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Enciclopedia médica en español

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Cólicos y llanto del bebé

Contenido:

Nombres alternativos   

Cólico infantil

Definición    Volver al comienzo

Casi todos los bebés pasan por un período en el que son quisquillosos o melindrosos. Cuando el llanto dura más de tres horas y no es causado por ningún problema médico (como una hernia o una infección) se le llama cólico. Este fenómeno se presenta en casi todos los bebés y lo único que lo diferencia es el grado.

Causas, incidencia y factores de riesgo    Volver al comienzo

Los cólicos usualmente comienzan al final de un largo día cuando el bebé tiene justo la edad en que la falta de sueño de los padres ha empezado a arraigarse. El bebé deja de ser ese bebé maravilloso, callado, pacífico y comienza a gritar todas las noches. No es de extrañarse que los padres estén frustrados, desanimados y deprimidos.

El niño con cólico tiende a estar inusualmente sensible a la estimulación. Algunos bebés experimentan una incomodidad mayor por los gases intestinales, algunos lloran de hambre, otros por comer demasiado. Algunos niños que están siendo amamantados no toleran algunos alimentos en la dieta de la madre. Algunos bebés alimentados con biberón no toleran las proteínas de la leche de fórmula. El miedo, la frustración o hasta la excitación pueden llevar a la molestia abdominal y el cólico. Cuando otras personas alrededor de ellos están preocupadas, ansiosas o deprimidas, los bebés pueden llorar más, lo que a la vez hace que aquellos a su alrededor estén aún más preocupados, ansiosos o deprimidos.

Aproximadamente el 20 por ciento de los bebés lloran lo suficiente como para encajar en la definición de cólico. El momento varía, pero el cólico usualmente afecta a los bebés inicialmente durante la tercera semana de vida llegando a su máximo en alguna parte entre la cuarta y la sexta semana.

¡El cólico no dura para siempre! Después de aproximadamente la sexta semana de vida, generalmente comienza a mejorar lento pero seguro y en general ha desaparecido para la duodécima semana de vida. Cuando el cólico todavía es fuerte a las doce semanas, es importante considerar otro diagnóstico (como reflujo).

Síntomas    Volver al comienzo

El cólico frecuentemente, pero no siempre, se inicia a la misma hora cada día y para la mayoría de los bebés, los melindres más intensos son en las noches. El ataque inicia generalmente de una manera repentina. Las piernas se doblan sobre el abdomen, el vientre se distiende y las manos se cierran en puños. El episodio puede durar de varios minutos a horas y generalmente termina cuando el bebé cae exhausto o cuando defeca o pasa el gas.

A pesar del dolor abdominal obvio, los bebés que sufren de cólico comen y suben de peso normalmente.

Signos y exámenes    Volver al comienzo

El cólico usualmente se diagnostica sobre la base de la descripción que da el padre del llanto. Un examen físico cuidadoso es importante para asegurarse de que el bebé no tenga una hernia, una intususcepción, un torniquete de pelo, un pelo en el ojo o algún otro problema médico que necesite atención. Si el diagnóstico no es claro, pueden ser necesarios más exámenes.

Tratamiento    Volver al comienzo

Ayudar a un bebé con cólico es principalmente una cuestión de experimentación y observación. Lo mejor es cuando se puede identificar y eliminar un desencadenante. Aun si es difícil, se debe aprender cuáles son las medidas más reconfortantes para el bebé.

POSIBLES DESENCADENANTES

A menudo se escucha que las madres que están amamantando deben evitar el brócoli, la lechuga, las legumbres y otras comidas que producen gas. No obstante, no hay muchos indicios de que estas comidas sean un factor desencadenante.

CONSEJOS PARA RECONFORTAR AL BEBÉ

Para cada niño funciona algo diferente. Algunos prefieren que se los envuelva en una cobija caliente y otros prefieren estar libres. Se deben intentar diferentes recursos y poner atención a lo que aparentemente funciona aunque sea solo un poquito.

Darse un descanso es una buena idea. Cada uno de los padres puede hacerse cargo y relevar al otro. Tomarse ratos para uno mismo es una parte importante de la dinámica de la nueva familia. Se podrá dar más atención al bebé cuando se ha tenido una oportunidad de refrescarse.

Expectativas (pronóstico)    Volver al comienzo

Los cólicos son una condición benigna que el niño supera a los tres o cuatro meses de edad.

Complicaciones    Volver al comienzo

Por lo general, no hay complicación alguna.

Situaciones que requieren asistencia médica    Volver al comienzo

Se debe llamar al médico en caso de presentarse una situación preocupante. La consideración más importante es no hacer un diagnóstico equivocado de una enfermedad grave, concluyendo que se trata de un cólico. Si hay un cambio repentino en el patrón de llanto o de comportamiento o si el llanto va acompañado de fiebre, vómito fuerte, diarrea, heces sanguinolentas u otros síntomas o actividad anormales, se debe buscar asistencia médica inmediata.

Además, no se debe dudar en buscar ayuda inmediatamente si la persona se siente abrumada y teme que le vaya a causar daño al bebé.

Prevención    Volver al comienzo

Un período de quisquillosidad o melindres es lo más probable sin importar todas las técnicas de prevención que se utilicen. No obstante, las buenas técnicas de alimentación (de acuerdo a los consejos de un experto en lactancia, si es apropiado), ayudar al bebé a eructar, y una identificación temprana de posibles alergias en la dieta del bebé o de la madre ayudarán a prevenir el cólico. Se recomienda ensayar técnicas para reconfortar  antes que se desarrolle el cólico para dentificar las necesidades y deseos del bebé, lo cual puede ayudar a evitar que la intensidad del período de quisquillosidad aumente.

Referencias    Volver al comienzo

Barr R. Colic and crying syndrome in infants. Pediatrics. 1998; 102(5): 1282-1286.

Garrison M, Christakis D. A systematic review of treatments for infant colic. Pediatrics. 2000; 106(1): 184-190.

This article uses information by permission from Alan Greene, M.D., © Greene Ink, Inc.

Actualizado: 7/26/2007

Versión en inglés revisada por: Daniel Rauch, MD, FAAP, Director, Pediatric Hospitalist Program, New York University School of Medicine, New York, NY. Review provided by VeriMed Healthcare Network.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.

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