La apnea de la prematuridad se refiere a episodios cortos de suspensión de la respiración en bebés nacidos antes de término. Los recién nacidos, especialmente los prematuros, a menudo tienen un patrón respiratorio inmaduro e irregular. Estos bebés con frecuencia dejan de respirar por períodos cortos, lo cual se denomina apnea.

Algunas cosas contribuyen a la presencia de apnea en los recién nacidos, especialmente los bebés prematuros. Dichas cosas abarcan:

• Inmadurez del cerebro
• Debilidad de los músculos que mantienen permeables las vías respiratorias

Las situaciones de estrés adicionales, como infección, problemas cardíacos o pulmonares, anemia, bajos niveles de oxígeno, problemas de temperatura, problemas de alimentación y sobrestimulación, en un bebé prematuro o enfermo pueden empeorar la apnea.

El síntoma principal corresponde a episodios cortos de ausencia de la respiración. Algunas veces, la respiración del bebé se puede describir como "periódica", con momentos de respiración normal que progresa a una respiración muy superficial. Cuando la respiración es muy superficial o está ausente (apnea), el bebé igualmente puede experimentar una disminución en la frecuencia cardíaca, que se denomina bradicardia

Algunos bebés también pueden presentar coloración pálida y aspecto de estar enfermos.

Debido a que la mayoría de los bebés pretérmino y algunos bebés a término enfermos tienen algún grado de apnea, generalmente se los mantiene conectados a monitores para vigilar su frecuencia cardíaca y respiratoria. Igualmente, los bebés con apnea o disminución en la frecuencia cardíaca pueden hacer activar alarmas en estos monitores.

En algunos casos, estos bebés simplemente se pueden observar durante episodios en los cuales dejan de respirar.

El tratamiento de la apnea depende de la causa, de la frecuencia de los episodios de ausencia de la respiración y de la gravedad de dichos episodios. A los bebés que, a excepción de esto, parezcan saludables y presenten pocos episodios por día simplemente se los vigila y se los puede estimular suavemente durante los episodios ocasionales.

A los bebés que estén bien y experimenten múltiples episodios de suspensión de la respiración se le puede brindar una preparación de cafeína para ayudarles a estimular su respiración.

Es posible que sea necesario adoptar una posición apropiada, tiempo de alimentación más lento, administración de oxígeno y, en casos extremos, un respirador, para ayudar con la respiración.

A un bebé con apnea no se le da el alta del hospital hasta que pueda respirar con facilidad sin interrupción en la respiración o frecuencia cardíaca.

La apnea es común en los bebés prematuros y la mayoría tiene desenlaces clínicos normales. Aunque no se cree que la apnea leve tenga efectos prolongados, la mayoría de los médicos piensa que la prevención de episodios múltiples o graves es mejor para el bebé en el largo plazo.