre la manzanilla, los lectores no acostumbrados á los trabajos de Hahnemann y á estudios del género de los que nos ocupamos, se admirarán quizá de la importancia terapéutica tan auténticamente reconocida en esta pequeña planta, que se la puede denominar, con un célebre profesor de terapéutica de Viena, la panacea de los niños y de las personas nerviosas. Hahnemann tiene títulos incontestables348 al reconocimiento de todos los médicos, preciso es confesarlo con franqueza, sea cual quiera la escuela á que pertenezcan. Al hablar de la manzanilla, importa recordar que la mayoría de plantas usadas en la antigüedad han sido separadas poco á poco de nuestras materias médicas, hasta el punto de caer en el mas completo olvido, ó cuando mas, relegadas á las recetas populares y á las madres de familia que las emplean en tisana é infusiones, guiadas por los groseros datos del empirismo; viéndose la medicina privada de las propiedades de los simples que el Creador ha esparcido con profusion alrededor nuestro, con sus variadas y especiales virtudes. Esta es la razon del por qué hallamos remedios activos y útiles, medios terapéuticos de una potencia incomparable muchas veces, en las plantas vulgares, en vegetales que por su abundancia y pequeñez parecen despreciables, cuando es una verdad demostrada que la naturaleza es mas especialmente admirable en las cosas pequeñas: maxime miranda in minimis; siendo generosa hasta un punto que afecta desconocer la ciencia moderna, demasiado orgullosa con sus descubrimientos químicos.

§ II.—Generalidades sobre la accion fisiológica y terapéutica.

La manzanilla es el primer medicamento de la infancia; corresponde al predominio nervioso de esta época de la vida y á todas sus instabilidades, á su sensibilidad exagerada, á sus congestiones fugaces ó incompletas, á sus alteraciones gástricas, á sus fiebres en lo que tienen de nervioso, á sus acedías, á sus vómitos ácidos, á sus diarreas biliosas ó ácidas, á sus cólicos, á sus insomnios, á sus ansiedades ó agitaciones. La manzanilla349 hace inútiles en esta tierna edad multitud de medios indirectos, y reemplaza en union de acónito, mercurio y la belladona, los vejigatorios comunes, los emolientes, los absorbentes, los narcóticos.

En los adultos y aun en los viejos, corresponde la manzanilla á la nerviosidad, al eretismo de las personas delicadas, en los muchos padecimientos ocasionados por una sensibilidad exagerada y por la disposicion á fluxionarse los órganos debilitados. Disminuye la sensibilidad en las neuralgias, calma la impresionabilidad general y hace menos graves los inconvenientes que resultan del abuso del café y de los paliativos narcóticos; disipa la fiebre, el calor, la cefalalgia, los movimientos espasmódicos, las odontalgias, la opresion de estómago y las diarreas, cuando estos padecimientos son debidos á grande incomodidad moral, y particularmente si proceden de afectos tristes y contrariantes, y cuando el despecho que resulta ha podido desahogarse por la cólera, ó un arranque de impetuosidad.

Es importante indicar que los efectos de la manzanilla son nulos en los casos en que la impetuosidad ó la cólera ha sido comprimida y no ha podido estallar; en esta circunstancia, está mejor indicada la staphisagria. Otro signo de gran valor práctico es que la manzanilla es inútil en las personas que soportan los dolores con calma y paciencia. Los prácticos que mas han empleado este medicamento están acordes sobre el carácter de la manzanilla, y en que difiere esencialmente de la pulsatila, de staphisagria, del cólchico, del zumaque, de la quina, etc.

Bajo el imperio de la manzanilla, el humor es desapacible, terco, y la persona sensible é irritable. La nuez vómica le produce irascible y violento; la coca de350 Levante tiende á la grosería y á una concentracion taciturna en sí mismo; la pulsatila, por el contrario, le produce dulce, tímido, sensible hasta hacer llorar, etc.... Por otra parte, los caractéres del moral tienen tal importancia en la eleccion del medicamento, que á veces inclinan por sí solos la balanza en pró ó en contra de uno ó de otro, cuando los síntomas físicos son iguales para todos, ó, por el contrario, indican que debe recurrirse á otro.

La accion electiva de la manzanilla sobre los nervios ganglionares reconocida por Hartmann, es innegable cuando se estudia la larga série de sus fenómenos nerviosos prodrómicos, y sus efectos secundarios sobre el sistema sanguíneo: estos efectos no carecen de toda influencia nerviosa, y conducen seguramente á la astenia y á la disminucion de la actividad nutritiva. La manzanilla, en fin, altera la nutricion á consecuencia de las lesiones funcionales que determina por su accion nerviosa; sus efectos en las vísceras y las glándulas no tienen otro orígen. Su accion sobre el cerebro y médula espinal tambien es indirecta.

Se podria hacer de la manzanilla un hipostenizante nervioso y gástrico en el espíritu de la doctrina rasoriana, y un escitante nervioso y gástrico segun las ideas del vitalismo hipocrático. Para nosotros, es un medicamento que obra electivamente sobre el sistema nervioso ganglionar, y por este, en el nervioso cérebro-espinal; en su accion sucesiva en uno y otro sistema nervioso, consiste el que sea nervioso, neurálgico, espasmódico, gástrico, sanguíneo, y finalmente asténico. Esta astenia aumenta al principio la sensibilidad, pero lo hace de una manera muy distinta de como lo verificaria si su accion fuese directa sobre el cerebro,351 puesto que siempre imprime su sello especial en la esfera nutritiva y linfática, es decir, allí donde produce su primera impresion en los nervios ganglionares.

Las afecciones neurálgicas de la manzanilla no tienen gravedad á pesar de su agudeza, ni en el momento, como en las de arsénico, ni por sus consecuencias como en el causticum y la nuez vómica..... Sus espasmos, su nerviosidad, no tienen el punto de partida en los centros nerviosos, como el café y la belladona, sino que se dirigen á aquellos directamente, como el semen-contra, la gratiola.

Los fenómenos nerviosos que se pueden referir á los prodromos de un estado febril, denotan en la manzanilla alguna analogía con la ipecacuana, y sobre todo con el acónito; y cuando se trata de inflamaciones locales, la manzanilla es superior en eficacia al último, antes que la flogosis se desarrolle francamente y cuando se trata de órganos dotados de una grande sensibilidad, como el ojo por ejemplo. Sus síntomas, que recuerdan la accion nerviosa grave del arsénico, no son el efecto directo de una accion especial sobre el sistema nervioso, sino de una perturbacion funcional, debida á un esceso de sensibilidad, de tal manera, que se podria atribuir á la manzanilla una ataxia benigna, mientras que la maligna es propia de arsénico.

La manzanilla presenta inflamaciones que terminan por resolucion, y nunca por metástasis, como sucede en la pulsatila; ó por supuracion, como en la belladona; ó por diaforesis, tialismo y aumento de mucosidades, como en la dulcamara, el saúco, la ipecacuana; ó por derrames serosos, exudaciones de linfa plástica, como en el arsénico, brionia, mercurio; las inflamaciones de la manzanilla tienen un carácter nervioso,352 que no se eleva á la altura de las inflamaciones reumáticas. El elemento reumático en la manzanilla está exento de tumefaccion real, pero no de tension, y sus dolores son vivos; á veces son escesivos, y parecen ocupar los órganos profundos, los neurilemas, las membranas fibrosas, el periostio. Los fenómenos generales se manifiestan mas por la noche, y la fiebre es mas nerviosa que sanguínea, en lo cual es análoga á ipecacuana, como se ve por los síntomas siguientes: dolores cólicos, vómitos, diarrea, molimen hemorrágico, hemorragias, opresiones, tenesmo uterino y anal, eretismo, congestiones tumultuosas. Se ha preconizado infundadamente este medicamento en una multitud de afecciones graves, no solo febriles, sino orgánicas, y hasta en el cáncer. ¿Seria menester, á propósito de un carcinoma, enumerar todos los agentes capaces de modificar ó disipar los síntomas puramente accesorios? Obrar de esta manera, seria estender el uso de la manzanilla, haciéndola salir de su esfera de accion. No queremos decir con esto que no se pueda emplearla en casos graves, para obrar sobre el sistema nervioso y calmar el esceso de sensibilidad que complica á la enfermedad. Por otra parte, rara vez es suficiente por sí sola para curar una afeccion, porque corresponde á la recrudescencia de una dolencia crónica, al eretismo, á la nerviosidad, á la fluxion, pero no puede abrazar en su esfera de accion los diversos elementos de una enfermedad aguda fija y de alguna duracion.

Se usa la manzanilla, lo mismo que el café, para calmar la irritabilidad que exacerba la receptividad medicinal. Es opuesto en esto al azufre, que escita la impresionabilidad del organismo. La manzanilla solo es el antídoto del café, en cuanto que corresponde á la irritabilidad353 que este último ocasiona. Esta es tambien la razon del por qué es igualmente el antídoto de la nuez vómica, pero con la diferencia, respecto al café, que la manzanilla aumenta la irritabilidad nerviosa general y la cefalalgia, y la accion de la nuez vómica se manifiesta por el eretismo gástrico é intestinal.

Debemos manifestar que no se trata aquí de antídotos químicos, de los que no nos ocupamos. Ya se ha podido conocer que solo indicamos incidentalmente los dinámicos: la razon es bien óbvia, puesto que el antídoto dinámico es simplemente el medicamento que por sus efectos se aproxima mas á los producidos por otro, como acabamos de manifestar en la manzanilla, respecto al café y la nuez vómica. La importancia que en ciertos manuales se da á los antídotos nos parece pueril, puesto que no mencionan los síntomas medicamentosos que indiquen tal ó cual medicamento. Obrar de esta manera es introducir en el cuadro nosográfico los padecimientos medicinales, lo cual es por lo menos, supérfluo, porque esta especie de enfermedad medicamentosa es del dominio de la materia médica, y lleva consigo la idea del medicamento que la ha producido y del que mejor cubre los síntomas; estos, además, son aislados é incapaces de constituir una enfermedad, solo son epifenómenos, accidentes, que el médico llamado á combatirles trata con los medicamentos apropiados al caso presente. Así, pues, la pulsatila, que es uno de los medicamentos mas opuestos á la manzanilla, puede, no obstante, llegar á ser su antídoto, especialmente en las afecciones gástricas y en las neuralgias.354

§ III.—Efectos fisiológicos y terapéuticos.

Para hablar con propiedad, la manzanilla no tiene mas que una accion aguda, porque aun en las afecciones crónicas en que está indicada, solo las constituye en realidad una lesion funcional debida á un esceso de irritabilidad. Al espresarnos así, no es nuestro ánimo decir que las lesiones nutritivas y de los tejidos sean estrañas á la manzanilla, sino manifestar tan solo el hecho demostrado por la clínica, que las lesiones son consecutivas á la irritabilidad exagerada de los tejidos, á una sensibilidad morbosa de los órganos digestivos y quilíferos, de donde resulta una diminucion de la actividad nutritiva, una falta de reparacion orgánica y las lesiones de los tejidos.

Se puede decir en verdad que hay pocas enfermedades agudas ó crónicas, y en todas las edades, en las que la manzanilla no tenga una indicacion que llenar; pocas enfermedades que no pueda simplificar ó regularizar; pocos padecimientos que no alivie, ya que no los cure. Es un medicamento de uso habitual, y tanto mas útil hoy dia, cuanto que el elemento nervioso se une más y más á las fiebres, y que la astenia nerviosa produce la irritabilidad anémica en un gran número de enfermedades crónicas.

A. Fiebres.—En toda afeccion febril las consideraciones etiológicas tienen la mayor importancia. La irritabilidad, el estado nervioso, el eretismo, que caracterizan la accion de la manzanilla, la hacen propia naturalmente en las fiebres con síntomas versátiles, tales como ansiedad, frio, calor intenso, escitacion sensorial, abatimiento, etc. Pero remontándose á la causa, se observa casi siempre, que cuando es moral la que355 preside en una afeccion dada, y consiste en una contrariedad viva con acaloramiento ó en un acceso de cólera manifiesto, las afecciones que resultan son del dominio de la manzanilla. Con mas irregularidad y espasmos, reclama desde luego la ignacia, y si la gravedad fuese mayor, el eleboro blanco, la coca de Levante, el arsénico, medicamentos que estarian mas indicados, el arsénico solo con principalidad, si el despecho y la cólera no fuesen las causas de la fiebre.

Cuando la alternativa de los calosfríos y del calor es mas regular, y la fiebre ha avanzado más, es preferible la brionia, aun cuando las causas sean las mismas y el principio de la dolencia igualmente nervioso. Si se declara un foco inflamatorio, cada órgano, cerebro, hígado, pulmon, reclamará el medicamento pirético mas conveniente, la belladona, el mercurio, sin renunciar, no obstante, á la manzanilla ó la brionia, que son aun los mas indicados, si los primeros efectos de la cólera ó de la indignacion indican una hepatitis ó cualquiera otra flegmasía, porque esta inflamacion estará caracterizada por la nerviosidad y el eretismo del mismo modo que la fiebre.

La fiebre catarral, en su principio, que reconoce por causa un enfriamiento, exige la manzanilla por los síntomas nerviosos, así como por la gastricidad. Esta puede ser ardiente, y el calor desigualmente repartido, el abatimiento grande, como la ansiedad ó la susceptibilidad; hay calosfríos frecuentes y aumento de algunas secreciones, á espensas de otras, como, por ejemplo, mucosidades intestinales, vómitos, diarrea, sequedad de la piel, coriza fluente, lagrimeo y escasez de las orinas; porque la irregularidad de la accion de la manzanilla se estiende á las funciones é induce en las356 secreciones una alteracion eminentemente nerviosa, que es la natural de este medicamento.

La manzanilla tiene por lo mismo la propiedad de restablecer el sudor, suprimido por un enfriamiento ó una emocion fuerte, cuando esta supresion provoca una grande irritabilidad y agravacion de la fiebre. Pero esta propiedad no se estiende á volver el sudor suprimido en el curso de una fiebre exantemática y que agrava el estado del enfermo, porque la lesion deja de ser simplemente funcional por las circunstancias de la erupcion y las modificaciones que este accidente no tarda en producir, si el acónito ó el arsénico no lo remedian.

B. Afecciones locales; flegmasías.—Si la manzanilla está mas frecuentemente indicada en los niños y las personas nerviosas y delicadas, es porque su organismo es mas impresionable, sus enfermedades mas eréticas é irregulares, y mas subordinadas á la accion nerviosa. Tambien las circunstancias de heridas, de pérdidas de sangre, de emocion violenta, de dolores fuertes y vivamente sentidos, disponen favorablemente á la accion benéfica de la manzanilla. Una de las principales circunstancias de este género, es el parto y el estado de las recien paridas. Su impresionabilidad exige muchas veces el uso de este medicamento, aun cuando se presenten fluxiones uterinas y peritoneales: en estos casos, la versatilidad de los síntomas, los espasmos, la estremada sensibilidad, el carácter nervioso de la fiebre, el dolor y tension locales, están acompañados de abundantes loquios, mientras que las demás secreciones se suprimen. No debe admirar que la manzanilla haya sido tan usada mas bien como medio accesorio en las fiebres puerperales, en las metritis, en las metrorragias,357 aun en las ocurridas despues del parto, en los fenómenos nerviosos que preceden y siguen al aborto, en las convulsiones y en los espasmos abdominales de las mujeres embarazadas ó paridas, en la fiebre láctea y en la supresion de esta secrecion, en los cólicos menstruales en fin, y en los dolores violentos que suceden al parto.

La manzanilla solo juega en el tratamiento de las afecciones de los órganos torácicos, á título de paliativo, de una irritabilidad y de una astenia nerviosa característica; por ejemplo en ciertas coqueluches y toses por irritacion. El catarro sofocante y la bronquitis de los niños exigen con frecuencia su uso, particularmente si la causa es un enfriamiento, ó se la alterna con la ipecacuana ó la belladona. Los casos mas graves reclaman el arsénico. Ultimamente, tambien pertenecen á la manzanilla la respiracion sibilante y anhelosa de ciertas bronquitis, la tos con sensacion de contusion en la region umbilical, la que es seca y mas violenta por la noche, la producida, en fin, por una sensacion de arañamiento en la laringe.

No es solo en la hepatitis ocasionada por la indignacion ó la cólera la en que la manzanilla tiene su oportunidad, sino en todas las fluxiones é inflamaciones que reconocen las mismas causas, que presentan la misma irritabilidad de la fibra, la misma tension, el mismo estado de espasmos. Estos casos, mas bien nerviosos, presentan con preferencia la sensacion de tension á la tumefaccion, la sensacion de calor quemante que el calor real; no hay dolores á la presion, pero sí mas ansiedad que dolor. Respecto á la hepatitis, el dolor es nulo ó casi nulo en la inspiracion, y este dolor, la opresion y la incomodidad en la region precordial, manifiestan358 más el carácter nervioso de esta inflamacion, que no la afeccion de la cara convexa. La manzanilla, en fin, conviene esencialmente en la hepatitis de los niños, en los que el parénquima del hígado se afecta muy poco.

El primer período de la oftalmía catarral, pertenece á la manzanilla, si hay sequedad de la conjuntiva; despues se administra la belladona por regla general; la euphrasia está indicada cuando hay lagrimeo, y sobre todo en el segundo período; la manzanilla además es igualmente útil en la oftalmía húmeda de los niños y en las conjuntivitis dolorosas. Lo es tambien en casos de fotofobia, de irritacion de los bordes libres de los párpados, en personas nerviosas que cansan la vista en el bufete y en los talleres.

Agregarémos para concluir este asunto, que la manzanilla corresponde en las mujeres nerviosas y en el molimen menstrual de las jóvenes, si hay cólicos y sensacion de presion hácia el útero; en menstruaciones abundantes en las que la sangre es oscura y coagulada, con accesos de debilidad, frio en las estremidades, sed, movilidad nerviosa; en las leucorreas corrosivas con escozor en la vagina y aun dolores quemantes. Es igualmente propio de la manzanilla, la supresion menstrual con escesiva sensibilidad, tension y eretismo, dolores como los del parto, sensibilidad en el hipogastrio, y mal estado de la nutricion, con derrames serosos.

C. Afecciones nerviosas.—Es muy eficaz este medicamento en la eclampsia con diarrea; convendrá la ipecacuana si hay vómitos; y la belladona, en la congestion cerebral; el estramonio, en la eclampsia con congestion cerebral de carácter nervioso mas que sanguíneo;359 el centeno cornezuelo, si hay temblor y contorsiones musculares..... Las congestiones cefálicas á consecuencia de un acceso de cólera pertenecen á la manzanilla, si dominan los espasmos y la nerviosidad, a la somnolencia.

Calma asimismo de un modo maravilloso las convulsiones de los niños, aun cuando tengan lombrices, en cuyo caso la somnolencia indica la cina; la ignacia tiene tambien sus indicaciones en las convulsiones graves de los niños, y cuyo peligro se puede conjurar con igual facilidad con la manzanilla. Los gritos de los niños cuya causa se ignora, ceden muy bien á este medicamento, y todo lo mas que puede ocurrir, es el recurrir á veces á la belladona; debiéndose comprender que no hablamos aquí del grito cefálico.

La grande impresionabilidad nerviosa que molesta y prolonga algunas convalecencias y que es propia de algunas constituciones delicadas, cloróticas, á la menor emocion, á la menor pérdida de humores, presenta una indicacion vital de primer órden la alimentacion; pero para que esta sea fructuosa, debe intervenir la manzanilla, sola ó alternada con la quina. Si es preciso crear sangre como el moderador natural de los nervios: sanguis moderator nerviorum, la manzanilla ayuda á su reparacion, porque modera, calma el sistema nervioso al menos paliativamente, combatiendo la sensibilidad morbosa.

D. Neuralgias.—La accion de la manzanilla sobre el sistema nervioso induce á considerarle como un medicamento precioso en las neuralgias y las afecciones dolorosas. Estos dolores están acompañados de un estado de escitabilidad y sensibilidad superior á todo, sufrimiento, espasmos, debilidad como paralítica, accesos360 de desvanecimiento; los dolores son dislacerantes, tractivos, pulsativos; se agravan con el calor de la cama, ó durante la noche. Esto no obstante, el calor les alivia en particular por el dia; se esperimenta, en fin, una necesidad de mover constantemente las partes afectas. Desde que el dolor empieza, decaen las fuerzas, sobreviene el abatimiento, y la sensacion de incomodidad y de angustia que inspira, se eleva hasta la desesperacion; se la cree, por lo menos, insoportable. La hemicránea, las incomodidades de la cabeza, las odontalgias, los dolores del ojo y del oido, las gastralgias, los cólicos y los calambres que cura la manzanilla, tienen algunos de los caractéres designados.

E. Afecciones reumáticas.—Las que son propias de este medicamento consisten en la alternativa de calosfríos y calor, calores parciales, rubicundez de las mejillas y frio de las estremidades, igual irregularidad del sudor, aumento y generalizacion del calor que á veces es quemante por la noche y en la cama, ansiedad, sed, gemidos. A los dolores dislacerantes acompaña la sensacion de entorpecimiento; no hay hinchazon; este llega hasta la parálisis de las partes afectas, particularmente despues de la sensacion de dolor, como si la inervacion estuviese agotada en estas partes. Estos dolores, además, son ordinariamente profundos, y parecen situarse en el periostio y las partes fibrosas. No es raro que se exacerben mas bien al crepúsculo, se alivian siempre por la mañana y dejan dormir. Este es tambien el carácter de los dolores de la quina, del ledum, del mercurio.

F. Afecciones gástricas.—La eficacia de este medicamento en las afecciones gástricas; gastritis crónicas, gastralgias, gastro-atonías, dispepsias, diarreas, enteralgias,361 se ha hecho proverbial en la escuela alemana y entre un gran número de prácticos de otros puntos..... Su accion se dirige esencialmente al elemento eretismo con astenia, es decir, á la neuro-astenia. Cuantas veces se administre la manzanilla en afecciones gástricas de esta naturaleza, su efecto curativo es maravilloso. Contiene los vómitos y diarreas ácidas de los niños, si bien alguna vez debe ser secundada con el ácido sulfúrico. La brionia es el medicamento mas análogo en las gastralgias procedentes de aflicciones morales, de emociones y de un esceso de sensibilidad. Cuando se administra la manzanilla en una diarrea, obra con particularidad en el estado nervioso de los intestinos, ó en las congestiones y fluxiones eréticas del hígado y sus dependencias. El elemento nervioso es su herencia y hoy dia es el dominante. En la mayor parte de los casos de gastropatía, se puede tener presente, que si la nuez vómica es ineficaz, la manzanilla aliviará, aun cuando sea otro el medicamento indicado para la curacion.

Dósis.—Se curará á veces con una ligera infusion de un puñado de la planta seca, que es preciso no confundir con la manzanilla romana. Con mas frecuencia podrémos felicitarnos de las dósis minimas, aun mas allá de la trigésima dilucion, especialmente si se quiere rebajar y calmar la grande irritabilidad de los niños. Algunos glóbulos ó una gota en medio vaso de agua tomada á pequeñas cucharadas, es suficiente muchas veces.

La manzanilla matricaria no ha llamado la atencion de los terapeutistas que desdeñan puerilmente los trabajos de Hahnemann, pero colocan la manzanilla romana, que tiene mucha analogía con la anterior, entre los medicamentos escitantes.362

La manzanilla parthenium es otra planta parecida. La tintura á la dósis de 3 á 5 gotas tomadas en tres ó cuatro veces y durante tres dias, en el intérvalo apirético, en la remitencia, es un escelente febrífugo en los niños, en los sugetos nerviosos, impresionables y para todos los demás, cuando hay fenómenos gástricos y eretismo.

CHINA.—CINCHONA OFFICINALIS (Quina).

§ I.—Historia.

Vamos á tratar de la corteza de un árbol de la familia de las rubiáceas, Jussieu.—De la pentandria monoginia, Linneo.—De las varias especies de quina que se conocen, la de Loja ó quina amarilla real es la de que nos vamos á ocupar, por ser la que ha servido para las esperimentaciones fisiológicas, y porque es la que contiene las proporciones mas convenientes y mas fijas de elementos constitutivos, entre otros, la quinina[57].

La quina no es tan solo un antiperiódico. Esta denominacion general es impropia para calificar exactamente la accion de este medicamento, y aun capaz de inducir á error sobre el conjunto de sus propiedades y omitir la mayor parte. Al denominar en absoluto antiflogístico al medicamento que disipa la inflamacion; antineurálgico al que cura el dolor, se cae en el mismo inconveniente, porque hay pocos medicamentos que no puedan reclamar uno de estos títulos, curando la fiebre363 intermitente, la inflamacion y el dolor con los cuales cada uno de ellos está en relacion de semejanza.

Felizmente la quina, proclamada por todas las escuelas como tónico y antiperiódico por escelencia, es aun más, es un antineurálgico, un antianémico..... Ya que nos dirijamos á su accion electiva fundamental, ya que recurramos á alguna de sus propiedades especiales, siempre tendrémos en la quina uno de los medicamentos mas útiles en una multitud de enfermedades diferentes. Guardémonos, pues, de limitar la quina á su accion sobre el sistema vascular, á su virtud tónica ó á su propiedad hipostenizante; tanto mas, cuanto que segun la intensidad de su accion y su duracion, es sucesivamente escitante, sedativo, tónico, alterante, etc..... Es preciso estar entusiasmado por una idea sistemática largo tiempo sostenida, para clasificar todos los medicamentos con los nombres de hiperestenizantes ó hipostenizantes de los diversos aparatos orgánicos; clasificacion que se ha ensayado en la dominacion de las escuelas, sin conseguir otra cosa que enumerar con el primer título, esto es, de hiperestenizantes á algunas sustancias que en su accion completa solo habian llegado á deprimir las fuerzas, y conduciendo á la astenia, si bien produciendo alguna escitacion en su primera impresion sobre el organismo. El amoníaco, el opio, el alcohol, la canela, ¿no conducen á caquexias profundas, á efectos dinámicos radicalmente asténicos? Y la menta, el acónito, la belladona, la quina, ¿no escitan el sistema vascular y el eje cérebro-espinal? Solo se llega á la verdad estudiando la accion de un medicamento en todas sus fases y apreciándola en el conjunto de sus síntomas.364

§ II.—Efectos fisiológicos.

La esperimentacion es el único modo mejor de apreciar el justo valor de los efectos del medicamento de cuyas propiedades nos vamos á ocupar. El título de antiperiódico en las fiebres intermitentes, ya regulares, ya irregulares y palúdicas, le ha adquirido legítimamente. Los resultados, generalmente momentáneos, obtenidos con la quina en varias enfermedades en las que la intermitencia solo es un accidente, depende de la exageracion de las dósis.

El valor de la quina como antiséptico, está limitado á las úlceras atónicas, á las escaras en el sacro y en casos de abundante supuracion. Pero no es comparable con el arsénico, ácidos minerales, centeno cornezuelo, carbon vegetal en las lesiones gangrenosas y en las afecciones pútridas, propiamente dichas.

Cualquiera que sea su potencia tónica y restaurante, está contraindicado en las convalecencias de toda enfermedad grave, en la que no ha habido pérdidas humorales debilitantes. Conveniente es indicar, aunque de paso, que la debilidad en estos casos está siempre caracterizada por cierto eretismo, que parece ser la causa de los colores de las diversas secreciones. La quina no es útil en toda debilidad y atonía, sino tan solo en la ocasionada por la inercia nerviosa ganglionar, y por la falta de plasticidad, por la carencia de reparacion nutritiva.

La accion antineurálgica y antireumática de la quina no es menos patente que su accion febrífuga. Por una parte, exalta la accion cérebro-espinal, y por otra disminuye la vitalidad de la fibra; los tejidos pierden de su tonicidad y adquieren mas sensibilidad. Pero en su365 primera impresion adormece la una y la otra por la influencia de la congestion cerebral. Estos estados se suceden y caracterizan su accion. Es el remedio especial de la diátesis reumática y de la artritis subaguda, no solamente por su accion sobre la sensibilidad, sino porque afecta particularmente los tejidos sero-fibrosos. Sus dolores se distinguen por la agravacion nocturna y por la exacerbacion al tocar la parte afecta; son seguidos, no de hormigueo y espasmos, sino de debilidad pura.

Fenómenos constantes indican su accion sobre el cerebro, tales como tintineo en los oidos, disecea, la misma sordera, obnubilaciones; chispas; debilidad de la vista; somnolencia; alteracion de las ideas, cefalalgia congestiva, latidos en la cabeza, delirio, alucinaciones; estos fenómenos se aproximan á los de la belladona.

Agréguese á esto los dolores variados; los calosfríos por todo el cuerpo, y á lo largo de la columna vertebral, los dolores al empezar á andar, los movimientos convulsivos de los miembros, el adormecimiento de las partes sobre las que se está echado, la debilidad general con temblor, la escitabilidad de todo el sistema nervioso, los dolores pulsativos y dislacerantes en los huesos, las incomodidades en los riñones, los infartos articulares, la estremada sensibilidad á la impresion del aire esterior y de las corrientes de aire, ¿quién no creerá que dibujamos el cuadro de las afecciones reumáticas y artríticas?

Los fenómenos morales son: la alegría y la escitacion moral en el período nervioso y sanguíneo de su accion. A este período pertenece tambien la mayor agudeza ó exaltacion de los sentidos. Pero en el curso de su influencia sobre la nutricion, ó, mejor aun, en su accion pura sobre el sistema nervioso ganglionar, el moral366 está apático y desanimado, la inteligencia parece participar del estado de disolucion de los elementos orgánicos. A este período pertenece el insomnio, el sueño agitado, interrumpido, no reparador, así como la somnolencia es la compañera de la congestion cerebral, de la fiebre ardiente, de su accion inicial.

El estado crónico de la quina está caracterizado por una profunda astenia que afecta al moral lo mismo que al físico. Los líquidos se empobrecen, los sólidos pierden de su consistencia, la piel se arruga, concluye por distenderse por el esfuerzo de la serosidad que baña las láminas del tejido celular. Los sudores y las orinas se aumentan y arrastran materiales que deberian servir á la nutricion; se declaran flujos colicuativos y sobre todo diarreas.

El conjunto de estos fenómenos espresa una accion constante en los sistemas nervioso, raquidiano y ganglionar, tales son; calosfríos, turgencia y edema, que constituyen la afeccion de los vasos capilares; la flogosis y la hipersecrecion de la piel y de las mucosas; la lesion de los órganos de la hematosis; el empobrecimiento de la sangre y la abolicion de la nutricion, que forman la afeccion de la vida vegetativa; el esceso de irritabilidad y la atonía de la fibra; las neuralgias y los espasmos, que constituyen la alteracion de los tejidos y una lesion especial de los nervios de relacion; la hiperemia sanguínea y la escitacion del sistema circulatorio; la hidrohemia, que constituye una lesion especial de la sangre.

Todos los síntomas flegmásicos de la quina son congestivos, remitentes ó intermitentes. El número de pulsaciones disminuye fuera del estado pirético, y en su accion pura y simple sobre el corazon. En el mismo367 estado pirético, este medicamento tiene algo de especial que no emana del estado inflamatorio. Está perfectamente contraindicado en todas las enfermedades en que domina este elemento, y especialmente en las afecciones agudas de la vías aéreas.

El hierro, el arsénico, el mercurio, corresponden principalmente á ese grupo de síntomas químicos; el mercurio, sin embargo, exige mas disgusto y temblores musculares, que no son efectos constantes de la quina. El hierro es generalmente su antídoto, y casi siempre en este caso, la astenia nerviosa determina una sensibilidad escesiva por la accion de los estimulantes esteriores, y de los latidos, de las bocanadas de calor en las partes superiores. Así pues, los edemas y los derrames serosos son por dos partes un elemento esencial de la caquexia; si domina la diarrea, ó, mejor aun, si hay sudor rebelde, el ácido fosfórico será el mejor antídoto de la quina; el mercurio lo será en los infartos del hígado; la ipecacuana y el arsénico se adaptan mejor á los efectos de la quina, complicados con afecciones palúdicas.

§ III.—Efectos fisiológicos de las sales de quina.

Las observaciones de Wittmann, de Boelher, de Otton, primeros esperimentadores del sulfato de quinina, le atribuyen los mismos síntomas que á la quina y en el mismo órden de desarrollo: escitacion del sistema sanguíneo, congestion é irritacion cerebrales, afeccion gástrica y de todos los órganos digestivos, orina mas abundante, turbia y sedimentosa, afeccion de la laringe y estado anginoso, y otros síntomas mas especiales que las fuertes dósis empleadas en un principio no favorecieron su libre desarrollo: sobreescitacion de368 la sensibilidad y de los sentidos, disecea, ronquera, dispepsia, diarrea, timpanitis, apatía moral, dolores dislacerantes, chasquido en las articulaciones, accesos tercenarios y cotidianos, reproduccion de los accesos á los ocho dias.

El sulfato de quinina es mucho mas apropiado al tipo intermitente de las enfermedades que se presentan por accesos, aun en aquellas en que la quina no está indicada. Al sulfato de quinina solo se deben los síntomas de crup y de angina membranosa, y para los que se le ha empleado recientemente. Se debe al parecer recurrir á esta sal en los casos en que los tejidos y el sistema nervioso están mas profundamente atacados.

Se han observado en la cinconina y sulfato de cinconina fenómenos análogos á los producidos por la quina y el sulfato de quinina, pero menos intensos, como lo prueba el escelente trabajo de Noack sobre la cinconina y sus diversos compuestos. Esta no llega á la escitacion violenta del sistema nervioso que produce el sulfato de quinina, y, menos aun, á los efectos narcóticos, que son el último término. La grande analogía de estos alcaloides de la quina consiste en sus efectos sobre los órganos digestivos y la esfera nutritiva, por lo que, en definitiva, armoniza con la accion de los ácidos minerales, y solo difiere de la del causticum, por las hipersecreciones y derrames serosos.

Los muchos autores que han tratado por esperiencias repetidas de introducir la cinconina en la materia médica, para sustituir al sulfato de quinina[58], son dignos de elogio; pero no han podido conseguir que la primera369 sal cure mejor las dispepsias y las acedías que el sulfato de quinina....., y las moderadas dósis que la exacta apropiacion del medicamento exige en la mayor parte de los casos, no permiten dar á la cuestion de economía la misma importancia.

Resulta de observaciones multiplicadas que la quina goza de mayor eficacia en las estaciones cálidas y templadas, en lugares bajos ó pantanosos, en personas debilitadas por fuertes sudores durante sus trabajos ó en los grandes calores; en los que han sufrido pérdidas considerables por evacuaciones sanguíneas, por purgantes, por supuraciones; en los que abusan de bebidas acuosas ó gaseosas y cargadas de ácido carbónico; en los temperamentos linfáticos, linfático-sanguíneos, y en los casos de debilidad general con flojedad. Sus contraindicaciones, por el contrario, se hallan con frecuencia en las personas nerviosas, en hombres de una actividad intelectual incesante y tambien física.

Se habla mucho de febrífugos, de sucedáneos de la quina; se observa con cierta admiracion que, cuanto mas febrífugos son, mas gozan de propiedades antineurálgicas; hay afan de clasificar las fiebres intermitentes sin consideracion á los síntomas esenciales y característicos, y no le hay para clasificar los febrífugos, cuyos caractéres y síntomas diferenciales se desconocen; no se ha comprendido la razon de la preeminencia de la quina, y sobre todo del sulfato de quinina; es decir, su accion especial sobre el sistema nervioso raquidiano en sus relaciones con el sistema nervioso ganglionar.

Jamás se reemplazará al sulfato de quinina en el tratamiento de afecciones periódicas nacidas bajo la dependencia de los nervios raquidianos, ya directamente, ya por la reaccion de los nervios de la vida orgánica sobre370 la médula espinal; en neuralgias periódicas, fiebres larvadas de todo género, accesos de fiebres intermitentes paludianas, fiebres remitentes de los países cálidos y pantanosos, fiebres tifoídeas con accesos intermitentes y remitentes irregulares, con tal que estas afecciones tiendan mediata ó inmediatamente á la raquialgia, ó alguna otra afeccion, aun imperfectamente apreciada de los nervios espinales, que reaccionan sobre los ganglionares, ó recibiendo su influencia.

Es digno de notar que la quina, y especialmente el sulfato de quinina, sean indispensables en el tratamiento de la mayor parte de las fiebres graves, que se pueden llamar climatéricas, y que afectan al hombre en ciertas épocas de su existencia, hácia los 7, 14, 21, 28, 35 años próximamente, segun las constituciones ó en una ú otra de estas edades. En estas épocas de la vida sufre el organismo cambios constitucionales importantes; las moléculas de la economía están, por decirlo así, en estado de reconstitucion, y como en estas afecciones, climatéricas tambien, es decir, de una aclimatacion como la que los habitantes de un país muy septentrional sufren generalmente al poco tiempo de instalarse en otro muy meridional; afecciones intertropicales, fiebres graves, fiebres siempre largas, siempre de tipos nerviosos y mas ó menos intermitentes ó remitentes, durante las que cada parte del cuerpo, cada aparato es afectado y modificado, y que en el curso de las mismas sufre la nutricion los mas profundos ataques, y cuyo objeto evidente es volver la constitucion de la persona enferma á un estado orgánico mas en relacion con las nuevas influencias del sol y del clima, y mas análogo á la constitucion de los naturales del país ó de los que ya le habitan hace mucho tiempo.371

§ IV.—Efectos terapéuticos.

A. Afecciones flegmásicas. Fiebres intermitentes. Diátesis palúdica.—La quina no cuenta entre sus efectos, ni la fiebre inflamatoria, ni las inflamaciones locales simples; la oftalmía que registra su patogenesia, es subaguda, venosa ó linfática. Todos los síntomas de la laringe y del pecho indican, ya el elemento nervioso, ya la astenia, ya un molimen hemorrágico. El sulfato de quinina solo produce un conjunto de síntomas locales y generales que se adaptan al crup y á la angina diftérica, afecciones que no se puede decir que sean simplemente inflamatorias, y para las cuales se la ha empleado ventajosamente en nuestros dias. Sobre este asunto debe leerse el erudito trabajo del doctor Tessier[59].

Aprovecharémos esta ocasion para espresar al menos una vez, que si nuestras rápidas indicaciones pueden ser suficientes para los que conozcan la materia médica, y que tengan la plena inteligencia de nuestros resúmenes, pueden no bastar á otros que hallarán en las monografías y en los tratados y memorias especiales, como en el trabajo citado sobre el crup, todos los detalles necesarios. La literatura médica es muy estensa, muy rica si se quiere, para poderse detener á hacer todas las citas necesarias. Hubiéramos necesitado duplicar la obra y redactar un trabajo de erudicion, y no una obra directamente útil, una esposicion completa, y no una síntesis, es decir, un cuadro general de estudios y de aplicaciones prácticas.372

La quina, repetimos, no se adapta al elemento inflamatorio, no ofrece analogía con el estado agudo febril y flegmásico franco. Así pues, en una bronquitis es necesario aguardar al período subagudo y crónico; y la respiracion sibilante, anhelosa, es entonces una de sus mejores indicaciones, así como para la manzanilla; porque las dos corresponden en este caso á la astenia nerviosa. La quina está tambien indicada en la neumonía crónica ó que tiende á serlo; el zumaque, el azufre, el mercurio y el licopodio están en el mismo caso; pero el rhux y el mercurio no exigen, como la quina, que la fiebre haya cesado: el azufre requiere mas irritabilidad y el licopodio mas cronicidad.

En la fiebre reumática, la quina exige la remitencia, la cesacion ó diminucion de la escitacion sanguínea, y una sensacion de frio al interior y en las estremidades; exige tambien gastricidad y la agravacion de los dolores por el menor contacto. El ranúnculo bulboso es quizá el medicamento que, en esto, tiene la mayor analogía con la quina.

En la fiebre nerviosa grave, gástrica-nerviosa, tifoídea, la quina corresponde al estado de adinamia debida principalmente á las grandes pérdidas del organismo; se observa una flojedad con sudores ó flujo que aniquilan más y más. En general, la quina responde á todas las fiebres procedentes de pérdidas, ó que las ha habido humorales en el curso de la dolencia, y en todas las que se prolongan por la influencia de fuertes evacuaciones naturales ó provocadas, especialmente cuando estas son la causa principal de los síntomas tifoídeos ó atáxicos.

Esta es la razon de por qué está indicada en la peritonitis, en su período de exudacion, con calosfríos cuando373 el enfermo se destapa, sudores muy abundantes y que no alivian, estado nervioso grave, caracterizado por el calor ardiente y la sequedad de la boca, la lengua de un blanco sucio, hendida y negruzca, las mejillas encendidas, delirio, debilidad estrema. El arsénico es preferible en los casos en que hay escesiva agitacion, con grande debilidad y calor quemante.

La fiebre héctica reclama la quina, cuando el pulso es muy frecuente y débil, el calor es mas fuerte por la noche, y que sudores abundantes debilitan incesantemente; hay indiferencia para las bebidas y los alimentos, incomodidad precordial despues de la mas ligera cantidad de estos, y abultamiento del vientre. Se ha observado hace ya mucho tiempo en las fiebres propias de este medicamento, y en particular en la fiebre héctica, el sudor de la parte izquierda del cuerpo.

La quina es el remedio mas comun de las fiebres intermitentes. Se la ha sustituido, ventajosamente con el sulfato de quinina para el cual el tipo intermitente es aun mas característico. Los tres estadios de los accesos son regulares; hay calosfríos y frio, calor, sudor. La turgencia de los capilares es muy pronunciada, la congestion cefálica se eleva hasta el delirio, y no es raro que el dolor de cabeza sea violento antes, durante y despues del acceso; muchas veces le preceden accidentes gástricos, y otras tantas les subsiguen.

Todo tónico poderoso, todo estimulante enérgico, además de las sustancias que tienen accion especial, son antiperiódicos, agentes curativos de la fiebre intermitente por el método perturbador. Y nos consta en efecto, que el ponche, el vino caliente, la esencia de menta...., han curado en Africa tantas fiebres intermitentes como la quina y sus sales.374

Bajo este punto de vista, la quina es un tónico poderoso capaz de provocar una escitacion perturbadora que cura momentáneamente la generalidad de las fiebres intermitentes y de las enfermedades que se presentan por accesos. Pero la accion aguda de la quina se dirige especialmente á fiebres intermitentes regulares, de accesos francos; como asimismo á los de toda afeccion que reconozca por causa el miasma palúdico. En estos casos, con dósis débiles, no con las perturbadoras, goza la quina de toda la especialidad de su accion antiperiódica, y está en la plenitud de su accion terapéutica, porque se halla perfectamente indicada. Estingue la fiebre, sin convertirse en causa de otro acceso; vigoriza las fuerzas, sin perturbacion y de una manera fija. Pero no es la panacea de todas las afecciones por accesos ni de todas las fiebres intermitentes; no es un febrífugo universal, y por consiguiente, los casos que reclaman su uso están limitados á los que tienen analogía con sus síntomas.

Su accion fisiológica presenta tres estadios bien distintos, mas claros que en cualquier otro medicamento. Obra primero en el sistema nervioso, despues en el circulatorio, y luego sobre el nutritivo. Es por lo tanto sucesivamente, concentrante, reactiva y discrásica. El conjunto de esta accion sobre los dos primeros sistemas representa el estado agudo en los tres estadios del acceso pirético. Su accion sobre el sistema nutritivo representa el estado crónico y el período diatésico.

Los fenómenos del estado agudo, en la quina, corresponden á la constitucion linfático-sanguínea. La fiebre es precedida del espasmo general de los capilares, desenvolviendo sus primeros fenómenos en las estremidades de los vasos arteriales, en lo cual consiste uno375 de sus principales puntos de contacto con el arsénico. La turgencia de los vasos capilares á la que sigue el calosfrío y el frio, produce despues un calor tanto mas vivo, cuanto mas violento ha sido el orgasmo sanguíneo, guardando relacion directa con la intensidad del calosfrío y del espasmo inicial.

En las constituciones mas análogas á la accion de la quina, la irritacion, es decir el eretismo, no existe en el estado agudo; se presenta, por el contrario, en las personas secas y nerviosas, lo cual no es, en casos semejantes, una contraindicacion para su uso. Las dos acciones de los sistemas nervioso y sanguíneo son separadas, sucesivas, y la flojedad ó atonía que completa el movimiento espansivo, el estado fluxionario de los órganos periféricos, constituye el primer grado de la accion discrásica del medicamento. Tal es la sucesion de los tres estadios del acceso. Esto esplica el por qué en la quina no se presenta la sed sino en el momento en que los fenómenos de escitacion sanguínea reemplazan á los de concentracion y de frio espasmódico, es decir, en el momento en que domina el orgasmo.

Sin embargo, así como una causa morbosa no produce en todos los mismos efectos, y que, aun cuando la enfermedad tenga en todos la misma índole, presenta no obstante formas diferentes; así un medicamento no desarrolla constantemente en todos los mismos síntomas, aunque su accion conserve siempre los mismos caractéres esenciales. Por ejemplo, la quina producirá la sed en un sugeto nervioso-sanguíneo durante los prodromos, ó si se presenta entre el frio y el calor, se prolongará hasta la conclusion del tercer estadio, ó bien el sudor será menor que en los linfático-sanguíneos.

El estado crónico de la quina está caracterizado por376 lesiones funcionales permanentes, por dolores reumáticos y por alteracion de la nutricion y de los tejidos. Estos efectos son siempre la espresion del abuso del medicamento. Sometidos habitualmente los tejidos á la escitacion erética y al orgasmo vascular de la trama orgánica, vienen á ser el teatro de una laxitud asténica, de una estancacion de los vasos privados de tonicidad, y sus células, sus láminas sobrenadan en los líquidos dentro de los cuales no pueden reaccionar más.

La fuerza plástica se ejerce por la doble accion de apropiacion y eliminacion, y si bien asimila incesantemente al organismo moléculas nutritivas, tambien elimina y rechaza otras; á esta doble accion, pues, de la vida vegetativa es á la que ataca la quina, á la que debilita y aun reduce á la inercia. Así pues, el tejido celular, elemento orgánico de todos los tejidos, de todos los órganos, siempre está hinchado, edematoso, infartado, ó endurecido en alguna parte. En este estado, es importante tener en cuenta los síntomas morales. Son perfectamente análogos á los físicos, y están caracterizados por la apatía, la indiferencia, el desaliento.

A medida que la vida se debilita, las alternativas de concentracion, de espansion y de laxitud se hacen mas y mas irregulares, se agregan á una fiebre discrásica consecutiva á la falta de nutricion, y tienden á hacerse continuas. El estadio de flojedad ó relajacion que consiste en el sudor, se trasforma en infartos, en flujo y con mas frecuencia en diarrea; y aparte del endurecimiento de algunas glándulas y vísceras, la quina no tiene lesiones orgánicas de otra índole. Las afecciones quínicas, pues, son mas rebeldes que graves, y muchas veces un régimen dietético conveniente y la actividad muscular son los mejores medios curativos, porque377 desenvuelven mas enérgicamente la fuerza plástica y producen un movimiento de sucesion mas rápido de las moléculas orgánicas, es decir, una reparacion mas activa de los materiales constitutivos de la economía.

Si el estado agudo de la quina corresponde á la constitucion linfático-sanguínea, su estado crónico y discrásico está en relacion con el temperamento linfático, con la constitucion fria y floja, en la que el procesus plástico está lánguido y como entorpecido; en este caso, ya lo hemos indicado, el moral está afectado en armonía del organismo; los dos parecen en vías de disolucion: el organismo con estancacion de materiales destinados á la reparacion de los órganos ó á la eliminacion por las vías escretorias, y el moral con la apatía característica de este medicamento. En este grado de la afeccion, llega un momento en que es tal la diminucion de las fuerzas, que el sistema nervioso, irritado por la insuficiencia de los materiales asimilables, provoca una reaccion erética, que espresa á los ojos del práctico las necesidades íntimas de la economía. Esta es la fiebre recorporativa, metasincrítica, lenta, nerviosa, que da á veces por resultado la reabsorcion de los líquidos infiltrados, y conduce á una diarrea colicuativa con sobreescitacion nerviosa erética. Los síntomas morales presentan entonces irritabilidad y ansiedad, y es tambien cuando se observan algunos fenómenos atáxicos y pútridos, último término de la accion quínica.

Ya hemos consignado, al hablar de otros medicamentos, como tambien en este, un último período nervioso, una reproduccion de las sinergias sobre el mismo sistema, cuyos síntomas difieren esencialmente de los que indican el primer período de la accion medicinal, el de espasmo ó de concentracion. En el primer378 período, la accion se verifica de afuera adentro, y en el último es de dentro afuera.

El estado caquéctico, espuesto en las líneas precedentes, recuerda la consuncion tuberculosa y la diátesis paludiana; tres caquexias que se asemejan con bastante exactitud. La quina, empero, es el remedio de la caquexia palúdica, y el miasma palúdico es un remedio para la tuberculizacion. Lo hemos indicado, aunque de paso; lo hemos ya demostrado[60], y muchos prácticos, entre otros los doctores Boudin[61] y Feuillet[62], lo han confirmado. No es con negaciones como se destruye este hecho adquirido, en nuestro concepto, por la ciencia; no se consigue tampoco oponiendo los casos de fiebre intermitente observados en algunos tísicos; porque seria menester saber en qué grado de la tísis debe obrar el miasma palúdico. Habria, pues, ligereza al tratar de comparar estos accesos de fiebre observados en tísicos en el último período, y para los cuales no hay lucha posible.

No confundamos la caquexia, efecto directo de la infeccion paludiana, generadora de la fiebre accesional y sus consecuencias, con la caquexia quínica, efecto de las dósis repetidas y exorbitantes de la quina ó de sus sales: el antídoto de esta última caquexia es el arsénico, el hierro, la belladona, el sílice; el de la primera379 es la quina. Cuando la caquexia paludiana ha avanzado, á pesar de haber usado ó abusado de antemano de la quina, esta es aun uno de los mejores medios de curarla, con la dósis de dos gramos del polvo en un litro de agua, dejándole macerar por una noche, y dándola á beber por fracciones, en uno ó dos dias, por supuesto despues de haberla decantado. Este medio debe ser continuado por mucho tiempo, por más de un mes, con cortas interrupciones.

B. Afecciones neurálgicas, reumáticas y artríticas.—La quina puede contener casi todas las neurosis y neuralgias en su esfera de accion, cuando domina el elemento asténico á consecuencia de pérdidas considerables del organismo. La ninfomanía misma, las espermatorreas, la corea, hallan en la quina, ya que no un remedio curativo, al menos un poderoso auxiliar del tratamiento. En cuanto á la ninfomanía y á la satiriasis, en las que la estenuacion y la exaltacion nerviosa son producidas por el onanismo, es mas racional recurrir al ácido fosfórico, al oro, á la nuez vómica y al mercurio.

Se ha despreciado generalmente el uso de la quina en las neuralgias, y en particular en las odontalgias, por dirigirse á medicamentos cuya accion sobre el sistema nervioso es mas electiva. Las odontalgias y neuralgias de la quina son pulsativas y con calor; el dolor puede hacerse quemante; se forman tumefacciones en el sitio del dolor; en el mismo punto se verifican al menos, movimientos congestivos, con principalidad en las odontalgias y cefalalgias. Estas últimas están caracterizadas por una sensacion de presion y de agravacion en el crepúsculo, por la noche y despues de comer: el hierro y la sabina presentan casi los mismos caractéres generales y locales. Otro tanto se puede decir380 del mercurio y la pulsatila, cuyos dolores se agravan por el calor. Los dolores producidos por la quina se alivian á veces con la misma; pero en este caso, así como en la mayoría de sus neuralgias, el dolor se exaspera por el tacto, la impresion y el movimiento. La agravacion por el tacto se encuentra tambien en otros medicamentos, por ejemplo, en la stafisagria y el capsicum annuum; en este último, el dolor está mas estendido en todo el espesor de los tejidos de la parte afecta, mientras que en la quina se presenta mas localizado. Los dolores de esta, en fin, ofrecen, respecto á los de la manzanilla, del mercurio y del ledum de los pantanos, además de la analogía de los síntomas generales y del estado discrásico, la notable semejanza de agravarse en el crepúsculo y aliviarse por la mañana.

Las afecciones reumáticas propias de la quina no empiezan por fenómenos locales, sino por síntomas generales, tales como calosfríos, congestion sanguínea en la cabeza y en la piel, y sudores abundantes que no alivian. El medicamento mas análogo á la quina bajo este aspecto es el ranúnculo bulboso, cuya fiebre es remitente con exacerbacion por la tarde.

La quina guarda un término medio en cuanto á su agudeza en la artritis, entre la brionia y el árnica. La brionia representa la mayor agudeza, y el árnica la mas próxima al estado crónico, y la lesion local domina los fenómenos generales en este último medicamento. La pulsatila, por su accion sobre los capilares, presenta mucha analogía con árnica, en la que las congestiones proceden mas bien de la diminucion del movimiento circulatorio en los capilares, pero con la diferencia de que estas congestiones son fijas en el árnica y esencialmente movibles en la pulsatila, como ya se verá.381

La artritis gotosa, en fin, mas en armonía con la quina, se presenta en la rodilla. Pero sea cual quiera el punto en que se sitúe esta dolencia, árnica y sabina son sus mejores auxiliares en los accesos irregulares, ó que por lo menos se repiten despues de algun tiempo. La piel que cubre la tumefaccion, no presenta cambio de color para la quina y la sabina; está erisipelatosa para el árnica, roseada para la pulsatila, roja para el mercurio. La stafisagria, que es un medicamento cuyos síntomas generales armonizan con los de la quina, está indicada en las artritis de accesos repetidos y con tofos; el calor las alivia; así como, por el contrario, las artritis propias de la sabina se alivian con el aire fresco.

C.Afecciones hemorrágicas, anémicas, serosas. Flujos colicuativos ó asténicos.—La quina es un medicamento esencial en toda hemorragia pasiva, esterna ó interna. Está perfectamente indicada en el estado congestivo local, el cual no debe confundirse con el de una hemorragia activa, aun cuando la astenia nerviosa desarrolle síntomas de eretismo local y aun general. El molimen hemorrágico de la quina, ó este estado congestivo precursor y foco de una hemorragia de este género, difiere poco de la del hierro; no tiene los fenómenos nerviosos y atáxicos en el grado que les presentan el fósforo y los ácidos minerales, y menos aun la hemorragia. La quina conviene mas principalmente en las hemorragias por recidiva, y cuando el organismo carece de sus elementos reparadores. Se usa con éxito, por ejemplo, en las epistaxis crónicas y repetidas, en las que el azafran es un buen auxiliar; está tambien indicada en la clorosis dependiente de menstruaciones escesivas, y de metrorragias; pero es preciso en estos382 casos esplorar el estado del cuello del útero y atender á las causas mecánicas ú orgánicas.

Las afecciones hidrópicas que resultan del empobrecimiento de la sangre por evacuaciones sanguíneas y humorales escesivas, como la hidroemia clorótica en las mujeres que han padecido metrorragias; el edema local y la anasarca con palidez, debilidad, hinchazon y tension del vientre, diarrea, orinas sedimentosas, son del dominio de la quina. Tambien cura esta, auxiliada con el azufre, las oftalmías agudas de las personas que padecen diversos derrames serosos. En ciertos edemas de los órganos internos y en el hidrocéfalo escrofuloso, se alterna este medicamento con el mercurio: en estos mismos casos pueden obtenerse felices resultados con el sílice, y aun tambien con la digital y la clematis.

En atencion á las condiciones asténicas de la quina, la ténia reclama con frecuencia su uso, si bien el azufre, el grafito y el mercurio son indispensables para su espulsion y para oponerse á su renovacion. La nuez vómica está en el mismo caso, y la indicacion de una ó de otra consiste principalmente en la debilidad muscular, en el color amarillo de la piel, que además está seca y presenta placas ligeramente furfuráceas; en una gran variedad, en fin, de padecimientos nerviosos asténicos; para la quina, solo hay edema en las estremidades é hinchazon de los párpados.

Acontece á veces en las personas leucoflegmásicas, edemáticas y anémicas, que una grande irritabilidad se opone á la accion normal de los medicamentos, y que el organismo tiene entonces menos receptividad medicinal. Este estado, debido á la astenia nerviosa, puede reclamar la benéfica accion de la quina, que disipa esta383 irritabilidad tonificando, y que pone al organismo sensible á los medicamentos apropiados.

Los flujos francamente colicuativos son muchas veces superiores á los recursos del arte, por lo cual no es posible oponer con confianza un medicamento. Sin embargo, cuando el organismo ha llegado al marasmo mas completo por pérdidas considerables, los sudores y la diarrea colicuativa pueden aun ceder con la quina. Este medicamento, por otra parte, corresponde á todos los flujos producidos por una debilidad estremada; está indicada en la estomatitis y en la angina mercurial despues del yodo; en la lientería, que la modifica tan ventajosamente como el laurel-rosa, el hierro, el arsénico, el fósforo; en los loquios y leucorreas que debilitan por su abundancia, en las broncorreas, en los catarros subagudos y crónicos y en las tísis mucosas, que la dulcamara, el estaño y otros medicamentos modifican igualmente. El uso de la quina en las espermatorreas es menos feliz que el del ácido azótico, del hierro, de la drosera y del sílice.

D.—Afecciones gangrenosas, ulcerosas.—Las escaras producidas por el peso del cuerpo en un punto dado, ó que sobrevienen en el curso de las fiebres, son del dominio del arsénico, del centeno cornezuelo y del carbon vegetal, mas que de la quina y sobre todo del alcanfor. No es el punto principal de la cuestion privar de olor á las placas gangrenosas, indicacion mil veces insuficiente, sino el de reanimar la vida, combatir la putridez, y dar á los tejidos sanos la energía necesaria para eliminar la parte gangrenada. El arsénico, sin olvidar el carbon vegetal y el centeno cornezuelo, es el medio mas eficaz que se debe emplear, esterior é interiormente; con tanto mas motivo, cuanto que es el384 mas á propósito para modificar la fiebre y el estado general de un modo ventajoso.

La quina, sin embargo, y mejor aun el sulfato de quinina, se adaptan á cierto período y á ciertas formas de estas especies de fiebres con distintos fenómenos de putridez; la quina corresponde mas en las escaras gangrenosas del sacro y de los íleos, pero despues que la gangrena se ha limitado, que ha caido la escara, y que la superficie de la herida está pálida y segrega un líquido mas bien seroso y sanioso que purulento. Alternada en estos casos con el azufre, facilita el desarrollo de los granos carnosos; efecto que produce en cualquiera otra úlcera atónica con pérdida de sustancia.

La quina, el arsénico, el carbon vegetal y la manzanilla son los medicamentos mas apropiados en las convalecencias penosas, segun la forma de las lesiones, ya nutritivas, ya orgánicas, ya nerviosas y funcionales, que caracterizan los estados respectivos de cada uno de ellos. Nos limitarémos á indicar que tambien es útil la quina en los chancros corrosivos despues del mercurio, ó alternándola con él ó con el azufre. Esta medicacion evita casi siempre el dar el ácido fosfórico, la stafisagria y el sulfuro de cal, y está basada en síntomas que la diferencian de los efectos del oro, del arsénico y del causticum, y mas aun de los de las sales del mercurio y yodo.

Hé aquí, en resúmen, las indicaciones de la quina y de sus sales, indicaciones que, aunque mas numerosas, puede el práctico suplirlas fácilmente por el conocimiento de su accion electiva y de los efectos de este medicamento.

Dósis.—La quina se administra del mismo modo que la mayor parte de los medicamentos, desde 5 á 10 gotas385 de la tintura, hasta una gota ó algunos glóbulos de la tercera y aun de la sesta atenuacion. Tambien se la usa, como ya lo hemos dicho, haciendo macerar por una noche, de uno á tres gramos del polvo en un vaso grande de agua, y tomándolo despues de decantado, por cuartas ú octavas partes en el dia, aumentándose el resíduo de la misma manera hasta dos veces.

La quina es uno de los medicamentos del que mas frecuente y fácilmente se abusa. Muchas veces se va mas allá del objeto, y el enfermo que se hubiera curado con una dósis pequeña, continúa lo mismo por el efecto de las cantidades exageradas. Este es uno de los motivos que indujeron al profesor Magendie á condenar todas las medicaciones. Pero si hubiese meditado los resultados de las pequeñas dósis propinadas por el principio de los semejantes, tal vez hubiera proclamado la superioridad de este método al de la espectacion, porque ayuda á la naturaleza sin contrariarla, y sin traspasar sus tendencias.

Las trituraciones de la quina, á la dósis de un gramo en tres ó cuatro tomas para un dia, son una de las mejores preparaciones contra la fiebre intermitente ó contra la hidroemia, y ciertos estados diatésicos análogos á la accion crónica de la quina.

El sulfato de quinina, como febrífugo, no tiene rival en el tratamiento de las fiebres perniciosas y en las que nosotros hemos denominado nerviosas graves, climatéricas, reconstitutivas, contra las que es preciso usar dósis fuertes, hasta un gramo por dia, pues sobre tan temibles afecciones, no hay aun tentativas suficientes para establecer un tratamiento quizá mas racional.

En un gran número de casos de fiebre intermitente, puede reemplazarse fácilmente á la quina con otros386 medicamentos de accion mas análoga á la variedad de la forma febril. Ultimamente, bastan las trituraciones cuando está bien indicada; se dará uno ó dos gramos de la primera en tres porciones para el primer dia y en el intérvalo apirético; la misma dósis de la segunda, para el segundo dia, y, en fin, la de la tercera en el tercer dia, siempre en el intérvalo de dos accesos, ó en la época en que se presume deba presentarse la apirexia. A los consejos que en el curso de este capítulo hemos dado sobre las dósis, al hablar de la apropiacion del medicamento por el método de la semejanza, agregamos ahora, que estas deben ser tanto mas débiles, cuanto mayor sea la apropiacion del medicamento.

CINA.—ARTEMISIA CONTRA (Semen-Contra).

§ I.-Historia.

La cina ó semen-contra (lombrices), la artemisa de Alep, cuyas semillas se han empleado hace mucho tiempo en medicina, es de la familia de las corimbíferas, Juss.—De la singenesia poligamia supérflua, Linn.—Los autores antiguos solo se han ocupado de este medicamento como antihelmíntico. Algunos han indicado, sin embargo, el peligro de usarle á dósis muy fuertes, y tambien de sus virtudes estomacales; Vitet dijo antes que algunos médicos modernos: «Que esta sustancia irrita mucho; que produce cólicos y convulsiones en los niños cuando se le administra en dósis muy fuerte.» Pero estas aserciones no fueron apreciadas, resultando por consiguiente ser completamente estériles. La santonina, principio activo de la cina, y que tanto se usa hoy, goza al parecer de las mismas propiedades que la387 sustancia de donde se estrae. Esto no obstante, los estudios esperimentales hechos solamente con la cina, nos obligan á ocuparnos esclusivamente de ella, con tanta mas razon, cuanto que, empleada por la ley de la similitud y de electividad, no ha sido nunca necesario emplearla á dósis fuertes, evitándose así las incomodidades y molestias que el uso de las mismas ocasiona.

§ II.—Efectos fisiológicos.

Los efectos de la cina se manifiestan en los sistemas nutritivo, gástrico y circulatorio, y están caracterizados por una alternativa de calofríos y de calor, con pulso acelerado ó movimientos febriles remitentes que conducen á la palidez, á la debilidad muscular, á la diarrea, al aniquilamiento de las funciones, al empobrecimiento de la sangre. El semen-contra tiene además entre sus efectos, la hipersecrecion mucosa intestinal y la sensacion de hambre en la misma fiebre. El nervio neumogástrico se altera particularmente por la accion de este medicamento, y por consiguiente, las espansiones de los nervios ganglionares en las membranas mucosas gástrica y pulmonal son el sitio predilecto de la alteracion.

Sus efectos en el cerebro emanan de esta accion, pero no por eso son menos importantes. La afeccion del vientre y del cerebro constituye los dos puntos esenciales de su potencia terapéutica, cuyo centro está en los órganos de la digestion. Las convulsiones en la cina, siempre son precedidas de un elemento gástrico, por no decir verminoso, y tienen su punto de partida en el estómago é intestinos. Entre los síntomas se halla una grande escitacion del sistema nervioso abdominal, unida á la atonía388 é hipersecrecion de las superficies intestinales; las mucosidades se alteran en sus cualidades químicas y favorables al desarrollo de la helmintiasis.

De esta disposicion resulta la indicacion de la cina en las personas en las que predominan los jugos blancos, cuyo sistema digestivo está muy desarrollado, en los niños sobre todo. Las fiebres, aun las graves, con congestion en la cabeza por intérvalos, y en las que los fenómenos tifoídeos y nerviosos dependen del estado del vientre, en las personas ya referidas, son las que reclaman este medicamento.

Los fenómenos mucosos caracterizan la fiebre de la cina, fenómenos tanto mas pronunciados, cuanto mas debilitado está el enfermo. En todo estado febril de este medicamento, si no hay verdadera intermitencia, se observa por lo menos una remitencia generalmente nocturna ó vespertina. La agitacion, la palidez de la cara, las congestiones en la cabeza, las convulsiones, los vómitos, la diarrea mucosa, el hambre, hasta canina, le aproximan al mercurio. Pero es mas análogo del carbonato de cal por su accion antiplástica y por la anemia con menstruacion escesiva. El ruibarbo tiene la mayor analogía con la cina por los fenómenos gástricos y el estado mucoso con empobrecimiento de la sangre, por la nutricion insuficiente.

Pero ninguno supera á la cina en eficacia contra las lombrices, no porque tenga la propiedad de destruirlas directamente, sino porque modifica admirablemente las secreciones mucosas intestinales y la nutricion, la hematosis. Esto depende indudablemente de que su accion con dósis débiles no puede obrar directamente sobre las lombrices. Há ya mucho tiempo que se ha dicho, que su virtud antihelmíntica no es mas que un resultado389 secundario de su accion, así como las lombrices no son mas que un fenómeno concomitante de una enfermedad, de una diátesis mucosa: vermes nidulantur in muco; la alteracion de las mucosidades es favorable á su multiplicacion.

§ III.—Efectos terapéuticos.

Muchos síntomas de la cina representan una fiebre intermitente de tipo cotidiano. El calofrío precede siempre al calor, y es poco intenso. La perversion del apetito se manifiesta en la cina por la sensacion de hambre que sobreviene inmediatamente despues de los vómitos. Esta sensacion se presenta principalmente despues de los vómitos, del estadio del frio, ó si este falta, en el curso del acceso, casi siempre antes del fin del calor; aquel se alivia tomando alimento. Estas fiebres no son raras en los jóvenes, en las personas nerviosas, caquécticas, en las que han estado sometidas á largas privaciones; la dieta es perjudicial porque alarga y eterniza la fiebre.

La fiebre mucosa reclama con frecuencia la intervencion del semen-contra cuando el pulso se debilita y que el enfermo languidece. Se le emplea con ventaja en las fiebres de este género que revisten formas nerviosas y tifoídeas en indivíduos flojos, linfáticos, y en los niños cuando la cabeza es la pars recipiens de los movimientos fluxionarios que parten del abdómen.

La fiebre con tos seca y nocturna, diarrea, consuncion y sudores nocturnos en los niños, se cura con cina.

La encefalitis de los niños no puede tratarse sin que intervenga este medicamento, ya en su principio, ya en el segundo período, en el de exudacion con parálisis390 parcial de los esfínteres, en el que se observa la tendencia de llevar los dedos á la nariz para rascarse. La digital produce mas bien el colapsus de las fuerzas que las convulsiones, el estramonio exige el estrabismo en este estado; otros varios medicamentos están aun indicados segun los síntomas.

Después de la manzanilla y antes de la ignacia, es preciso tener presente á la cina en las convulsiones de los niños, aun cuando haya fiebre y congestion cerebral; la somnolencia está entonces interrumpida por gritos que no deben confundirse con el cerebral, pues son provocados habitualmente por cólicos. Las convulsiones se parecen algunas veces á los espasmos epilépticos sin fiebre y sin síntomas de inflamacion. La cina se usa tambien en el corea y en toda especie de espasmos en los niños y personas debilitadas, caquécticas, mal nutridas. Las convulsiones, en el hidrocéfalo, son tambien propias de este medicamento.

Los síntomas de los órganos respiratorios en el segundo período de la coqueluche, y aun mas tarde, cuando á los éstasis sanguíneos suceden las alteraciones de la nutricion, reclaman el semen-contra. Este medicamento puede curar asimismo la coqueluche con agravacion por la mañana, en los niños escrofulosos y verminosos, cuando hay acumulacion de mucosidades en la traquearteria.

La cina está poco recomendada en las varias especies de favus; es, sin embargo, mas útil que la dulcamara en las mismas personas, debilitadas y escrofulosas, pero subordinada al licopodio. En estos indivíduos, la epistaxis cede á cina y azufre. Se la puede utilizar en la iritis con contraccion é inmovilidad de la pupila sin debilitacion de la vista.391

Entre sus numerosas propiedades en las enfermedades de la infancia, es necesario indicar la de facilitar la lactancia en los casos en que la nodriza, aunque tiene la leche abundante, el niño, sin embargo, rehusa coger el pecho. El mercurio es necesario si la leche es muy serosa.

En la mayor parte de las indicaciones de la cina, la helmintiasis entra como elemento accesorio. Es evidente que al reparar la actividad digestiva, y modificar la vitalidad de la mucosa intestinal, destruye la condicion de existencia de las lombrices. Estos ascárides vermiculares y lombricoides se desarrollan en ese estado mucoso en el que la nutricion se altera y en el que todo el organismo elabora una mala quilificacion; de esto resulta que el carbonato de cal y el azufre son los mejores auxiliares de la cina en los niños; esto esplica el por qué vuelve el apetito ó se calma cuando es escesivo; en una palabra, regulariza, activa la nutricion y mejora la hematosis volviendo á las mucosas gástricas á su estado natural.

Dósis.—Este medicamento se usa en la dósis y forma ordinarias, como en el acónito y el cólchico... por ejemplo.

COFFEA CRUDA (Café).

§ I.—Historia.

El café es de la familia de las rubiáceas, Juss.—De la pentandria monoginia, Linn.—Se usa el fruto y es preferible el de Moka. Las diferencias entre el café crudo y el tostado son quizá poco importantes; pero como la tintura del primero es la que se ha esperimentado, solo de este nos ocuparémos; á pesar que, á392 decir verdad, los efectos del café tostado se han recogido al mismo tiempo que los otros y forman parte de la patogenesia de este medicamento. Los referidos efectos, apreciados por un gran número de observadores, no contrarian los que se atribuyen al café crudo, antes por el contrario, les confirman generalmente.

§ II.—Efectos fisiológicos y terapéuticos[63].

El café dirige su accion al cerebro y sistema nervioso cérebro-espinal. Todos los fenómenos que demuestran la escitacion del sistema sanguíneo y la afeccion de las vías digestivas, son secundarios y subordinados al elemento nervioso que es siempre el dominante. El causticum es, bajo todos aspectos, el medicamento mas análogo del café. Esta sustancia ofrece del modo mas característico la sobreescitacion nerviosa, la impresionabilidad, la exaltacion de los sentidos, la vivacidad de las facultades intelectuales, la sensacion de bienestar y la escitacion de los órganos sexuales. Mas cuando ha cesado este período de su accion, se observa el endolorimiento del cuerpo, el abatimiento, la obnubilacion, la impotencia. El grado medio entre estos dos efectos se espresa por la intervencion del sistema circulatorio, en los calofríos, la fiebre, las palpitaciones, ó del aparato gastro-intestinal, en el gastricismo, en el desarrollo de gases, en la dispepsia. La accion del café no llega hasta producir lesiones orgánicas por su accion dinámica; pero ataca evidentemente á las funciones nutritivas y á la plasticidad, cuando su accion se prolonga por mucho tiempo, llegando á desarrollar efectos discrásicos.393

Las convulsiones producidas por el café se presentan con mas frecuencia en el período de escitacion, que en el de debilitacion, y son precedidas de pandiculaciones y seguidas de dolores quemantes y lancinantes, de movimientos congestivos en la cabeza; las convulsiones se agravan por la presion y por el ruido, ó por la aplicacion del calor esterior. Se observan rigideces tetánicas y una sensibilidad dolorosa de las partes musculares.

El café, por su electividad cerebral y por su escitacion, se le usa con maravillosos resultados para calmar la irritabilidad que aumenta la sensibilidad á la accion de los medicamentos y á la violencia de los dolores. En esto es muy análogo á la manzanilla, pero solo se dirige á los dolores agudos, muy violentos é intolerables, calmándoles generalmente con sorprendente rapidez.

Como la constitucion de la infancia no permite que el sistema nervioso predomine esclusivamente, por la accion estensa y superior del sistema sanguíneo llamado á llenar las necesidades de un organismo en estado de desarrollo continuo, el café no es por lo comun útil en los niños. Se le usa tan solo como medicamento intercurrente, en las grandes escitaciones nerviosas causadas por el dolor ó por emociones fuertes, cuando hay espasmos, agitacion, ansiedad y hasta gritos con convulsiones, insomnio, con particularidad en los niños débiles y delicados. No es menos necesario el café en los que gritan y demuestran padecer mucho. Es preferible á la manzanilla y á la belladona cuando hay insomnio, ó sueño interrumpido y grande escitabilidad.

Este medicamento se acomoda mucho mejor á las constituciones nerviosas y á las personas sensibles, impresionables, que tienen un carácter muy voluble, caprichoso.394 En estas personas es en las que el café, aun antes que ignacia, es eficaz para curar las afecciones muy dolorosas y espasmódicas, y un poderoso recurso para devolver al cerebro la accion súbitamente deprimida por un acceso de alegría y una fuerte emocion de placer.

El café es el antídoto de la belladona y del opio en los efectos sobre el encéfalo, de la manzanilla en los que la misma produce en el estómago y la inervacion muscular, del fósforo en los órganos génito-urinarios y la médula espinal. El café, á dósis pequeñas, es su propio antídoto, cuando ha producido efectos molestos, vértigos, grande impresionabilidad, insomnio. El tabaco y el causticum son sus antídotos mas generales.

Algunos autores le han recomendado en el asma esencial, en la oftalmía crónica, en la impotencia, en la hemicránea, pero sin precisar mas sus indicaciones.

Se ha sacado un partido ventajoso del café en las personas nerviosas y delicadas para calmar la escitacion nerviosa, la agitacion de los dolores que entorpecen el curso de una fiebre ó que la invaden desde el principio; provoca generalmente el sudor que produce una resolucion favorable; en este caso es mas útil que el acónito, porque este se refiere mas bien á la agitacion que depende de la violencia de la fiebre. Para diferenciar mejor su accion, agregarémos que el arsénico se adapta mejor á la ansiedad, á la angustia con abatimiento, la nuez vómica á la irritabilidad de la fibra, el beleño á la violencia del delirio.....

Ningun medicamento obra mejor para disipar una congestion cerebral ocasionada por una fuerte emocion, siquiera la congestion se eleve hasta la apoplejía. Su accion especial, en fin, sobre el cerebro eleva al café al395 rango de un medicamento precioso en algunas apoplejías nerviosas y aun sanguíneas precedidas de grande actividad intelectual y sensorial, vértigos y exaltacion de la sensibilidad de la fibra, en personas que ejercitan mucho el cerebro.

El delirium tremens reclama el uso del café, ya en el principio si hay impresionabilidad escesiva, ya en el tercer período, al lado del árnica; el opio y el estramonio corresponden tan solo al segundo período, al estado congestivo, y la nuez vómica á la gastricidad del primer período.

Las neuralgias propias del café son intensas, por accesos, y tienen una agudeza y rapidez estraordinarias. Aun cuando la manzanilla y spigelia sean hasta cierto punto análogas, sus indicaciones exigen mas nerviosidad y personas mas sensibles é impacientes para el dolor, no solo por temperamento, sino tambien por circunstancias ó disposiciones del espíritu. Los trabajos mentales y las emociones vivas agravan en general el dolor, el reposo le exaspera igualmente ó le hace reaparecer, lo cual es aplicable con particularidad á la hemicránea esencialmente nerviosa, y que se presenta muchas veces al despertar con la menor escitacion esterior ó á la primera emocion. El clavo histérico cede tambien al café, si hay zumbido de oidos, palpitaciones, timpanitis hipogástrica, deseos venéreos, inconstancia en los placeres y en el carácter.

La escesiva escitacion, durante las reglas abundantes, reclama café, y acaso la manzanilla y la nuez vómica. El útero, foco de grandes escitaciones nerviosas, es al parecer muy susceptible á la accion del café: este medicamento disminuye y arregla el flujo catamenial en las mujeres muy impresionables; calma los dolores violentos396 del parto, y la escesiva sobreescitacion que le acompaña ó le sigue.

Dósis.—En muchos envenenamientos, como los producidos por el opio, la belladona, se usa el café tostado como antídoto; en otras circunstancias es mas útil emplear la tintura del café crudo á la dósis de algunas gotas en agua: á veces es mas conveniente administrar tan solo débiles fracciones de la tercera ó décimaoctava atenuacion, como por ejemplo en los casos de neuralgias esenciales ó de accidentes puramente nerviosos.

COLCHICUM AUTUMNALE (Cólchico).

§ I.—Historia.

La raiz fresca preparada segun arte, es la parte usual de esta planta, de la familia de las monocotiledóneas de Juss.—De la hexandria triginia, de Linn.—Las numerosas observaciones que de los efectos fisiológicos y químicos del cólchico se han recogido, nos inducen á creer que no está aun suficientemente conocido. Antes que se estudiasen sus efectos sobre el hombre sano, ya el cólchico habia sido preconizado y empleado en las hidropesías de las cavidades trisplánicas; posteriormente se abandonó su virtud hidragógica, para aceptar otras propiedades drásticas y diuréticas. Bien pronto se reconoció su eficacia en la artritis, aunque sin espresar las indicaciones precisas para su uso. Tambien se le ha administrado hace mucho tiempo en oftalmías, inflamaciones de la matriz y diversos padecimientos de este órgano, en afecciones reumáticas y neurálgicas muy diversas por su forma y por su sitio, en erisipelas, el prúrigo, leucorreas, corea, histerismo. Cualquiera pudiera creer que estos datos tradicionales están basados397 en el conocimiento de los efectos fisiológicos del cólchico, efectos conocidos antes y olvidados despues, porque las modernas esperiencias no contradicen la mayor parte de las aplicaciones clínicas de la antigüedad, antes bien detallan con mas exactitud sus indicaciones; pero esto solo prueba que ha sucedido con el cólchico lo que con otros medicamentos antiguamente usados, que posteriormente se han abandonado, y luego han vuelto á rehabilitarse.

§ II.—Efectos fisiológicos y terapéuticos.

Los efectos del cólchico tienen mucha analogía con los del eléboro blanco, especialmente en lo relativo á las alteraciones funcionales del estómago é intestinos; son semejantes á los del árnica en cuanto á la impresionabilidad de la fibra y de los nervios para sentir dolorosamente la influencia de los escitantes esternos, tales como el ruido, la luz, la presion y asimismo el trabajo intelectual. Sus dolores son lancinantes y dislacerantes, y mas vivos por la noche que durante el dia. Es notable la irregularidad en la marcha de los síntomas, pues en cuanto á la fiebre, no hay órden ni relacion en la aparicion del calor, los calofríos y los sudores, ocurriendo lo mismo en la sensibilidad que tampoco está uniformemente repartida, pues mientras es escesiva en un punto, disminuye en otro, se exalta en todas partes por un momento, dando despues lugar al abatimiento, á la sensibilidad dolorosa general, á la debilidad paralítica, en fin, para volver como en su principio á un simple esceso de aquella. Pero en las personas poco irritables, que son mas bien linfáticas que nerviosas, se observa en el cólchico una accion algo diferente, pues obra con mas regularidad en el sentido de la depresion, ó bien las398 neuralgias son mas simples y mas aisladas de los fenómenos linfáticos y de la influencia del corazon.

Es cierto que el cólchico posee una accion electiva sobre los plexos nerviosos ganglionares, y principalmente sobre el plexo solar; pero no por eso obra menos electivamente sobre los nervios de la vida de relacion, puntos de numerosos dolores, con particularidad en las partes fibrosas y serosas; el cólchico parece que goza de las mismas propiedades nerviosas que la brionia en los tejidos, si bien con menos participacion del sistema sanguíneo. El cólchico exige una disposicion de los tejidos á la exhalacion serosa, siendo por lo mismo muy útil en este derrame, ya reumático, ya artrítico. Este medicamento se adapta mejor á las personas nerviosas y delicadas y en las que la nutricion se altera, en los reumáticos cuyos dolores se localizan en las articulaciones, en las cavidades, en las membranas serosas, el peritóneo y sobre todo en el pericardio. Un carácter frecuente de sus dolores es el que solo ocupan un lado del cuerpo. Pocos son los casos en los que deje de sentirse en el corazon algunos dolores en el curso de la afeccion; la accion del medicamento es mas pronunciada en otoño y en los tiempos frios y húmedos.

El cólchico corresponde á fiebres reumáticas con agravacion nocturna, con dolores que pasan de una á otra articulacion, y de esta á una membrana serosa aun intestinal. Los dolores desarrollan una hinchazon esterna subaguda, serosa muchas veces, que cambia fácilmente de sitio para presentarse en otro con dolor. El ranunculus sceleratus y el bulbosus, ó la pulsatila, están frecuentemente indicados antes ó despues de él; la brionia, el acónito y el árnica deben precederle en los casos agudos. El carácter errático de sus dolores le399 hace análogo á pulsatila, pero se distingue por las palpitaciones, por la irregularidad de los movimientos del corazon sobre el cual obra especialmente, y porque produce en él dolores dislacerantes, y hay opresion y ansiedad muy frecuentes.

El tortícolis, el lumbago y los dolores reumáticos, situados en las articulaciones de las vértebras, así como tambien los dolores reumáticos blenorrágicos, que se presentan por la noche y desaparecen por el dia, son propios del cólchico. Se le usa igualmente con ventaja despues de árnica en los dolores de gota cuando el acceso se prolonga ó que queda en pos de sí dolores en el órgano central de la circulacion. Se debe, en fin, tenerle presente en parálisis parciales que sobrevienen á consecuencia de afecciones de este género ó de enfriamientos abandonados, tanto por lo menos como el zumaque, el azufre...

En resúmen, las indicaciones del cólchico en las afecciones reumáticas y artríticas proceden de su electividad y de sus síntomas, así como tambien de los antecedentes del enfermo y de sus padecimientos anteriores. Convendrá con mas frecuencia á personas que han padecido dolores é infartos articulares, dolores en el corazon, y endocarditis antigua, que en las que son invadidas de ataques recientes de reumatismo. Ciertas diátesis serosas, neuropáticas, con dolores reumáticos, son circunstancias mas favorables á la accion de este medicamento, cuando existe endolorimiento de las masas musculares, sobreescitacion moral, dolores dislacerantes en el pecho ó en el corazon; en estos casos, el estado caquéctico se caracteriza ordinariamente por irregularidades y dificultad en la respiracion y circulacion.

Estos datos nos conducen al asma por afeccion orgánica400 del corazon, procedente de un reumatismo y de la endocarditis. La sensacion de frio general es habitual, y con especialidad en las estremidades que están además edematosas. El aire frio y húmedo agrava ó determina este asma del que el cólchico es un poderoso modificador. Lo es igualmente de esos padecimientos gástricos, especie de gastritis reumática caracterizada por una sensacion de frio aislado de cualquier otro síntoma del estómago.

El cólchico es en general el remedio de los padecimientos reumáticos de las vísceras, escepto las diferencias que hacen preferible la brionia. La disentería otoñal, ó la diarrea reumática cede mejor al cólchico que á la dulcamara y á la ipecacuana: esta se dirige mas bien al estómago y á las mucosas; la dulcamara se dirige á estas últimas; el cólchico obra sobre las membranas musculosas y serosas de los intestinos, está muy indicada en la disentería rectal ó anal, en la cual los cólicos son poco pronunciados, pero que hay presion sobre el ano, y tenesmo con evacuaciones muy pequeñas. El mercurio corrosivo solo combate la disentería con afeccion del tubo intestinal y dolor en el ano.

Se ve, pues, que el cólchico responde á los dos elementos morbosos, reumático y seroso. Esto esplica el por qué está indicado en varias hidropesías, como la ascitis, la hidropericarditis, la hidrartose y el hidrotorax, puesto que el elemento reumático ó el reumatismo blenorrágico y el elemento dolor han obrado ú obran como estimulante nervioso ó como causa. El ojo mismo reclama la accion del cólchico en ciertas inflamaciones subagudas, aun cuando pueda considerárselas como escrofulosas, si sus partes fibrosas y serosas son las principalmente atacadas.401

Dósis.—El cólchico otoñal se presta mas que ningun otro medicamento á la graduacion de las dósis, ó se las puede adaptar á los diversos grados de agudeza y de irritabilidad. Así, pues, se usa la tintura de una á diez gotas por dia, y las atenuaciones desde la primera hasta la trigésima, á la dósis de algunos glóbulos, ó de una gota en veinticuatro horas.

COLOCYNTHIS (Coloquíntida).

§ I.—Historia.

Esta planta es de la familia de las cucurbitáceas, de Juss.—De la monoecia singenesia, de Linn. Se usa el fruto seco pulverizado con el grano para las preparaciones comunes.

La coloquíntida ha sido conocida en medicina en todos tiempos. El abuso que de la misma se hizo, condujo á algunos médicos á proscribirla; las enormes dósis á que se la administra provocan efectos que la han hecho entrar en el número de los purgantes drásticos, sin permitirla desenvolver los síntomas especiales que la hacen recomendable en varias afecciones nerviosas y de otra índole.

Ya en la antigüedad se la empleaba en el asma, la hipocondría, los dolores crónicos y otras enfermedades reputadas como nerviosas ó incurables, casi del mismo modo que los griegos usaban el eléboro blanco; es decir, como último recurso. Mas recientemente se la ha preconizado en la gonorrea crónica; y en una obra moderna de materia médica[64] se hallan estas indicaciones:402

«La coloquíntida no ha sido usada tan solo como purgante drástico, sino que se la ha dado como vermífuga, hidragoga, emenagoga, desobstruente; se la ha prescrito en la ciática, en los dolores producidos por el mercurio, en el reumatismo, la gota, y aun en la misma rabia...»

§ II.—Efectos fisiológicos y terapéuticos.

Se admite en la coloquíntida relaciones fisiológicas y terapéuticas muy especiales con los nervios trigéminos y los plexos lumbo-abdominal y sacro. Sus efectos son bastante limitados, y por consiguiente, es de creer que los trabajos de Hahnemann y otros varios esperimentadores, entre los cuales se cuentan algunos indivíduos de sociedades alemanas, han agrandado el cuadro, aun cuando todavía no se comprende en la esfera de accion de este medicamento mas que los nervios designados, y la piel en sus relaciones con la mucosa gastro-intestinal.

En las neuralgias propias de la coloquíntida, hay siempre grande escitacion nerviosa y alteraciones funcionales que demuestran la afeccion secundaria de los nervios ganglionares; son tirantes, calambroides, semi-laterales algunas veces; y hay punzadas rápidas al través de la parte afecta. No es raro que al mismo tiempo se presenten evacuaciones alvinas, orinas muy abundantes, calambres verdaderos, contracciones musculares y tendinosas. Estas contracciones son algunas veces generales, súbitas, hasta con retraccion de los tendones, pero sin persistencia, y bien diferentes de las contracturas del causticum.

La coloquíntida guarda cierta analogía con la brionia en las fiebres y las flegmasías, pero su accion es mas403 nerviosa que sanguínea; y cuando se afectan el estómago y los intestinos, los vómitos son mas violentos, los dolores cólicos mas pronunciados y frecuentes, las evacuaciones diarréicas mas acuosas, mas escocientes y abundantes.

En casos de este género, se observan con preferencia accesos de debilidad y de desfallecimiento que dan á la coloquíntida cierta analogía con el arsénico, la manzanilla y el eléboro blanco. Este último tiene otros puntos de contacto con la coloquíntida, ya respecto á su accion electiva, ya tambien en sus fenómenos simpáticos y consecutivos.

Las personas reumáticas y gotosas, las puramente nerviosas, de una constitucion fibrosa, de piel seca, amarillenta, escamosa, y con un prurito incómodo, mayor por la tarde en la cama, son las mas predispuestas á sufrir padecimientos análogos á los efectos de la coloquíntida, y por lo tanto las que con mas frecuencia reclaman este medicamento, ya como principal y fundamental, ya como agente de curacion secundario ó intermediario.

Precisarémos algunos caractéres de las diversas afecciones que este medicamento puede combatir.

La hemicránea propia de la coloquíntida afecta y sigue con preferencia la direccion del ramo frontal del trigémino, y coincide ó alterna con padecimientos abdominales, y se aproxima á los efectos del eléboro blanco, de la brionia y de la nuez vómica. Su tic doloroso se sitúa principalmente en el nervio supra-orbitario; es con frecuencia intermitente, pero rara vez con accidentes espasmódicos locales. Estas especies de neuralgias se agravan con el aire frio y al bajar ó mover la cabeza ó los párpados solamente.404

De todos los dolores reumáticos y artríticos del dominio de la coloquíntida, la ciática es la mas frecuente; su carácter es calambróide, con sensacion de constriccion local. Tambien tiene á veces el de estar complicada con cólicos, diarrea, diversos padecimientos abdominales, principalmente despues de comer. Es frecuente que haya otros dolores que recorren el cuerpo al mismo tiempo, especialmente en las escápulas y pequeñas articulaciones, en las manos y en los piés.

Los cólicos que este medicamento alivia ó cura, son espasmódicos, y su violencia les distingue de los del eléboro blanco. Por lo comun hay desarrollo de gases, deposiciones frecuentes, acuosas y disentéricas, escasas algunas veces y muy dolorosas, y en otras abundantes y con vómitos violentos. La presion en el vientre alivia los cólicos aun cuando haya síntomas de flogosis subaguda. La palidez de la cara con contorsiones, los gritos y la violenta contraccion de los miembros inferiores son en los niños indicaciones de la coloquíntida. Es con frecuencia preferible á cualquier otro medicamento en las disenterías de esta edad, á causa de la estremada susceptibilidad del sistema nervioso y de la mucosa intestinal, ya con violento tenesmo, ya con parálisis de los esfínteres ó que su relajacion espasmódica dé lugar á evacuaciones involuntarias. No se debe olvidar la utilidad de la coloquíntida en la tumefaccion dolorosa de las hemorróides, con grande irritacion, estreñimiento y flujo de sangre, en los gotosos y en las personas que vienen padeciendo hace mucho tiempo del bajo vientre.

La coloquíntida, así como la spigelia, tiene un carácter precioso en la inflamacion del ojo, que es el de afectar sus partes profundas, sus elementos fibrosos.405 Por esto, y por su carácter general, está indicada en la oftalmía artrítica, en la que haya mas dolor que inflamacion manifiesta. Este dolor, para la coloquíntida, se estiende á los lóbulos anteriores del cerebro, mientras que en la spigelia, parte de dentro á afuera en el ángulo interno del ojo; y para los dos, la inyeccion varicosa de los vasos de la conjuntiva forma algunas veces un rodete ó cordon alrededor de la córnea. En la coloquíntida, los objetos aparecen iluminados, y la inyeccion es rubicunda y de menos estension que en la spigelia; pero constituye un síntoma bastante constante con la sensacion de presion y de ardor quemante.

La coloquíntida ¿podrá estar indicada en el asma esencial, puesto que ofrece entre sus síntomas una tos seca, opresion, sensacion de constriccion en el pecho y palpitaciones de corazon, aun por accesos? Este medicamento ¿será preferible á la nuez vómica, á la brionia, y á la manzanilla, en la ictericia producida por una rápida concentracion, efecto de un susto ó de un frio escesivo, puesto que desarrolla en la piel calor y sequedad, prurito violento con el calor de la cama, una especie de descamacion general del epidérmis, náuseas, gusto amargo, vómitos verdosos, sensibilidad y punzadas en la region hepática? Cada medicamento tiene su especialidad de accion en todos estos casos; pero la práctica manifiesta que se ha usado poco la coloquíntida. ¿Indicaremos, en fin, la diabetes como una de las enfermedades que son del dominio de este medicamento? Solo nos falta la autoridad de Bœnninghausen para afirmarlo; y sin embargo, es un hecho que en Alemania se le ha dado como un específico de esta fatal dolencia. Mas debemos manifestar que si algunos esperimentadores han obtenido de este medicamento orinas406 abundantes, frecuentes y claras, otros han logrado orinas escasas y con tenesmo, y otros unas orinas fétidas y que se vuelven prontamente espesas, gelatinosas y glutinosas.

Dósis.—Lo que dejamos sentado sobre las dósis en el medicamento anterior, es aplicable á las de la coloquíntida.

CONIUM MACULATUM (Cicuta mayor).

§ I.—Historia.

Es una planta de la familia de las umbelíferas, Juss.—De la pentandria diginia, Linn.—La cicuta mayor, cuyas propiedades venenosas fueron conocidas en la antigüedad, y que la muerte de Sócrates la hizo ya célebre, se la preconizó primeramente en muchas enfermedades, y despues se la usó casi esclusivamente en los infartos glandulares, en las induraciones linfáticas, en los escirros y afecciones cancerosas, bastando al efecto indicar los trabajos de Stoerk. Pero las esperiencias de Hahnemann han permitido ensanchar el círculo de las aplicaciones de esta sustancia, y dar la razon de su eficacia ó de su impotencia, en enfermedades para las que se la habia usado sin conocer sus efectos fisiológicos.

La cicuta mayor ha sido, pues, rehabilitada y ha recobrado su verdadera importancia. Se la ha empleado en la grippe, en ciertas toses convulsivas y en la coqueluche, en afecciones verminosas, en el vómito crónico dependiente de una induracion del píloro, en la leucorrea por inflamacion lenta de las criptas mucosas de la vagina y de la matriz, en neuralgias y dolores reumáticos y artríticos, en muchas flegmasías subagudas escrofulosas, en otras enfermedades en las que no siempre407 ha sido eficaz. Se ha reconocido que la cicuta procedente de los países meridionales es mas activa que la de los países frios. La conicina, alcalóide reputado como el principio activo de la cicuta mayor, se le usa generalmente en los infartos glandulares. Ninguna esperiencia demuestra que su accion difiera de la de la planta de que se ha estraido.

§ II.—Efectos fisiológicos.

Los estudios fisiológicos y clínicos de este medicamento inducen á creer que no afecta al cerebro del mismo modo que la belladona y el opio; su accion sobre este órgano es indirecta. Los vértigos, la escitacion cerebral y la diminucion de la sensibilidad, la debilidad de la vista, la somnolencia, los movimientos congestivos, no impiden el tener conciencia de su estado. La cicuta difiere de otros narcóticos, porque no tiene accion electiva sobre ciertos nervios en particular, como el acónito sobre el quinto par, y el estramonio sobre el nervio vago.

Su accion en los gánglios linfáticos es de la misma naturaleza que la que ejerce sobre el sistema venoso, y es relativa á su influencia especial sobre la médula oblongada y los nervios ganglionares. Esta accion electiva se espresa: 1.º por calambres y convulsiones que difieren de las de la nuez vómica, y tienen un carácter de tonicidad que las hace análogas á las del eléboro blanco; 2.º por un malestar considerable y la debilidad muscular de los músculos voluntarios. Mas, así como la belladona y sus análogos afectan especialmente los esfínteres, que la cicuta paraliza ó debilita, esta solo obra sobre el sistema muscular en general; 3.º debilitacion de la respiracion que es corta, difícil, retardada por la408 debilidad ó el estado convulsivo de los músculos respiratorios y aun por los de la faringe; 4.º por la lentitud y diminucion de los movimientos del corazon, por sus pulsaciones congestivas; 5.º por la influencia que ejerce en la sangre disminuyendo la hematosis y favoreciendo la formacion de sangre venosa, porque su accion sobre la médula espinal y el neumo-gástrico retarda la respiracion. En esto difiere esencialmente del acónito que obra electivamente sobre la circulacion arterial, aproximándose mucho al centeno cornezuelo; 6.º por las estancaciones y congestiones, en fin, que produce en los capilares venosos, y en los vasos y gánglios linfáticos.

Esta accion de la cicuta indica una actividad terapéutica, que si es menor quizá que la que en otros tiempos se la ha atribuido, es mayor que la que hoy se la da generalmente; está indicada en las inflamaciones subagudas y de un carácter venoso y linfático, en los infartos glandulares, en afecciones espasmódicas, histéricas, hipocondríacas; en alteraciones gastro-intestinales y uterinas dependientes de una debilidad nerviosa con estancacion venosa abdominal. Por esto está recomendada en las enfermedades atribuidas al celibatismo, á la continencia, cuando estos estados han exigido gran fuerza de voluntad, privaciones que conducen á la apatía, á la morosidad y hasta el disgusto de la vida. Es tambien útil en personas aniquiladas por causas contrarias, y todavía mejor en aquellas cuyo sistema venoso y linfático está lánguido por astenia y que predispone á congestiones é infartos, mas bien por falta de contractilidad y de tono en la fibra, que por la actividad de las inflamaciones. Las indicaciones generales de la cicuta no escluyen, sin embargo, cierta agudeza de los accidentes flegmásicos, y cierto409 eretismo con tension de la fibra, en las mismas personas, pero en el primer período de la afeccion; período que corresponde á la irritabilidad que es uno de los efectos de la cicuta, en su accion sobre la esfera nerviosa y antes que se haya propagado á los sistemas circulatorio y nutritivo.

Concluirémos estas consideraciones, esponiendo el carácter de la accion de la cicuta sobre el sistema nervioso ganglionar y sobre la vida vegetativa. Privada la piel de su tonicidad, produce la inercia de sus vasos; no la priva de los jugos nutritivos, pero estos no tienen condiciones restaurantes; la piel está mas bien ingurgitada que seca, aun en la cara; hay inflamaciones superficiales muy limitadas, manchas rojizas, oscuras ó amarillentas en las estremidades, como si la sangre estuviera despojada de la materia colorante; prurito violento, granos psóricos, costrosos, erupciones urticarias, lesiones herpéticas húmedas, úlceras súcias con supuracion abundante; los vasos y gánglios linfáticos están ingurgitados, inflamados, dolorosos; las glándulas se infartan y sobreviene la induracion; las mismas vísceras pierden su tonicidad, se dejan infiltrar y se infartan; la quilificacion no se hace libremente, y la hematosis se altera, ya por la perturbacion de las secreciones y de los órganos glandulares afectados, ya por la lesion de los vasos absorbentes y de las criptas secretorias de las membranas mucosas; de todo lo cual procede la debilidad profunda del cuerpo y de espíritu, la ineptitud para el trabajo, las ansiedades nerviosas, la indiferencia hipocondríaca.

El café es el antídoto de la cicuta como escitante de la contractilidad fibrilar. Los dolores de la cicuta se agravan por la mañana, al aire frio, y muchas veces410 despues de comer. Este carácter no tiene nada de especial para diferenciar su accion, hecha abstraccion del estado general.

§ III.—Efectos terapéuticos.

Procurarémos, sin entrar en grandes detalles, indicar las enfermedades y los períodos de las mismas que son propios de este medicamento. Empezarémos por la hipocondría de las personas deterioradas por esfuerzos morales ó escesos venéreos, con tal que no esperimenten calor pronunciado en el vientre, ó todo lo más, algunas veces, una sensacion de escoriacion. El estómago es el sitio de un malestar, asímismo de dolor con sensacion de frio; hay incomodidad casi contínua. Esta hipocondría puede elevarse hasta presentar accesos de manía, sin alteracion de las funciones sensoriales ni musculares, no contando como tal alteracion una gran debilidad.

La cicuta es por último muy útil en las mismas personas y en los escrofulosos, en los padecimientos gástricos y abdominales, con lentitud de las digestiones; estreñimiento erético ó diarrea, con astenia; cuando hay eructos con gusto á los alimentos, dolores calambróides, sensacion de frio, especialmente en la espulsion de gases que son abundantes; la timpanitis es parcial, ocupa el epigastrio, los hipocondrios ó la region umbilical; y en este punto es en el que se sienten con preferencia los dolores, las lancinaciones.

Los espasmos de las personas histéricas en los que la cicuta es el medicamento indicado, tienen su punto de partida en el útero, con presion en la garganta y sensacion de una bola que asciende del fondo del estómago, desvanecimientos que obligan á apoyarse en los objetos411 próximos, y mal humor. La cicuta es en estas personas un escelente medio para restablecer la regularidad del flujo catamenial, en lo cual armoniza con la magnesia y la sepia; los calambres de la matriz, el prurito vulvario, la laxitud ó un estado varicoso del cuello, menstruaciones habitualmente débiles y adelantadas, son síntomas que indican formalmente este medicamento. La cicuta es por lo mismo conveniente para combatir la esterilidad, haciendo desaparecer las disposiciones morbosas de que acabamos de hablar. Agreguemos que la cicuta corresponde tambien á este estado venoso abdominal y uterino que produce hemicráneas y sueños angustiosos, y que se manifiesta por dolores hepáticos, por un calor local con presion de dentro á fuera, por tiranteces á lo largo de los vasos linfáticos y venosos de la íngle.

La hemicránea que la cicuta cura, es vertiginosa con sensacion como de contusion en el lado afecto, náuseas hasta el vómito. El dolor es generalmente estupefaciente y muy movible: esta hemicránea se presenta por accesos frecuentes y cortos, y es producida, ya por el molimen catamenial y hemorroidal, ya por el estreñimiento que ocupa el intestino grueso; y que nunca persiste mucho tiempo la hemicránea sin ocasionar la alopecia.

Se ha usado muy poco la cicuta en las neuralgias y los dolores reumáticos; es á veces superior á la brionia en los dolores que se agravan por el movimiento. Estas neuralgias son con frecuencia tirantes y calambroides, con dolores como de contusion, y, cosa notable, el sudor en la palma de las manos que es un síntoma de la cicuta, y la sequedad de la garganta que es otro del acónito, acompañan por lo regular á las neuralgias propias de la cicuta.412

Si numerosos síntomas no indicasen su accion sobre las membranas mucosas de las vías aéreas, la clínica bastaria para probar su eficacia en algunas bronquitis que se desarrollan con la fiebre en personas irritables y linfáticas, en los niños y los viejos; es una fiebre catarral. El eretismo y la sequedad de la tos que la caracterizan, son mas incómodas que la debilidad del sistema sanguíneo hace suponer; los enfermos están muy enervados, angustiosos; el sueño no es reparador, el menor ruido incomoda y aumenta la afeccion de la cabeza; la orina es turbia; la tos es seca y casi continua ó por accesos violentos. En semejantes casos, usada la cicuta antes del acónito, produce una flojedad favorable y un alivio estraordinario; la misma tos cede con facilidad. La nuez vómica es preferible, si los enfermos son mas sanguíneos, mas biliosos, mas robustos, aun cuando está mas indicada por los calofríos, mientras que el aumento de calor en el pecho corresponde mejor á la cicuta, y que en las bronquitis y en las grippes exige quizá mas escitacion, mas sensibilidad en el cerebro.

Ya está pues espuesto todo el aparato febril que la cicuta cura; tambien se la ha empleado con utilidad en ciertas coqueluches en el período inicial y aun en el convulsivo, cuando el organismo nervioso y sanguíneo reviste los caractéres que dejamos indicados; en el asma seco, nervioso y con accesos de tos violentos, durante los cuales la cara se pone como inflada y azulada; en la tísis mucosa, en fin, con sudores de las manos, calores internos, palpitacion de corazon; en todos estos casos hay recrudescencias de la tos y de la irritacion febril. La cicuta en estas circunstancias, guarda un término medio entre el carbonato de amoníaco y el estaño; es asimismo útil algunas veces en las toses con413 vulsivas que persisten con algun infarto pulmonal despues de una neumonía, en cuyo caso es este medicamento un escelente auxiliar del fósforo.

En cuanto á las propiedades bien conocidas de la cicuta en las inflamaciones de los vasos y gánglios linfáticos, en las adenitis, infartos é induraciones glandulares aun escirrosas, tenemos poco que decir. La cicuta en estas afecciones es inferior á belladona, pulsatila, azufre, mercurio y yodo, y no es realmente médico quien no haya observado su ineficacia, aun en las inflamaciones de las glándulas mamarias á consecuencia de una contusion, que son los casos en que los alemanes la dan como específica. La tabes mesentérica se alivia algunas veces; y si su accion benéfica no llega hasta la curacion de los tejidos degenerados, calma el dolor y disipa la irritabilidad; obra con eficacia en las induraciones que existen y en las que vienen á terminar las inflamaciones de los vasos y de los gánglios linfáticos. No siempre es posible distinguir con exactitud los casos en que deba ser preferible á la barita, al yodo, al mercurio, al oro, al carbon animal, escepto en las circunstancias y personas de que hemos hablado y cuyo estado ofrece analogía con sus propios síntomas. Los escrofulosos están en el mismo caso, especialmente cuando vienen padeciendo irritaciones oftálmicas, intestinales, con hipersecreciones mucosas. La cicuta cura el rechinamiento de dientes nocturno de los niños, y tambien disipa los infartos glandulares de que son afectados.

Los niños de temperamento venoso ó linfático y dispuestos á los infartos, son los que presentan las indicaciones de la cicuta en las afecciones siguientes: 1.º en la opacidad del cristalino ó de su cápsula á consecuencia de un golpe ó de derrame linfático; 2.º en la ozena; 3.º en414 la otorrea con flujo sero-sanguinolento; 4.º en las manchas amarillas de la piel, ó en estas y equímosis de los viejos; 5.º en cierta gonorrea ó gota militar que se ha resistido al ácido azótico, al sulfuro de cal, á la thuya; 6.º en las úlceras induradas, saniosas, húmedas; 7.º en el lupus sin dolores quemantes; 8.º en la sarna degenerada, ciertas erupciones crónicas con manchas rojizas en la piel, dartros húmedos, escamosos; 9.º en oftalmías escrofulosas con fotofobia; 10.º en el coriza crónico con laxitud de la membrana pituitaria, ó de una especie de pólipo mucoso.

Dósis.—No hay necesidad, en la mayoría de los casos, de elevar las dósis de la cicuta mas de diez á quince gotas de la tintura para veinticuatro horas; pero sus efectos terapéuticos se desenvuelven mejor y mas fácilmente con dósis débiles desde la primera á la sesta atenuacion, sobre todo en las fiebres catarrales en que está indicada, en las neuralgias, en las congestiones venosas y en las subirritaciones. Estas dósis son suficientes algunas veces aun en el tratamiento de las induraciones y tumores que reclaman su uso interno, mientras que se aplica al esterior, ya en fomentaciones con el cocimiento de la planta en la proporcion de 15 á 20 gramos para un litro de agua, ya en pomada compuesta de seis partes de grasa por una de estracto de cicuta, ó de conicina, ya, en fin, con el estracto, ó la conicina simplemente, en unturas sobre la parte afecta, en pequeñas dósis fraccionadas ó distribuidas para varias veces.415

CUPRUM (Cobre).

§ I.—Historia.

El cobre metálico y sus diversas sales tienen casi unas mismas propiedades; pero como el metal es el que ha sido particularmente estudiado en sus efectos fisiológicos, á él referirémos con especialidad todo lo que espongamos. Aun cuando las esperimentaciones sobre el cobre no sean tan completas como fuera de desear, es preciso borrar del número de sus síntomas los que se han tomado de autores antiguos y que se refieren á envenenamientos con esta sustancia unida al mercurio, al azufre, etc..... Si no bastasen las nuevas observaciones recogidas para llenar este vacío y poder determinar la esfera de accion del cobre, y aun cuando los datos clínicos fuesen, en el estado actual de nuestros conocimientos, el elemento mas débil de nuestros estudios, seria suficiente el cólera que viene reinando en un período de treinta años, para que el cobre adquiriese el título de medicamento eficacísimo.

§ II.—Efectos fisiológicos.

El cobre goza al parecer de tan grande influencia en todos los aparatos orgánicos, que la esperiencia y la observacion le elevarán un dia al rango de policresto. Pero su accion es mas especial sobre los nervios de la médula oblongada y sobre los plexos ganglionares.

Sus dolores son á veces profundos y osteócopos, comunmente presivos, calambróides, manifestándose en cualquiera parte, pero con particularidad en las articulaciones y en los músculos; los calambres musculares416 se presentan con frecuencia y por accesos irregulares; siendo esta la forma de presentarse la mayor parte de los fenómenos del cobre, entre otros, las convulsiones, que es el síntoma dominante, como se ve por el siguiente cuadro: convulsiones epileptiformes, movimientos involuntarios como en el baile de San Vito, desórden en los músculos de la cara, distorsion, risa espasmódica. Las convulsiones empiezan generalmente por los dedos de las manos y de los piés, por las estremidades. Algunas veces son generales; el sistema muscular está en movimiento como por una fuerza estraña, y se observan estremecimientos convulsivos aun durante el sueño.

Este estado nervioso de la vida de relacion se completa por una sensacion como de contusion despues de las convulsiones, así como tambien despues de los simples dolores, por una gran laxitud que se hace permanente, por una debilidad que llega hasta la parálisis. El encendimiento de la cara, la escitabilidad de todos los órganos y la impresionabilidad de los sentidos, y los accesos de desvanecimiento acompañan y complican á los otros síntomas nerviosos formando un grupo, y por accesos que conducen al marasmo, á la consuncion; en este caso, la vida nutritiva está ya alterada y el sistema sanguíneo afectado, si bien secundariamente; presentándose calosfríos, fiebre lenta, sudores frios y copiosos, por la noche.

Las funciones respiratorias y digestivas están profundamente alteradas. Las primeras presentan, desde la ronquera y la sensacion de cosquilleo en la laringe, hasta la tos convulsiva, seca, con disnea, y á la matutinal con espectoracion purulenta, comprendiéndose en esta escala los accesos de asma seguidos de espectoracion mucosa, blanquecina. Los músculos respiratorios417 ofrecen movimientos espasmódicos, y la respiracion es difícil, corta, angustiosa y como estinguida por el calambre y el espasmo constrictivo. Los calambres no escluyen el vientre ni aun el corazon, pues los accesos irregulares de palpitaciones espresan su padecimiento.

Las funciones digestivas no están menos alteradas. Las bebidas producen cierto ruido al descender: este síntoma, en el cobre, solo es momentáneo é indica el espasmo del exófago, no su parálisis. Hay salivacion, espuma en la boca, hipo, náuseas ó conatos al vómito que parecen ascender desde el bajo vientre, vómitos violentos, sensacion de magullamiento, depresion, calambres en el estómago y en el vientre, convulsiones en el acto de defecar, cólicos espasmódicos, retraccion del vientre, dolores con ansiedad ó convulsiones, deposiciones sanguinolentas.

La escena pasa completamente en el sistema nervioso de las dos vidas, y el corazon no toma parte en ella; no está afectado como órgano de la circulacion, sino como víscera y como músculo; el pulso es débil, mas lento que lo que está habitualmente. De la esfera nerviosa, pasa directamente la accion del cobre á la vida vegetativa sin el intermedio del sistema linfático. La nutricion está afectada en sí misma, como lo prueba el marasmo, la consuncion, la palidez de la cara, el hundimiento de los ojos, la tristeza del semblante; hay azulamiento de la cara por efecto del espasmo; prurito quemante en la piel, manchas rojas no circunscritas, escoriacion en la parte interna de los labios, erupciones y ulceraciones en diversos sitios.

En cuanto al moral, se observan igualmente accesos de furor y de melancolía, ansiedad que alterna con arrebatos ridículos, la dulzura con la obstinacion; agitacion418 continua, ocupaciones imaginarias, falta de aptitud para el trabajo, accesos de enajenacion mental con ojos huraños. El color amarillento, las encías ulceradas y de un rojo de púrpura en su borde, son síntomas mas propios del carbonato de cobre. La tos sanguinolenta pertenece al acetato de cobre, así como tambien la accion sobre el dérmis con la que tiende al desarrollo de escrecencias ficiformes, y aproximándose en esto al ácido azótico.

Se atribuye por último al cobre, el coriza, el dolor dislacerante de los dientes hasta la sien, el sueño con sobresaltos, el mearse en la cama, dolor presivo en los ojos, ardor y sudor en la planta de los piés, dolor de cabeza vertiginoso y sensacion de vacío en la misma, exaltacion de la sensibilidad y de la contractilidad, calambres, retraccion momentánea de ciertos músculos, acortamiento de los dedos, hipo, mirada esquiva, sudor frio; el curso de la afeccion es por accesos irregulares de grupos de síntomas neuropáticos.

La mayor parte de los dolores se agravan por la presion; los vómitos se alivian bebiendo; lo opuesto sucede con el eléboro blanco, del cual por otra parte es análogo; los dolores viscerales se agravan con el tacto y el movimiento. El cobre, en fin, es aun poco conocido por los detalles de las circunstancias de este género capaces de influir en sus efectos.

Su accion sobre la circulacion es consecutiva de la alteracion que produce en la vida nutritiva por los nervios de la vida orgánica. El acetato de cobre es tambien digno de consideracion bajo este punto de vista, y merece ser contado entre los medicamentos de accion especial en el dérmis por las producciones sicósicas y las vegetaciones.419

§ III.—Efectos terapéuticos.

Entre las afecciones diatésicas con fiebre lenta que el cobre puede combatir con resultados, es la tísis pulmonal, si bien pertenece mas especialmente al carbonato ó acetato de cobre. Los síntomas que indican con preferencia el carbonato de cobre y que pertenecen esencialmente á esta sal, son: tos seca, marasmo, pérdida de las fuerzas, color amarillento, sudores nocturnos, estreñimiento y cólicos; los siguientes indican mejor el acetato y forman parte de su sintomatología: marasmo, cara pálida y hundida, palpitaciones con esputos sanguinolentos, respiracion difícil, contraccion dolorosa del pecho, inquietud, agitacion continua, lengua húmeda, sed viva, pulso pequeño. Estas dos sales cuentan entre sus efectos la ulceracion ó reblandecimiento de las encías con un cordoncito de un rojo púrpura.

El cobre no debe ser estraño al tratamiento de la tísis mesentérica, de los catarros crónicos, de las leucorreas antiguas con grande irritacion vulvaria, cuando la nutricion general está alterada, que se desarrollan accidentes espasmódicos, y que el eretismo persiste en los órganos de la vida de relacion, ó que se establece un flujo mucoso ó purulento. El cobre es quizás mas eficaz que la plata en ciertas cáries con discrasia mas bien venosa que linfática, sobre todo si hay fiebre lenta, y si esta es remitente é irregular con abultamiento del vientre, estreñimiento, ojos hundidos, pulso pequeño y concentrado. Hay además, vómitos rebeldes, diarrea abundante que sucede al estreñimiento, retraccion del vientre y timpanitis algunas veces, eructos, flujo de aguas como gaseosas y sanguinolentas, calambres y presion dolorosa en el estómago, ansiedad....,420 síntomas todos, que unidos al estado general, indican el cobre en ciertas afecciones crónicas del estómago y aun en la induracion tambien crónica de algunas de sus partes.

El cólera asiático ha puesto en relieve este importante medicamento, dándole un lugar necesario en el tratamiento y profilaxis de esta fatal enfermedad. El doctor Schmit, médico de la duquesa de Toscana, fué el primero que ideó las pequeñas láminas de cobre aplicadas sobre la piel, como preservativo del cólera; el doctor Burq inventó las cadenas metálicas para el mismo objeto, segun las observaciones recogidas en los obreros que trabajan en metales, y por lo tanto en el cobre, y que han gozado de una inmunidad general en todas las epidemias del cólera. Hahnemann fué el primero en aconsejar el cobre con el arsénico y el eléboro, en la primera invasion colérica. Los resultados obtenidos por esta medicacion á la cual se agregan algunos otros medicamentos, tales como el carbon vegetal, la ipecacuana...., se han propagado por todas partes, y el tratamiento está recomendado por una multitud de prácticos instruidos. El cobre se alterna con el eléboro y el arsénico como profiláctico del cólera. Para el tratamiento curativo, se le da en los calambres que siempre alivia y que tambien cura, contribuyendo así á modificar las evacuaciones. Pero estas son mas propias del eléboro blanco, lo cual esplica por qué se alternan estos dos medicamentos á cortos intérvalos en el cólera confirmado.

Es racional el uso del cobre en la diarrea aguda ó crónica por irritabilidad intestinal, ó eretismo espasmódico, despues de un enfriamiento algunas veces, haya ó no tenesmo, pero sí dolores cólicos que abaten y aniquilan421 las fuerzas; que el vientre está retraido y se observan tirones dolorosos en los miembros inferiores. El estreñimiento propio del cobre depende igualmente de la irritabilidad y se aproxima al del plomo; y durante el mismo es cuando se presentan las hemorróides dolorosas y sangrantes. En estos dos casos, las orinas son escasas y producen escozor. Solo son abundantes en los estados convulsivos, generales ó parciales; pero en cualquiera otra circunstancia son turbias ó fétidas.

La utilidad del cobre, en particular del acetato, es innegable en la supresion del sudor de los piés, así como en la de las reglas, si se desenvuelven espasmos histéricos, diarreas violentas ó asma espasmódico: la indicacion del cobre es clara, si se trata de personas delgadas, irritables, con estremecimientos musculares en el reposo, é inquietud moral habitual. Estas personas reclamarán fácilmente el cobre en muchos casos de dolores reumáticos y aun osteócopos, que se manifiestan frecuentemente por contracciones. En estos dolores la fibra muscular se fatiga mas por el movimiento, el espasmo, el dolor, y la fibra muscular espresa mas bien la sensacion como de contusion ó magullamiento. Las convulsiones y los calambres musculares del cobre tienen cierta analogía con los efectos de la ipecacuana y del centeno cornezuelo. El cobre y el plomo afectan mas especialmente los músculos estensores en las afecciones dolorosas reumáticas y paralíticas; así como el causticum y la sal marina afectan, por el contrario, los músculos flexores.

El cobre no modifica la corea sino cuando es crónica ó muy incipiente y parcial; los espasmos y las convulsiones no son continuas; el enfermo tiene buenos422 momentos, si bien los músculos voluntarios están en una escitacion continua.

Los espasmos histéricos y la eclampsia del cobre se aproximan á las convulsiones epileptiformes. Las vísceras del bajo vientre participan del estado convulsivo; hay repugnancia, vómito, regurgitaciones dolorosas ó diarrea, constriccion en la garganta, pero sin fenómenos consecutivos. La ignacia, el platino y la valeriana tienen algunas analogías con el cobre.

Este medicamento corresponde á la epilepsia puramente nerviosa, esencial, con palpitaciones musculares, gritos repentinos al principio, caida rápida, contorsiones, convulsiones que de las estremidades convergen hácia el tronco. El acetato de plomo, tan poco conocido aun, podria ser análogo; necesario es indicar, sin embargo, que el plomo metálico corresponde á las convulsiones epileptiformes que, partiendo del tronco y de las vísceras, convergen hácia las estremidades; el cerebro es el último que se afecta; verificándolo antes la periferia en el cobre. El carbonato de cal y la belladona son útiles en un tratamiento de este género, por distintos motivos que el cobre, y los tres se completan mútuamente. El zinc cubre mejor que ninguno otro los gritos y prodromos de una epilepsia, por cuya razon puede estar indicado y ser uno de los medicamentos en un tratamiento semejante. Es muy importante tener en cuenta, particularmente en esta horrible enfermedad, el estado moral, que en el cobre es análogo al de la melancolía, deseo de la soledad, la antropofobia, el aislamiento hasta la alucinacion y la manía.

Es preciso pensar en el cobre, cuando á consecuencia de accesos frecuentes de epilepsia, los enfermos conservan la vista huraña, los ojos brillantes ó apagados,423 las facciones sombreadas, el aspecto angustioso, grande desigualdad de carácter, laxitud, grande debilidad muscular, movimientos y estremecimientos involuntarios, y grande impresionabilidad de todos los órganos. El acetato de cobre se ha manifestado sobre todo útil á consecuencia de accidentes convulsivos en algunas afecciones mentales caracterizadas por la tristeza, el miedo ó susto y una exageracion hipocondríaca.

Indicarémos otra propiedad del cobre que quizá algun dia recibirá una legítima sancion, relativa á su estension á los espasmos viscerales, la cual consiste en su eficacia contra las toses convulsivas en el segundo período de la coqueluche. Su indicacion es justa y completa, si la tos está desprovista de todo elemento flegmásico. En los accesos la cara y los labios están azulados, los ojos equimosados, y cuando se presentan por la noche, que es lo mas frecuente, producen vómitos por el dia, lo cual no es privativo del cobre; el espasmo es prolongado, la respiracion interrumpida, la rigidez del cuerpo tetánica; hay asimismo calambres, y terminados los accesos, los enfermos tiemblan, vomitan, están abatidos, aunque menos que en la belladona, cuya accion se dirige al cerebro, y que corresponde además al elemento flegmásico. Lo que parece diferenciar la drosera del cobre, es que este no tiene el frio de las estremidades, ni la epistaxis de aquella, y que la drosera no tiene la suspension de la respiracion hasta el mismo grado, ni la rigidez tetánica, y la apariencia de asfixia que caracteriza los casos graves propios del cobre y principalmente del acetato de cobre.

Varios prácticos han indicado el cobre para el crup antes de la formacion de las falsas membranas, y en el elemento convulsivo de esta afeccion, caracterizado424 por la angustia, la respiracion convulsiva, la ronquera pertinaz, la tos seca con sofocacion: estos síntomas del cobre pertenecen mas bien al último período del crup y á sus consecuencias; y decimos del cobre, porque todavía se conoce muy poco la accion de sus sales, y á las que tal vez en un porvenir mas ó menos remoto se las dará mayor importancia en la coqueluche, en el catarro sofocante, en la angina de pecho..... Mas el uso del cobre en el asma nervioso y espasmódico está justificado, tanto por los síntomas patogenésicos como por hechos prácticos, pero con la circunstancia de que la mayor parte de los accidentes asmáticos tienen su orígen en el espasmo de los músculos voluntarios de la respiracion.

Quisiéramos, para terminar, poder establecer las indicaciones del cobre en las lesiones orgánicas y las afecciones cutáneas. Su eficacia en estos casos no está suficientemente comprobada por los hechos. Aceptando el hecho aislado de la accion del acetato de cobre sobre el dérmis para la produccion de vegetaciones sicósicas, se puede utilizar esta sal en la sícosis rebelde, así como tambien en las afecciones dartrosas, rebeldes, secas, con prurito y escamas, en ciertas cáries indolentes, sin supuracion y estacionarias, y por último en úlceras costrosas inveteradas.

Dósis.—Se usa al interior la primera, segunda ó tercera trituracion del cobre ó de sus sales á la dósis de 1 á 4 decígramos en veinticuatro horas y por fracciones frecuentemente repetidas, en casos en que la actividad de la reaccion ha sufrido graves ataques como en el cólera; pero es mas comun y mas útil el uso de dósis mas débiles, de la sesta ó duodécima atenuacion. Las neuralgias y las lesiones de la sensibilidad requieren425 ó son suficientes las atenuaciones aun mas elevadas; las afecciones locales y las lesiones orgánicas exigen á veces el uso de las trituraciones, y además la aplicacion local del acetato de cobre para la cauterizacion de las aftas, de las úlceras, y en ciertas oftalmías granulosas.

DIGITALIS PURPUREA (Digital).

§ I.—Historia.

Esta planta es de la familia de las escrofularias, Juss.—De la didinamia angiospermia, Linn.—La parte usada es la hoja del segundo año antes de que florezca. Es un medicamento muy comunmente empleado, del que se ha escrito mucho, que todas las escuelas han estudiado, y que sin embargo está aun reducido al papel de sedativo de la accion del corazon, y de diurético. Podemos decir, que sus efectos han sido mal apreciados. No se juzgará exagerada esta asercion cuando se recuerde que el profesor Bouillaud se ha admirado de que esperimentadores formales hayan atribuido á la digital las dos propiedades contrarias de disminuir la circulacion y de acelerarla; ¡tan despreciada es aun la esperimentacion sobre el hombre sano! ¡tan desconocida es la accion del medicamento que se desenvuelve en el organismo desde la esfera nerviosa hasta la sanguínea y nutritiva, accion que se manifiesta aguda ó crónicamente, y que produce efectos especiales ó tóxicos! No volverémos á ocuparnos de este asunto, pero aprovecharémos la ocasion, al tratar de la digital, de indicar el grave error de la escuela italiana respecto á los efectos opuestos en un mismo medicamento. Tommasini, uno de los jefes de esta escuela, ha ido mas allá, preciso es hacerle justicia, que la mayor parte de los autores de materia426 médica, puesto que conoció, en los medicamentos que estudió, esta doble accion; una irritativa, esténica, hiperestenizante, escitante, y otra atónica, asténica, alterante é hipostenizante. Sin embargo, al clasificar cada medicamento de una manera absoluta, ó entre los hiperestenizantes, ó entre los hipostenizantes, partió del principio de considerar el primer período de la accion medicinal, de su accion esténica, como un efecto local, como una accion irritante determinada en un punto dado; aceptando y dando, por el contrario, al otro período de la accion medicamentosa el carácter de una estimulacion dinámica, de un efecto asténico general. Esta es la teoría de la escuela italiana. Téngase entendido que no es objeto de cuestion para nosotros la admision del efecto local mecánico de un medicamento; la aceptamos como todo el mundo, pero no la seguimos en nuestros estudios puramente médicos, porque nos atenemos á los efectos dinámicos; estos son irritantes en su principio, y sedativos despues, á medida que la accion se propaga á todos los sistemas orgánicos, es decir, á medida que esta accion se prolonga, ó que es bastante eficaz para completarse. De modo que esta escuela, al separar de la accion de un medicamento una parte importante y necesaria de sus síntomas, limita su esfera de accion, reduce el campo de la materia médica y de la terapéutica, y se sujeta á una posologia capaz de producir lo mas pronto posible los efectos hipostenizantes, únicos que se desean obtener.

Es, pues, evidente, que apreciada y conocida la accion del medicamento en toda su estension, ofrece una esfera de actividad mucho mayor, grupos diferentes de síntomas, que exigen, por consiguiente, una posologia mucho mas estensa, y que abrace todas las dósis,427 puesto que debe responder á todos los efectos del medicamento, efectos, que son nerviosos, sanguíneos, ó que consisten en lesiones orgánicas; en lugar, pues, de esta terapéutica grande, natural y eminentemente eficaz y útil, la escuela italiana se limita á perturbar y á producir una sedacion que es la opresion de la vitalidad, en lugar de calmar la actividad y dirigirla en armonía con el antiguo precepto: Quo natura vergit eò ducendum; para la escuela italiana la naturaleza no es la naturaleza medicatriz de Hipócrates[65]: Natura morborum medicatrix. Si es á la vitalidad á la que se dirige el medicamento para restablecer por su mediacion, la armonía de las funciones y la integridad de los órganos, esta vitalidad debe ser moderada, escitada, dirigida, en un sentido mas ó menos especial, por la accion convenientemente aplicada del medicamento.

§ II.—Efectos fisiológicos.

Ni puede ponerse en duda que la digital aumenta la frecuencia del pulso, ni tampoco puede considerarse este aumento como un efecto mas frecuente que su diminucion, pues precisamente cuando mas acelerado es el pulso, la debilidad se presenta mayor. Se observan habitualmente palpitaciones tumultuosas sin causa apreciable. Las pulsaciones son irregulares é intermitentes manifestándose una pulsacion fuerte y llena despues de dos débiles. El antimonio tiene una accion algo análoga sobre el corazon, y además produce sudores, deposiciones frecuentes y saburra gástrica; la digital aumenta las orinas, desarrolla el embarazo gástrico, y goza por otra parte de una electividad sobre el corazon, que,428 como en el antimonio, se efectúa por mediacion de los nervios ganglionares. En los dos medicamentos se nota una marcha subaguda de los fenómenos flegmásicos y la sedacion cuando su accion se ha completado. Estas analogías entre el antimonio y la digital se estienden hasta el estado constitucional en el que con preferencia están indicados, y que es el que se observa en los temperamentos venosos ó linfáticos. Un incremento de actividad en los absorbentes disminuye la tonicidad de estos vasos por el hecho de la estancacion y de la tension; los materiales asimilables, convenientemente elaborados y animalizados primero, pierden luego más y más esta cualidad, y conducen á una debilitacion general y una diátesis venosa ó linfática. Esta disposicion corresponde á la constitucion de los gastrónomos, y á las constituciones, ya flojas ó flegmásicas, ya melancólicas.

Hay sugetos en los que la digital disminuye siempre, por un efecto inicial sedativo, los latidos del corazon, si bien esto depende tambien de la dósis, y algunas veces de la idiosincrasia. La digitalina produce mas frecuente y distintamente este efecto. Pero sea de esto lo que quiera, la accion de la digital sobre el corazon es directa; es altamente asténica y armoniza perfectamente con la sedacion simultánea que altera los riñones, cuya secrecion se aumenta, y los órganos abdominales, afectados de una atonía real, precisamente cuando los vómitos primeros parecian indicar cierta irritabilidad gástrica. Las opresiones, las congestiones torácicas, el aflujo desordenado de sangre al corazon y á la cabeza, indican mas bien una debilidad de la inervacion del órgano central de la circulacion, una debilitacion de la energía del corazon, en los momentos mismos, y mas especialmente cuando las pulsaciones precipitadas de este órgano, las opresiones,429 los calores, los ardores del pecho denotan la estancacion de sangre en el pulmon; porque entre los efectos de la digital no hay uno que esprese la congestion activa, la flegmasía franca; antes por el contrario, todos proclaman la pasibilidad ó la tendencia á este estado asténico.

En los casos de afecciones del corazon, de tísis, de hidropesías, de escrófulas, referidas por Bayle[66], el pulso era frecuente, y la digital pudo estar muy bien indicada, pues tambien ha curado ó aliviado casos graves.

Estos resultados clínicos, apoyados por un gran número de autores, no nos permiten aceptar las aserciones de Hahnemann que quiere que las indicaciones de este medicamento solo se hallen en los casos en que haya lentitud y debilidad del pulso, por la razon de que la diminucion de este es un efecto primitivo de la digital y su aceleracion otro secundario. Con mas motivo se pudiera decir que las dósis fuertes deben reservarse para los casos de pulso frecuente, y las muy débiles para los en que hay diminucion, porque en estos últimos, la administracion de la digital está basada en la ley de la similitud, mientras que en los primeros lo está en la de los contrarios.

Los fenómenos febriles son los siguientes: frio con sudor tambien frio, irregularmente distribuido; frio de las estremidades, sudores nocturnos precedidos frecuentemente de calosfríos y calor fugaz; la debilidad muscular es notable, la orina abundante, el pulso pequeño, débil, lento y por lo mismo irregular. En los casos mas agudos, hay siempre un fondo de astenia, embarazo430 gástrico, lengua blanca y ancha, adipsia, orinas mas abundantes, grande debilidad, vértigos, turgencia en la piel y lentitud del pulso, diarrea algunas veces.

La debilidad nerviosa, el abatimiento inmenso, la estremada angustia, la postracion y los desfallecimientos, demuestran que los efectos de la digital están bajo la dependencia del sistema nervioso ganglionar, como ya lo hemos dicho. Las vísceras y los órganos que estos nervios animan, abundan en síntomas que prueban su debilitacion, como por ejemplo: éstasis sanguíneo en los capilares, atonía de los vasos absorbentes, decadencia de los órganos de la vida animal, convulsiones, desfallecimientos con sudor general, vértigos con temblor, sensacion de ondulacion en el cerebro como si contuviese agua, congestion en la cabeza, palidez de la cara, náuseas, vómitos, sensacion de debilidad, como si la vida se retirase del epigastrio, timpanitis, diarrea, deposiciones involuntarias, retencion de orina y flujo de la misma, constriccion sofocante del pecho, congestion en el mismo, padecimientos asmáticos, palpitaciones violentas y efervescencia de la sangre, frio y adormecimiento de las estremidades.

Si la accion electiva de la digital sobre el sistema nervioso ganglionar se estiende al corazon por el plexo cardiaco, no es menos real en los vasos absorbentes por la influencia de los mismos nervios en sus terminaciones, en los riñones, en el estómago y el hígado por sus respectivos plexos. Privados de tonicidad los vasos absorbentes, se disminuye su funcion ó no absorben la serosidad, que trasuda de las membranas serosas en las cavidades esplánicas y mallas del tejido celular; por otra parte, esta exudacion que constituye el fenómeno de exósmosis, se aumenta por la astenia general y se estiende431 indistintamente á todos los vasos capilares, formándose así los derrames serosos. La flojedad es manifiesta, la parte edematosa está generalmente mas flácida que tirante y distendida, la piel mas bien fria que caliente, y pálida mas que encendida, y la hidropesía es pasiva. La agudeza de los fenómenos hidrópicos, la piel caliente, el pulso tirante, la resistencia del edema, pueden ser una indicacion de la scilla. Pero una astenia mayor, el temblor, la debilidad de los músculos voluntarios y la decoloracion de las mucosas, requieren mercurio. La subagudeza con eretismo exigiria el azufre; el cólchico, que tiene menos afinidades con las membranas serosas, puede ser preferible á la digital cuando el derrame es subagudo y seroso. A pesar de las diferencias existentes en las relaciones de la digital con la astenia de los vasos absorbentes, es preciso hacer constar que esta se dirige en general á todos los vasos capilares, como lo prueban la cianosis de los labios y de otras partes, la secrecion aumentada de las orinas, los sudores escesivos, los sudores frios, la ictericia misma, los infartos y las estancaciones linfáticas.

No obstante los síntomas graves que produce la digital, como solo se opone indirectamente á la nutricion, apenas juega en las lesiones de tejido, en las alteraciones orgánicas que indican siempre, ó una falta de jugos nutritivos, ó su profunda alteracion, ó bien una aberracion del tipo plástico. Todos los síntomas que al mismo se refieren, son: punzadas quemantes con astenia general y frio, palidez de la piel, neuralgias calambróides con debilidad nerviosa, ciertos dolores tirantes en el dorso, en los miembros, en la rodilla, con calofríos, seguidos de hinchazon pálida, de rigidez paralítica y de adormecimiento de los dedos.432

§ III.—Efectos terapéuticos.

A. Afecciones del corazon y del sistema circulatorio.—Segun lo que dejamos dicho, la digital corresponde á las enfermedades del corazon con pulso irregular intermitente, lento algunas veces, con contraccion enérgica de los ventrículos. Se presenta tambien frecuente y pequeño, manifestándose por ondulaciones irregulares, como si fuera á desaparecer despues de tres ó cuatro pulsaciones. En los primeros momentos de una afeccion del corazon manifestada con tales síntomas, hay menos alteraciones generales y palpitaciones tumultuosas; estas se presentan por accesos con opresion; el pulso, en fin, no se acelera ni con el menor movimiento, ni por la mas ligera causa escitante. Estos fenómenos solo se observan con el progreso de la enfermedad, y á medida que la astenia del sistema circulatorio y de los absorbentes produce la palidez y frialdad de la piel, la flacidez de los tejidos, la lividez de los labios, el edema de las estremidades, hidropesías con laxitud de las paredes, ó que la resistencia del edema, si este se presenta desde el principio, cesa para dar lugar á la laxitud y á la flacidez.

La ascitis, el hidrotorax, la hidropericarditis...., que requieren la digital, están siempre caracterizadas por la mayor parte de estos síntomas. Hay además, en la hidropesía del pecho y del pericardio, accesos de asma, opresion, movimientos congestivos, palpitaciones, constricciones sofocantes.

El asma, por lesion orgánica del corazon, y los desórdenes de estas lesiones están comprendidos en la esfera de accion de la digital, cuando hay derrames pleuríticos y pericardiacos.433

La digital está indicada en las congestiones pulmonales y en las hemoptisis, si existen las circunstancias espresadas por los grupos de síntomas que enumeramos en el anterior párrafo. Sin embargo, tambien puede estar indicada en los accidentes de este género y en las metrorragias con ciertas condiciones de irritacion y de orgasmo, ínsitas á una mala disposicion del corazon para provocar congestiones y hemorragias, efecto del éstasis sanguíneo accidental, irritativo, y que aun no es puramente asténico. Es necesario agregar que las grandes dósis empleadas en estos casos, han sido mas eficaces que las débiles[67].

La accion que la digital ejerce en el corazon y que se eleva hasta abolir sus contracciones, por el intermedio de fenómenos cianíticos parciales, ha conducido á algunos prácticos á emplearla en el cólera. Pero ignoramos hasta donde llegará la poderosa eficacia de este agente terapéutico sobre la circulacion en estas circunstancias. No negamos que se puedan obtener buenos resultados, pero varios medicamentos han dado ya sus pruebas en esta terrible enfermedad. (Véase Arsénico, Carbon vegetal, Eléboro, Centeno cornezuelo, etc.).

Se ha usado con buenos resultados la digital al principio de las fiebres mucosas, cuando la lengua está sucia, con síntomas de embarazo gástrico, adipsia y anorexia, pulso lento; tambien se ha usado en un período mas avanzado, cuando la turgencia sanguínea ha dado lugar á una debilitacion espresada por la lentitud del pulso sin alivio de los síntomas gastro-mucosos. El pulso lento, pausado y pequeño, en la fiebre gástrico-nerviosa;434 cuando las fuerzas vitales están como aniquiladas, las orinas escasas y oscuras; que hay vértigos y desvanecimientos con accesos de palpitaciones irregulares y tumultuosas, reclaman igualmente á la digital. En estas diversas fiebres se debe dar gran valor á un síntoma que es mas especial de la digital que del zumaque, del arsénico y de la quina: este síntoma es el frio de la parte izquierda del cuerpo.

La digital, con el tártaro estibiado, el antimonio y sénega, es el mejor medicamento que se puede emplear en las inflamaciones exudativas, cuando las exudaciones son serosas, y los síntomas generales asténicos y graves, y particularmente cuando la brionia y el mercurio han sido ineficaces ó que no han estado indicados en el período subagudo. Que estas inflamaciones tengan ó no alguna analogía ó relacion con las fiebres mucosas que acabamos de señalar, es lo cierto que unas y otras se convierten en indicantes de la digital, como se ve por estos síntomas: grande decaimiento de la vitalidad, pulso lento, débil y que se estingue gradualmente, diminucion de la calorificacion, inapetencia, vómito, diarrea, ansiedad, sueño corto y agitado, orinas abundantes, variables, descompuestas ó que se alteran fácilmente.

B. Afecciones de los órganos secretorios y del sistema absorbente.—La accion especial de la digital no está limitada al plexo cardíaco, sino que se estiende á otros puntos del sistema nervioso trisplánico, con el mismo carácter de astenia nerviosa y debilitacion de la contractilidad de los vasos absorbentes y de los capilares. Esta es la causa de alterarse el hígado y de que la ictericia sea una consecuencia, cuando es simple, sin lesiones orgánicas, sin fiebre, con deposiciones arcillosas,435 orinas frecuentes y generalmente turbias, diminucion del pulso, sensacion de frio local, sin sensibilidad al del esterior. La ictericia de los niños está generalmente en este caso, y la acompañan la caquexia y los vómitos. El mercurio y la manzanilla corresponden á esta afeccion, cuando las deposiciones son poco amarillas, que no hay alteracion particular del corazon, y que las orinas no sufren cambio alguno notable.

Un fenómeno singular y bastante característico de la digital, es el color azulado de las orinas, color que coincide siempre con la decoloracion de las deposiciones. La orina azulada parece ir unida á una afeccion dinámica del hígado, ó por lo menos de los órganos de la digestion. Consignamos este síntoma sin pretender esplicarle. Por estraordinaria ó por mas ligera ó pronunciada que sea esta coloracion azul de las orinas, la hemos visto dos veces, y siempre en niños de seis á once años, y dos veces la ha corregido la digital, disipando al mismo tiempo las alteraciones hepáticas ó abdominales con fiebre.

La digital constituye el tratamiento de las ascitis y de toda hidropesía que reconozca por causa la dificultad en la vuelta de la sangre hácia el corazon. Pero la influencia de la digital en las hidropesías procedentes de una lesion orgánica del corazon, es diferente de la que ejerce en las enfermedades debidas á la flojedad, á la astenia de los vasos absorbentes. Las dósis en general, deben ser muy atenuadas en las hidropesías por causas dinámicas, y mucho mayores en las producidas por causa mecánica, tal como el aneurisma del corazon.

Pero escluyendo esta, para solo ocuparnos de algunas particularidades de las hidropesías esenciales, debemos manifestar, que la pasibilidad de estas afecciones,436 aun cuando se compliquen con subirritaciones y con tumefaccion dura, á causa del padecimiento de los tejidos y de una prolongada distension de la fibra, exige algunas veces árnica y eléboro negro. En el hidrotorax se alterna la digital con el azufre. El hidrocele escrofuloso requiere con preferencia el mercurio y el sílice, si bien puede usarse despues la digital y tambien la quina. Las consecuencias de una apoplejía serosa requieren la cicuta mayor, aunque tambien se adaptan á veces á la digital. Sus indicaciones en el hidrocéfalo agudo son las del período de exudacion con cólicos.

En todas las precedentes aplicaciones de la digital, se halla una contraindicacion en la hidropesía y en la diátesis serosa propiamente dicha. Este medicamento no estiende su influencia hasta modificar estas especies de caquexias. Es impotente para remediar las lesiones de la nutricion y de la plasticidad, y las de los tejidos. Las afecciones orgánicas del corazon solo logran un efecto paliativo y la desaparicion momentánea de las hidropesías que dependen de ellas. Entre las contraindicaciones de la digital, no hemos titubeado en colocar las flegmasías francas, y aun las subagudas. La oftalmía y la encefalitis que se atribuyen á la digital consisten: la primera, en alteraciones nerviosas asténicas con irritacion herpética; la segunda, en congestiones pasivas, ó en fluxiones sintomáticas, en personas debilitadas. La amaurosis que se desarrolla lentamente con hemeralopia, puede hallar un modificador ventajoso en la digital, la quina, el zinc. Se usa la digital con mejores resultados en las irritaciones del borde libre de los párpados, en cuya afeccion es especial su accion, del mismo modo que la del mezereum y de la sal marina.437

No queremos concluir sin mencionar la eficacia de la digital en la hemoptisis y la tísis, segun refieren varios autores. Para llegar á los resultados apetecidos, es necesario aumentar las dósis de este medicamento de un modo visible, pues poseemos otros varios mas especiales y mas seguros contra la hemoptisis en todas sus variedades; respecto á la tísis solo reconocemos en la digital una accion paliativa de muy escasa importancia.

Dósis.—Las dósis deben ser tanto mas débiles cuanto mas exacta sea la indicacion y mas marcada la semejanza de sus síntomas. En este concepto, la esperiencia demuestra con evidencia que el carácter de diminucion de pulso exige dósis mas débiles, aunque se trate de un estado febril; es preciso, pues, recurrir, segun las circunstancias, á dósis de 20 gotas de la tintura al dia; otras veces, y es lo mas frecuente, de dos ó una gota, ó tambien puede bastar una pequeña fraccion de la duodécima atenuacion. En algunos casos de hidropesías, sobre todo de las partes inferiores, se emplea la digital al esterior en fomentos y en fricciones; pero es mejor en estos casos usar el cocimiento con 30 gramos de hojas por litro ó litro y medio de agua[68].438

DULCAMARA. (Dulcamara).

§ I.—Historia.

La dulcamara es de la familia de las solanáceas, Juss.—Pentandria monoginia, Linn.—Los hechos referidos por los autores antiguos han servido en gran parte á Hahnemann para formar la patogenesia de la dulcamara[69]. Varios de sus síntomas merecen poca confianza, porque son debidos á medicamentos compuestos: indicarémos particularmente los atribuidos á Althof, como resultado de una mezcla de dulcamara y antimonio.

Boerhaave contribuyó mucho á popularizar la dulcamara: este médico, Linneo, de Hahen, Sauvages, de Razoux, etc..., la han recomendado para varias enfermedades flegmásicas, neurálgicas, dartrosas. A juzgar por lo que han dicho muchos autores, la eficacia de la dulcamara, en un gran número de afecciones herpéticas, es un hecho generalmente admitido. Mr. Trousseau la coloca en la clase de los medicamentos narcóticos.

§ II.—Efectos fisiológicos.

La piel y las membranas mucosas son el sitio preferido de la accion de la dulcamara. La relacion de estas dos vastas superficies, cutánea y mucosa, es muy evidente en los efectos de este medicamento; y esto solo bastaria para demostrar su eficacia en una multitud de afecciones cutáneas y mucosas, si su accion, por otra parte, no fuera bien ostensible en el sistema sanguíneo,439 al cual altera por un efecto reactivo, por un movimiento fluxionario, que parte de la piel, que es siempre en este caso la pars mandans de la alteracion circulatoria y de otros desórdenes internos.

El carácter principal de sus efectos piréticos es el de empezar por una impresion de frio en la piel, un calofrío prolongado, un enfriamiento que altera las funciones cutáneas; sobreviene despues un calor seco que llega hasta la acritud, que produce picazon, rubicundez, fluxion con eretismo; sudor abundante y general que conduce á una relajacion ó flojedad completa.

Tal es la influencia de la dulcamara sobre el corazon. La que ejerce en las mucosas bronquiales, intestinales.... es de la misma naturaleza: frio en la piel, enfriamiento de esta superficie, despues bronquitis, diarrea, catarro vesical. Su influencia en el sistema nervioso sigue la misma marcha y tiene el mismo carácter, pues por la accion que ejerce en la piel se propaga á los nervios de la cara y de otros puntos, y desarrolla neuralgias, accidentes reumáticos, inflamaciones artríticas, segun las disposiciones de la persona y la diátesis de que adolezca. En general, la fluxion que se concentra en una parte dada del sistema cutáneo, desarrolla en ella una tumefaccion flegmásica que se resuelve siempre por diaforesis, salivacion...., y la que se fija en el sistema linfático y sus gánglios, produce adenitis é infartos; así como la fluxion mucosa de los bronquios y de los intestinos determina una bronquitis, una colitis con hipersecrecion.

Segun lo espuesto, la dulcamara es un escelente medio para combatir la afeccion herpética que por repercusion se fije en las mucosas. La esperiencia ha probado y la práctica de médicos antiguos ha autorizado440 hasta cierto punto esta interpretacion de la accion de la dulcamara, porque se adapta muy bien á estas metástasis, con tal que sean recientes, ó que la repercusion de la afeccion dartrosa á un punto de la membrana mucosa, siquiera no tenga el mismo carácter, conserve, no obstante, relaciones con la piel, por pruritos, rubicundeces y granos que aparezcan de cuando en cuando, y que desenvuelva fenómenos de irritacion y de fluxion en la mucosa donde se fija.

De esto se deduce: 1.º que este medicamento será mas útil en las personas jóvenes de piel fina, mas permeable, cuya constitucion es linfática y predispuesta á acatarrarse; 2.º que desarrolla mas francamente su accion en los tiempos frios y húmedos, en los que la temperatura y el estado hidrométrico facilitan la reaccion de la piel sobre las mucosas; 3.º que estos fenómenos, en fin, se agravan por la tarde, con el reposo y el calor de la cama, en lo relativo sobre todo, á la fiebre y síntomas flegmásicos y congestivos, y que se alivian por el movimiento.

En las circunstancias de cronicidad ó en los casos agudos cuya etiologia se ignora, las indicaciones de la dulcamara no resultan de la relacion apreciable entre la superficie esterna é interna, sino de la constitucion del enfermo, de sus antecedentes, del carácter de las afecciones mucosas que padece habitualmente, de su estado herpético en la estacion de otoño mas comunmente.

La dulcamara, por último, corresponde aun á cierto número de síntomas bastante constantes y característicos, tales como: piel fria, caliente y aun ardorosa despues, que se pone árida y seca, ó se cubre de sudor, con un orgasmo á veces mas ó menos general; prurito, rubicundez, erupciones herpéticas, salivacion, ronquera,441 bronquitis, opresion, tos convulsiva, hemoptisis, náuseas, vómitos, dolores cólicos, diarrea, retencion de orina; orinas abundantes, involuntarias, escasas, difíciles de evacuar, turbias; escozor y sequedad en la garganta, otalgia, vértigos, oscurecimiento de la vista, fluxion en el ojo, en la mejilla; hipersecrecion de las mucosas, infarto de las glándulas, pesadez de cabeza, congestion en la misma, delirio, epistaxis, dolores con sensacion de frio por el cuerpo, convulsiones en los labios, en los párpados; cardialgia, enteralgia, laxitud, ardor quemante aquí y allí, temblores, debilidad paralítica; parálisis de la lengua, de la cara; sudores frios.

§ III.—Efectos terapéuticos.

Enumerarémos las aplicaciones prácticas evitando ámplios detalles, pero sin que esta concision disminuya en nada su utilidad práctica. Las fiebres propias de la dulcamara son catarrales y reumáticas, es decir, producidas por un enfriamiento. Estas fiebres son las únicas que corresponden á este medicamento, tanto en sus períodos inicial y de agudeza, como en los de descenso y cronicidad. La supresion del sudor por enfriamiento es su carácter distintivo; en la manzanilla es producida por escitacion nerviosa y por emocion moral; en la pulsatila, por la aparicion de otro flujo, por metástasis; en la quina, por congestion cerebral ó por debilidad profunda, etc..... La dulcamara corrige el desórden patológico, reproduciendo el sudor, restableciendo las funciones de la piel. La indicacion de la dulcamara es la misma, ya que el sudor está completamente suprimido, ó ya que solo esté disminuido, alterado y de mal olor, ó que la accion del aire frio y húmedo haya442 agravado ó determinado una fiebre eruptiva, la urticaria misma, con ó sin fiebre, y síntomas mucosos ó catarrales.

El acónito puede estar indicado para llenar las primeras indicaciones que correspondan á la dulcamara; pero esta es preferible si el enfriamiento ha producido cólicos, salivacion, tos convulsiva, retencion de orina; ó bien, si en el período de decrecimiento y de flojedad se presentan flujos mucosos aun de carácter crónico como son: diarrea, salivacion, tos con espectoracion abundante, asma húmedo, y otros accidentes, cuya curacion exige que se escite la accion recíproca de la piel y de las mucosas. Las tísis mucosas pueden en estas circunstancias curarse con dulcamara; sus síntomas son: la ronquera, la tos mucosa y aun hemotóica, dolores lancinantes en el pecho, opresion, sequedad de la piel, agravacion vespertina, pulso tirante, sudor nocturno. La coqueluche es tambien del recurso de la dulcamara, cuando la causa es el enfriamiento, ó que por lo menos la agrava y sostiene; en este caso facilita mucho la accion de la drosera.

En las afecciones reumáticas y neurálgicas propias de dulcamara, es preciso tener en cuenta la electividad de este medicamento sobre la piel, punto de partida de la afeccion, y no á una pretendida accion particular en la fibra de los músculos afectados. Además de su carácter etiológico, los dolores de la dulcamara, como los de rhododendrum, son lancinantes y dislacerantes; se agravan por la noche y se unen á una sensacion de frio, ya interior, ya en diversos puntos del sistema cutáneo, acompañados muchas veces de grande cansancio.

Los dolores, así como las afecciones mucosas, se presentan y se desenvuelven despues de un enfriamiento443 y de la supresion de un herpe, de una erupcion efémera, producida por aquel. Segun la accion ya conocida de la dulcamara, se comprende que puede ser eficaz en las gastralgias y gastrodinias recientes, cuando el acónito y la coloquíntida han sido ineficaces, y que cura generalmente los dolores, aunque sean crónicos, produciendo sudores críticos. La gota misma puede aliviarse con este remedio, cuando en sus accesos hay eretismo, agitacion moral, sequedad y calor acre en la piel. En fin, las afecciones neurálgicas y reumáticas, que la humedad ha transformado ó repercutido, y á consecuencia de las cuales se declaran parálisis parciales, se han curado mas de una vez con la dulcamara alternada con el azufre.

Los infartos escrofulosos se modifican tambien ventajosamente con la dulcamara en los jóvenes y en las constituciones de piel fina. Esto no obstante, aun aquí es preciso que una repercusion del sudor, que un enfriamiento hayan ocasionado la adenitis, el infarto linfático, la flegmasía, la fluxion escrofulosa en las glándulas, los ojos, el oido.... La agudeza de la inflamacion escluye desde luego la dulcamara y hace preferible la belladona y el mercurio alternados, y el zumaque. Para los infartos escrofulosos crónicos posee el arte medicamentos superiores á dulcamara en actividad y eficacia, como son: el azufre, la barita, el carbonato de cal, el sílice, la belladona, el mercurio, el sulfuro de cal; pero la dulcamara se les asocia con ventaja y aun es superior á los colocados en segunda línea como antiescrofulosos, tales son: el ácido azótico, el licopodio, la sepia, la sal marina, etc.

Admitido un prévio enfriamiento, la dulcamara es el primer medicamento que se debe emplear en el endurecimiento444 del tejido celular en los recien nacidos; sus síntomas patogenésicos le indican tambien en los casos de hinchazon edematosa, agitacion, gritos, dolores, diarrea. El escleroma tiene generalmente una marcha rápida; se ha recomendado la quina en casos de anemia y debilidad, y el mercurio despues. El arsénico es para los casos mas graves.

Volvamos al punto de partida de la accion de la dulcamara, y registremos las enfermedades de la piel en que conviene. Son primeramente la mayor parte de las erupciones de los jóvenes complicadas con infartos glandulares é inflamaciones linfáticas. Su accion debe preceder á la del mercurio en las afecciones de naturaleza escrofulosa y herpética, aun en los adultos; la dulcamara está indicada en las cinco formas principales de las afecciones cutáneas: manchas, pápulas, pústulas, costras, úlceras; así como tambien en las manchas mas ó menos prominentes, escarlatinosas, petequiales, efélides; pequeños granos llenos, como los del sarampion, de la miliar, de la porcelana (ó escara, pequeños tubérculos, el Trad.); afecciones pruriginosas; el impétigo, la urticaria, los dartros con el elemento vesiculoso, con costras, tiña, costra láctea, y aun la serpiginosa y seca, á pesar del carácter general exudante y húmedo de las lesiones cutáneas en que está indicada la dulcamara; úlceras escrofulosas, psóricas, mas ó menos inveteradas, indolentes y corrosivas, erupciones de sarna degenerada y algunas sifílides rebeldes.

Necesario es manifestar que en todas estas diversas formas patológicas cutáneas, la indicacion de la dulcamara procede siempre de un cambio anterior de las afecciones herpéticas de las membranas mucosas, á la piel, de esta al periostio, á las glándulas, á las membranas445 mucosas y serosas, aun cuando en este último caso, se presente edema, hidropesías serosas, anasarca. Así, pues, la sarna degenerada que reaparece en la piel en estaciones dadas, y en formas indeterminadas, para volver á fijarse en las mucosas por todo el resto del año; los restos sifilíticos y aun las sifílides situadas en la piel y principio de las mucosas que constituye una de las últimas trasformaciones; las afecciones herpéticas sucediendo á la diarrea, al asma, al catarro; y estos, sucediendo á su vez al herpes; todas estas trasformaciones y metástasis pueden ofrecer indicaciones suficientes para la eleccion de la dulcamara. Pero la rebeldía bien conocida de estas dolencias exige tambien otros medicamentos, tales como, el guayaco, la clematis, el mezereum, el azufre, la zarzaparrilla, el zinc, el grafito...., por ser los mas análogos de la dulcamara en su accion sobre la piel.

Las verrugas son, además, uno de los síntomas de la dulcamara; son lisas, muchas veces como trasparentes, crecen rápidamente, se presentan muchas á la vez, como si fueran erupciones que aparecieran sucesivamente. Su sitio preferente es la cara y las manos; y en su tratamiento, la accion de la dulcamara, es muchas veces preparada ó completada por la del azufre, licopodio, carbonato de cal. Algunas erupciones de forúnculos, ó su aparicion sucesiva, sobre todo en los reumatismos, reclaman ordinariamente el uso de la dulcamara. Los dartros que corresponden á este medicamento, se sitúan con preferencia, como las verrugas, en la cara, las manos, parte interna de los muslos, la anterior del pecho, las articulaciones de los miembros, es decir, en los puntos en que la piel es mas fina, como asimismo en los labios y grandes labios.446 Quizá esta particularidad esplica uno de los principales caractéres de las afecciones herpéticas de la dulcamara, que es una secrecion mas abundante y por la que se las denomina húmedas. Es de observacion que las erupciones secas y liquenoides, las eflorescencias furfuráceas y la pitiriasis, no están en relacion con este medicamento.

Dósis.—Se usan las mismas dósis y forma de administracion que en el acónito, la thuya y la mayor parte de los medicamentos vegetales.

EUPHRASIA OFFICINALIS (Eufrasia).

§ I.—Historia.

Familia de las pedicularias, Juss.;—didinamia angiospermia, Linn.—Esta graciosa y pequeña planta, conocida ya en la antigüedad, tiene propiedades bastante limitadas, lo cual justifica quizá el olvido en que cayó; pero estas propiedades son con frecuencia tan útiles y tan patentes, segun las recientes esperimentaciones, que hemos creido conveniente dar á este medicamento un lugar en esta obra.

§ II.—Efectos fisiológicos y terapéuticos.

El conjunto de síntomas de la eufrasia espresa un estado catarral. Limitémonos, pues, á indicar los que tienen un carácter mas marcado: exacerbacion de los síntomas por la tarde, dolores erráticos, bostezos, ensueños fatigosos, sueño agitado, somnolencia por el dia, calofríos, frio, sudores nocturnos. Este medicamento, en fin, obra poco sobre el sistema sanguíneo, y corresponde mas bien á afecciones catarrales infebriles, ó con fiebre vespertina. Es el medicamento del principio,447 aun en el sarampion, en cuya afeccion está indicado por sus síntomas de bronquitis, de oftalmía y de coriza.

Repetiriamos lo que todos saben si refiriéramos los síntomas de este medicamento, análogos á los de la afeccion catarral, desde la pesadez de cabeza hasta la emision frecuente de orina clara, y desde la tos seca hasta la pesadez y picazon de las estremidades.

Hé aquí en resúmen los síntomas referentes á estos efectos:

1.º En la oftalmía por causa catarral; afeccion de la conjuntiva que está inyectada, lagrimeo abundante y coriza fluente simultánea; hay secrecion mucosa y aun sanguinolenta en el ojo, hasta úlceras en la córnea, nubecillas que ceden con eufrasia cuando son recientes, usada al interior y aplicada como tópico.

2.º En el coriza que siempre está acompañado de oftalmía ó de otitis, ó de un estado catarral general: este estado es húmedo en su principio, con secrecion mucosa abundante, pesadez de la cabeza y lágrimas corrosivas; la eufrasia corresponde tambien al romadizo, á la epistaxis, á la escoriacion de las narices.

3.º En la bronquitis, que, entre otros síntomas catarrales, tiene la tos, al principio seca y convulsiva solo por la noche llegando hasta cortar casi la respiracion, y despues húmeda y seguida de la espulsion de mucosidades abundantes.

Hé aquí, por último, algunos caractéres que diferencian la accion de la eufrasia de los varios medicamentos análogos, en las afecciones catarrales. En la drosera el frio afecta generalmente á las estremidades, y empieza por calofríos; hay sensacion de quebrantamiento de los miembros, irritacion de la laringe con sequedad y arañamiento que escita la tos; despues, la superficie448 del cuerpo está fria y se presenta epistaxis. En el mezereum, la fiebre es mas viva, hay mas constantemente alternativas de frio y de calor, y este sucede á los calofríos y dura mas que ellos. La eufrasia estiende su irritacion mas allá de la laringe, sin fiebre ó antes que esta se declare; las mucosas de los ojos y de la nariz se alteran y se siente en ellas escozor, lagrimeo, estornudo. Difiere del mercurio, en que en la eufrasia el calor es mas vivo y con sensacion de plenitud en la cabeza, y porque además tiene esta entre sus síntomas, el mal humor, la irritabilidad, la alternativa de calofrío y de calor, y el quebrantamiento y endolorimiento de las partes musculares.

La eufrasia no es estraña á los dolores reumáticos; son pasivos, calambroides, seguidos de adormecimiento, de tension, de pesadez paralítica. Dolores lancinantes recorren el cuerpo que espresa una sensacion de frio.

Es probable que un estudio mas completo de la eufrasia haga mas estensa su esfera de accion y dirija al práctico en la aplicacion de algunos de sus efectos sobre la conjuntiva, la uretra, la membrana pituitaria, y le demuestre que posee propiedades indicadas ya por algunos esperimentadores, en las escrescencias poliposas ó ficiformes de las superficies mucosas, afecciones en las que ya se ha usado con éxito.

Dósis.—Se da una ó dos gotas de la tintura ó de una de las primeras atenuaciones, por dósis repetidas en veinticuatro horas. Cuando se use en las escrescencias sicósicas y poliposas, se la administra como la thuya, al interior y al esterior. Para el esterior, se toca las escrescencias con una mezcla de una parte de tintura y dos de agua comun.

FIN DEL TOMO PRIMERO.

NOTAS:

[1] Fragmenta de viribus medicamentorum positivis. Leipsik, 1805.

[2] Traité de Matière médicale, ou de l'action pure des medicaments; traducida del aleman. Paris, 1834, 3 vol. en 8º.

[3] Véase Gabalda. De l'enseignement de la thérapeutique á l'ecole de Paris. 1858.

[4] Traité philosophique et experimental de la matière médicale. Paris, 1839. Véase tambien en la Bibliothèque du médecin praticien publicada por el doctor Fabre, el tomo XIV, Traité de matière médicale et de thérapeutique, por Rogneta, Paris, 1850.

[5] Doctrine de l'école de Rio de Janeiro et pathogenesiæ Brasiliense. Paris, 1840, en 12.º

[6] Systématisation de la matière médicale. Paris, 1853, 1 vol. en 8.º

[7] Véanse mis Etudes elementaires d'homœopathie. Paris, 1856.

[8] 17 de abril de 1860.

[9] Abeille médicale, 26 de marzo de 1860.

[10] Gazette médicale de Lyon, 16 de abril de 1860.

[11] Rapou; Histoire de l'homœopathie. Paris, 1847, t. I.

[12] Nouvelle pharmacopée homœopathique, ou histoire naturelle et preparation des medicaments. Tercera edicion. Paris, 1860, en 12.º

[13] Bulletin de l'Académie, 1859-1860, t. XXV.

[14] Leçons sur les propriétés physiologiques et les altérations pathologiques des différents liquides de l'organisme. Paris, 1859, 2 vol. en 8.º

[15] Clinique médicale homœopathique de Staoueli. Paris, 1856, en 8.º

[16] Traité de thérapeutique et de matière médicale. Paris, 1858.

[17] Paulet; Traité de Champignons. Paris, 1792, t. II, p. 346.

[18] Apparatus medicaminum tam simplicium quam præparatorum. Gotingæ, 1796.

[19] Traité de thérapeutique et de matière médicale. Paris, 1858.

[20] Systématisation pratique de la matière médicale homœopatique. Paris, 1888, p. 348.

[21] Estos acuerdos y decretos están referidos en las Cartas de Guy Patin, nueva edicion, por Reveille-Parise. Paris, 1846, t. I, p. 191, y t. III, p. 609.

[22] Journal der practischen Heilkunde de Hufeland. Berlin, 1827.

[23] Traité de thérapeutique.

[24] Traité élémentaire de matière médicale. Paris, 1829. 2 vol. en 8.º

[25] Ephémérides des curieux de la nature, diciembre, 1678.

[26] Dictionnaire universel de matière médicale et de thérapeutique générale.

[27] Traité de thérapeutique et de matière médicale. Paris, 1858.

[28] Véase la memoria del doctor Vernois, Sur les accidents produits par les verts arsenicaux. (Annales de hygiène publique, 1859, 2.ª série, t. XII, páginas 319 á 346).

[29] Traité des fiévres intermittentes, remittentes et continues. Paris, 1842, en 8.º—Traité de géographie et de statistique médicale. Paris, 1857, t. II, p. 530 y sig.

[30] J. P. Teissier; L'Art médical. Paris, 1858.

[31] Traité des maladies vermineuses. Paris, 1804, pág. 245.

[32] Duhamel; Considérations pratiques sur les maladies scrofuleuses et leur traitement par les préparations d'or. Paris, 1839, en 8.º—Legrand; De l'or dans le traitement des maladies scrofuleuses des os. Paris, 1851.

[33] Legrand; De l'or, de son emploi dans le traitement de la syphilis récente el invétérée, 2.ª edicion. Paris, 1832, en 8.º

[34] Traité élémentaire de matière médicale. Paris, 1829.

[35] Bayle, Bibliothèque de thérapeutique. Paris, 1830, t. II, p. 331 y siguientes.

[36] Des vertus thérapeutiques de la belladone. Paris, 1852.

[37] Dictionaire universel de matière médicale et de therapéutique, articulo Belladona.

[38] La belladone preservatif de la scarlatine (Hahnemann, Etudes de médecine homœopathique. Paris, 1855, t. I, p. 598.)

[39] Traité de matière médicale et de thérapeutique. Paris, 1858.

[40] De l'action du brome et de ses combinaisons sur l'economie animale. Paris, 1828, en 4.º

[41] De l'eficacité du brome dans le traitement des affections pseudo-membraneuses. Paris, 1856, en 4.º

[42] De la efficacité du brome dans le traitement des affections pseudo-membraneuses.

[43] Traité élémentaire de matière médicale. Paris, 1829.

[44] Traité matière médicale et de thérapeutique générale. Paris, 1858.

[45] Histoire naturelle, trad. por Littré. Paris, 1848-1850.

[46] De materia médica. Lipsiæ, 1829, 2 vol.

[47] Systématisation pratique de la matière médicale homœopathique. Paris, 1853.

[48] Therapéutique homœopathique des maladies aigues et des maladies chroniques. Paris, 1847-1849, 2 vol. en 8.º

[49] Matière médicale. Paris, 1851.—Beauvais: Effects pathogenetiques et toxiques de plusieurs medicaments. Paris, 1845, en 8.º

[50] Cours élémentaire de matière médicale. Paris, 1817, 2 vol. en 8.º

[51] Traité des maladies des reins.

[52] Sur l'emploi du causticum contre la dispepsie nerveuse.

[53] Manuel de thérapeuthique homœpathique pour servir de guide au lit des malades et à l'étude de la matière médicale. Paris, 1846, en 12.º

[54] Systématisation pratique de la matière médicale homœopathique. Paris, 1853, en 8.º

[55] Bibliothèque homœopathique de Genève, t. II, p. 507.

[56] Véase Merat y Delens; Dictionnaire universel de matière médicale et de thérapeutique générale. Paris, 1829, t. I, p. 814; t. IV, p. 264.

[57] Weddell es el viajero naturalista que mejor ha estudiado y dado á conocer las diversas especies de quinas en los mismos puntos donde se producen. Remitimos á los lectores á su obra titulada: Histoire naturelle des Quinquinas. Paris, 1849, en folio con láminas.

[58] Véase Moutard-Martin; De la valeur du sulfate de cinchonine. (Memoires de l'Académie de médecine, t. XXIV).

[59] Du sulfate de quinine dans l'angine couenneuse et le croup (L'art médical, Journal de médecine générale. Paris, 1859, t. IX, p. 161 y siguientes).

[60] Clinique médicale homœopatique de Staoueli. Paris, 1851, en 8.º

[61] El doctor Boudin se ha ocupado mucho de esta cuestion, consultándose al efecto el Traité des fièvres intermittentes, remittentes et continues des pays chauds et des contrées marècageusses.—Paris, 1842, en 8.º—Etudes de géographie médicale, notamment sur la question de l'antagonisme patologique. Paris, 1846, en 8º; y sobre todo su Traité de géographie et de statistique médicales, et des maladies endémiques. Paris, 1857, t. II, p. 729.

[62] Note sur la phthisie pulmonaire en Algérie. Paris, 1856, en 8.º

[63] Véase á Hahnemann, Etudes de médecine homœopathique. Paris, 1833, el capítulo: Des effects du café.

[64] Véase Mérat y Delens, Dictionnaire universel de matière médicale et de thérapeutique générale, t. II, p. 487.

[65] Hippocrate, Œuvres complètes, trad. par E. Littré.

[66] Bibliothèque de thérapeutique, t. III, p. 5 y siguientes.

[67] Véase Bouillaud; Rapport à l'Académie de médecine (Bulletin de l'Académie de médecine, 1850, t. XV, p. 332).

[68] La preparacion y las fórmulas del extracto de digital, con el nombre de digitalina, propuestas por los señores Quevenne y Homolle, tienen la recomendacion de la Academia de medicina, y el estar aprobadas y publicadas por el gobierno. (Bulletin de l'Académie de Médecine, 1854, tomo XX, p. 150 y 334).

[69] Doctrine et traitement des maladies croniques. Paris, 1846, t. II, p. 198 y siguientes.

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JAHR. Del tratamiento homeopático de las Enfermedades de las mujeres; traducido del francés por D. Silverio Rodriguez Lopez, médico homeópata. Madrid, 1862. Un tomo en 8.º, 24 rs. en Madrid y 28 en prov., franco de porte.

JAHR. Nuevo manual de Medicina homeopática. Primera parte: Manual de materia médica, ó Resúmen de los principales efectos de los medicamentos homeopáticos, con indicacion de las observaciones clínicas. Segunda parte: Repertorio terapéutico y sintomatológico, ó tablas alfabéticas de los principales síntomas de los medicamentos homeopáticos con avisos clínicos; traducido del francés al castellano de la última edicion, por D. Silverio Rodriguez Lopez, médico homeópata. Segunda edicion española. Madrid, 1858, 4 tomos en 8.º, 80 rs. en Madrid y 96 en provincias, franco de porte.

JAHR Y CATELLAN. Nueva Farmacopea homeopática, ó Historia natural y preparacion de los medicamentos homeopáticos, y Posologia, ó de la administracion de las dósis. Segunda edicion, revisada y considerablemente aumentada, con 135 figuras intercaladas en el testo; traducida al español por D. Silverio Rodriguez Lopez, médico homeópata. Madrid, 1860. Un tomo en 8.º, buena impresion, con 135 grabados. Precio: 30 rs. en Madrid y 34 en provincias, franco de porte.

JAHR. Nociones elementales acerca de la Homeopatía y del modo de practicarla, con algunos de los mas importantes efectos de diez de los principales remedios homeopáticos; dedicadas á las personas de buena fé que quieran convencerse esperimentalmente de la verdad de esta doctrina. Vertidas al castellano de la última edicion francesa, por los señores D. Tomás Pellicer, médico homeópata, y D. J. Alvarez Peralta (de Puerto-Rico), escritor médico, indivíduos de la Sociedad Hahnemanniana matritense. Segunda edicion española. Madrid, 1854. Un tomo en 8.º, 8 rs. en Madrid y 9 en provincias, franco de porte.


Madrid: 1862.—Imp. de Bailly-Bailliere.







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Médica y de Terapéutica, tomo primero, by Alexis Espanet

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and how your efforts and donations can help, see Sections 3 and 4
and the Foundation web page at http://www.pglaf.org.


Section 3.  Information about the Project Gutenberg Literary Archive
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The Foundation's principal office is located at 4557 Melan Dr. S.
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business@pglaf.org.  Email contact links and up to date contact
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For additional contact information:
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     Chief Executive and Director
     gbnewby@pglaf.org


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